vagabundo en el banquillo
[Anahad O'Connor] Vagabundo será procesado por asesinato de odio.
White Plains, Nueva York, Estados Unidos. La menuda rubia fue encontrada en una poza de sangre a plena luz del día cerca de un concurrido centro comercial. Un vagabundo negro con antecedentes de violentas violaciones fue rápidamente arrestado a una cuadra del lugar, sin camisa y empapado en sangre. Dijo más tarde a la policía que se había escondido durante horas ese día en un hueco de escalera, con el plan de matar a una persona blanca.
El lunes, casi un año más tarde, el hombre, Phillip Grant, 44, compareció ante la Corte Suprema del estado aquí, para ser acusado de un crimen de odio. El asesinato no solamente consternó a la gente por su brutalidad y arbitrariedad, sino también porque mostró bajo una poco favorecedora luz el modo en que el condado de Westchester trata a sus vagabundos.
Los fiscales dijeron al jurado que el 29 de junio, Grant, con un cuchillo, se acurrucó en el hueco de una escalera en un estacionamiento cubierto cerca del centro comercial Galleria hasta que divisó a su víctima, Concetta Russo-Carriero; luego se abalanzó sobre ella. Russo-Carriero, 56, una secretaria judicial de White Plains de pelo rubio rojizo y ojos verdes, trabajaba en un bufete al otro lado de la calle. Murió a consecuencia de dos puñaladas en su pecho que le atravesaron el corazón.
Grant, dijeron más tarde las autoridades, había estado pasando las noches en un refugio en el aeropuerto y, los días, deambulando por White Plains.
"El acusado tenía planes para ese día", dijo al jurado el fiscal Tim Ward. "Eran planes siniestros, eran ideas malvadas, eran ideas criminales. Y mientras hacía sus cosas ese día, Russo-Carriero estaba inconsciente del peligro que se cernía sobre ella".
Ward citó como evidencias las declaraciones que hizo Grant ante detectives horas después del asesinato, en una confesión que fue grabada en video, que fue oída por el tribunal durante las vistas preliminares.
"Todo lo que sabía era que ella tenía el pelo rubio y los ojos azules y tenía que morir", dice Grant en la cinta a sus interrogadores. "Si tuviera una pistola, habría un montón de gente blanca muerta en las calles de White Plains".
El abogado de Grant, Eugene Traynor, presentó al jurado una versión diferente de los acontecimientos ese día. Sí, Grant dice cosas atroces en el video que no lo convierten en un "personaje atractivo", dijo Traynor. Y, sí, Grant empezó a confesar el asesinato casi tan pronto como fue detenido, dijo el abogado.
Pero dijo que Grant era víctima de un error de identidad, un hombre que casualmente correspondía con la descripción del asesino proporcionada por testigos -"un hombre negro de pantalones oscuros"- y que confesó falsamente bajo presión de las autoridades.
"Existe la posibilidad de que se trate de una enorme confusión en cuanto a quién cometió este asesinato", dijo.
El asesinato de Russo-Carriero, durante el almuerzo un día lluvioso, inquietó a los vecinos de este ciudad relativamente pequeña de centros comerciales y elegantes torres de oficinas y provocó que el país reexaminara el modo en que trata a su población indigente.
Grant era uno de los varios delincuentes sexuales de tercer nivel -considerados los más peligrosos-, al que se le había permitido dormir en un centro de acogida en el aeropuerto del condado, en Valhalla. Todas las mañanas a las seis eran subidos a un autobús y transportados al centro de White Plains, donde descendían para deambular por la ciudad.
Muchos, como Grant, se reunían cerca de las escaleras del garaje estacionamiento conectado al centro comercial donde fue asesinada Russo-Carriero.
Pero después del homicidio, el condado recibió críticas tan severas de parte de funcionarios locales que se terminó con el servicio del autobús, se cerró el centro de acogida del aeropuerto y se contrató a supervisores adiestrados para ‘vigilar' a la docena de delincuentes sexuales peligrosos que alojan en sus refugios. El homicidio también llevó a funcionarios locales y legisladores del estado a renovar sus llamados a una ley de confinamiento civil, una medida que mantendría a los depredadores sexuales violentos encerrados en instituciones incluso después de que cumplan sus penas de prisión.
La familia de Russo-Carriero finalmente entabló una demanda contra el condado y White Plains, acusándolos de negligencia. La demanda está pendiente. Su marido y dos hijos asistieron tranquilamente a la corte el lunes, acompañados por su abogado. Lloraron de vez en vez cuando el fiscal describía las versiones de los testigos sobre los gritos de la víctima que hacían eco en todo el garaje.
"Era una mujer activa, decente, y le apagaron la vida", dijo Ward. "Y os preguntáis por qué. La razón es simple y puro odio".
Pero en su declaración inicial, Traynor instó a los jurados -siete hombres blancos, cuatro mujeres blancas y una mujer negra- a dejar de lado su simpatía hacia la víctima y centrarse en las lagunas del caso.
Traynor señaló que nadie había presenciado el homicidio y que un transeúnte que acudió en ayuda de Russo-Carriero más tarde, dijo a la policía que Grant no era el hombre que él vio huir del lugar de los hechos. Traynor agregó que las investigaciones forenses no fueron capaces de detectar el ADN de Grant en el cuchillo usado para matar a Russo-Carriero, que fue encontrado en un callejón desierto envuelto en una camiseta blanca.
Traynor sostiene que Grant inventó, bajo presión de las autoridades, la confesión y sus declaraciones en cuanto a su odio de la gente blanca, y citó como evidencia otras declaraciones que hizo en la cinta.
En varias ocasiones durante la confesión, Grant fanfarronea de haber apuñalado al menos a otras dos mujeres -incluyendo una en New Rochelle, en Halloween en 2003- y proporciona espeluznantes detalles sobre esos crímenes. Pero los investigadores examinaron los asuntos y no encontraron ninguna evidencia de que hubiesen ocurrido alguna vez, y finalmente los desecharon como invenciones, dijo Traynor.
"Esa cinta es un caos completamente infiable, un terrible símbolo de injusticia", dijo Traynor. "Nadie vio el asesinato, y ocurrió de tal modo que nadie sabe exactamente quién lo hizo".
El lunes, casi un año más tarde, el hombre, Phillip Grant, 44, compareció ante la Corte Suprema del estado aquí, para ser acusado de un crimen de odio. El asesinato no solamente consternó a la gente por su brutalidad y arbitrariedad, sino también porque mostró bajo una poco favorecedora luz el modo en que el condado de Westchester trata a sus vagabundos.
Los fiscales dijeron al jurado que el 29 de junio, Grant, con un cuchillo, se acurrucó en el hueco de una escalera en un estacionamiento cubierto cerca del centro comercial Galleria hasta que divisó a su víctima, Concetta Russo-Carriero; luego se abalanzó sobre ella. Russo-Carriero, 56, una secretaria judicial de White Plains de pelo rubio rojizo y ojos verdes, trabajaba en un bufete al otro lado de la calle. Murió a consecuencia de dos puñaladas en su pecho que le atravesaron el corazón.
Grant, dijeron más tarde las autoridades, había estado pasando las noches en un refugio en el aeropuerto y, los días, deambulando por White Plains.
"El acusado tenía planes para ese día", dijo al jurado el fiscal Tim Ward. "Eran planes siniestros, eran ideas malvadas, eran ideas criminales. Y mientras hacía sus cosas ese día, Russo-Carriero estaba inconsciente del peligro que se cernía sobre ella".
Ward citó como evidencias las declaraciones que hizo Grant ante detectives horas después del asesinato, en una confesión que fue grabada en video, que fue oída por el tribunal durante las vistas preliminares.
"Todo lo que sabía era que ella tenía el pelo rubio y los ojos azules y tenía que morir", dice Grant en la cinta a sus interrogadores. "Si tuviera una pistola, habría un montón de gente blanca muerta en las calles de White Plains".
El abogado de Grant, Eugene Traynor, presentó al jurado una versión diferente de los acontecimientos ese día. Sí, Grant dice cosas atroces en el video que no lo convierten en un "personaje atractivo", dijo Traynor. Y, sí, Grant empezó a confesar el asesinato casi tan pronto como fue detenido, dijo el abogado.
Pero dijo que Grant era víctima de un error de identidad, un hombre que casualmente correspondía con la descripción del asesino proporcionada por testigos -"un hombre negro de pantalones oscuros"- y que confesó falsamente bajo presión de las autoridades.
"Existe la posibilidad de que se trate de una enorme confusión en cuanto a quién cometió este asesinato", dijo.
El asesinato de Russo-Carriero, durante el almuerzo un día lluvioso, inquietó a los vecinos de este ciudad relativamente pequeña de centros comerciales y elegantes torres de oficinas y provocó que el país reexaminara el modo en que trata a su población indigente.
Grant era uno de los varios delincuentes sexuales de tercer nivel -considerados los más peligrosos-, al que se le había permitido dormir en un centro de acogida en el aeropuerto del condado, en Valhalla. Todas las mañanas a las seis eran subidos a un autobús y transportados al centro de White Plains, donde descendían para deambular por la ciudad.
Muchos, como Grant, se reunían cerca de las escaleras del garaje estacionamiento conectado al centro comercial donde fue asesinada Russo-Carriero.
Pero después del homicidio, el condado recibió críticas tan severas de parte de funcionarios locales que se terminó con el servicio del autobús, se cerró el centro de acogida del aeropuerto y se contrató a supervisores adiestrados para ‘vigilar' a la docena de delincuentes sexuales peligrosos que alojan en sus refugios. El homicidio también llevó a funcionarios locales y legisladores del estado a renovar sus llamados a una ley de confinamiento civil, una medida que mantendría a los depredadores sexuales violentos encerrados en instituciones incluso después de que cumplan sus penas de prisión.
La familia de Russo-Carriero finalmente entabló una demanda contra el condado y White Plains, acusándolos de negligencia. La demanda está pendiente. Su marido y dos hijos asistieron tranquilamente a la corte el lunes, acompañados por su abogado. Lloraron de vez en vez cuando el fiscal describía las versiones de los testigos sobre los gritos de la víctima que hacían eco en todo el garaje.
"Era una mujer activa, decente, y le apagaron la vida", dijo Ward. "Y os preguntáis por qué. La razón es simple y puro odio".
Pero en su declaración inicial, Traynor instó a los jurados -siete hombres blancos, cuatro mujeres blancas y una mujer negra- a dejar de lado su simpatía hacia la víctima y centrarse en las lagunas del caso.
Traynor señaló que nadie había presenciado el homicidio y que un transeúnte que acudió en ayuda de Russo-Carriero más tarde, dijo a la policía que Grant no era el hombre que él vio huir del lugar de los hechos. Traynor agregó que las investigaciones forenses no fueron capaces de detectar el ADN de Grant en el cuchillo usado para matar a Russo-Carriero, que fue encontrado en un callejón desierto envuelto en una camiseta blanca.
Traynor sostiene que Grant inventó, bajo presión de las autoridades, la confesión y sus declaraciones en cuanto a su odio de la gente blanca, y citó como evidencia otras declaraciones que hizo en la cinta.
En varias ocasiones durante la confesión, Grant fanfarronea de haber apuñalado al menos a otras dos mujeres -incluyendo una en New Rochelle, en Halloween en 2003- y proporciona espeluznantes detalles sobre esos crímenes. Pero los investigadores examinaron los asuntos y no encontraron ninguna evidencia de que hubiesen ocurrido alguna vez, y finalmente los desecharon como invenciones, dijo Traynor.
"Esa cinta es un caos completamente infiable, un terrible símbolo de injusticia", dijo Traynor. "Nadie vio el asesinato, y ocurrió de tal modo que nadie sabe exactamente quién lo hizo".
13 de junio de 2006
©new york times
©traducción mQh
1 comentario
Emeterio blanco serrano -
El día 6 de abril de 2006 El País publica un artículo titulado Nueva vida en el volcán en donde se daba cuenta del éxito de la expedición.
En todo momento Ignacio Martín, que así se llama el expedicionario, afirma ser el primero en llegar a la Caldera de Luba. Esto, con toda probabilidad, no es cierto y así lo atestiguan testimonios como el de Andy Maykuth que en su blog el día 2 de diciembre de 2005 muestra su extrañeza al ver a Ignacio Martín diciendo que es el primero en llegar a la Caldera de Luba. Igualmente en el mismo sentido expediciones españolas de los años cincuenta y sesenta.
En esta página Web podrá seguir esta historia:
http://www.raimonland.net/foro/index.php?act=ST&f=5&t=888&s=37101e94eae811ac08a85e65801cccf0
También tecleando en Google Caldera de Luba
Si consideras que esta historia es un montaje, pásala, por favor, a las personas que conozcas, foros, blog o a los medios de comunicación a tu alcance a ver si conseguimos que El País rectifique.
Buenas noches y buena suerte. Fair Play. Gracias.