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murió mickey spillane


[Dennis McLellan] Creador del detective Mike Hammer.
Charleston, Carolina del Sur, Estados Unidos. Mickey Spillane, cuyas novelas con detectives privados generaron, tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, una tormenta de críticas literarias por su abundancia de sexo y violencia y convirtieron a Spillane en uno de los autores mejor vendidos del siglo 20, murió hoy. Tenía 88 años.
Spillane, que vivió más de cincuenta años en el pueblo de pescadores de Murrells Inlet en la costa de Carolina del Sur, murió "pacíficamente en su casa, con su familia", dijo Brian Edgerton, de Goldfinch Funeral Home.
No se reveló la causa de su muerte.
Ex escritor de cómics y veterano de la infantería de la Fuerza Aérea, Spillane, nacido en Brooklyn, llegó a la escena literaria en 1947 con la publicación de su primera novela, ‘Yo, el jurado' [I, the Jury], que introdujo a un tipo rudo, un detective privado de Nueva York.
Cuando descubre que su mejor amigo en la guerra ha muerto asesinado, como empieza la novela, Hammer jura encontrar al autor y matarlo de la misma manera como murió su amigo, con "una 45 pegada a las tripas, justo por debajo del ombligo". El libro concluye con lo que ha sido llamado el final más infame de la literatura ruda.
Tras descubrir que el asesino es una guapa y seductora mujer de la que se ha enamorado, Hammer le dispara con una 45 pegada a su vientre desnudo. Las tres líneas finales del libro son:
"¿Cómo pudiste hacerlo?", jadeó ella.
Sólo tenía un instante antes de encontrarme hablando con un cadáver, pero lo logré.
"Fue fácil", dije.
‘Yo, el jurado' fue arrasada por los críticos. Anthony Boucher, toda una autoridad de la literatura de misterio, la llamó una "viciosa glorificación de la fuerza, la crueldad y los métodos extrajudiciales". Y la revista Saturday Review denunció sus "sucesos escabrosos, personajes escabrosos, trama escabrosa, final escabroso".
Por su parte, Spillane dejó que las críticas le resbalaran, como Jack Daniels sobre cubos de hielo.
"No presté atención a esos cretinos que piensan que son críticos", proclamó en una entrevista. En otra, dijo: "Me importa un bledo lo que digan las reseñas. Lo que me gusta leer son los cheques".
Publicada primero como edición de tapas duras por E.P. Dutton, ‘Yo, el jurado' no se convirtió en un fenómeno de fama mundial sino cuando fue publicada como un libro de bolsillo de 25 centavos; para 1952, se habían vendido cuatro millones de ejemplares.
Su éxito condujo a una docena más de novelas de misterio con Mike Hammer durante varias décadas, incluyendo, en rápida sucesión, ‘My Gun Is Quick' (1950), ‘Vengeance Is Mine!' (1950), ‘One Lonely Night'(1951), ‘The Big Kill' (1951) y ‘Red siniestra' [Kiss Me, Deadly] (1952).
Con Hammer, Spillane se aseguró un lugar en el panteón de los grandes de la literatura de misterio, como Dashiel Hammett y Raymond Chandler. Pero se dice que Spillane tenía algo más que los creadores de detectives privados más aclamados por los críticos, como Sam Spade y Philip Marlowe.
Como Otto Penzler, fundador de la Mysterious Bookshop en Nueva York, le dijo al Washington Post en 2001: "Aunque Hammett y Chandler tuvieron éxito y eran bien conocidos, nunca se acercaron al tipo de éxito que tuvo Mickey en términos de lectores y de reconocimiento".
En realidad, el éxito de Spillane engendró un programa radial sobre Mike Hammer, una tira cómica (escrita por Spillane) y tres series de televisión, una de ellas con Darren McGavin como protagonista, a fines de los años cincuenta, y las otras dos con Stacy Keach como protagonista en los años ochenta y noventa.
También hubo un par de películas de televisión con Mike Hammer en los años ochenta y un puñado a largometrajes, incluyendo ‘El beso mortal' [Kiss Me, Deadly], de Robert Aldrich, el clásico del cine negro de 1955, con Ralph Meeker como protagonista, y ‘Cazadores de mujeres' [The Girl Hunters], de 1963. En esta última, Spillane se puso un impermeable y un sombrero de fieltro para convertirse en el único escritor de novelas de misterio en representar su propio detective imaginario en una película.
El achaparrado escritor de 1.77 metros, de cuello grueso y un característico corte al cero poseía un dramático don para la auto-promoción. Se representó a sí mismo como un detective contratado por el preparador de animales salvajes Clyde Beatty para resolver un misterio en un circo en la película de 1954 ‘El gran circo del terror' [Ring of Fear], e hizo de escritor famoso amenazado de muerte en un episodio de ‘Columbo', de 1974. Ocasionalmente posaba como Hammer en las cubiertas de ediciones de bolsillo de sus novelas de misterio.
Pero Spillane logró su mayor fama como icono de la cultura pop cuando hizo una parodia de sí mismo, nuevamente equipado con el tradicional traje de detective privado, en más de 110 anuncios para la cerveza Miller Lite entre 1973 y 1989.
La celebridad de Spillane le generó una sucesión de fans que lo visitaban en su casa en Murrells Inlet, justo al sur de Myrtle Beach.
Una vez apuntó con su escopeta al piloto de un helicóptero que sobrevolaba su casa para que los turistas que transportaba tuvieran una imagen más cercana de dónde vivía. "Se alejó y no volvió nunca más", contó Spillane a Los Angeles Times en 1989, riéndose del recuerdo.
Pero normalmente acogía a los fans -al menos a los que se aproximaban por tierra- y era más probable que abriera la nevera y ofreciera al huésped inoportuno una cerveza fría.
"No tengo fans", dijo Spillane al Washington Post en 1984. "¿Sabes lo que tengo? Clientes. Y los clientes son mis amigos".
A pesar de su fortuna, Spillane era un hombre de gustos sencillos, que disfrutaba pescando en su lancha de siete metros y conduciendo una camioneta Ford que llamaba su ‘Carolina Cadillac'.
Se fanfarroneaba de poseer un Jaguar XK-40 de 1956, pero fue un regalo de John Wayne por rescribir ‘El gran circo del terror', aunque sin aparecer en los créditos. El coche, recordaba el autor orgullosamente, llegó envuelto en un enorme lazo rojo y una nota que decía: "Gracias, Duke".
Spillane vivía a la altura de su colorida personalidad. Buceaba a la búsqueda de tesoros enterrados en Florida Keys, una vez acompañó a un grupo de contrabandistas de alcohol y a agentes de impuestos internos en Appalachia, condujo coches de carrera e hizo giras como el artista de trampolín con los Hermanos Ringling y con Barnum & Bailey. Incluso hizo de hombre bala.
Pero al contrario de su imagen como tipo rudo, Spillane era padre de cuatro hijos y un converso de los Testigos de Jehová que fue descrito por periodistas como de hablar suave, afable y articulado -un hombre que salpicaba sus conversaciones con frases no más ofensivas que "caray", "Dios mío" e "hijo de su madre".
"En realidad, soy blando", confesó en una entrevista de 2004 con The Times, cuando cumplía 86. "Los tipos rudos mueren jóvenes".
Hijo único de un padre bartendero católico-irlandés y una madre presbiteriana, nació como Frank Morrison Spillane en Brooklyn el 9 de marzo de 1918. Le dieron el nombre de San Miguel cuando fue bautizado en la Iglesia Católica. Desde entonces su padre le llamó Mickey.
Spillane creció en un vecindario difícil en Elizabeth, Nueva Jersey, y empezó a escribir cuando era adolescente. Dijo que se convirtió en "profesional al salir de la escuela secundaria", y empezó a escribir cuentos cortos para Collier's y otras revistas ‘elegantes', y también para revistas ‘baratas', como Dime Detective.
Después de tres años en la Universidad del Estado Fort Hays en Kansas, volvió a su lugar de nacimiento en Nueva York y finalmente consiguió un trabajo como asistente editorial y guionista en Funnies Inc., donde demostró ser el escritor más prolífico de la compañía. Mientras que a otros escritores les tomaba una semana escribir un cuento de ocho páginas, Spillane producía como salchichas historias para ‘Captain Marvel', ‘The Human Torch' y otros títulos en un solo día.
Tras incorporarse al ejército el día después del bombardeo de Pearl Harbor, Spillane sirvió como instructor de vuelo de cadetes en Florida y Mississippi y escaló al rango de capitán. En 1945 se casó con la primera de sus tres mujeres, Mary Ann, con la que tuvo cuatro hijos -Kathy, Ward, Michael y Caroline.
En 1946, con el ramo de los libros de historietas atravesando la depresión de posguerra y en necesidad de mil dólares para comprar un terreno cerca de la comunidad de Newburgh cerca del río Hudson, Nueva York, a Spillane se le ocurrió una idea para reunir el dinero: Escribir una novela.
Inspirado por Mike Danger, el detective privado que había creado para un cómic cuya publicación quedó a mitad de camino con el reclutamiento de Spillane en el ejército, empezó a escribir.
Terminó de escribir ‘Yo, el jurado' en, según las versiones, nueve, dieciséis o diecinueve días.
"Sabía que sería un éxito", dijo Spillane al Ottawa Citizen en 1999. "Había muchas reediciones de libros de bolsillo durante la guerra y vi que había un mercado para manuscritos originales. Eran todos esos soldados que volvían de la guerra. Un poco de sexo no estaría mal, y conocían la violencia. Conseguí un distribuidor que me garantizó una reedición en formato de bolsillo y me conseguí un anticipo de mil dólares de Dutton por la edición en tapas duras".
Los críticos literarios no fueron los únicos en criticar a Spillane y su estilo, acusándolo de sadismo, de odiar a las mujeres y otras cosas. Ministros y escritores de editoriales también denunciaron las novelas con Mike Hammer de Spillane, y su trabajo fue criticado en los años cincuenta en audiencias del Senado que investigaban la delincuencia juvenil.
Aunque reconoció de que sus libros eran los "chicles de la literatura estadounidense", Spillane cosechó grandes éxitos.
"Soy el escritor más traducido del mundo, detrás de Lenin, Tolstoy y Julio Verne", decía, agregando: "Y están todos muertos".
Nunca dejaba de deleitarse recordando cuando, durante los primeros años de los libros de bolsillo, "un agente literario de Nueva York" se acercó a él durante un banquete y le dijo: "Creo que es una desgracia que de los diez libros mejor vendidos de todos los tiempos, siete hayan sido escritos por usted".
Spillane replicó: "Tiene suerte de que no haya escrito más".
Como mecanógrafo de dos dedos que machacaba sus libros en una máquina de escribir manual Smith-Corona, Spillane dijo siempre que él era un "escritor", no un "autor".
"¿Cuál es la diferencia? Un escritor hace dinero", diría.
Su filosofía, según le contó al Washington Post en 1984, era "escribir sólo cuando necesito dinero. Odio el trabajo. Si tengo suficiente dinero, no escribo. ¿Cuál sería el objetivo de ganar dinero si no es para gastarlo?"
Spillane escribió en total 53 libros, de los que se dice que se vendieron más de 200 millones de ejemplares en todo el mundo, e incluyen su serie de espías Tiger Mann. También escribió unos libros infantiles, incluyendo ‘The Day the Sea Rolled Back', con el que ganó la Junior Literary Guild Award.
En 1995, Spillane recibió el premio Grand Master for Lifetime Achievement de la Asociación de Escritores de Novelas de Misterio.
Spillane se divorció de su primera mujer en 1962 y se casó más tarde con la actriz Sherri Malinou, de la que se divorció. En 1983 se casó con Jane Rodgers Johnson, una profesora de fitness 28 años más joven que fue la primera dama de honor de Miss Carolina del Sur en 1965.
No se conoce de momento a sus herederos.

17 de julio de 2006
©los angeles times
©traducción mQh
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