amenazas tras desaparición
[Adriana Meyer] Detalles sobre la ola de amenazas que siguio a la desaparicion de Jorge Julio López. Llamados, cartas y golpes en las sombras.
Las intimidaciones que se realizaron durante el juicio y las que se sucedieron hasta hoy. El cadáver de Punta Lara y el llamado que provino del Comando en Jefe del Ejército. "Si Etchecolatz es condenado, volamos la cueva montonera", le habían dicho a Chicha Mariani.
Medio centenar de funcionarios judiciales, decenas de testigos y abogados, y un grupo de militantes escucharon sesiones de tortura en sus celulares, recibieron advertencias de grupos como Resistencia Republicana, fueron golpeados por la policía o incluso fueron secuestrados por algunas horas. El juicio oral del que participó Jorge Julio López, ex militante y sobreviviente de la dictadura, estuvo signado por amenazas que aumentaron y se expandieron por todo el país cuando se hizo pública su desaparición. Y más allá de la preocupación oficial, los esfuerzos declamados y los planes para proteger testigos, las intimidaciones se siguen produciendo. Por el momento no hay rastros de los autores de estos hechos. La única pista condujo al Comando en Jefe del Ejército.
Los organismos de derechos humanos nucleados en la agrupación Justicia Ya! de La Plata hicieron un listado de las amenazas que se conocen hasta la fecha y las calificaron de "una acción política para amedrentar no sólo a testigos sino al pueblo todo, y dirigida a garantizar la impunidad de los genocidas".
Según expresaron, "el juicio a Etchecolatz se desarrolló bajo amenazas constantes", entre ellas:
- Militantes de la Asociación Anahí y de la Asociación de Ex Detenidos-Desaparecidos fueron amenazados a través de llamadas telefónicas en las que se reproducían conversaciones mantenidas en ámbitos privados.
- Chicha Mariani, querellante en la causa contra Etchecolatz y presidenta de la Asociación Anahí, recibió insistentes amenazas desde el inicio del juicio. Una de ellas fue muy elocuente: "Si Etchecolatz es condenado, volamos la cueva montonera", en referencia a la casa en la que en 1976 fue asesinada su nuera Diana Teruggi y secuestrada su nieta Clara Anahí.
- Uno de los testigos, sobreviviente de un centro clandestino de detención, fue intimidado en la propia sala del juicio momentos antes de su declaración por un joven oficial de la Policía Federal.
- El 16 de septiembre, aniversario de la Noche de los Lápices, Nilda Eloy, testigo y querellante en el juicio, recibió en su contestador telefónico grabaciones con sonidos de sesiones de torturas.
Justicia Ya! consideró que la desaparición de López, el 18 de septiembre, no se dio en ese momento por azar. Ese día se exponían los alegatos de la querella y era obligatorio que el testigo estuviera presente en la sala de audiencias. Según explicaron miembros de la agrupación, la ausencia de López impedía alegar a dos de los letrados de la querella que solicitarían la condena por genocidio. Sólo fue posible que el alegato se hiciera en forma completa por un recurso legal extraordinario presentado por los abogados.
Una vez terminado el juicio y cuando la denuncia sobre la desaparición de López ya era pública, las intimidaciones recrudecieron.
- Eloy recibió una llamada en la que le pidieron el teléfono del presidente del tribunal, Carlos Rozansky, para informarle que iban a encontrar el cuerpo de López en Quilmes y que los ‘Fernández' eran los responsables. Poco después fue recibida una llamada en el 911 diciendo que había un cuerpo calcinado en Punta Lara. En la causa por la desaparición de López hay un listado de llamadas recibidas y realizadas a los teléfonos del testigo y de Eloy. De allí surge que, en forma casi simultánea al aviso al 911, se realizaron desde el Comando en Jefe del Ejército cinco intentos de comunicarse con Eloy. Además, López llamó a su compañera de juicio el domingo 17 para confirmarle que su hijo lo llevaría al tribunal, pero esa comunicación no aparece en el listado que aportó la empresa Telefónica a la Justicia.
- El hallazgo del cuerpo calcinado en Punta Lara fue considerado por la agrupación como un ‘mensaje mafioso'. Argumentan que a esa persona, que aún no ha sido identificada, la mataron el mismo día que se leyó la sentencia y que su cuerpo fue arrojado en una zona donde la Triple A solía hacer aparecer cadáveres. A tantos días, la falta de información sobre este hecho sigue alimentando las sospechas. Incluso una versión indicaría que ese cuerpo podría pertenecer al vecino de López que logró hacerlo salir de su casa antes del secuestro (ver aparte). La suspicacia comenzó por la misma difusión del hecho, cuando la policía filtró a la prensa el dato de que podía ser el cuerpo de López, sin ningún peritaje que lo acreditara.
- El 19 de septiembre el juez Rozansky recibió dos llamados del Servicio Penitenciario, desde teléfonos a los que los internos no tienen acceso.
- El 27 de septiembre la hija de Eloy recibió llamadas amenazantes, y en dos oportunidades su custodia se presentó en un Falcon verde.
- A diez días de la desaparición de López, media docena de jueces y fiscales de todo el país había recibido mensajes de un insólito remitente: III Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo. A los fiscales Jorge Auat, Miguel Osorio y Eduardo Taiano, entre otros, les dijeron "sabemos que usted está recibiendo presiones del Gobierno para actuar en función de quienes no buscan justicia sino venganza".
- El 29 de septiembre una sobreviviente de la Noche de los Lápices recibió una carta con amenazas de tres ex comisarios bonaerenses.
- El 2 de octubre Pablo Giachiello, estudiante platense de Bellas Artes y militante del Partido Obrero, fue golpeado por tres hombres que le dijeron "te tenemos marcado" por sus actividades por la aparición de López.
- El 9 de octubre en José Mármol se produjo la detención de dos militantes del Movimiento 26 de junio. Ariel y María Montes se habían juntado con sus compañeros para participar de una actividad por la aparición de López cuando un grupo de policías los llevó a la seccional de esa localidad, los esposaron y golpearon durante cuatro horas y los amenazaron con "desaparecerlos" igual que a López. En el Ministerio de Seguridad provincial no dieron crédito al hecho ni apartaron al personal policial, aunque las lesiones fueron probadas por la Justicia.
- El mismo lunes 9, el yerno de la ex detenida Cristina Saborido fue tajeado por dos hombres, uno de ellos armado con una pistola, cuando volvía de acompañar a su novia. Su cuñada, Agustina Tula, hija de Cristina, había recibido un correo electrónico el día anterior en el que le advertían que "al zurdito del novio de tu hermana lo tenemos enlistado también, ya vas a ver lo que le hacemos". Esto ocurrió luego de que Saborido respondiera a las declaraciones del ex presidente de facto Reynaldo Bignone, quien había incitado a la juventud a "culminar lo que no pudimos o no supimos terminar".
- El 18 de octubre fue intimidado Ramiro González, militante de una de las agrupaciones que nuclea a hijos de desaparecidos. Según denunció, estaba por llegar a su casa de Villa del Parque cuando fue interceptado por un vehículo con cuatro personas que entre insultos le mostraron fotos para que marcara a los compañeros y ante cada respuesta negativa recibía un golpe. Luego de dos horas, y tras tomarle las huellas dactilares, lo soltaron y lo amenazaron diciéndole: "Esto no es joda, vos y tus compañeros van a terminar todos muertos". González y sus compañeros ya habían presentado una denuncia al recibir una amenaza un día antes del inicio del juicio a Etchecolatz, en la que les decían que no acudieran a presenciarlo.
- En la actualidad, dos fiscales que llevan causas de derechos humanos, el propio juez Arnaldo Corazza, tres jueces de tribunal oral y el camarista Leopoldo Schiffrin están amenazados, al igual que los abogados de Justicia Ya!. El testigo Walter Docters y la familia Marciano tienen custodia policial a partir de diversos hechos intimidatorios.
Medio centenar de funcionarios judiciales, decenas de testigos y abogados, y un grupo de militantes escucharon sesiones de tortura en sus celulares, recibieron advertencias de grupos como Resistencia Republicana, fueron golpeados por la policía o incluso fueron secuestrados por algunas horas. El juicio oral del que participó Jorge Julio López, ex militante y sobreviviente de la dictadura, estuvo signado por amenazas que aumentaron y se expandieron por todo el país cuando se hizo pública su desaparición. Y más allá de la preocupación oficial, los esfuerzos declamados y los planes para proteger testigos, las intimidaciones se siguen produciendo. Por el momento no hay rastros de los autores de estos hechos. La única pista condujo al Comando en Jefe del Ejército.
Los organismos de derechos humanos nucleados en la agrupación Justicia Ya! de La Plata hicieron un listado de las amenazas que se conocen hasta la fecha y las calificaron de "una acción política para amedrentar no sólo a testigos sino al pueblo todo, y dirigida a garantizar la impunidad de los genocidas".
Según expresaron, "el juicio a Etchecolatz se desarrolló bajo amenazas constantes", entre ellas:
- Militantes de la Asociación Anahí y de la Asociación de Ex Detenidos-Desaparecidos fueron amenazados a través de llamadas telefónicas en las que se reproducían conversaciones mantenidas en ámbitos privados.
- Chicha Mariani, querellante en la causa contra Etchecolatz y presidenta de la Asociación Anahí, recibió insistentes amenazas desde el inicio del juicio. Una de ellas fue muy elocuente: "Si Etchecolatz es condenado, volamos la cueva montonera", en referencia a la casa en la que en 1976 fue asesinada su nuera Diana Teruggi y secuestrada su nieta Clara Anahí.
- Uno de los testigos, sobreviviente de un centro clandestino de detención, fue intimidado en la propia sala del juicio momentos antes de su declaración por un joven oficial de la Policía Federal.
- El 16 de septiembre, aniversario de la Noche de los Lápices, Nilda Eloy, testigo y querellante en el juicio, recibió en su contestador telefónico grabaciones con sonidos de sesiones de torturas.
Justicia Ya! consideró que la desaparición de López, el 18 de septiembre, no se dio en ese momento por azar. Ese día se exponían los alegatos de la querella y era obligatorio que el testigo estuviera presente en la sala de audiencias. Según explicaron miembros de la agrupación, la ausencia de López impedía alegar a dos de los letrados de la querella que solicitarían la condena por genocidio. Sólo fue posible que el alegato se hiciera en forma completa por un recurso legal extraordinario presentado por los abogados.
Una vez terminado el juicio y cuando la denuncia sobre la desaparición de López ya era pública, las intimidaciones recrudecieron.
- Eloy recibió una llamada en la que le pidieron el teléfono del presidente del tribunal, Carlos Rozansky, para informarle que iban a encontrar el cuerpo de López en Quilmes y que los ‘Fernández' eran los responsables. Poco después fue recibida una llamada en el 911 diciendo que había un cuerpo calcinado en Punta Lara. En la causa por la desaparición de López hay un listado de llamadas recibidas y realizadas a los teléfonos del testigo y de Eloy. De allí surge que, en forma casi simultánea al aviso al 911, se realizaron desde el Comando en Jefe del Ejército cinco intentos de comunicarse con Eloy. Además, López llamó a su compañera de juicio el domingo 17 para confirmarle que su hijo lo llevaría al tribunal, pero esa comunicación no aparece en el listado que aportó la empresa Telefónica a la Justicia.
- El hallazgo del cuerpo calcinado en Punta Lara fue considerado por la agrupación como un ‘mensaje mafioso'. Argumentan que a esa persona, que aún no ha sido identificada, la mataron el mismo día que se leyó la sentencia y que su cuerpo fue arrojado en una zona donde la Triple A solía hacer aparecer cadáveres. A tantos días, la falta de información sobre este hecho sigue alimentando las sospechas. Incluso una versión indicaría que ese cuerpo podría pertenecer al vecino de López que logró hacerlo salir de su casa antes del secuestro (ver aparte). La suspicacia comenzó por la misma difusión del hecho, cuando la policía filtró a la prensa el dato de que podía ser el cuerpo de López, sin ningún peritaje que lo acreditara.
- El 19 de septiembre el juez Rozansky recibió dos llamados del Servicio Penitenciario, desde teléfonos a los que los internos no tienen acceso.
- El 27 de septiembre la hija de Eloy recibió llamadas amenazantes, y en dos oportunidades su custodia se presentó en un Falcon verde.
- A diez días de la desaparición de López, media docena de jueces y fiscales de todo el país había recibido mensajes de un insólito remitente: III Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo. A los fiscales Jorge Auat, Miguel Osorio y Eduardo Taiano, entre otros, les dijeron "sabemos que usted está recibiendo presiones del Gobierno para actuar en función de quienes no buscan justicia sino venganza".
- El 29 de septiembre una sobreviviente de la Noche de los Lápices recibió una carta con amenazas de tres ex comisarios bonaerenses.
- El 2 de octubre Pablo Giachiello, estudiante platense de Bellas Artes y militante del Partido Obrero, fue golpeado por tres hombres que le dijeron "te tenemos marcado" por sus actividades por la aparición de López.
- El 9 de octubre en José Mármol se produjo la detención de dos militantes del Movimiento 26 de junio. Ariel y María Montes se habían juntado con sus compañeros para participar de una actividad por la aparición de López cuando un grupo de policías los llevó a la seccional de esa localidad, los esposaron y golpearon durante cuatro horas y los amenazaron con "desaparecerlos" igual que a López. En el Ministerio de Seguridad provincial no dieron crédito al hecho ni apartaron al personal policial, aunque las lesiones fueron probadas por la Justicia.
- El mismo lunes 9, el yerno de la ex detenida Cristina Saborido fue tajeado por dos hombres, uno de ellos armado con una pistola, cuando volvía de acompañar a su novia. Su cuñada, Agustina Tula, hija de Cristina, había recibido un correo electrónico el día anterior en el que le advertían que "al zurdito del novio de tu hermana lo tenemos enlistado también, ya vas a ver lo que le hacemos". Esto ocurrió luego de que Saborido respondiera a las declaraciones del ex presidente de facto Reynaldo Bignone, quien había incitado a la juventud a "culminar lo que no pudimos o no supimos terminar".
- El 18 de octubre fue intimidado Ramiro González, militante de una de las agrupaciones que nuclea a hijos de desaparecidos. Según denunció, estaba por llegar a su casa de Villa del Parque cuando fue interceptado por un vehículo con cuatro personas que entre insultos le mostraron fotos para que marcara a los compañeros y ante cada respuesta negativa recibía un golpe. Luego de dos horas, y tras tomarle las huellas dactilares, lo soltaron y lo amenazaron diciéndole: "Esto no es joda, vos y tus compañeros van a terminar todos muertos". González y sus compañeros ya habían presentado una denuncia al recibir una amenaza un día antes del inicio del juicio a Etchecolatz, en la que les decían que no acudieran a presenciarlo.
- En la actualidad, dos fiscales que llevan causas de derechos humanos, el propio juez Arnaldo Corazza, tres jueces de tribunal oral y el camarista Leopoldo Schiffrin están amenazados, al igual que los abogados de Justicia Ya!. El testigo Walter Docters y la familia Marciano tienen custodia policial a partir de diversos hechos intimidatorios.
29 de octubre de 2006
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