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pena de muerte por corrupción


[Don Lee] Un hombre de negocios fue ejecutado por conspiración para cometer un homicidio, pero la verdad puede ocultar misteriosos tratos y el intento de Pekín de sentar un tenebroso ejemplo.
Liaoyang, China. Al final, la riqueza de Yuan Baoying no le salvó la vida, sino apenas le consiguió una ejecución menos sucia.
Una ventosa mañana de marzo, Yuan fue sentenciado a muerte por su supuesta participación en el asesinato de un agente de la policía local. Sólo seis meses antes, las autoridades habían indultado al inversionista, según unas versiones, después de que su mujer prometiera pagar al estado seis mil millones de dólares en títulos de una compañía petrolífera.
Yuan, vestido de blanco, quedó anonadado cuando le leyeron el último veredicto. "No puedo aceptar esto. Tengo información para denunciar a otros", gritó el acusado de 40 años mientras unos agentes con cascos le sacaban de la sala del tribunal para meterlo a una furgoneta negra.
A cinco kilómetros de la ciudad, la furgoneta se detuvo ante las puertas del Tanatorio de Liaoyang, donde Yuan fue empujado en una furgoneta policial equipada con una camilla y un ordenador, de acuerdo a una persona en el sitio. Le inyectaron dos jeringas a Yuan. La primera inyección lo paralizó; la segunda detuvo los latidos de su corazón.
Apenas tres horas después de dictada la sentencia de muerte, las autoridades entregaron a la viuda de Yuan las cenizas de su cuerpo incinerado, de acuerdo al testigo y a la prensa local china. También recibió una cuenta por 2.500 dólares -el coste de la inyección letal que remplazó a la forma de ejecución más barata y más común aquí: una bala en la nuca.
Expertos jurídicos y vecinos aquí dicen que la ejecución de Yuan es un ejemplo de la plaga de la China de hoy: la corrupción.
El presidente chino Hu Jintao dijo el 30 de junio que la corrupción estaba amenazando el control del poder por el Partido Comunista. Hu llamó a renovar las medidas represivas tras varios escándalos de alto nivel. Denunció "persistentes casos de funcionarios de alto nivel que abusan del poder para procurarse beneficios privados, participan en tratos corruptos, quebrantan la ley y se corrompen".
En un caso reciente, el vice-alcalde de Pekín, Liu Zhihua -que estaba a cargo de un proyecto de construcción de 40 billones de dólares para las Olimpíadas de 2008- fue despedido "debido a sus modos corruptos y degenerados", informó la agencia china Xinhua. En otro escándalo, el vice-almirante Wang Shouye, un comandante de la marina china, fue despojado de su puesto y de su escaño en el parlamento.
En los últimos años, la policía anti-corrupción ha tomado medidas drásticas contra miles de funcionarios del partido corruptos por aceptar sobornos de manos de agentes inmobiliarios y otros a cambio de tierras y trabajos. China ha tratado de sentar ejemplos castigando a algunos funcionarios y ejecutándolos, pero la corrupción sigue en gran parte desenfrenada.
La gente en la esta ciudad del nordeste dice que el caso de Yuan es un clásico caso de corrupción.
Muchos aquí dicen que Yuan estaba confabulado con funcionarios corruptos. El ex agente de policía de Liaoyang de cuya muerte fue acusado Yuan, había denunciado que una enorme compañía estatal de la ciudad había canalizado dinero negro a Yuan, lo que le permitió invertir y hacerse rico.
El abogado de Yuan, Wu Ming'an, dijo que no sabía nada sobre eso. Dijo que su cliente había insistido en que era víctima de una conspiración. Semanas antes de ser ejecutado, Yuan dijo a su abogado en una sesión grabada que funcionarios de Liaoyag le habían pedido favores algunos años antes.
Yuan dijo que la policía provincial y funcionarios del Partido Comunista estaban siendo investigados por el gobierno central por sospechas de corrupción, dijo Wu, y que querían que Yuan usara sus conexiones en Pekín para ayudarlos.
Wu dijo que Yuan contó que sus problemas empezaron cuando él se negó a hacerlo.
Wu, un importante abogado criminalista de Pekín, dijo que había preparado documentos con estas acusaciones y los había entregado a la mujer de Yuan para que los entregara al gobierno central. Pero el abogado dijo que no sabía si las acusaciones estaban siendo investigadas.
Aquí en el nordeste, funcionarios corruptos del partido tienen la reputación de ser más atrevidos que en el resto del país, en parte debido a que la economía no ha seguido el ritmo del resto de China. La prensa local está llena de historias sobre cuadros del partido que han aceptado millones de dólares en sobornos, funcionarios condenados por vender puestos en el gobierno y capos de la mafia en connivencia con jueces.
La gente todavía habla del caudillo del crimen organizado Liu Yong, al que los jueces de la corte suprema de la provincia de Liaoning anularon la pena de muerte en 2003 -por homicidio y otros crímenes-, sin proporcionar una razón de su indulto. Más tarde Pekín revocó el indulto y Liu fue ejecutado.
Nadie aquí puede decir si Pekín jugó algún papel en el indulto y ejecución de Yuan. Pero mucha gente dice que se quedaron pasmados con la rapidez con que las autoridades ejecutaron a Yuan.
"Si el criminal dice que tiene más información para denunciar a otros, normalmente su ejecución se suspende", dijo Li Jian, fundador de la Red de Defensa de los Derechos Civiles, un grupo de derechos humanos en Dalian, en la provincia de Liaoning. "La corte debería al menos haber oído lo que quería decir antes de ser ejecutado. ¿Qué es lo que tenemos que pensar la gente de a pie?"
En realidad, el caso de Yuan ha provocado muchos interrogantes: ¿Era tan rico como decía la prensa? ¿Y por qué los funcionarios del estado le perdonaron sólo para revocar más tarde el indulto?
Pekín y las autoridades provinciales se negaron a comentar el caso. Los periodistas chinos que cubrieron el caso de Yuan dicen que sus jefes en la prensa estatal les han ordenado dejar de informar o escribir sobre el caso.
La hermana menor de Yuan, una juez en la corte popular intermedia de Liaoyang, dijo solamente que "este caso en China no lo ganaremos nunca".
"Por favor, no pregunte. No trate más este asunto", dijo al Times.
Algunos juristas dicen que Yuan puede haber quedado atrapado en un debate más amplio que está tomando lugar en China. A medida que se extiende la corrupción en el Reino Medio -creando miles de nuevos millonarios-, las masas han estado clamando que Pekín reprima a los ricos, especialmente a los que deben su riqueza a tratos corruptos.
Organizaciones internacionales y chinas dicen que Pekín ha tenido un éxito limitado en la lucha contra la corrupción. Entre otras acciones, Pekín ha enviado equipos de investigación a todo el país. Estas brigadas se quedan en áreas locales normalmente tres meses, recogiendo las quejas de la gente e informando directamente a la Comisión de Disciplina del Partido Comunista, un cuerpo de 121 miembros que está encargado de erradicar la corrupción y otros actos ilícitos entre los cuadros del partido.
En la provincia de Liaoning, el año pasado las autoridades impusieron castigos a casi 7.200 funcionarios, incluyendo a 27 altos cargos, de acuerdo al portavoz del gobierno central, el Diario del Pueblo. El dinero implicado en estos casos llegó a un total de 92 millones de dólares.
La detención de Yuan por la policía de Liaoying en marzo de 2004 provocó sensacionalistas notas en la prensa.
Las autoridades dijeron que Yuan contrató a su hermano mayor y a primos para matar a Wang Xing, 45, un hombre corpulento al que conoció en el tren a Pekín en 1985. Los dos se hicieron amigos. Cuando Yuan se hizo rico, Wang dejó su trabajo en la policía para entrar a la planilla del empresario, dijo Wu, el abogado de Yuan.
Wang había tratado de chantajear a Yuan por su presunta participación en un intento de homicidio en 1996, dijo Wu. Wang decía que Yuan había tratado de matar a un hombre de la provincia de Sichuan, al que Yuan acusaba de la pérdida de millones de dólares en el mercado de futuros.
El intento de homicidio fracasó, pero en los años siguientes Wang amenazó constantemente con denunciar la conspiración, a menos que Yuan le pagara, dijo Wu.
El 4 de octubre de 2003, después de que terminara de jugar mah-jongg cerca de una mezquita en Liaoyang, Wang se acercó a la entrada de su edificio de apartamentos de color amarillo pálido. Desde la oscuridad emergieron dos hombres. Uno de ellos le disparó a quemarropa con una escopeta de doble cañón, de acuerdo a entrevistas con vecinos y la prensa local.
Wu dijo que dos primos de Yuan confesaron que habían tramado la emboscada. Había algunas pruebas de que el hermano de Yuan, Yuan Baoqi, había pagado 22.500 dólares a los primos para ejecutar el asesinato, de acuerdo a Wu y la prensa local.
Durante la investigación, dijo Wu, la policía de Liaoyang arrestó a Yuan y lo mantuvo en una instalación para el adiestramiento de perros durante cuatro meses.
"Me mostró las marcas grisácea y negras en su pierna, donde le había aporreado", dijo Wu. "La detención era ilegal".
Wu dijo que la policía obtuvo vagas declaraciones del empresario, pero no una confesión.

Yuan nació en una familia de cinco hermanos en esta vieja ciudad industrial donde en 1904 combatieron soldados rusos y japoneses. Sus padres eran obreros de una fábrica.
Los antiguos maestros de Yuan cuentan que trabajó duramente en la escuela para entrar a la prestigiosa Universidad Ciencias Políticas y Derecho, en Pekín.
Fan Zhongxin, un antiguo compañero de escuela de Yuan que enseña ahora en Wuhan, una ciudad en China central, cuenta que Yuan se mantuvo durante sus estudios revendiendo verduras de sitios en obras con un triciclo de reparto.
Tras egresar de la facultad de leyes en 1989, Yuan encontró trabajo en el departamento de valores en el Banco de la Construcción, en Pekín, una gigantesca institución estatal que pagaba salarios modestos. Pero a principios de los años noventa, Yuan de algún modo consiguió suficiente dinero como para hacerse con compañías de propiedad estatal que estaban siendo desechadas como parte de las reformas económicas de Pekín.
La compañía de Yuan, Jianhao, adquirió una empresa estatal tras otra utilizando un método de compra de acciones que le permitió acumular capitales, de acuerdo a informes de la prensa.
En algunos años, Jianhao tenía 60 subsidiarias en industrias tan variadas como la farmacéutica y hoteles, con capitales por un total de 350 millones de dólares. Informes en la prensa aplaudieron a Yuan por donar 1.25 millones de dólares para fundar una beca para estudiantes universitarios. El niño que era conocido en la escuela por tener una sola y sucia chaqueta Mao viajaba a Pekín en una limusina Audi conducida por un chofer.
En enero de 2005, tras una audiencia pública de todo un día, la Corte Intermedia Popular sentenció a Yuan a muerte. El 9 de octubre, la hermana de Yuan se enteró oficiosamente de que su hermano moriría cinco días después, de acuerdo a órganos de prensa de Pekín.
Pero cuando llegó ese día, una orden de un tribunal detuvo la ejecución. Yuan estaba eufórico. Se lo vio en la cárcel de Liaoyang, sonriendo mientras conversaba con su mujer y su hijo único, un niño de tres años.
A los pocos días la prensa china empezó a decir que Yuan había eludido la pena de muerte porque su mujer -Zhuo Ma, una famosa bailarina tibetana y profesora en la Universidad Central de Nacionalidades en Pekín- había accedido a donar valores de unos campos petrolíferos indonesios de propiedad de una compañía de Yuan en Hong Kong.
El primer artículo apareció en una revista de gran tiraje, VIP Weekly. Afirmaba que las acciones tenían un valor de seis mil millones de dólares. Otros informes en la prensa contaban historias similares, diciendo que Yuan había comprado su libertad. Pronto, los chat rooms de la red estaban zumbando.
"No puedo respirar. Nuestras leyes son patéticas", dijo un participante online.
Otro dijo: "¡Matenlo! Si no matan a ese tipo, no podrán mitigar la ira de las masas".
Los archivos públicos de Hong Kong muestran que la compañía de Yuan poseía las acciones de los campos petrolíferos en cuestión, la Hong Kong Huazhi International Co. Pero los archivos no contienen información sobre el holding de la compañía, su propietario ni su valor.
Antes de que Yuan fuera ejecutado, Rupert Hoogewerf, fundador de una firma de investigación de Shanghai que publica informes sobre los chinos ricos, dijo que había investigado el origen de Yuan. Hoogewerf dijo que no había incluido nunca a Yuan en su Lista de los Ricos de China anual porque nunca pudo confirmar cuánto poseía.
"Si fuera verdad" que poseía esas acciones de los campos petrolíferos, dijo Hoogewerf, "era el hombre más rico de China".
El abogado de Yuan dijo que no sabía si la corte suprema en Pekín había revisado el caso de Yuan. La corte suprema provincial puede ejecutar una sentencia de muerte sin el consentimiento de Pekín.
"Las evidencias eran insuficientes. Yuan no debió ser ejecutado", dijo Mo Shaoping, un conocido abogado penal de Pekín que no conocía a Yuan, pero había seguido el caso.
Fan, el antiguo compañero de escuela de Yuan que es ahora profesor de derecho, dijo que al ejecutar al empresario, las autoridades habían adoptado un punto de vista pragmático. Incluso si se permitía que Yuan informara sobre la corrupción oficial, las masas habrían creído ""que la gente rica es especial y que pueden comprar su vida con dinero", dijo.
"Cuando salió la noticia de la donación de seis mil millones de dólares, supe que estaba destinado a morir", dijo Fan. "El gobierno decidió que en aras de la estabilidad social general, podía sobornas a las masas condenándolo a la pena de muerte".
Yuan fue ejecutado, junto a su hermano y un primo, el 11 de marzo.
Tras la sentencia, sus familiares, incluyendo a la esposa de Yuan, Zhuo, suplicaron que los hombres fueran ejecutados con una inyección, no un tiro en la nuca. Gracias a una flota de ‘furgonetas de la muerte' especialmente equipadas de la policía, las autoridades conceden a veces ese deseo último, especialmente cuando la familia del condenado puede pagar el cóctel fatal.
Tras la ejecución, Zhuo vive oculta. Cuando fue contactada por el Times a través de un conocido, envió un escueto mensaje: "Gracias, pero olvídenlo".

8 de julio de 2006
©los angeles times
©traducción mQh
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