desastre en la academia de policía
[Amit R. Paley] Proyecto de reconstrucción de academia de policía iraquí plagado de errores, fraude y mala calidad.
Bagdad, Iraq. Un proyecto de 75 millones de dólares para construir la academia de policía más grande de Iraq ha sido gestionado tan burdamente que el campus de la academia presenta serios riesgos de salud para los reclutas y podría ser parcialmente demolido, constataron investigadores estadounidenses.
La Academia de Policía de Bagdad proclamada como crucial en los esfuerzos de Estados Unidos para preparar a los iraquíes a que se ocupen de la seguridad del país, fue tan mal construida que los excrementos y la orina llueve de los techos sobre los barracones de los alumnos. En una habitación el agua gotea tan profusamente que la han apodado "la selva tropical".
"Este es el proyecto de seguridad civil más importante del país -y es un fracaso", dijo Stuart W. Bowen Jr., el inspector general especial para la reconstrucción en Iraq, una oficina independiente creada por el congreso. "La academia de policía de Bagdad es un desastre".
La oficina de Bowen dará a conocer el jueves un informe de 21 páginas, detallando los problemas más alarmantes en la planta.
Incluso en un proyecto de reconstrucción de 21 billones de dólares que se ha visto plagado de casos de corrupción y fraude, fallas en el adiestramiento y en el alojamiento de las fuerzas de seguridad iraquíes son especialmente significativas debido a su impacto en lo que las fuerzas armadas norteamericanas han llamado su misión más importante aquí: preparar a los policías y soldados iraquíes de modo que los estadounidenses puedan marcharse.
Investigadores federales dijeron que los hallazgos del inspector general plantea serios interrogantes sobre si el Cuerpo de Ingenieros del ejército norteamericano ha fracaso en cuando a ejercer un control efectivo de la Academia de Policía de Bagdad o de los programas de reconstrucción en el país, a pesar de gravar a los contribuyentes con tarifas de gestión de al menos 4.5 por ciento del total de los costes de los proyectos. El Cuerpo de Ingenieros declaró el miércoles que ha iniciado una amplia investigación del proyecto de la academia de policía.
El informe es la acusación más reciente contra Parsons Corp., el gigante de la construcción norteamericano que recibió mil millones de dólares en una variedad de proyectos de reconstrucción en todo Iraq. Tras hacer la crónica de los fracasos previos de Parsons en la construcción adecuada de clínicas sanitarias, cárceles y hospitales, Bowen dijo que ahora piensa ejecutar auditorías de todos los proyectos de Parsons.
"Hay que contar la verdad sobre qué fue lo que no cumplió Parsons", dijo Bowen.
Una portavoz de Parsons dijo que la compañía no había visto el informe del inspector general.
La Autoridad Provisional de la Coalición contrató a Parsons en 2004 para transformar la Academia de Policía de Bagdad, una destartalada colección de edificios de los años treinta, en una planta moderna con capacidad para expandir el adiestramiento de 1.500 a 4.000 reclutas por lo menos. Según el contrato la compañía debía rehacer el campus construyendo, entre otras cosas, barracones de tres pisos para los alumnos, edificios de aulas y una instalación central para el lavado.
Mientras comandantes norteamericanos declararon 2006 como ‘el año de la policía', en un reconocimiento de su crucial papel a la hora de permitir una retirada de tropas norteamericanas, otros oficiales destacaron la Academia de Policía de Bagdad como uno de sus logros.
"Esta planta ha sido definitivamente una alta prioridad", dijo en un comunicado de prensa en julio el teniente coronel Joel Holtrop, de la División de Proyectos y Oficina de Contratación de la Región del Golfo del Cuerpo de Ingenieros. "Es muy emocionante ver que los cadetes se mudan a las nuevas edificaciones".
Sin embargo, las quejas sobre las nuevas instalaciones empezaron a fluir dos semanas después de que llegaran los reclutas a fines de mayo, dijeron oficiales del Cuerpo de Ingenieros.
El problema más grave fueron las instalaciones de tuberías de mala calidad, lo que provocó que los desechos de los retretes del segundo y tercer piso cayeran en cascada por todo el edificio. Una instalación eléctrica en una habitación dejó de funcionar porque se llenó de orina y materias fecales. Los residuos amenazan la integridad de los bloques de soporte, concluyeron los investigadores federales.
"Cuando pasamos por los pasillos, los iraquíes se acercaron corriendo y nos dijeron: ‘Por favor, ayúdennos. Hagan algo sobre esto'", recordó Bowen.
Phillip A. Galeoto, director de la Academia de Policía de Bagdad, escribió el 16 de agosto un memorándum catalogando al menos 20 problemas: instalaciones de ducha y cuarto de servicios que empezaron a filtrarse desde el primer día de uso, suelos de concreto y baldosas que sobresalían más de dos pulgadas del suelo, el agua cayendo por pasillos y escaleras debido a pendientes o desagües mal hechos en los cuartos de servicios, edificios de aulas con problemas con los fundamentos que causaron el hundimiento de las estructuras.
Galeoto observó que todo un edificio y cinco pisos de otros debieron ser cerrados para ser reparados, limitando la capacidad de la academia a 800 reclutas. Su memorándum también señalaba que la orina y las feces fluían por todo el edificio y, a veces, sobre los ocupantes de los barracones.
"Esta no es una lista completa", escribió, sino más bien una instantánea de "problemas a los que nos enfrentamos todos los días debido al trabajo incompleto o de mala calidad de los contratistas".
El contrato de Parsons, que finamente totalizó al menos 75 millones de dólares, fue terminado el 31 de mayo, "debido a presupuestos excedidos, demoras en la entrega y calidad deficiente", de acuerdo a un memorándum militar el 4 de septiembre. Pero antes que demandar a la compañía de Pasadena, California, el contrato fue terminado por "conveniencia del gobierno".
El coronel Michael Herman -subcomandante de la División Regional del Golfo del Cuerpo de Ingenieros, que se suponía que debía controlar el proyecto- dijo que los subcontratistas iraquíes contratados por Parsons fueron obligados a reparar los problemas en los edificios como parte de la garantía, sin costes para los contribuyentes. Dijo que se habían reparado cuatro de los ocho barracones.
Las fuerzas armadas norteamericanas accedieron inicialmente a llevar a un periodista del Washington Post en un recorrido de la planta el miércoles para examinar los problemas de construcción, pero la visita fue aplazada para el martes noche. Los investigadores federales que visitaron la academia la semana pasada, expresaron preocupación sobre la integridad estructural de los edificios y sobre la posibilidad de que los residuos fecales provoquen un estallido de tifus u otros problemas sanitarios.
"Quizás tengan que demoler todo lo que construyeron", dijo Robert DeShurley, ingeniero de la oficina del inspector general. "Tal como están, los edificios se están desmoronando".
Herman dijo que dudaba de que ese fuera el caso, pero que pensaba contratar a una firma de arquitectos e ingenieros para examinar las instalaciones. También planea investigar las preocupaciones formuladas por la oficina del inspector general de que el Cuerpo de Ingenieros del ejército no actuó adecuadamente en cuanto a los problemas de construcción señalados en los informes de control de calidad.
En la oficina del inspector general en Bagdad, una abrasadora tarde hace poco, varios investigadores federales expresaron su asombro de que se pudieran concentrar en un solo proyecto semejantes errores de construcción. Incluso en Iraq, dijeron, errores de esta magnitud son inusuales. Interrogados sobre si habían comparado los problemas en la academia de policía con otros proyectos que habían inspeccionado, las respuestas fueron rápidas.
"Las diferencias son importantes", dijo Jon E. Novak, asesor de la oficina del inspector general.
"Catastróficas", agregó DeShurley.
Bowen dijo: "Es lo peor".
La Academia de Policía de Bagdad proclamada como crucial en los esfuerzos de Estados Unidos para preparar a los iraquíes a que se ocupen de la seguridad del país, fue tan mal construida que los excrementos y la orina llueve de los techos sobre los barracones de los alumnos. En una habitación el agua gotea tan profusamente que la han apodado "la selva tropical".
"Este es el proyecto de seguridad civil más importante del país -y es un fracaso", dijo Stuart W. Bowen Jr., el inspector general especial para la reconstrucción en Iraq, una oficina independiente creada por el congreso. "La academia de policía de Bagdad es un desastre".
La oficina de Bowen dará a conocer el jueves un informe de 21 páginas, detallando los problemas más alarmantes en la planta.
Incluso en un proyecto de reconstrucción de 21 billones de dólares que se ha visto plagado de casos de corrupción y fraude, fallas en el adiestramiento y en el alojamiento de las fuerzas de seguridad iraquíes son especialmente significativas debido a su impacto en lo que las fuerzas armadas norteamericanas han llamado su misión más importante aquí: preparar a los policías y soldados iraquíes de modo que los estadounidenses puedan marcharse.
Investigadores federales dijeron que los hallazgos del inspector general plantea serios interrogantes sobre si el Cuerpo de Ingenieros del ejército norteamericano ha fracaso en cuando a ejercer un control efectivo de la Academia de Policía de Bagdad o de los programas de reconstrucción en el país, a pesar de gravar a los contribuyentes con tarifas de gestión de al menos 4.5 por ciento del total de los costes de los proyectos. El Cuerpo de Ingenieros declaró el miércoles que ha iniciado una amplia investigación del proyecto de la academia de policía.
El informe es la acusación más reciente contra Parsons Corp., el gigante de la construcción norteamericano que recibió mil millones de dólares en una variedad de proyectos de reconstrucción en todo Iraq. Tras hacer la crónica de los fracasos previos de Parsons en la construcción adecuada de clínicas sanitarias, cárceles y hospitales, Bowen dijo que ahora piensa ejecutar auditorías de todos los proyectos de Parsons.
"Hay que contar la verdad sobre qué fue lo que no cumplió Parsons", dijo Bowen.
Una portavoz de Parsons dijo que la compañía no había visto el informe del inspector general.
La Autoridad Provisional de la Coalición contrató a Parsons en 2004 para transformar la Academia de Policía de Bagdad, una destartalada colección de edificios de los años treinta, en una planta moderna con capacidad para expandir el adiestramiento de 1.500 a 4.000 reclutas por lo menos. Según el contrato la compañía debía rehacer el campus construyendo, entre otras cosas, barracones de tres pisos para los alumnos, edificios de aulas y una instalación central para el lavado.
Mientras comandantes norteamericanos declararon 2006 como ‘el año de la policía', en un reconocimiento de su crucial papel a la hora de permitir una retirada de tropas norteamericanas, otros oficiales destacaron la Academia de Policía de Bagdad como uno de sus logros.
"Esta planta ha sido definitivamente una alta prioridad", dijo en un comunicado de prensa en julio el teniente coronel Joel Holtrop, de la División de Proyectos y Oficina de Contratación de la Región del Golfo del Cuerpo de Ingenieros. "Es muy emocionante ver que los cadetes se mudan a las nuevas edificaciones".
Sin embargo, las quejas sobre las nuevas instalaciones empezaron a fluir dos semanas después de que llegaran los reclutas a fines de mayo, dijeron oficiales del Cuerpo de Ingenieros.
El problema más grave fueron las instalaciones de tuberías de mala calidad, lo que provocó que los desechos de los retretes del segundo y tercer piso cayeran en cascada por todo el edificio. Una instalación eléctrica en una habitación dejó de funcionar porque se llenó de orina y materias fecales. Los residuos amenazan la integridad de los bloques de soporte, concluyeron los investigadores federales.
"Cuando pasamos por los pasillos, los iraquíes se acercaron corriendo y nos dijeron: ‘Por favor, ayúdennos. Hagan algo sobre esto'", recordó Bowen.
Phillip A. Galeoto, director de la Academia de Policía de Bagdad, escribió el 16 de agosto un memorándum catalogando al menos 20 problemas: instalaciones de ducha y cuarto de servicios que empezaron a filtrarse desde el primer día de uso, suelos de concreto y baldosas que sobresalían más de dos pulgadas del suelo, el agua cayendo por pasillos y escaleras debido a pendientes o desagües mal hechos en los cuartos de servicios, edificios de aulas con problemas con los fundamentos que causaron el hundimiento de las estructuras.
Galeoto observó que todo un edificio y cinco pisos de otros debieron ser cerrados para ser reparados, limitando la capacidad de la academia a 800 reclutas. Su memorándum también señalaba que la orina y las feces fluían por todo el edificio y, a veces, sobre los ocupantes de los barracones.
"Esta no es una lista completa", escribió, sino más bien una instantánea de "problemas a los que nos enfrentamos todos los días debido al trabajo incompleto o de mala calidad de los contratistas".
El contrato de Parsons, que finamente totalizó al menos 75 millones de dólares, fue terminado el 31 de mayo, "debido a presupuestos excedidos, demoras en la entrega y calidad deficiente", de acuerdo a un memorándum militar el 4 de septiembre. Pero antes que demandar a la compañía de Pasadena, California, el contrato fue terminado por "conveniencia del gobierno".
El coronel Michael Herman -subcomandante de la División Regional del Golfo del Cuerpo de Ingenieros, que se suponía que debía controlar el proyecto- dijo que los subcontratistas iraquíes contratados por Parsons fueron obligados a reparar los problemas en los edificios como parte de la garantía, sin costes para los contribuyentes. Dijo que se habían reparado cuatro de los ocho barracones.
Las fuerzas armadas norteamericanas accedieron inicialmente a llevar a un periodista del Washington Post en un recorrido de la planta el miércoles para examinar los problemas de construcción, pero la visita fue aplazada para el martes noche. Los investigadores federales que visitaron la academia la semana pasada, expresaron preocupación sobre la integridad estructural de los edificios y sobre la posibilidad de que los residuos fecales provoquen un estallido de tifus u otros problemas sanitarios.
"Quizás tengan que demoler todo lo que construyeron", dijo Robert DeShurley, ingeniero de la oficina del inspector general. "Tal como están, los edificios se están desmoronando".
Herman dijo que dudaba de que ese fuera el caso, pero que pensaba contratar a una firma de arquitectos e ingenieros para examinar las instalaciones. También planea investigar las preocupaciones formuladas por la oficina del inspector general de que el Cuerpo de Ingenieros del ejército no actuó adecuadamente en cuanto a los problemas de construcción señalados en los informes de control de calidad.
En la oficina del inspector general en Bagdad, una abrasadora tarde hace poco, varios investigadores federales expresaron su asombro de que se pudieran concentrar en un solo proyecto semejantes errores de construcción. Incluso en Iraq, dijeron, errores de esta magnitud son inusuales. Interrogados sobre si habían comparado los problemas en la academia de policía con otros proyectos que habían inspeccionado, las respuestas fueron rápidas.
"Las diferencias son importantes", dijo Jon E. Novak, asesor de la oficina del inspector general.
"Catastróficas", agregó DeShurley.
Bowen dijo: "Es lo peor".
28 de septiembre de 2006
©washington post
©traducción mQh
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