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matanza de civiles en iraq


[Eric Schmitt y David S. Cloud] Documentos contradicen versión sobre matanza de civiles.
Washington, Estados Unidos. En febrero y marzo un investigador militar descubrió evidencias que contradicen los repetidos alegatos de los marines de que los civiles iraquíes matados en Haditha en noviembre pasado fueron víctimas de una bomba improvisada, de acuerdo a un alto oficial militar en Iraq.
Entre las pruebas que contradicen la versión de los marines se encuentran los certificados de defunción que muestran que todas las víctimas iraquíes tenían heridas de bala, la mayoría de ellas en la cabeza y pecho, dijo el oficial.
La investigación, que fue dirigida por el coronel Gregory Watt, un oficial del ejército en Bagdad, también hizo surgir interrogantes sobre si los marines respetaron las reglas establecidas para identificar posibles amenazas cuando allanaron las casas cercanas al sitio de un atentado con bomba improvisada, que mató a un marine.
La pesquisa de tres semanas fue la primera investigación oficial del episodio, que fue revelado por primera vez por la revista Time de enero, y que los militares estadounidenses dicen ahora que parece haber sido un ataque injustificado de los marines contra los civiles, en el que mataron a 24 civiles iraquíes. Las conclusiones de la investigación del coronel Watt, que empezó el 14 de febrero, no habían sido reveladas previamente.
"Hay suficientes inconsistencias", dijo el alto oficial, que fue interrogado sobre las conclusiones de la investigación preliminar del coronel Watt.
El oficial accedió a comentar los hallazgos sólo después de que se le prometiera conservar el anonimato. Los hallazgos no han sido dados a conocer y el Pentágono y los marines se han negado a comentar detalles de la investigación en curso, diciendo que podrían poner en peligro la investigación.
Cuando el coronel Watt describió los hallazgos al teniente general Peter Chiarelli, el 9 de marzo, estos plantearon tantas interrogantes sobre la veracidad del informe de los marines que el general Chiarelli comunicó el asunto al comandante de los marines en Iraq, el que ordenó una investigación criminal que los oficiales dicen que podría resultar en una acusación criminal contra los miembros de la unidad.
Los hallazgos del coronel Watt también provocaron que el general Chiarelli ordenara una investigación paralela sobre si altos oficiales de los marines y otros militares trataron de encubrir lo que había ocurrido.
La investigación del coronel Watt incluye entrevistas con marines de los que se cree que participaron en los asesinatos, así como con altos oficiales de la unidad, el Tercer Batallón del Primer Regimiento de la Marina.
Entre ellos se encontraba el sargento de segunda clase Frank Wuterich, sobre el que los oficiales dijeron que era uno de los suboficiales de la patrulla, y el teniente coronel Jeffrey R. Chessani, el comandante del batallón, dijo el oficial. El coronel Chessani fue relevado de su comando en abril, tras el retorno de Iraq de la unidad.
En sus versiones al coronel Watt, los marines dijeron que ellos fueron atacados con armas de fuego en la primera de las cinco viviendas que allanaron cerca del lugar del atentado, de acuerdo al oficial militar.
El oficial dijo que los marines recuerdan haber oído que se "preparaba un arma para ser usado contra ellos".
El coronel Watt también revisó los pagos por un total de 38 mil dólares otorgados a familiares de las víctimas semanas después del tiroteo.
En una entrevista el martes, el mayor Dana Hyatt, el oficial que efectuó los pagos, dijo que sus superiores le ordenaron indemnizar a los familiares de 15 víctimas, pero le dijeron que el resto de las víctimas habían cometido actos hostiles, por lo que sus familias no podrían recibir ninguna compensación.
Tras los pagos iniciales, sin embargo, esas familias exigieron indemnizaciones similares, insistiendo en que sus familiares no habían atacado a los marines, dijo el mayor Hyatt.
El mayor Hyatt dijo que él había sido autorizado por el coronel Chessani y otros oficiales de alto rango en el cuartel general de los marines para efectuar los pagos a los familiares de quince de las víctimas.
El coronel Chessani "era parte de la cadena de comando de las autorizaciones", dijo el mayor Hyatt.
La lista de las quince víctimas que se cree que no eran combatientes fue compilada por personal de inteligencia del batallón, dijo el mayor Hyatt. Esas víctimas estaban relacionadas con un miembro del ayuntamiento de Haditha, dijo. A veces, los militares americanos pagan compensaciones a los familiares de víctimas civiles.
Las familias de las víctimas recibieron un total de 2.500 dólares cada una, el máximo que permite el reglamento de los marines, junto con pagos de 250 dólares para los dos niños que resultaron heridos. El mayor Hyatt dice que élt también pagó compensaciones por los daños causados a dos casas.
"No dije que hubiésemos cometido un error", dijo el mayor Hyatt, describiendo lo que dijo al miembro del ayuntamiento que representa a las víctimas. "Dije que me habían autorizado a pagar indemnizaciones a esas quince familias porque considerábamos que no estuvieron implicadas en el enfrentamiento".
Los militares empezaron la investigación de las muertes sólo después de que la revista Time presentara los hallazgos de su investigación a un portavoz militar en Bagdad a principios de febrero.
El general Chiarelli, un oficial del ejército que tomó el mando de las fuerzas terrestres americanas en Iraq en enero, se enteró poco despúes de que el portavoz fuera notificado de que los marines no habían investigado el incidente, de acuerdo al oficial.
El martes, el portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow, dijo que el presidente Bush se enteró del episodio después de la investigación de la revista Time, cuando fue informado por Stephen Hadley, el asesor de seguridad nacional. "Cuando lo hayamos investigado, daremos a conocer al público todos los detalles, para que todos tengamos una idea de qué fue lo que ocurrió", dijo Snow.

1 de junio de 2006
©new york times
©traducción mQh
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