moviendo el rabo, y el dedo
[Beth Landman] La ley exige que los perros de servicio sean admitidos en restaurantes, aviones y edificios. Pero ¿son las mascotas animales de servicio?
Un asoleado fin de semana el mes pasado, los cafés desde TriBeCa hasta el Upper West Side estaban atiborrados de comensales, y muchos de ellos habían dejado a sus perros atados a los parquímetros porque las reglas del ministerio de Salud prohíben la entrada de mascotas a restaurantes. Sin embargo, en French Roast en Broadway, dos mujeres disfrutaban de sus almuerzos en compañía de sus perros: un cobrador dorado y un Yorkie metido en un bolso.
"Las dos dijeron que sus animales eran perros de apoyo emocional", dijo Gil Ohana, el gerente, explicando por qué las habían dejado entrar. "Una de ellas traía incluso una carta de su doctor".
Profesionales de la salud vienen recomendando la tenencia de mascotas como apoyo psicológico o emocional durante más de dos décadas, basándose en investigaciones que resaltan sus numerosos beneficios, incluyendo los de vidas más largas y menos estrés para los dueños de mascotas.
Pero hace poco varios hosteleros de Nueva York han observado un aumento en el número de clientes que quieren entrar con sus perros que les sirven de apoyo emocional. En el pasado los restaurantes aceptaban solamente a los perros lazarillos.
"Nunca oí antes nada sobre los animales como apoyo emocional", dice Steve Hanson, dueño de doce restaurantes, entre ellos Blue Fin y Blue Water Grill en Manhattan. "Y ahora de repente, en los últimos meses, todo el mundo empezó a hablar del tema".
La creciente aparición de mascotas cuyos amos dicen que los necesitan como apoyo emocional en restaurantes -así como en aviones, oficinas e incluso balnearios de salud- se remonta, de acuerdo a los que adiestran a esos animales, a una disposición de 2003 del ministerio de Transporte. La resolución redefinió las políticas con respecto a los pasajeros minusválidos en los aviones, declarando por primera vez que los animales utilizados para ayudar a personas con achaques emocionales como depresión o ansiedad deberían tener el mismo acceso y privilegios que los animales que ayudan a personas con discapacidades físicas como la ceguera o la sordera.
Un año después las cortes de apelaciones del estado de Nueva York aceptaron por primera vez los argumentos de los amos de mascotas en dos casos en los que el apoyo emocional era un motivo viable para tener una mascota, a pesar de los reglamentos de edificios que no admiten mascotas. Los casos y la resolución del ministerio de Transporte se difundieron boca a boca, también con ayuda de la televisión e internet. Ahora las aerolíneas están luchando para alojar en la cabina de pasajeros a perros de 45 kilos e incluso a cabras de apoyo emocional. Y los negocios como restaurantes no implicados directamente en las decisiones sobre aerolíneas o viviendas hacen frente a un grupo de clientes con nuevos bríos que quieren ser admitidos con sus animales.
Mientras la mayoría de la gente que adiestra a animales que ayudan a minusválidos -conocidos como animales de servicio- están contentos de que se ayude a personas que lo merecen, algunos también están preocupados de que los dueños de mascotas que simplemente prefieren almorzar con su Labradoodle están haciendo un mal uso de las directivas.
"El documento con las directivas del ministerio de Transporte fue una decisión escandalosa", dice Joan Froling, presidente de la Asociación Internacional de Perros de Asistencia [International Association of Assistance Dog Partners], una organización sin fines de lucro que representa a gente que depende de perros de servicio. "En lugar de aclarar la diferencia entre animales de apoyo emocional que proporcionan alivio por su mera presencia y animales adiestrados para realizar servicios específicos para los minusválidos, decidieron que los animales de apoyo eran animales de servicio".
Nadie entrevistado para este reportaje admitió sacar partido de las directivas, pero hay evidencias de que sí ocurre. Cynthia Dodge, fundadora y dueña de Tutor Service Dogs, de Greenfield, Massachusetts, dijo que ha visto cómo los animales de apoyo emocional han transformado la vida de la gente. También ha "conocido a algunas personas con perros pequeños sobre los que dicen que son animales de apoyo emocional, aunque no lo son", dijo. "Ha habido adolescentes que se acercan a mí para que les de certificados por sus perros. No está bien y es un terrible insulto para la comunidad de minusválidos. Lo están para los que realmente lo necesitan".
La Ley de Discapacidades de 1990 afirma que cualquiera que dependa de un animal para funcionar debería tener pleno acceso a todo tipo de negocios privados que sirvan al público, como restaurantes, tiendas y teatros. La ley especifica que esos animales deben ser adiestrados específicamente para asistir a sus dueños. Los verdaderos animales de servicio son preparados para tareas como encontrar compañía cuando una persona se siente angustiada o impedir que las personas se revuelquen sobre sus estómagos cuando tienen ataques de apoplejía.
Pero ahora, debido a que el documento del ministerio de Transporte de 2003 no dice nada sobre el adiestramiento, los dueños de mascotas pueden afirmar que incluso los chuchos sin adiestramiento son ‘animales de servicio’, dijo Froling. "La gente piensa: ‘’Si el ministerio dice que puedo llevar a mi mascota en el avión, entonces la puedo llevar a todas partes’", dijo.
Aphrodite Clamar-Cohen, que enseña psicología en el John Jay College de Manhattan y asiste a la consulta de un psicoterapeuta, dice que su perro, una mezcla con pit bull, la ayuda a evitar los estados de ánimo sombríos que empezaron tras la muerte de su marido hace ocho años. Se enteró de las mascotas de apoyo psicológico por la Delta Society, un grupo sin fines de lucro que busca reunir a personas y animales, y así consiguió su perro, Alexander, el año pasado. "Cuando viajo les digo a los hoteles derechamente que ‘Alexander Perro Cohen’ también viene y que es el perro de mis necesidades emocionales", dice. Reconoció que el perro no está adiestrado como animal de servicio.
"Lo necesito para mi salud mental", dijo. "Sin él no sabría qué hacer".
Es ampliamente aceptado que los animales pueden proporcionar beneficios emocionales a las personas. "Hay un montón de pruebas de que los animales constituyen importantes antidepresivos", dijo Carole Fudin, un asistente social clínica que se especializa en los vínculos entre animales y humanos. "Dan seguridad y son un lubricante emocional maravilloso que ayudan a la gente con temores paralizantes como la agorafobia".
Grupos de dueños de mascotas con ‘perros de terapia’ preparados especialmente visitan hospitales desde hace mucho y hacen trabajo voluntario después de desastres. Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, se reclutaron cien perros de terapia para consolar a las familias de las víctimas en un centro especial.
Pero la doctora Fudin dijo que la dependencia emocional de un animal puede llegar demasiado lejos. "Si una persona no puede aguantar la idea de salir sin un animal, eso sugeriría que tiene un nivel de ansiedad extrema", dijo, "y que él o ella deberían probablemente medicarse, hacer psicoterapia, o las dos cosas".
La cuestión sobre cuándo un animal pasa de ser una mascota que proporciona afecto y compañía a ser un animal de apoyo emocional, sin el cual el dueño no puede vivir, es subjetiva.
Elicia Brand, 36, dice que el papel que ha jugado su perro de montaña bernés en su vida cambió drásticamente después de que ella sufriera severos traumas: se quedó atrapada en el metro durante los atentados del 11 de septiembre de 2001 y fue violada al año después. "Mi perro era mi muleta. Si no lo hubiese tenido, yo no estaría aquí ahora". Después del 11 de septiembre, Brand inscribió a su perro en un programa de adiestramiento de socorro en desastres y lo hizo seguir un entrenamiento de diez semanas de modo que se convirtiera en un animal de terapia que sirviera también para otros. Ahora el perro la acompaña a todas partes, incluso a su trabajo. También tiene un terapeuta y se medica.
Una razón por la que es difícil separar los variados niveles de dependencia de la gente con respecto a sus animales es que es una violación de la ley de discapacidades preguntar sobre las minusvalías de alguien, y aunque se supone que los animales de servicio deben ser adiestrados, no existe una lista definitiva de las habilidades que deben tener esos animales.
"La ley se basa en la honestidad", dice Froling. "El objetivo era asegurarse de que la gente con discapacidades no tuviera problemas. No hicieron el listado de los servicios que debía realizar un animal, porque no querían limitar la creatividad, y no querían especificar que se trataba de perros porque los monos estaban siendo adiestrados para tareas útiles".
En estos días la gente cuenta con una verdadera Arca de Noé de animales de apoyo. Tami McLallen, portavoz de American Airlines, dijo que aunque los perros son los animales de servicio más corrientes que suben a los aviones, la aerolínea ha tenido que recibir a monos, ponis, gatos e incluso un pato de apoyo emocional. "Su dueño lo vestía", recuerda.
También ha habido al menos dos casos (en American y en Delta) en que las aerolíneas han tenido cabras de apoyo emocional. McLallen dijo que la aerolínea acoge a animales de servicio todos los días; todo lo que los dueños tienen que hacer es presentarse con una carta de un profesional de la salud mental y el animal puede viajar suelto en la cabina.
No hay manera de saber cuántas de las mascotas viajan ahora en clase turista o acompañan a sus amos a cenar en restaurantes han sido adiestradas en tareas relacionadas con la salud. Pero el hecho de que chalecos de perro con las palabras ‘animal de servicio’ y tarjetas del tamaño de una billetera explicando los derechos de un dueño de un perro de apoyo estén disponibles en internet, que se pueden encargar sin responder pregunta alguna, sugiere que hay bastante espacio para los que quieren explotarlo.
Una de esas tarjetas proclama: "Esta persona va acompañada por un Perro de Servicio -un animal adiestrado individualmente para realizar tareas de apoyo para personas discapacitadas. Los Perros de Servicio son animales que trabajan, no mascotas". En el reverso hay un número para llamar al ministerio de Justicia para pedir información sobre la Ley de Discapacidades.
Una mujer de 30 años, vecina de Croton-on-Hudson, Nueva York, dijo que ella no visita a un psicoterapeuta pero sufre de problemas de ansiedad y abandono y que se enteró de los perros para necesidades emocionales en un programa de televisión. Compró un chaleco de perro en internet, con las palabras ‘perro de servicio en entrenamiento’ para uno de los varios perros con los que vive, aunque ninguno de ellos ha sido preparado como animal de servicio. "Tener mis perros conmigo me hace menos hostil", dijo la mujer, que se negó a dar su nombre.
"Yo puedo pasar multas o meter a la gente en la cárcel si no me dejan entrar a un restaurante con mis perros, porque están violando mis derechos", insistió.
En general, los dueños de negocios están dispuestos a acoger a animales de servicio. Aunque Completely Bare, una cadena de balnearios de salud en Nueva York y Palm Beach, Florida, tiene como política prohibir a los animales en las salas de tratamiento, Cindy Barshop, la dueña de la compañía dijo que hacía excepción para una cliente que insistió en que necesitaba su enorme perro como apoyo mientras era sometida a una operación de remoción de pelo con rayos láser. "Tuvimos que cubrir al perro con una manta para proteger sus ojos durante la operación", dijo Barshop.
Un área en la que los dueños de negocios se han resistido a lo que ven como un abuso de la ley, es la vivienda. Abogados tanto de inquilinos como de caseros dicen que los casos en relación con exigencias de la gente para que los animales de servicio sean admitidos en edificios que prohíben a las mascotas en Nueva York han aumentado marcadamente en los últimos dos años, con frecuentes resoluciones a favor de los inquilinos.
"Si tienes el respaldo de un profesional médico y puedes mostrar una conexión entre una incapacidad y la tenencia de un animal, tengo éxito en un 99.9 por ciento", dice Karen Copeland, una abogada de inquilinos.
Uno de sus clientes actuales sostiene que ella necesita un animal en su apartamento porque se está recuperando de su adición al alcohol y, excepto su mascota, todos sus amigos son bebedores. Otro cliente, Anthony Milburn, vive en Kew Gardens, Queens, con cinco cocker spaniels y uno de raza mixta. Dice que sufre fuertes dolores de pecho debido a la estrés y tiene una carta de un asistente social que dice que él depende de sus mascotas para su bienestar emocional. Está metido en un pleito contra su casero.
Bradley Silverbush, un socio de Borah, Goldstein, Altschuler, Schwartz & Nahins, la firma de propietarios más grande de Nueva York, dice que la gente está manipulando la ley.
"Soy dueño de un perro y amo a los perros, pero reclamar apoyo emocional está más allá del afecto", dijo. "La gente envía cartas de doctores que dicen que la persona depende del animal, o que ha perdido recién a un familiar y que compró un Pomeranian. Algunos doctores prescriben todo lo que les piden sus pacientes".
Jerri Cohen, dueña de una joyería en Manhattan, dijo que había tratado de vivir sin animales cuando se casó con un hombre que compró un apartamento en un edificio sin mascotas. "Tuve una fuerte depresión y tuve que medicarme", dijo. "Tres años más tarde una amiga me compró dos cachorros y me negué a regalarlos. Mi cooperativa amenazó con desalojarnos. Un abogado me sugirió que consiguiera una carta de mi psiquiatra. Escribió que tenía deficiencias emocionales y el abogado dijo que no era suficiente. Entonces escribió que yo apenas puedo funcionar o administrar mi tienda sin ellos. Así gané el pleito".
"Duermen conmigo", dijo. "Les tengo un cochecito doble. Van a restaurantes conmigo y viajan conmigo".
"Las dos dijeron que sus animales eran perros de apoyo emocional", dijo Gil Ohana, el gerente, explicando por qué las habían dejado entrar. "Una de ellas traía incluso una carta de su doctor".
Profesionales de la salud vienen recomendando la tenencia de mascotas como apoyo psicológico o emocional durante más de dos décadas, basándose en investigaciones que resaltan sus numerosos beneficios, incluyendo los de vidas más largas y menos estrés para los dueños de mascotas.
Pero hace poco varios hosteleros de Nueva York han observado un aumento en el número de clientes que quieren entrar con sus perros que les sirven de apoyo emocional. En el pasado los restaurantes aceptaban solamente a los perros lazarillos.
"Nunca oí antes nada sobre los animales como apoyo emocional", dice Steve Hanson, dueño de doce restaurantes, entre ellos Blue Fin y Blue Water Grill en Manhattan. "Y ahora de repente, en los últimos meses, todo el mundo empezó a hablar del tema".
La creciente aparición de mascotas cuyos amos dicen que los necesitan como apoyo emocional en restaurantes -así como en aviones, oficinas e incluso balnearios de salud- se remonta, de acuerdo a los que adiestran a esos animales, a una disposición de 2003 del ministerio de Transporte. La resolución redefinió las políticas con respecto a los pasajeros minusválidos en los aviones, declarando por primera vez que los animales utilizados para ayudar a personas con achaques emocionales como depresión o ansiedad deberían tener el mismo acceso y privilegios que los animales que ayudan a personas con discapacidades físicas como la ceguera o la sordera.
Un año después las cortes de apelaciones del estado de Nueva York aceptaron por primera vez los argumentos de los amos de mascotas en dos casos en los que el apoyo emocional era un motivo viable para tener una mascota, a pesar de los reglamentos de edificios que no admiten mascotas. Los casos y la resolución del ministerio de Transporte se difundieron boca a boca, también con ayuda de la televisión e internet. Ahora las aerolíneas están luchando para alojar en la cabina de pasajeros a perros de 45 kilos e incluso a cabras de apoyo emocional. Y los negocios como restaurantes no implicados directamente en las decisiones sobre aerolíneas o viviendas hacen frente a un grupo de clientes con nuevos bríos que quieren ser admitidos con sus animales.
Mientras la mayoría de la gente que adiestra a animales que ayudan a minusválidos -conocidos como animales de servicio- están contentos de que se ayude a personas que lo merecen, algunos también están preocupados de que los dueños de mascotas que simplemente prefieren almorzar con su Labradoodle están haciendo un mal uso de las directivas.
"El documento con las directivas del ministerio de Transporte fue una decisión escandalosa", dice Joan Froling, presidente de la Asociación Internacional de Perros de Asistencia [International Association of Assistance Dog Partners], una organización sin fines de lucro que representa a gente que depende de perros de servicio. "En lugar de aclarar la diferencia entre animales de apoyo emocional que proporcionan alivio por su mera presencia y animales adiestrados para realizar servicios específicos para los minusválidos, decidieron que los animales de apoyo eran animales de servicio".
Nadie entrevistado para este reportaje admitió sacar partido de las directivas, pero hay evidencias de que sí ocurre. Cynthia Dodge, fundadora y dueña de Tutor Service Dogs, de Greenfield, Massachusetts, dijo que ha visto cómo los animales de apoyo emocional han transformado la vida de la gente. También ha "conocido a algunas personas con perros pequeños sobre los que dicen que son animales de apoyo emocional, aunque no lo son", dijo. "Ha habido adolescentes que se acercan a mí para que les de certificados por sus perros. No está bien y es un terrible insulto para la comunidad de minusválidos. Lo están para los que realmente lo necesitan".
La Ley de Discapacidades de 1990 afirma que cualquiera que dependa de un animal para funcionar debería tener pleno acceso a todo tipo de negocios privados que sirvan al público, como restaurantes, tiendas y teatros. La ley especifica que esos animales deben ser adiestrados específicamente para asistir a sus dueños. Los verdaderos animales de servicio son preparados para tareas como encontrar compañía cuando una persona se siente angustiada o impedir que las personas se revuelquen sobre sus estómagos cuando tienen ataques de apoplejía.
Pero ahora, debido a que el documento del ministerio de Transporte de 2003 no dice nada sobre el adiestramiento, los dueños de mascotas pueden afirmar que incluso los chuchos sin adiestramiento son ‘animales de servicio’, dijo Froling. "La gente piensa: ‘’Si el ministerio dice que puedo llevar a mi mascota en el avión, entonces la puedo llevar a todas partes’", dijo.
Aphrodite Clamar-Cohen, que enseña psicología en el John Jay College de Manhattan y asiste a la consulta de un psicoterapeuta, dice que su perro, una mezcla con pit bull, la ayuda a evitar los estados de ánimo sombríos que empezaron tras la muerte de su marido hace ocho años. Se enteró de las mascotas de apoyo psicológico por la Delta Society, un grupo sin fines de lucro que busca reunir a personas y animales, y así consiguió su perro, Alexander, el año pasado. "Cuando viajo les digo a los hoteles derechamente que ‘Alexander Perro Cohen’ también viene y que es el perro de mis necesidades emocionales", dice. Reconoció que el perro no está adiestrado como animal de servicio.
"Lo necesito para mi salud mental", dijo. "Sin él no sabría qué hacer".
Es ampliamente aceptado que los animales pueden proporcionar beneficios emocionales a las personas. "Hay un montón de pruebas de que los animales constituyen importantes antidepresivos", dijo Carole Fudin, un asistente social clínica que se especializa en los vínculos entre animales y humanos. "Dan seguridad y son un lubricante emocional maravilloso que ayudan a la gente con temores paralizantes como la agorafobia".
Grupos de dueños de mascotas con ‘perros de terapia’ preparados especialmente visitan hospitales desde hace mucho y hacen trabajo voluntario después de desastres. Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, se reclutaron cien perros de terapia para consolar a las familias de las víctimas en un centro especial.
Pero la doctora Fudin dijo que la dependencia emocional de un animal puede llegar demasiado lejos. "Si una persona no puede aguantar la idea de salir sin un animal, eso sugeriría que tiene un nivel de ansiedad extrema", dijo, "y que él o ella deberían probablemente medicarse, hacer psicoterapia, o las dos cosas".
La cuestión sobre cuándo un animal pasa de ser una mascota que proporciona afecto y compañía a ser un animal de apoyo emocional, sin el cual el dueño no puede vivir, es subjetiva.
Elicia Brand, 36, dice que el papel que ha jugado su perro de montaña bernés en su vida cambió drásticamente después de que ella sufriera severos traumas: se quedó atrapada en el metro durante los atentados del 11 de septiembre de 2001 y fue violada al año después. "Mi perro era mi muleta. Si no lo hubiese tenido, yo no estaría aquí ahora". Después del 11 de septiembre, Brand inscribió a su perro en un programa de adiestramiento de socorro en desastres y lo hizo seguir un entrenamiento de diez semanas de modo que se convirtiera en un animal de terapia que sirviera también para otros. Ahora el perro la acompaña a todas partes, incluso a su trabajo. También tiene un terapeuta y se medica.
Una razón por la que es difícil separar los variados niveles de dependencia de la gente con respecto a sus animales es que es una violación de la ley de discapacidades preguntar sobre las minusvalías de alguien, y aunque se supone que los animales de servicio deben ser adiestrados, no existe una lista definitiva de las habilidades que deben tener esos animales.
"La ley se basa en la honestidad", dice Froling. "El objetivo era asegurarse de que la gente con discapacidades no tuviera problemas. No hicieron el listado de los servicios que debía realizar un animal, porque no querían limitar la creatividad, y no querían especificar que se trataba de perros porque los monos estaban siendo adiestrados para tareas útiles".
En estos días la gente cuenta con una verdadera Arca de Noé de animales de apoyo. Tami McLallen, portavoz de American Airlines, dijo que aunque los perros son los animales de servicio más corrientes que suben a los aviones, la aerolínea ha tenido que recibir a monos, ponis, gatos e incluso un pato de apoyo emocional. "Su dueño lo vestía", recuerda.
También ha habido al menos dos casos (en American y en Delta) en que las aerolíneas han tenido cabras de apoyo emocional. McLallen dijo que la aerolínea acoge a animales de servicio todos los días; todo lo que los dueños tienen que hacer es presentarse con una carta de un profesional de la salud mental y el animal puede viajar suelto en la cabina.
No hay manera de saber cuántas de las mascotas viajan ahora en clase turista o acompañan a sus amos a cenar en restaurantes han sido adiestradas en tareas relacionadas con la salud. Pero el hecho de que chalecos de perro con las palabras ‘animal de servicio’ y tarjetas del tamaño de una billetera explicando los derechos de un dueño de un perro de apoyo estén disponibles en internet, que se pueden encargar sin responder pregunta alguna, sugiere que hay bastante espacio para los que quieren explotarlo.
Una de esas tarjetas proclama: "Esta persona va acompañada por un Perro de Servicio -un animal adiestrado individualmente para realizar tareas de apoyo para personas discapacitadas. Los Perros de Servicio son animales que trabajan, no mascotas". En el reverso hay un número para llamar al ministerio de Justicia para pedir información sobre la Ley de Discapacidades.
Una mujer de 30 años, vecina de Croton-on-Hudson, Nueva York, dijo que ella no visita a un psicoterapeuta pero sufre de problemas de ansiedad y abandono y que se enteró de los perros para necesidades emocionales en un programa de televisión. Compró un chaleco de perro en internet, con las palabras ‘perro de servicio en entrenamiento’ para uno de los varios perros con los que vive, aunque ninguno de ellos ha sido preparado como animal de servicio. "Tener mis perros conmigo me hace menos hostil", dijo la mujer, que se negó a dar su nombre.
"Yo puedo pasar multas o meter a la gente en la cárcel si no me dejan entrar a un restaurante con mis perros, porque están violando mis derechos", insistió.
En general, los dueños de negocios están dispuestos a acoger a animales de servicio. Aunque Completely Bare, una cadena de balnearios de salud en Nueva York y Palm Beach, Florida, tiene como política prohibir a los animales en las salas de tratamiento, Cindy Barshop, la dueña de la compañía dijo que hacía excepción para una cliente que insistió en que necesitaba su enorme perro como apoyo mientras era sometida a una operación de remoción de pelo con rayos láser. "Tuvimos que cubrir al perro con una manta para proteger sus ojos durante la operación", dijo Barshop.
Un área en la que los dueños de negocios se han resistido a lo que ven como un abuso de la ley, es la vivienda. Abogados tanto de inquilinos como de caseros dicen que los casos en relación con exigencias de la gente para que los animales de servicio sean admitidos en edificios que prohíben a las mascotas en Nueva York han aumentado marcadamente en los últimos dos años, con frecuentes resoluciones a favor de los inquilinos.
"Si tienes el respaldo de un profesional médico y puedes mostrar una conexión entre una incapacidad y la tenencia de un animal, tengo éxito en un 99.9 por ciento", dice Karen Copeland, una abogada de inquilinos.
Uno de sus clientes actuales sostiene que ella necesita un animal en su apartamento porque se está recuperando de su adición al alcohol y, excepto su mascota, todos sus amigos son bebedores. Otro cliente, Anthony Milburn, vive en Kew Gardens, Queens, con cinco cocker spaniels y uno de raza mixta. Dice que sufre fuertes dolores de pecho debido a la estrés y tiene una carta de un asistente social que dice que él depende de sus mascotas para su bienestar emocional. Está metido en un pleito contra su casero.
Bradley Silverbush, un socio de Borah, Goldstein, Altschuler, Schwartz & Nahins, la firma de propietarios más grande de Nueva York, dice que la gente está manipulando la ley.
"Soy dueño de un perro y amo a los perros, pero reclamar apoyo emocional está más allá del afecto", dijo. "La gente envía cartas de doctores que dicen que la persona depende del animal, o que ha perdido recién a un familiar y que compró un Pomeranian. Algunos doctores prescriben todo lo que les piden sus pacientes".
Jerri Cohen, dueña de una joyería en Manhattan, dijo que había tratado de vivir sin animales cuando se casó con un hombre que compró un apartamento en un edificio sin mascotas. "Tuve una fuerte depresión y tuve que medicarme", dijo. "Tres años más tarde una amiga me compró dos cachorros y me negué a regalarlos. Mi cooperativa amenazó con desalojarnos. Un abogado me sugirió que consiguiera una carta de mi psiquiatra. Escribió que tenía deficiencias emocionales y el abogado dijo que no era suficiente. Entonces escribió que yo apenas puedo funcionar o administrar mi tienda sin ellos. Así gané el pleito".
"Duermen conmigo", dijo. "Les tengo un cochecito doble. Van a restaurantes conmigo y viajan conmigo".
14 de mayo de 2006
©new york times
©traducción mQh
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