prácticas nazis en holanda
Gobierno holandés rechaza comparación con nazis. Pero no es la primera vez ni en el único terreno.
La Haya, Holanda. El gobierno holandés se ha mostrado extraordinariamente disgustado por las declaraciones del italiano Carlo Giovanardi, que el jueves comparó la política de eutanasia de Holanda con prácticas nazis.
El ministro de Asuntos Exteriores, Ben Bot, llamó ayer inmediatamente al embajador italiano Mario Pensa a su despacho. Recibió allí un fuerte mensaje para el gobierno en Roma.
"Esto es inaceptable y es una vergüenza", dijo Bot tras la reunión del gabinete. "Naturalmente puedes estar en desacuerdo con algunos asuntos. Pero esa comparación no tiene asidero. Como si en nuestro país matáramos a los bebés que nacen con una manchita".
El embajador italiano habría declarado que Giovanardi no representar el punto de vista del gobierno italiano.
El premier Jan Peter Balkenende, en su rueda de prensa semanal, reaccionó irritado ante las declaraciones. "Es inaceptable. En Europa no nos tratamos así. La próxima semana hablaré sobre el asunto con el premier Berlusconi".
Giovanardi dijo en un programa de radio de la emisora italiana RAI, literalmente: "Las leyes nazis y las ideas de Hitler están volviendo a través de la legislación holandesa sobre la eutanasia y el debate sobre cómo matar a los niños enfermos".
El católico Giovanardi es miembro del pequeño partido de gobierno Unión de Demócrata-Cristianos y ciertamente no es el primer político del gobierno italiano que se ha expresado críticamente sobre la legislación holandesa en torno a la eutanasia. El vice-premier Gianfranco Fini y otros lo han precedido, pero nunca en la severa formulación del ministro que regulas las relaciones entre el parlamento y el gobierno.
Giovanardi se resistió este año contra la eutanasia en el parlamento europeo, aunque entonces se expresó moderadamente. Observadores opinan que el lenguaje rudo que utiliza ahora tiene que ver con la actual campaña electoral, con la que la pequeña UDC trata de atraer a los electores católicos conservadores. Los italianos deben elegir el 9 de abril un nuevo parlamento.
En otros puntos el poco llamativo y conservador Giovanardi es caprichoso. Declaró que era una vergüenza que el premier Berlusconi se uniera a la extrema derecha, entre otros con Alessandra Mussolini, de la Derecha Social, nieta del dictador fascista Benito. Pero esa colaboración no fue motivo para que la UDC abandonara la coalición de partidos de centro y derecha de Berlusconi.
Ayer Giovanardi hizo saber que no pedirá excusas al gobierno holandés.
El ministro de Asuntos Exteriores, Ben Bot, llamó ayer inmediatamente al embajador italiano Mario Pensa a su despacho. Recibió allí un fuerte mensaje para el gobierno en Roma.
"Esto es inaceptable y es una vergüenza", dijo Bot tras la reunión del gabinete. "Naturalmente puedes estar en desacuerdo con algunos asuntos. Pero esa comparación no tiene asidero. Como si en nuestro país matáramos a los bebés que nacen con una manchita".
El embajador italiano habría declarado que Giovanardi no representar el punto de vista del gobierno italiano.
El premier Jan Peter Balkenende, en su rueda de prensa semanal, reaccionó irritado ante las declaraciones. "Es inaceptable. En Europa no nos tratamos así. La próxima semana hablaré sobre el asunto con el premier Berlusconi".
Giovanardi dijo en un programa de radio de la emisora italiana RAI, literalmente: "Las leyes nazis y las ideas de Hitler están volviendo a través de la legislación holandesa sobre la eutanasia y el debate sobre cómo matar a los niños enfermos".
El católico Giovanardi es miembro del pequeño partido de gobierno Unión de Demócrata-Cristianos y ciertamente no es el primer político del gobierno italiano que se ha expresado críticamente sobre la legislación holandesa en torno a la eutanasia. El vice-premier Gianfranco Fini y otros lo han precedido, pero nunca en la severa formulación del ministro que regulas las relaciones entre el parlamento y el gobierno.
Giovanardi se resistió este año contra la eutanasia en el parlamento europeo, aunque entonces se expresó moderadamente. Observadores opinan que el lenguaje rudo que utiliza ahora tiene que ver con la actual campaña electoral, con la que la pequeña UDC trata de atraer a los electores católicos conservadores. Los italianos deben elegir el 9 de abril un nuevo parlamento.
En otros puntos el poco llamativo y conservador Giovanardi es caprichoso. Declaró que era una vergüenza que el premier Berlusconi se uniera a la extrema derecha, entre otros con Alessandra Mussolini, de la Derecha Social, nieta del dictador fascista Benito. Pero esa colaboración no fue motivo para que la UDC abandonara la coalición de partidos de centro y derecha de Berlusconi.
Ayer Giovanardi hizo saber que no pedirá excusas al gobierno holandés.
18 de marzo de 2006
©het parool
©traducción mQh
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Anónimo -