al_qaeda no ha muerto
[Peter Bergen] Bin Laden y Zawahiri siguen vivos en algún lugar de la frontera afgano-paquistaní.
En los últimos cuatro años, miembros claves del gobierno de Bush han proclamado que al-Qaeda "está huyendo" (Donald Rumsfeld y Condoleezza Rice), "en desbandada" (George Tenet) o "diezmada" (presidente Bush). Al mismo tiempo, sin embargo, los atentados terroristas de envergadura han aumentado dramáticamente en el mundo desde el 11 de septiembre de 2001, la mayoría de ellos realizados por militantes musulmanes. ¿Cómo se reconcilia esta aparente contradicción?
Ha emergido una nueva explicación que pretende responder a esa pregunta: Sí, al-Qaeda, como organización, ha sido seriamente dañada, pero ha sido reemplazada por un movimiento ideológico más amplio formado por terroristas principiantes y caseros que tienen pocos lazos formales con al-Qaeda pero que están motivados por una doctrina que puede denominarse el ‘binladismo'. Ejemplos recientes incluyen a los militantes que atentaron contra los trenes de cercanías en Madrid en marzo de 2004 y mataron a 192 personas, o los siete candidatos a terroristas que fueron arrestados recientemente en Miami en conexión con una presunta conspiración para hacer volar varios edificios gubernamentales. Habían adoptado la doctrina de destrucción de al-Qaeda y, no obstante, no tenían lazos con el grupo terrorista. Sin embargo, de acuerdo a cinco funcionarios del contraterrorismo estadounidense con los que he hablado recientemente, la organización al-Qaeda sigue siendo una amenaza real. Un experto en terrorismo del gobierno, con una experiencia de toda la vida, señala los cuatro atentados suicidas en Londres el 7 de julio de 2005 que mató a 52 personas como evidencia de la elasticidad de la organización. "Esta fue mínimamente una operación respaldada por al-Qaeda", me dijo el analista. Y los cabecillas de al-Qaeda no parecen sentirse acosados por la ‘guerra contra el terrorismo'. El jueves, Osama bin Laden emitió su tercera cinta grabada en tres meses, mientras que su segundo, Ayman al-Zawahiri, ha aparecido en un número sin precedentes de cintas de video desde la segunda semana de junio -uno por semana, en promedio.
Así que aunque la rápida difusión de la ideología de al-Qaeda en los últimos dos años -en parte alimentada por la guerra de Iraq- debería ser una preocupación importante, sería un error concluir que la organización al-Qaeda debe descontarse. En realidad, si los atentados en Londres son alguna indicación, puede estar preparando su regreso.
Los atentados de Londres de hace un año han sido retratados en general como el trabajo de cuatro jóvenes británicos de origen paquistaní y jamaicano del norte de Inglaterra -sólo destacables por su extrema normalidad- que adoptaron la ideología radical musulmana y trataron de llevar a cabo el atentado terrorista más mortífero en la historia de Gran Bretaña, sin ayuda exterior. El Sunday Times de Londres incluso opinó que "la nueva camada de terroristas sin afiliación es potencialmente mucho más peligrosa que el IRA o incluso al-Qaeda porque es casi imposible de identificar".
Pero mientras más profundizamos en los atentados de Londres, más nos parecen un típico atentado de al-Qaeda. La versión oficial del gobierno británico sobre los atentados -emitida por el ministerio del Interior hace dos meses- proporciona un revelador panorama. Explica que el presunto cabecilla, Mohammed Sidique Khan, visitó Pakistán en 2003 y 2004, y pasó varios meses allá. En uno de esos viajes, quiso "cruzar la frontera y pelear en Afganistán", dice el informe. (Previsiblemente, Khan no proyectaba luchar junto a las tropas estadounidenses en Afganistán, sino más bien unirse a los talibanes o a al-Qaeda para matar norteamericanos).
El informe observa que Khan "tuvo contacto con personajes de al-Qaeda" en Pakistán y "se cree que ha seguido adiestramiento en algún lugar remoto de Pakistán, cerca de la frontera afgana" durante su visita de dos semanas en 2003. El gobierno británico no especificó qué tipo de adiestramiento recibió, pero dado que las bombas utilizadas en Londres fueron hechas con explosivos de gran eficiencia que no pueden ser montados sobre la base de recetas en internet, es probable que el adiestramiento fuera en la fabricación de bombas. De acuerdo al informe, en los cuatro meses previos a los atentados de Londres, Khan tuvo también contactos "sospechosos" con individuos en Pakistán. Considerados juntos, los viajes y contactos de Khan en Pakistán sugieren poderosamente la participación de al-Qaeda en la operación.
Khan también aparece en un video que fue transmitido por al-Jazira dos meses después de los atentados suicidas -un hecho importante al que el informe británico no presta suficiente atención. "Os hablaré en un lenguaje que comprendéis", dice Khan en el video, hablando con el pronunciado acento de su Yorkshire natal. "Nuestras palabras están muertas mientras no las traigamos a la vida con nuestra sangre". Prosigue describiendo a bin Laden y Zawahiri como "héroes del presente". En el mismo video, Zawahiri celebra la responsabilidad de al-Qaeda en los atentados de Londres. Como me dijo un veterano del contraterrorismo estadounidense, "Zawahiri no acepta elogios por cosas que no ha hecho".
En el video, Zawahiri se refiere a la amenaza previa de al-Qaeda para explicar la elección de Londres como blanco, diciendo: "¿No les ofreció el jeque Osama bin Laden... una tregua?", una referencia a la propuesta de un acuerdo de paz del líder de al-Qaeda con los países europeos que estuviesen dispuestos a retirarse de Iraq. Gran Bretaña es el miembro más prominente de esa coalición. Bin Laden ofreció un período de gracia de tres meses antes de que la tregua expirara en julio de 2004. Un año después, los cuatro terroristas se hicieron volar en Londres.
Pero la pieza de evidencia clave que el informe del gobierno británico pasó por alto es que tanto las declaraciones de Khan como las de Zawahiri fueron hechas en una cinta de video con el logo distintivo de al-Sahab (‘las nubes'), que es el brazo de producción de televisión de al-Qaeda. El primer video de al-Sahab, un infomercial de dos horas de al-Qaeda, debutó en internet en el verano de 2001, indicando que un importante ataque anti-norteamericano estaba siendo preparado. Desde entonces, al-Sahab ha continuado lanzando declaraciones claves de los líderes de al-Qaeda. La aparición de Khan en el video sugiere fuertemente que se reunió con miembros del equipo de medios de al-Qaeda en la frontera afgano-paquistaní, probablemente en el área tribal de Waziristán. Hay mucho que todavía no sabemos sobre las actividades de Khan en Pakistán, pero es probable que informaciones adicionales señalen otros contactos con miembros de al-Qaeda en Pakistán.
El rápido deterioro de la situación de seguridad en Afganistán el año pasado es, en parte, responsabilidad de al-Qaeda. El uso de atentados suicidas y de bombas improvisadas y la decapitación de rehenes -todas técnicas que al-Qaeda perfeccionó en Iraq- son métodos que los talibanes usan cada vez más frecuentemente en Afganistán, convirtiendo gran parte del sur del país en una zona prohibida.
Hekmat Karzai, un investigador afgano del terrorismo, asociado al Instituto de Estudios de Defensa y Estratégicos en Singapur, señala que los atentados suicidas eran raros en Afganistán hasta 2005, cuando ocurrieron 21 atentados de ese tipo. Este año ha habido al menos dieciséis. Además, Karzai informa que se ha nombrado a dos de los "más hábiles" comandantes de al-Qaeda -Khalid Habib, un marroquí, y Abd al Hadi, un iraquí- para dirigir las operaciones en el sudeste y sudoeste de Afganistán. Estos desarrollos sugieren que al-Qaeda se está reagrupando y reforzando a lo largo de la frontera afgano-paquistaní.
Y, por supuesto, bin Laden y Zawahiri siguen libres en esa región fronteriza, emitiendo videos destinados a enardecer a sus partidarios en todo el mundo. Zawahiri, por ejemplo, sacó un video la semana pasada llamando a atacar a Estados Unidos y otras fuerzas de la coalición en Afganistán. Entretanto, la persistente influencia de bin Laden sobre los miembros de al-Qaeda fue confirmado después de la muerte el mes pasado de Abu Musab al-Zarqawi, el cabecilla de al-Qaeda en Iraq. Abu Hamza al-Muhajer, el nuevo líder de al-Qaeda en Iraq, publicó rápidamente una declaración en un sitio yihadista en la red jurando lealtad a bin Laden: "Estamos a vuestra disposición, esperando órdenes". Muhajer tiene vínculos muy antiguos con Zawahiri; los dos fueron miembros del ultra-violento Grupo de la Yihad de Egipto durante más de dos décadas. Un agente de la inteligencia estadounidense me dijo que el reconocimiento de la comunidad de inteligencia de la continuada importancia de bin Laden y Zawahiri en las redes terroristas mundiales ha conducido, en los últimos dos meses, a un renovado intento de localizarlos.
Casi cinco años después de los atentados en Washington y Nueva York, al-Qaeda no sólo sigue activo en su tradicional bastión en la frontera afgano-paquistaní, sino que continúa proyectando su ideología y terrorismo en otros lugares. Así que ahora nos enfrentamos a un mundo conducido ideológicamente por terroristas caseros -radicales autónomos sin vínculos formales con ninguna organización-, además de redes formales como al-Qaeda que han logrado sobrevivir a pesar de la tremenda presión a que han sido sometidos después del 11 de septiembre de 2001. E incluso más terriblemente, ahora se nutren y refuerzan unos a otros.
Ha emergido una nueva explicación que pretende responder a esa pregunta: Sí, al-Qaeda, como organización, ha sido seriamente dañada, pero ha sido reemplazada por un movimiento ideológico más amplio formado por terroristas principiantes y caseros que tienen pocos lazos formales con al-Qaeda pero que están motivados por una doctrina que puede denominarse el ‘binladismo'. Ejemplos recientes incluyen a los militantes que atentaron contra los trenes de cercanías en Madrid en marzo de 2004 y mataron a 192 personas, o los siete candidatos a terroristas que fueron arrestados recientemente en Miami en conexión con una presunta conspiración para hacer volar varios edificios gubernamentales. Habían adoptado la doctrina de destrucción de al-Qaeda y, no obstante, no tenían lazos con el grupo terrorista. Sin embargo, de acuerdo a cinco funcionarios del contraterrorismo estadounidense con los que he hablado recientemente, la organización al-Qaeda sigue siendo una amenaza real. Un experto en terrorismo del gobierno, con una experiencia de toda la vida, señala los cuatro atentados suicidas en Londres el 7 de julio de 2005 que mató a 52 personas como evidencia de la elasticidad de la organización. "Esta fue mínimamente una operación respaldada por al-Qaeda", me dijo el analista. Y los cabecillas de al-Qaeda no parecen sentirse acosados por la ‘guerra contra el terrorismo'. El jueves, Osama bin Laden emitió su tercera cinta grabada en tres meses, mientras que su segundo, Ayman al-Zawahiri, ha aparecido en un número sin precedentes de cintas de video desde la segunda semana de junio -uno por semana, en promedio.
Así que aunque la rápida difusión de la ideología de al-Qaeda en los últimos dos años -en parte alimentada por la guerra de Iraq- debería ser una preocupación importante, sería un error concluir que la organización al-Qaeda debe descontarse. En realidad, si los atentados en Londres son alguna indicación, puede estar preparando su regreso.
Los atentados de Londres de hace un año han sido retratados en general como el trabajo de cuatro jóvenes británicos de origen paquistaní y jamaicano del norte de Inglaterra -sólo destacables por su extrema normalidad- que adoptaron la ideología radical musulmana y trataron de llevar a cabo el atentado terrorista más mortífero en la historia de Gran Bretaña, sin ayuda exterior. El Sunday Times de Londres incluso opinó que "la nueva camada de terroristas sin afiliación es potencialmente mucho más peligrosa que el IRA o incluso al-Qaeda porque es casi imposible de identificar".
Pero mientras más profundizamos en los atentados de Londres, más nos parecen un típico atentado de al-Qaeda. La versión oficial del gobierno británico sobre los atentados -emitida por el ministerio del Interior hace dos meses- proporciona un revelador panorama. Explica que el presunto cabecilla, Mohammed Sidique Khan, visitó Pakistán en 2003 y 2004, y pasó varios meses allá. En uno de esos viajes, quiso "cruzar la frontera y pelear en Afganistán", dice el informe. (Previsiblemente, Khan no proyectaba luchar junto a las tropas estadounidenses en Afganistán, sino más bien unirse a los talibanes o a al-Qaeda para matar norteamericanos).
El informe observa que Khan "tuvo contacto con personajes de al-Qaeda" en Pakistán y "se cree que ha seguido adiestramiento en algún lugar remoto de Pakistán, cerca de la frontera afgana" durante su visita de dos semanas en 2003. El gobierno británico no especificó qué tipo de adiestramiento recibió, pero dado que las bombas utilizadas en Londres fueron hechas con explosivos de gran eficiencia que no pueden ser montados sobre la base de recetas en internet, es probable que el adiestramiento fuera en la fabricación de bombas. De acuerdo al informe, en los cuatro meses previos a los atentados de Londres, Khan tuvo también contactos "sospechosos" con individuos en Pakistán. Considerados juntos, los viajes y contactos de Khan en Pakistán sugieren poderosamente la participación de al-Qaeda en la operación.
Khan también aparece en un video que fue transmitido por al-Jazira dos meses después de los atentados suicidas -un hecho importante al que el informe británico no presta suficiente atención. "Os hablaré en un lenguaje que comprendéis", dice Khan en el video, hablando con el pronunciado acento de su Yorkshire natal. "Nuestras palabras están muertas mientras no las traigamos a la vida con nuestra sangre". Prosigue describiendo a bin Laden y Zawahiri como "héroes del presente". En el mismo video, Zawahiri celebra la responsabilidad de al-Qaeda en los atentados de Londres. Como me dijo un veterano del contraterrorismo estadounidense, "Zawahiri no acepta elogios por cosas que no ha hecho".
En el video, Zawahiri se refiere a la amenaza previa de al-Qaeda para explicar la elección de Londres como blanco, diciendo: "¿No les ofreció el jeque Osama bin Laden... una tregua?", una referencia a la propuesta de un acuerdo de paz del líder de al-Qaeda con los países europeos que estuviesen dispuestos a retirarse de Iraq. Gran Bretaña es el miembro más prominente de esa coalición. Bin Laden ofreció un período de gracia de tres meses antes de que la tregua expirara en julio de 2004. Un año después, los cuatro terroristas se hicieron volar en Londres.
Pero la pieza de evidencia clave que el informe del gobierno británico pasó por alto es que tanto las declaraciones de Khan como las de Zawahiri fueron hechas en una cinta de video con el logo distintivo de al-Sahab (‘las nubes'), que es el brazo de producción de televisión de al-Qaeda. El primer video de al-Sahab, un infomercial de dos horas de al-Qaeda, debutó en internet en el verano de 2001, indicando que un importante ataque anti-norteamericano estaba siendo preparado. Desde entonces, al-Sahab ha continuado lanzando declaraciones claves de los líderes de al-Qaeda. La aparición de Khan en el video sugiere fuertemente que se reunió con miembros del equipo de medios de al-Qaeda en la frontera afgano-paquistaní, probablemente en el área tribal de Waziristán. Hay mucho que todavía no sabemos sobre las actividades de Khan en Pakistán, pero es probable que informaciones adicionales señalen otros contactos con miembros de al-Qaeda en Pakistán.
El rápido deterioro de la situación de seguridad en Afganistán el año pasado es, en parte, responsabilidad de al-Qaeda. El uso de atentados suicidas y de bombas improvisadas y la decapitación de rehenes -todas técnicas que al-Qaeda perfeccionó en Iraq- son métodos que los talibanes usan cada vez más frecuentemente en Afganistán, convirtiendo gran parte del sur del país en una zona prohibida.
Hekmat Karzai, un investigador afgano del terrorismo, asociado al Instituto de Estudios de Defensa y Estratégicos en Singapur, señala que los atentados suicidas eran raros en Afganistán hasta 2005, cuando ocurrieron 21 atentados de ese tipo. Este año ha habido al menos dieciséis. Además, Karzai informa que se ha nombrado a dos de los "más hábiles" comandantes de al-Qaeda -Khalid Habib, un marroquí, y Abd al Hadi, un iraquí- para dirigir las operaciones en el sudeste y sudoeste de Afganistán. Estos desarrollos sugieren que al-Qaeda se está reagrupando y reforzando a lo largo de la frontera afgano-paquistaní.
Y, por supuesto, bin Laden y Zawahiri siguen libres en esa región fronteriza, emitiendo videos destinados a enardecer a sus partidarios en todo el mundo. Zawahiri, por ejemplo, sacó un video la semana pasada llamando a atacar a Estados Unidos y otras fuerzas de la coalición en Afganistán. Entretanto, la persistente influencia de bin Laden sobre los miembros de al-Qaeda fue confirmado después de la muerte el mes pasado de Abu Musab al-Zarqawi, el cabecilla de al-Qaeda en Iraq. Abu Hamza al-Muhajer, el nuevo líder de al-Qaeda en Iraq, publicó rápidamente una declaración en un sitio yihadista en la red jurando lealtad a bin Laden: "Estamos a vuestra disposición, esperando órdenes". Muhajer tiene vínculos muy antiguos con Zawahiri; los dos fueron miembros del ultra-violento Grupo de la Yihad de Egipto durante más de dos décadas. Un agente de la inteligencia estadounidense me dijo que el reconocimiento de la comunidad de inteligencia de la continuada importancia de bin Laden y Zawahiri en las redes terroristas mundiales ha conducido, en los últimos dos meses, a un renovado intento de localizarlos.
Casi cinco años después de los atentados en Washington y Nueva York, al-Qaeda no sólo sigue activo en su tradicional bastión en la frontera afgano-paquistaní, sino que continúa proyectando su ideología y terrorismo en otros lugares. Así que ahora nos enfrentamos a un mundo conducido ideológicamente por terroristas caseros -radicales autónomos sin vínculos formales con ninguna organización-, además de redes formales como al-Qaeda que han logrado sobrevivir a pesar de la tremenda presión a que han sido sometidos después del 11 de septiembre de 2001. E incluso más terriblemente, ahora se nutren y refuerzan unos a otros.
bergenpeter@aol.com
Peter Bergen es investigador de la New America Foundation y autor de ‘The Osama bin Laden I Know: An Oral History of al Qaeda's Leader' (Free Press).
18 de julio de 2006
©washington post
©traducción mQh
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