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china encierra en manicomio a disidentes


[Joseph Kahn] China usa manicomios para encerrar a disidentes políticos y religiosos.
Pekín, China. Psiquiatras holandeses han constatado que un prominente disidente chino que pasó 13 años en una institución psiquiátrica administrada por la policía en Pekín no tenía problemas mentales que justificaran su encarcelamiento, dijeron el jueves dos grupos de derechos humanos.
Los psiquiatras pasaron dos días sometiendo a pruebas al disidente, Wang Wanxing, en Alemania, cinco meses después de que China lo liberara y enviara al extranjero. Dijeron en una declaración que su examen "no reveló ninguna forma de trastorno mental".
El informe podría agregar combustible a la acusación de que la policía china utiliza una red de prisiones psiquiátricas para silenciar a los disidentes políticos, a menudo sin juicio o sin derecho a recurrir.
Wang, 56, fue confinado al centro psiquiátrico después de ser detenido en 1992 por desplegar una pancarta con críticas al Partido Comunista.
Las autoridades dijeron que tenía "delirios de grandeza, manía litigante y una voluntad patológica conspicua", que grupos occidentales de derechos humanos dicen que son diagnósticos que los funcionarios han usado para encerrar a disidentes problemáticos que no han violado ninguna ley.
Tras su liberación en 2005, Wang denunció amplios abusos en el asilo mental, conocido como Pekín Ankang. Dijo que había vivido en celdas con reclusos psicóticos condenados por homicidios y era forzada a ingerir drogas que reducían su voluntad. También dijo que los enfermeros usaban agujas electrificadas de acupuntura para castigar a los pacientes mientras otros pacientes eran obligados a mirar.
Los dos doctores holandeses, B.C.M. Raes, profesor de psiquiatría forense de la Universidad Libre de Amsterdam, y B.B. van der Meer, también un psiquiatra forense, examinaron a Wang en enero. Sus hallazgos fueron dados a conocer el jueves por Global Initiative of Psychiatry [Iniciativa Global de Psiquiatría] y Human Rights Watch, dos grupos de derechos humanos que han criticado el uso que hace China de las prisiones psiquiátricas.
"No había motivos para encerrar a Wang en un hospital psiquiátrico forense especial o en una planta psiquiátrica", dijeron Raes y van der Meer en una declaración. "No sufría de ningún trastorno mental que justificara su admisión".
Su diagnosis contrasta agudamente con la que hicieron los doctores en Pekín Ankang, que dijeron, cuando Wang fue liberado en agosto pasado, que no se había curado. "Sus sistemáticos delirios no han mostrado síntomas de mejoría desde que fuera admitido por primera vez en el hospital", dijeron los ‘médicos’ de Pekín, agregando que Wang debería ser mantenido bajo "estricto control" en Alemania.
Human Rights Watch dice que tiene tres mil casos documentados de castigos psiquiátricos de disidentes políticos desde principios de los años ochenta. El grupo dice que el uso de asilos mentales penales para encerrar a disidentes ha aumentado en los últimos años a medida que la policía exploraba modos de castigar a los seguidores de sectas religiosas prohibidas, disidentes políticos y peticionarios persistentes sin canalizarlos a través del sistema judicial.
Robin Munro, experto en el sistema psiquiátrico chino de Human Rights Watch, dijo que el examen de Wang de los psiquiatras holandeses era la primera oportunidad que tenían especialistas occidentales para verificar directamente un diagnóstico de ‘médicos’ de cárceles psiquiátricas chinas. Dijo que los doctores chinos "claramente sacan malas notas".
"El diagnóstico chino de Wang se basó en dudosas teorías heredadas de la Unión Soviética que dicen que ciertos tipos de conductas e ideas disidentes son atribuibles a una severa patología mental", dijo Munro. "Esto está en completo desacuerdo con las normas internacionales de hoy".

17 de marzo de 2006
©
new york times
©traducción mQh
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