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grave situación en anbar


[Thomas E. Ricks] Anbar está perdida, dicen analistas de los marines estadounidenses.
El jefe de inteligencia del Cuerpo de Marines en Iraq presentó hace poco un inusual informe secreto concluyendo que las perspectivas de controlar la provincia de Anbar al oeste del país son tenues y que no hay casi nada que puedan hacer los militares norteamericanos para mejorar la situación política y social allá, dijeron varios oficiales militares y de inteligencia familiarizados con su contenido.
Los oficiales describieron la evaluación clasificada del coronel Pete Devlin de la grave situación en Anbar como la primera vez que un alto oficial norteamericano presenta un informe tan negativo sobre Iraq.
Un oficial del ejército resumió el informe diciendo que en la provincia de Anbar, "no hemos sido derrotados militarmente, pero sí políticamente -y es en la política donde se ganan y pierden las batallas".
La "muy pesimista" declaración, como la llamó un oficial de los marines, está datada el 16 de agosto y fue enviada a Washington poco después de esa fecha, y ha sido discutida en el Pentágono y otros lugares en círculos de la seguridad nacional. "No sé si ha provocado una onda expansiva, pero la gente se siente incómoda", dijo un funcionario del ministerio de Defensa que leyó el informe. Como otros entrevistados sobre el informe, habló a condición de no ser identificado por su nombre debido a la sensibilidad del documento.
Devlin dice que en Anbar no hay ninguna institución del gobierno iraquí que funcione, lo deja un vacío que ha sido rellenado por el grupo insurgente de al-Qaeda en Iraq, que se ha convertido en la fuerza política más importante de la provincia, dijo el oficial del ejército que leyó el informe. Otra persona familiarizada con el informe dice que describe a Anbar como más allá de toda recuperación; una tercera persona dijo que concluye que Estados Unidos ha perdido a Anbar.
Devlin ofrece una serie de razones para explicar la situación, incluyendo la escasez de tropas norteamericanas e iraquíes, un problema que ha perseguido a los jefes militares desde la caída de Bagdad hace más de tres años, dijo la gente que ha leído el documento. Esta gente dijo que informa no solamente que las operaciones militares se encuentran en un punto muerto, incapaces de extender ni mantener la seguridad más allá de los perímetros de sus bases, sino también que los gobiernos locales en la provincia se han derrumbado y el débil gobierno central casi no tiene presencia.
Esas conclusiones son sorprendentes porque incluso después de cuatro años de librar una guerra inesperadamente difícil en Iraq, los militares norteamericanos han tendido a mantener una posición optimista: que su misión es difícil, pero que se está avanzando. Aunque los jefes de estación de la CIA en Bagdad han presentado informes clasificados negativos en los últimos años, oficiales de la inteligencia militar han sido consistentemente más positivos, tanto en sus declaraciones públicas como en sus informes internos.
Devlin, como parte del cuartel general de la Primera Fuerza Expedicionaria (Avanzada) de los Marines en Iraq, se encuentra estacionado allá desde febrero, de modo que su informe no ha sido desechado como la evaluación aturdida de un oficial recién llegado. Además, tiene la reputación de ser uno de los mejores oficiales del Cuerpo de Marines, meticuloso y directo, dijo otro oficial de inteligencia de los marines. De ahí que el informe esté siendo tomado seriamente a medida que es estudiado por las instituciones militares y también por algunos agentes de la CIA.
No todos los entrevistados sobre el informe concuerdan con sus desanimadas conclusiones. El funcionario del ministerio de Defensa, que trabajó en Iraq a principios de año, dijo que su impresión es que la provincia de Anbar tendrá problemas mientras haya tropas norteamericanas en Iraq. "Allá el caos es una forma de vida", dijo. En cuanto al informe, dijo, "es una conclusión sobre el área. La conclusión sobre Anbar no se puede aplicar como válida para todo el país".
Ninguno de los entrevistados quiso citar del informe, mencionando su clasificación, y el Washington Post no vio ninguna copia de él. Pero en las últimas tres semanas, el documento de Devlin ha sido ampliamente difundido en círculos militares y de inteligencia. Está provocando un intenso debate sobre la conclusión clave de que en Abar el objetivo de Estados Unidos, de limpiar y conservar las principales ciudades y el valle del alto Eúfrates, ha fracasado.
El informe sale a la luz en momentos políticamente inoportunos, justo cuando empiezan las campañas para las elecciones legislativas, que prometen ser en parte un referéndum sobre la conducción de la guerra de Iraq por el gobierno de Bush. También sigue por apenas una semanas al testimonio del general de ejército John P. Abizaid, el más importante comandante norteamericano para Oriente Medio, que dijo al Comité del Senado sobre las Fuerzas Armadas a principios del mes pasado de que "es posible que Iraq termine en una guerra civil".
"Es difícil ser optimista ahora", dijo un general de ejército que ha servido en Iraq. "Hay una especie de masa crítica de noticias difíciles", dijo, mientras se intensifica la violencia de la resistencia y entre sunníes y chiíes, la ausencia de un gobierno iraquí efectivo y la creciente preocupación de que Iraq pueda estar desintegrándose.
"En el mundo analítico hay una nube de penumbras descendiendo sobre nosotros", dijo Jeffrey White, ex analista de los militares de Oriente Medio para la Agencia de Inteligencia de la Defensa, que también ha sido informado sobre el pesimista informe de los marines.
Devlin, que está en Iraq, no puede ser localizado para oír sus comentarios. El coronel Jerry Renne, portavoz del Comando Central norteamericano, dijo el sábado que "reglamentariamente no comentamos documentos clasificados".
Anbar es una provincia clave; abarca Ramadi y Faluya, que con Bagdad representa el mayor peligro al que han hecho frente las fuerzas norteamericanas en Iraq. Consiste en un 30 por ciento de masa continental, comprendiendo la vasta región desde la capital hasta las fronteras con Siria y Jordania, incluyendo gran parte de la zona que es conocida como el Triángulo Sunní.
La resistencia empezó allá posiblemente con la batalla de Faluya poco después de la llegada de las tropas norteamericanas en abril de 2003, y los combates no han cesado desde entonces. En agosto murieron 33 militares norteamericanos -17 marines, 13 del ejército y tres de la marina.
Un segundo general que ha leído el informe advirtió que pensaba que era en general correcto, pero coincidió con el funcionario de Defensa que la "sombría" opinión de Devlin puede no tener mayor aplicabilidad en otros lugares de Iraq. Los problemas a los que hace frente Anbar son particulares de esa región, argumentaron él y otros.
Pero un oficial de ejército en Iraq familiarizado con el informe dijo que lo considera correcto. "Se puede decir que es ‘realista'", dijo.
"Según lo entiendo, es muy franco, sin grandes matices", dijo el coronel de marines retirado, G.I. Wilson. "Dice que el emperador está desnudo".
Una visión del informe ofrecida por algunos oficiales marines es que es un grito de ayuda desde un área donde los enfrentamientos siguen siendo intensos, pero que sin embargo recientemente ha sido dejada de lado por los jefes militares y funcionarios del gobierno de Bush en momentos en que se concentran en la seguridad de Bagdad. Una unidad del ejército de vehículos blindados ligeros Stryker que ha sido designada para remplazar a otra en Anbar fue enviada para operaciones de refuerzo en Bagdad, dejando a los comandantes en el oeste riñéndose para movilizar otras tropas y llenar el hueco.
El informe de Devlin es un trabajo de análisis de inteligencia, no una prescripción de políticas, así que no trata de sugerir qué hacer para solucionar la situación. No está claro cuáles serían las implicaciones para las fuerzas norteamericanas si las opiniones de Devlin fueran aceptadas por los jefes militares en otras partes de Iraq. Oficiales norteamericanos temen simplemente abandonar las partes sunníes de Iraq, por miedo a que se transformen en refugios de al-Qaeda y otros grupos terroristas.
Una solución posible sería tratar de entregar la provincia a fuerzas iraquíes, pero aumenta el riesgo de una guerra civil declarada. Las fuerzas dominadas por los chiíes podrían comenzar una masacre de sunníes, mientras que las unidades sunníes podrían simplemente actuar independientemente del gobierno central.

11 de septiembre de 2006
©washington post
©traducción mQh
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