hezbolá, la guerrilla
[Edward Cody y Molly Moore] La mejor guerrilla del mundo. Analistas atribuyen elasticidad de Hezbolá al celo, discreción y financiamiento iraní.
Beirut, Líbano. Durante un mes, los combatientes irregulares de Hezbolá hicieron frente al moderno ejército israelí en las colinas del sur del Líbano, gracias al extraordinario celo y secreto, riguroso adiestramiento, estrecho control de la población y un estable flujo de dinero iraní para adquirir armas efectivas, de acuerdo a informadas evaluaciones en el Líbano e Israel.
"Son la mejor guerrilla del mundo", dijo un especialista libanés que ha analizado los datos de inteligencia sobre Hezbolá durante más de dos décadas y se opone firmemente al militante movimiento musulmán chií.
Debido a que Hezbolá se había enraizado en aldeas chiíes amistosas y en búnkeres subterráneos construidos en secreto durante varios años, la fulminante campaña aérea israelí y el asalto terrestre con tanques fueron incapaces de establecer un control total sobre la franja de la frontera para limpiarla de guerrilleros de Hezbolá -que era el objetivo declarado del ataque de Israel. En gran parte como resultado de ello, la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobado por unanimidad el viernes noche se quedó corta con respecto a los objetivos originales de Israel y el gobierno de Bush cuando empezó el conflicto el 12 de julio.
Mientras el cese el fuego declarado por Naciones Unidas debe entrar en efecto el lunes en la mañana, muchos libaneses -especialmente entre los chiíes que conforman el 40 por ciento de la población- ya han evaluado la resistencia de Hezbolá como una victoria militar, a pesar de la devastación provocada en el Líbano por los bombardeos israelíes.
El poder de resistencia de Hezbolá en el campo de batalla provino de su clásica posición ventajosa de pez en el agua de la que disfrutan sus guerrilleros en su terreno, ocultándose en las aldeas y ayudados por sus familiares. Hasán Nasrallah, el líder de Hezbolá, resumió la estrategia de la guerrilla en un discurso televisado durante el conflicto cuando dijo: "No somos un ejército regular y no lucharemos como un ejército regular".
La flexibilidad del grupo en el campo de batalla también provino de una inusual combinación de celo y disciplinada ciencia militar, dijo el especialista libanés con acceso a informaciones de inteligencia, que habló a condición de no ser identificado por su nombre.
La intensa fe y adoctrinamiento musulmanes de los combatientes redujeron su temor a la muerte, observó, proporcionándoles una ventaja en la lucha cuerpo a cuerpo y al desafiar los ataques aéreos trasladando municiones de un lugar a otro. Los líderes de Hezbolá también reforzaron la disposición de los combatientes a correr riesgos mortales con la fundación del Instituto de los Mártires, con una oficina en Teherán, que garantiza pensiones de vida y pago de matrículas de estudio para las familias de los combatientes que mueren en el frente.
"Si estás esperando que se asome una bandera blanca de los búnkeres de Hezbola, te aseguro que no la vas a ver", dijo el general de división Ido Nehushtan, miembro del estado mayor israelí, en una rueda de prensa en Gosherim, un pueblo al norte de Israel. "Son extremistas, van a pelear hasta el fin".
Además, la dirección militar de Hezbolá estudió cuidadosamente la historia militar, incluyendo la Guerra de Vietnam, dijo el experto libanés, y armó un programa de adiestramiento con ayuda del servicio de inteligencia y oficiales iraníes con años de experiencia en la guerra Irán-Iraq en los años ochenta. El adiestramiento corrió a la par con un armamento que demostró ser efectivo contra los tanques israelíes, agregó, incluyendo el principal tanque de batalla Merkava con sólidas láminas blindadas.
Misiles antitanques guiados por láser y por calor fueron las armas más efectivas y mortíferas de Hezbolá, de acuerdo a oficiales y soldados israelíes. Una revisión de los archivos de las fuerzas armadas israelíes muestra que la mayoría de las bajas israelíes en combate resultaron de impactos de misil en vehículos blindados -o en edificios donde los israelíes habían montando puestos de observación o realizaban allanamientos.
La mayoría de los misiles antitanque, observaron oficiales israelíes, podían ser sacados de sus escondites y disparados rápidamente por equipos de dos o tres hombres a distancias de 3.200 o más metros de sus blancos. Uno de los más efectivos fue el Sagger 2 ruso, un misil hilo guiado con un alcance de 550 a 3.200 metros.
En un búnker subterráneo, los soldados israelíes descubrieron equipos de cámaras infrarrojas conectados a ordenadores que alimentaban coordenadas de blancos al misil Sagger 2, de acuerdo a oficiales israelíes que describieron los detalles a partir de fotografías que dijeron los soldados habían tomado en el interior de un búnker.
Algunos misiles antitanques también pueden ser usados para atacar a helicópteros, lo que ha limitado el uso militar de ellos en operaciones de rescate y otras. El sábado, Hezbolá derribó un helicóptero CH-53 Sikorsky en el Líbano, matando a sus cinco ocupantes, de acuerdo a los militares israelíes. A fines del domingo, las tropas israelíes todavía no habían sido capaces de retirar los cuerpos debido al intenso tiroteo en la zona del accidente.
El arsenal de Hezbolá, que también incluye miles de misiles y cohetes con los que atacar ciudades y pueblos al norte de Israel, fue pagado por una caja de guerra mantenida llena por implacables campañas de recaudación entre los chiíes del mundo y, en particular, por fondos proporcionados por Irán, dijo el especialista en inteligencia. El monto de los fondos iraníes que llegaron a Hezbolá se han calculado en 25 millones de dólares al mes, pero algunos informes sugieren que aumentó fuertemente, quizás se duplicó, después de que Mahmoud Ahmadinejad asumiera como presidente en Teherán el año pasado, dijo el especialista.
Fawaz Trabulsi, profesor libanés que ayudó a dirigir las milicias pro-palestinas contra el ejército israelí en 1982, observó que la lucha de Hezbolá es diferente en varios aspectos a la de la Organización por la Liberación de Palestina durante los años ochenta. En esa guerra, las fuerzas israelíes avanzaron derechamente por el norte y alcanzaron Beirut en algunos días, encontrando apenas resistencia, recordó, diciendo que los oficiales israelíes pensaran que podían repetir esa actuación contra Hezbolá.
Una razón de la enorme diferencia es que la inteligencia israelí tenía mucho menos información sobre las fuerzas, tácticas y equipos de Hezbolá, que entonces sobre la OLP, que estaba infiltrada por una red de espías, dijo Trabulsi, ahora profesor de ciencias políticas en la Universidad Americana de Beirut. "Hezbolá no ha sido infiltrada de ninguna manera", dijo.
Nehushtan, el general israelí, dijo que los militares israelíes tenían suficiente información para calcular la capacidad de combate y armas de Hezbolá cuando se inició el conflicto. Además, los aviones de guerra israelíes habían atacado blancos precisos durante el conflicto, presumiblemente sobre la base de informaciones de inteligencia sobre el terreno que eran transmitidas al ministerio de Defensa en Tel Aviv por sus aviones robot y otros equipos de espionaje. Sin embargo, otros observadores dijeron que la extensión de la guerra el último mes -cuando Israel dijo, en varias ocasiones, que controlaba el terreno, sólo para continuar peleando en las mismas aldeas fronterizas- sugiere que el servicio de inteligencia no proporcionó un análisis adecuado del campo de batalla.
"Creo que no es un secreto que los militares israelíes no tenían informaciones sobre esto", dijo Richard Straus, que publica el boletín de noticias Middle East Policy Survey en Washington. "No sabía qué tenía Hezbolá, cómo lo había acumulado, de qué era capaz".
Otra diferencia que dio a los combatientes de Hezbolá una ventaja es la experiencia que adquirieron al combatir a las tropas israelíes durante las casi dos décadas de ocupación israelí en el sur del Líbano, que terminó en 2000. En contraste, las guerrillas palestinas habían ganado la mayor parte de su experiencia luchando contra las milicias libanesas en la guerra civil aquí -usando nada más que rifles de asalto y lanzagranadas- y estaban mal preparadas y mal equipadas para resistir el avance del moderno ejército israelí.
"La diferencia está en el adiestramiento, la diferencias está en las armas, pero la gran diferencia es que la mayoría de los palestinos nunca había peleado contra Israel", dijo Trabulsi. "Estaban acostumbrados a la guerra civil en el Líbano".
La resistencia de Hezbolá a la infiltración de la inteligencia israelí se debe a una cultura de la clandestinidad extrema, incluso según las normas de las guerrillas. El código se correspondió con una tendencia hacia el secreto en una tendencia musulmana chií, llamada faqih. También coincidió con un sentido de solidaridad contra otros de la que se imbuyeron los chiíes libaneses desde el principio de su emergencia como una fuerza política a mediados de los años setenta, cuando su primera organización se llamaba Movimiento de los Deprivados.
Una joven doctora libanesa se enteró de que su hermano había sido un miliciano de Hezbolá durante varios años sólo cuando el movimiento la notificó de que su hermano había muerto, dijeron colegas. Igualmente, un libanés descubrió que su hermano era un importante oficial de Hezbolá sólo cuando le informaron sobre su muerte; el hermano había disfrazado sus ocasionales viajes a Teherán diciendo que estaba tratando de empezar un negocio de exportación-importación.
Un grupo de periodistas que en el mes pasado viajaron a las secciones bombardeadas de los suburbios del sur de Beirut donde Hezbolá tenía su cuartel general fueron aproximados dentro de minutos por jóvenes que les preguntaron quiénes eran y qué estaban haciendo en el lugar. No se permitían entrevistas con los vecinos que vivían allí, la mayoría de los cuales son ardientes partidarios de Hezbolá, dijeron los jóvenes. En los campos de batalla del sur del Líbano, sin embargo, la milicia estaba atareada luchando contra las tropas israelíes y guareciéndose de los bombardeos.
Los periodistas podían moverse por donde se atrevieran, ya que también ellos corrían el riesgo de ser atacados por los aviones israelíes.
Incluso la dirección política del movimiento fue mantenida en la ignorancia sobre muchas actividades militares y de inteligencia, observó Trabulsi. Ghaleb Abu-Zeinab, miembro del buró político de Hezbolá, dijo en una entrevista, por ejemplo, que no estaba informado por las operaciones "en el terreno", el término que usa Hezbolá para designar las aldeas y colinas en el sur del Líbano dond se libró la guerra.
"Tienen una organización militar y de inteligencia totalmente separada de la organización política", dijo Trabulsi.
Un dramático ejemplo del secreto y las cuidadosas preparaciones para la guerra con Israel es la televisión de Hezbolá, al-Manar. El canal siguió transmitiendo su combinación de noticias y programas desde estudios escondidos durante todo el conflicto, a pesar de repetidos ataques aéreos israelíes contra torres de retransmisión y antenas en todo el país. Los libaneses dijeron que algunas transmisiones parecían incluir mensajes cifrados para los combatientes de Hezbolá en el sur del Líbano. Pero como sobre la mayoría de las cosas relacionadas con Hezbolá, no estaban realmente seguros.
Nasrallah, el líder de Hezbolá, utilizó al-Manar para una serie de discursos alentando a sus partidarios y explicando su estrategia. En la pantalla en programas pregrabados y con su turbante de clérigo y aspecto de estudiante, fue quizás el secreto mejor guardado, ya que era buscado por los aviones de guerra israelíes. Estaba en un escondite en un lugar que sólo los libaneses pueden conocer.
"Son la mejor guerrilla del mundo", dijo un especialista libanés que ha analizado los datos de inteligencia sobre Hezbolá durante más de dos décadas y se opone firmemente al militante movimiento musulmán chií.
Debido a que Hezbolá se había enraizado en aldeas chiíes amistosas y en búnkeres subterráneos construidos en secreto durante varios años, la fulminante campaña aérea israelí y el asalto terrestre con tanques fueron incapaces de establecer un control total sobre la franja de la frontera para limpiarla de guerrilleros de Hezbolá -que era el objetivo declarado del ataque de Israel. En gran parte como resultado de ello, la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobado por unanimidad el viernes noche se quedó corta con respecto a los objetivos originales de Israel y el gobierno de Bush cuando empezó el conflicto el 12 de julio.
Mientras el cese el fuego declarado por Naciones Unidas debe entrar en efecto el lunes en la mañana, muchos libaneses -especialmente entre los chiíes que conforman el 40 por ciento de la población- ya han evaluado la resistencia de Hezbolá como una victoria militar, a pesar de la devastación provocada en el Líbano por los bombardeos israelíes.
El poder de resistencia de Hezbolá en el campo de batalla provino de su clásica posición ventajosa de pez en el agua de la que disfrutan sus guerrilleros en su terreno, ocultándose en las aldeas y ayudados por sus familiares. Hasán Nasrallah, el líder de Hezbolá, resumió la estrategia de la guerrilla en un discurso televisado durante el conflicto cuando dijo: "No somos un ejército regular y no lucharemos como un ejército regular".
La flexibilidad del grupo en el campo de batalla también provino de una inusual combinación de celo y disciplinada ciencia militar, dijo el especialista libanés con acceso a informaciones de inteligencia, que habló a condición de no ser identificado por su nombre.
La intensa fe y adoctrinamiento musulmanes de los combatientes redujeron su temor a la muerte, observó, proporcionándoles una ventaja en la lucha cuerpo a cuerpo y al desafiar los ataques aéreos trasladando municiones de un lugar a otro. Los líderes de Hezbolá también reforzaron la disposición de los combatientes a correr riesgos mortales con la fundación del Instituto de los Mártires, con una oficina en Teherán, que garantiza pensiones de vida y pago de matrículas de estudio para las familias de los combatientes que mueren en el frente.
"Si estás esperando que se asome una bandera blanca de los búnkeres de Hezbola, te aseguro que no la vas a ver", dijo el general de división Ido Nehushtan, miembro del estado mayor israelí, en una rueda de prensa en Gosherim, un pueblo al norte de Israel. "Son extremistas, van a pelear hasta el fin".
Además, la dirección militar de Hezbolá estudió cuidadosamente la historia militar, incluyendo la Guerra de Vietnam, dijo el experto libanés, y armó un programa de adiestramiento con ayuda del servicio de inteligencia y oficiales iraníes con años de experiencia en la guerra Irán-Iraq en los años ochenta. El adiestramiento corrió a la par con un armamento que demostró ser efectivo contra los tanques israelíes, agregó, incluyendo el principal tanque de batalla Merkava con sólidas láminas blindadas.
Misiles antitanques guiados por láser y por calor fueron las armas más efectivas y mortíferas de Hezbolá, de acuerdo a oficiales y soldados israelíes. Una revisión de los archivos de las fuerzas armadas israelíes muestra que la mayoría de las bajas israelíes en combate resultaron de impactos de misil en vehículos blindados -o en edificios donde los israelíes habían montando puestos de observación o realizaban allanamientos.
La mayoría de los misiles antitanque, observaron oficiales israelíes, podían ser sacados de sus escondites y disparados rápidamente por equipos de dos o tres hombres a distancias de 3.200 o más metros de sus blancos. Uno de los más efectivos fue el Sagger 2 ruso, un misil hilo guiado con un alcance de 550 a 3.200 metros.
En un búnker subterráneo, los soldados israelíes descubrieron equipos de cámaras infrarrojas conectados a ordenadores que alimentaban coordenadas de blancos al misil Sagger 2, de acuerdo a oficiales israelíes que describieron los detalles a partir de fotografías que dijeron los soldados habían tomado en el interior de un búnker.
Algunos misiles antitanques también pueden ser usados para atacar a helicópteros, lo que ha limitado el uso militar de ellos en operaciones de rescate y otras. El sábado, Hezbolá derribó un helicóptero CH-53 Sikorsky en el Líbano, matando a sus cinco ocupantes, de acuerdo a los militares israelíes. A fines del domingo, las tropas israelíes todavía no habían sido capaces de retirar los cuerpos debido al intenso tiroteo en la zona del accidente.
El arsenal de Hezbolá, que también incluye miles de misiles y cohetes con los que atacar ciudades y pueblos al norte de Israel, fue pagado por una caja de guerra mantenida llena por implacables campañas de recaudación entre los chiíes del mundo y, en particular, por fondos proporcionados por Irán, dijo el especialista en inteligencia. El monto de los fondos iraníes que llegaron a Hezbolá se han calculado en 25 millones de dólares al mes, pero algunos informes sugieren que aumentó fuertemente, quizás se duplicó, después de que Mahmoud Ahmadinejad asumiera como presidente en Teherán el año pasado, dijo el especialista.
Fawaz Trabulsi, profesor libanés que ayudó a dirigir las milicias pro-palestinas contra el ejército israelí en 1982, observó que la lucha de Hezbolá es diferente en varios aspectos a la de la Organización por la Liberación de Palestina durante los años ochenta. En esa guerra, las fuerzas israelíes avanzaron derechamente por el norte y alcanzaron Beirut en algunos días, encontrando apenas resistencia, recordó, diciendo que los oficiales israelíes pensaran que podían repetir esa actuación contra Hezbolá.
Una razón de la enorme diferencia es que la inteligencia israelí tenía mucho menos información sobre las fuerzas, tácticas y equipos de Hezbolá, que entonces sobre la OLP, que estaba infiltrada por una red de espías, dijo Trabulsi, ahora profesor de ciencias políticas en la Universidad Americana de Beirut. "Hezbolá no ha sido infiltrada de ninguna manera", dijo.
Nehushtan, el general israelí, dijo que los militares israelíes tenían suficiente información para calcular la capacidad de combate y armas de Hezbolá cuando se inició el conflicto. Además, los aviones de guerra israelíes habían atacado blancos precisos durante el conflicto, presumiblemente sobre la base de informaciones de inteligencia sobre el terreno que eran transmitidas al ministerio de Defensa en Tel Aviv por sus aviones robot y otros equipos de espionaje. Sin embargo, otros observadores dijeron que la extensión de la guerra el último mes -cuando Israel dijo, en varias ocasiones, que controlaba el terreno, sólo para continuar peleando en las mismas aldeas fronterizas- sugiere que el servicio de inteligencia no proporcionó un análisis adecuado del campo de batalla.
"Creo que no es un secreto que los militares israelíes no tenían informaciones sobre esto", dijo Richard Straus, que publica el boletín de noticias Middle East Policy Survey en Washington. "No sabía qué tenía Hezbolá, cómo lo había acumulado, de qué era capaz".
Otra diferencia que dio a los combatientes de Hezbolá una ventaja es la experiencia que adquirieron al combatir a las tropas israelíes durante las casi dos décadas de ocupación israelí en el sur del Líbano, que terminó en 2000. En contraste, las guerrillas palestinas habían ganado la mayor parte de su experiencia luchando contra las milicias libanesas en la guerra civil aquí -usando nada más que rifles de asalto y lanzagranadas- y estaban mal preparadas y mal equipadas para resistir el avance del moderno ejército israelí.
"La diferencia está en el adiestramiento, la diferencias está en las armas, pero la gran diferencia es que la mayoría de los palestinos nunca había peleado contra Israel", dijo Trabulsi. "Estaban acostumbrados a la guerra civil en el Líbano".
La resistencia de Hezbolá a la infiltración de la inteligencia israelí se debe a una cultura de la clandestinidad extrema, incluso según las normas de las guerrillas. El código se correspondió con una tendencia hacia el secreto en una tendencia musulmana chií, llamada faqih. También coincidió con un sentido de solidaridad contra otros de la que se imbuyeron los chiíes libaneses desde el principio de su emergencia como una fuerza política a mediados de los años setenta, cuando su primera organización se llamaba Movimiento de los Deprivados.
Una joven doctora libanesa se enteró de que su hermano había sido un miliciano de Hezbolá durante varios años sólo cuando el movimiento la notificó de que su hermano había muerto, dijeron colegas. Igualmente, un libanés descubrió que su hermano era un importante oficial de Hezbolá sólo cuando le informaron sobre su muerte; el hermano había disfrazado sus ocasionales viajes a Teherán diciendo que estaba tratando de empezar un negocio de exportación-importación.
Un grupo de periodistas que en el mes pasado viajaron a las secciones bombardeadas de los suburbios del sur de Beirut donde Hezbolá tenía su cuartel general fueron aproximados dentro de minutos por jóvenes que les preguntaron quiénes eran y qué estaban haciendo en el lugar. No se permitían entrevistas con los vecinos que vivían allí, la mayoría de los cuales son ardientes partidarios de Hezbolá, dijeron los jóvenes. En los campos de batalla del sur del Líbano, sin embargo, la milicia estaba atareada luchando contra las tropas israelíes y guareciéndose de los bombardeos.
Los periodistas podían moverse por donde se atrevieran, ya que también ellos corrían el riesgo de ser atacados por los aviones israelíes.
Incluso la dirección política del movimiento fue mantenida en la ignorancia sobre muchas actividades militares y de inteligencia, observó Trabulsi. Ghaleb Abu-Zeinab, miembro del buró político de Hezbolá, dijo en una entrevista, por ejemplo, que no estaba informado por las operaciones "en el terreno", el término que usa Hezbolá para designar las aldeas y colinas en el sur del Líbano dond se libró la guerra.
"Tienen una organización militar y de inteligencia totalmente separada de la organización política", dijo Trabulsi.
Un dramático ejemplo del secreto y las cuidadosas preparaciones para la guerra con Israel es la televisión de Hezbolá, al-Manar. El canal siguió transmitiendo su combinación de noticias y programas desde estudios escondidos durante todo el conflicto, a pesar de repetidos ataques aéreos israelíes contra torres de retransmisión y antenas en todo el país. Los libaneses dijeron que algunas transmisiones parecían incluir mensajes cifrados para los combatientes de Hezbolá en el sur del Líbano. Pero como sobre la mayoría de las cosas relacionadas con Hezbolá, no estaban realmente seguros.
Nasrallah, el líder de Hezbolá, utilizó al-Manar para una serie de discursos alentando a sus partidarios y explicando su estrategia. En la pantalla en programas pregrabados y con su turbante de clérigo y aspecto de estudiante, fue quizás el secreto mejor guardado, ya que era buscado por los aviones de guerra israelíes. Estaba en un escondite en un lugar que sólo los libaneses pueden conocer.
Moore informó desde Jerusalén. Jonathan Finer en Gosherim contribuyó a este reportaje.
13 de agosto de 2006
©washington post
©traducción mQh
0 comentarios