quitan nacionalidad a musulmana
[Marlise Simons] Y provoca tormenta política en Holanda y el exilio anticipado de la diputada somalí en Estados Unidos.
La decisión de la ministro de inmigración holandesa de anular la ciudadanía de una diputada holandesa nacida en Somalia ha desencadenado una tormenta política en Holanda, y el Parlamento ha exigido la revocación de la medida.
En el centro de la tormenta se encuentra Ayaan Hirsi Ali, 36, que se hizo famosa -y que ha recibido amenazas de muerte- haciendo campaña contra los fanáticos del islam y oponiéndose a los abusos que dice que sufren las mujeres musulmanas incluso en Europa.
La ministro de inmigración, Rita Verdonk, dijo que tomó la medida el lunes después de ver un programa de televisión la semana pasada que giró sobre las mentiras que contó Hirsi Ali cuando pidió asilo político en Holanda en 1992 y la nacionalidad en 1997. Verdonk dijo que tenía que ser imparcial después de varios casos altamente publicitados sobre inmigrantes que también habían violado las reglas.
Su decisión provocó una sesión extraordinaria en el Parlamento que empezó el martes y que duró casi diez horas, hasta las tres de la mañana del miércoles. Diputados de todas las tendencias del espectro político dispararon ráfagas de preguntas y ataques. Algunos acusaron a Verdonk de hacer politiquería para reforzar su propia posición en los sondeos para las próximas elecciones, en las que espera convertirse en la dirigente del partido conservador VVD. Ha sido llamada ‘la Rita de Hierro' debido a su rígida posición sobre la inmigración. [También es llamada ‘la Hija de Hitler'].
Verdonk accedió el miércoles temprano a reconsiderar su decisión después de que quedara claro que se había quedado prácticamente sola.
El primer ministro Jan Peter Balkenende dijo que la decisión de Verdonk había sido apresurada y que, de cualquier modo, Hirsi Ali continuaría recibiendo protección policial, de la que ha gozado desde que recibiera amenazas de muerte en 2002.
La gente que conoce a la ministro de inmigración y a Hirsi Ali dicen que el enfrentamiento entre ellas es misterioso porque son estrechas aliadas políticas y tienen opiniones similares, ya que las dos dicen que los musulmanes deberían integrarse al modo de vida holandés o abandonar el país.
Los ataques contra la ministro de inmigración reflejan la intensidad del debate sobre la masiva inmigración musulmana como uno de los temas más importantes de la política holandesa, y el alto perfil de Hirsi Ali en Holanda.
Sus repetidas advertencias de que fanáticos musulmanes podrían expandirse en Europa y sus críticas sobre las penurias de las mujeres musulmanas en Europa le han ganado muchos admiradores. Pero también tiene muchos detractores, que han descrito sus comentarios como "injurias contra el islam" y dicen que es responsable de polarizar todavía más el debate de por sí difícil sobre la inmigración.
Hirsi Ali, que ha continuado hablando a pesar de las amenazas de muerte, trabajó con el cineasta holandés Theo van Gogh en un cortometraje sobre los abusos de mujeres musulmanas, razón por la que van Gogh fue asesinado por un militante musulmán en 2004.
Claramente sorprendida por las medidas de Verdonk, Hirsi Ali observó que ella había reconocido hacía mucho tiempo que había cambiado su fecha de nacimiento y su apellido cuando llegó a Holanda porque estaba escapando de un matrimonio de conveniencia. Dijo que asistentes sociales holandeses le habían recomendado que para obtener la condición de refugiada debía decir que huía de Somalia, su país natal, donde había una guerra civil, antes que decir que había estado viviendo con familiares, que vivían como refugiados en Kenya.
En una entrevista el lunes insistió en que había discutido todo esto con los dirigentes de su partido -al que también pertenece la ministro de inmigración- cuando fue invitada a postular a un escaño en el Parlamento.
Aunque Hirsi Ali es una de las políticas más famosas del país, había decidido no postular a la renovación de su mandato en 2007 y aceptar un nombramiento en el American Enterprise Institute, de Washington.
El marte, después de ser informada de que su pasaporte holandés sería confiscado, anunció su renuncia al Parlamento y dijo que se marcharía a Estados Unidos antes de lo esperado. Lo que ya había motivado su decisión de mudarse a Estados Unidos había sido, dijo, que en abril una corte de apelaciones la ordenó abandonar su apartamento. Sus vecinos habían entablado un pleito en su contra diciendo que su presencia hacía inseguro el edificio de apartamentos.
Lo que complica la situación de Hirsi Ali es el hecho de que han habido varios casos recientes muy comentados en Holanda en torno a inmigrantes que no han cumplido con los requisitos oficiales. El año pasado la Corte Suprema confirmó que una familia iraquí debía ser deportada por haber mentido sobre sus datos personales, y en las últimas semanas llegó a primera plana el caso de una adolescente de Kosovo cuando fue obligada a dejar el país justo antes de completar los exámenes en la escuela secundaria.
Verdonk dijo al Parlamento que no tenía otra opción que acatar las reglas. Pero sus críticos dicen que las reglas le permiten usar su discreción, en caso necesario.
En una encuesta de opinión el martes, los encuestados estuvieron casi igualmente divididos sobre el tema de si Hirsi Ali debía o no ser tratado como los otros inmigrantes y ser despojada de su nacionalidad por haber mentido. Pero prominentes escritores publicaron una carta calificando la medida de vergonzosa.
El martes los diarios fueron casi unánimes en su condena de la medida de Verdonk, calificándola de varios modos, desde caza de brujas y fiasco hasta bochornosa.
En el centro de la tormenta se encuentra Ayaan Hirsi Ali, 36, que se hizo famosa -y que ha recibido amenazas de muerte- haciendo campaña contra los fanáticos del islam y oponiéndose a los abusos que dice que sufren las mujeres musulmanas incluso en Europa.
La ministro de inmigración, Rita Verdonk, dijo que tomó la medida el lunes después de ver un programa de televisión la semana pasada que giró sobre las mentiras que contó Hirsi Ali cuando pidió asilo político en Holanda en 1992 y la nacionalidad en 1997. Verdonk dijo que tenía que ser imparcial después de varios casos altamente publicitados sobre inmigrantes que también habían violado las reglas.
Su decisión provocó una sesión extraordinaria en el Parlamento que empezó el martes y que duró casi diez horas, hasta las tres de la mañana del miércoles. Diputados de todas las tendencias del espectro político dispararon ráfagas de preguntas y ataques. Algunos acusaron a Verdonk de hacer politiquería para reforzar su propia posición en los sondeos para las próximas elecciones, en las que espera convertirse en la dirigente del partido conservador VVD. Ha sido llamada ‘la Rita de Hierro' debido a su rígida posición sobre la inmigración. [También es llamada ‘la Hija de Hitler'].
Verdonk accedió el miércoles temprano a reconsiderar su decisión después de que quedara claro que se había quedado prácticamente sola.
El primer ministro Jan Peter Balkenende dijo que la decisión de Verdonk había sido apresurada y que, de cualquier modo, Hirsi Ali continuaría recibiendo protección policial, de la que ha gozado desde que recibiera amenazas de muerte en 2002.
La gente que conoce a la ministro de inmigración y a Hirsi Ali dicen que el enfrentamiento entre ellas es misterioso porque son estrechas aliadas políticas y tienen opiniones similares, ya que las dos dicen que los musulmanes deberían integrarse al modo de vida holandés o abandonar el país.
Los ataques contra la ministro de inmigración reflejan la intensidad del debate sobre la masiva inmigración musulmana como uno de los temas más importantes de la política holandesa, y el alto perfil de Hirsi Ali en Holanda.
Sus repetidas advertencias de que fanáticos musulmanes podrían expandirse en Europa y sus críticas sobre las penurias de las mujeres musulmanas en Europa le han ganado muchos admiradores. Pero también tiene muchos detractores, que han descrito sus comentarios como "injurias contra el islam" y dicen que es responsable de polarizar todavía más el debate de por sí difícil sobre la inmigración.
Hirsi Ali, que ha continuado hablando a pesar de las amenazas de muerte, trabajó con el cineasta holandés Theo van Gogh en un cortometraje sobre los abusos de mujeres musulmanas, razón por la que van Gogh fue asesinado por un militante musulmán en 2004.
Claramente sorprendida por las medidas de Verdonk, Hirsi Ali observó que ella había reconocido hacía mucho tiempo que había cambiado su fecha de nacimiento y su apellido cuando llegó a Holanda porque estaba escapando de un matrimonio de conveniencia. Dijo que asistentes sociales holandeses le habían recomendado que para obtener la condición de refugiada debía decir que huía de Somalia, su país natal, donde había una guerra civil, antes que decir que había estado viviendo con familiares, que vivían como refugiados en Kenya.
En una entrevista el lunes insistió en que había discutido todo esto con los dirigentes de su partido -al que también pertenece la ministro de inmigración- cuando fue invitada a postular a un escaño en el Parlamento.
Aunque Hirsi Ali es una de las políticas más famosas del país, había decidido no postular a la renovación de su mandato en 2007 y aceptar un nombramiento en el American Enterprise Institute, de Washington.
El marte, después de ser informada de que su pasaporte holandés sería confiscado, anunció su renuncia al Parlamento y dijo que se marcharía a Estados Unidos antes de lo esperado. Lo que ya había motivado su decisión de mudarse a Estados Unidos había sido, dijo, que en abril una corte de apelaciones la ordenó abandonar su apartamento. Sus vecinos habían entablado un pleito en su contra diciendo que su presencia hacía inseguro el edificio de apartamentos.
Lo que complica la situación de Hirsi Ali es el hecho de que han habido varios casos recientes muy comentados en Holanda en torno a inmigrantes que no han cumplido con los requisitos oficiales. El año pasado la Corte Suprema confirmó que una familia iraquí debía ser deportada por haber mentido sobre sus datos personales, y en las últimas semanas llegó a primera plana el caso de una adolescente de Kosovo cuando fue obligada a dejar el país justo antes de completar los exámenes en la escuela secundaria.
Verdonk dijo al Parlamento que no tenía otra opción que acatar las reglas. Pero sus críticos dicen que las reglas le permiten usar su discreción, en caso necesario.
En una encuesta de opinión el martes, los encuestados estuvieron casi igualmente divididos sobre el tema de si Hirsi Ali debía o no ser tratado como los otros inmigrantes y ser despojada de su nacionalidad por haber mentido. Pero prominentes escritores publicaron una carta calificando la medida de vergonzosa.
El martes los diarios fueron casi unánimes en su condena de la medida de Verdonk, calificándola de varios modos, desde caza de brujas y fiasco hasta bochornosa.
18 de mayo de 2006
©new york times
©traducción mQh
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