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escuadrón de la muerte sunní


[Nelson Hernández y Naseer Nouri] Milicianos asesinan a estudiantes en un autobús iraquí.
Bagdad, Iraq. Evidentemente, la fe hizo la diferencia entre la vida y la muerte para la gente a bordo de tres minibuses que, el domingo en la mañana, se dirigían desde el pueblo de Qara Taba hacia Baqubah, una violenta ciudad del norte de la capital iraquí.
Los pistoleros que pararon los buses y obligaron a los pasajeros a descender, actuaron con un simple propósito, dijo un oficial del ejército iraquí: Si el hombre era sunní, vivía; si no, moría.
Al menos 19 personas fueron asesinadas, 12 de ellas estudiantes secundarios y, universitarios que viajaban a Baqubah para los exámenes finales, dijo el coronel Abdullah Ihsooni Abdullah. La Associated Press dijo que habían muerto 21 personas. La mayoría de ellas eran chiíes miembros de la minoría étnica kurda, dijo un miembro del consejo provincial de Diyala. Sobrevivieron cuatro sunníes, dijeron oficiales, de una masacre más descarada, pero no menos brutal que los otros asesinatos religiosos que vienen ocurriendo casi a diario en Iraq.
Horas después de la masacre, el naciente gobierno iraquí, luchando con las mismas tensiones étnicas y religiosas que provocan regularmente incidentes violentos aquí, seguía de punta sobre la pregunta de quién debe controlar el ejército y la fuerza policial iraquíes. Después de horas de deliberar a puertas cerradas, los políticos finalmente pospusieron una largo tiempo esperada reunión el domingo, en la que se suponía que los legisladores elegirían tres posiciones de gabinete de una breve lista de nominados.
Los jefes de partidos fueron aparentemente incapaces de llegar a un consenso incluso sobre quién podría ser nominado. Un diputado y orador del parlamento, Khalid al-Atiya, dijo en una rueda de prensa que la sesión había sido pospuesta "debido a la enorme cantidad de candidatos presentados a último minuto".
El retraso parece derivarse de un desacuerdo dentro de la coalición de partidos chiíes, que ocupa la mayor parte de los escaños del parlamento. Aparentemente, el Consejo Supremo para la Revolución Islámica en Iraq, un poderoso partido dentro de la alianza chií, no quiso endorsar a los candidatos propuestos para el ministerio del Interior por el primer ministro Nouri al-Maliki, que es también miembro de la alianza chií.
"Ahora la pelota está en el patio de la alianza", dijo sobre sus contrapartes chiíes el portavoz sunní, Nooraldeen al-Hayali. "Tienen un problema. No se han puesto de acuerdo sobre el candidato del ministerio del Interior, pero quizá dentro de dos días logren llegar a uno".
Un funcionario estadounidense en Bagdad criticó al Consejo Supremo para la Revolución Islámica en Iraq por retrasar el proceso político, diciendo que el partido debía mostrar su respaldo al gobierno de dos semanas de Maliki.
"Estamos muy decepcionados de que el primer ministro fuera impedido de completar su gobierno debido a la obstinación de un partido", dijo el funcionario, que concedió una entrevista telefónica a condición de conservar el anonimato. "En este momento, es sólo el Consejo Supremo el que está retrasando [la formación del gobierno]. No creo haber oído ni una sola queja legítima sobre la lista propuesta por el primer ministro".
Pero Haider al-Ibadi, otro miembro de la alianza chií, dijo en una entrevista que los desacuerdos iban más allá que solamente el ministerio del Interior.
"Parece que los otros bloques tenían otros candidatos que no fueron aceptados por la alianza y el primer ministro" porque, dijo Ibadi, tenían lazos con el régimen de Saddam Hussein, que fue derrocado por tropas norteamericanas en 2003.
Durante las deliberaciones hubo también incidentes violentos. En la provincia de Diyala, una zona mixta sunní-chií al norte de Bagdad, fue el escenario no solamente de la masacre en los autobuses, sino también de un ataque de hombres armados que mataron a un agente de policía y tres familiares de este el domingo noche, dijo el capitán de ejército Anwar Salam.
En Bagdad, un grupo de hombres armados mataron a cuatro personas que trabajaban en una compañía estatal de comunicaciones cuando descendían de un autobús frente a su oficina, dijo un oficial del ejército.
Un soldado norteamericano murió el sábado, en combate, al oeste de Bagdad, dijeron autoridades militares el domingo. Y tres personas murieron cuando una unidad de artillería estadounidense disparó accidentalmente un proyectil de 155 milímetros en la ciudad de Hibhib, cerca de Baqubah, durante un ejercicio el viernes, según una declaración militar el domingo. Los militares dijeron que el incidente está siendo investigado.
El sábado noche, en la sureña ciudad de Basra, la policía allanó una mezquita sunní poco después de la explosión de una bomba que mató al menos a 27 personas. La gente en la zona dijo que la policía había matado a varios fieles desarmados, pero la policía dijo que fueron atacados y mataron a nueve insurgentes, informaron los servicios de prensa.
En Samawah, al sur de Iraq, una protesta contra la falta de electricidad, agua y combustible, además de la corrupción, se convirtió en una pequeña batalla cuando los manifestantes quemaron llantas y bloquearon las calles. La policía empezó a disparar en el aire para alejar a los manifestantes, pero aparentemente la situación escaló, provocando que pidieran refuerzos del ejército iraquí. Las tropas del ejército impusieron un toque de queda y cerraron todas las tiendas de la ciudad.

Bassam Sebti, Omar Fekeiki y Saad al-Izzi en Baghdad, Hassan Shammari en Baqubah, Saad Sarhan en Nayaf contribuyeron a este reportaje.

5 de junio de 2006
©washington post
©traducción mQh
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