toque de queda en cuatro provincias
[John Ward Anderson] Se refuerzan medidas de seguridad en anticipación del fallo sobre Hussein.
Bagdad, Iraq. Funcionarios iraquíes anunciaron el sábado un toque de queda de 24 horas para el domingo en Bagdad y cuatro provincias, en anticipación del anuncio del fallo en el juicio del ex presidente Saddam Hussein, que podría inflamar los sentimientos nacionalistas y religiosos y contribuir a una escalada del diario diluvio de violencia.
"Esperamos que el fallo de a este hombre lo que se merece por los crímenes que cometió contra el pueblo iraquí", dijo el primer ministro iraquí Nouri al-Maliki en observaciones transmitidas por la televisión estatal. Diciendo que el fallo en el juicio de doce meses sería anunciado el domingo, Maliki llamó a los iraquíes "a conservar la calma y expresar su felicidad de modo apropiado para la situación actual, de modo que sus vidas no corran peligro".
La declaración del toque de queda la anunció el ministerio del Interior de Iraq cuando daba a conocer la muerte de 53 sospechosos de ser miembros de al-Qaeda en una encarnizada batalla de cuatro horas el sábado tarde con la policía en Tuwaitha, justo al sur de Bagdad.
Un portavoz del ministerio del Interior, el brigadier Abdul Kareem Khalef al-Kinani, dijo que cuatro policías murieron en esa operación, sobre la que dijo que fue lanzada para liberar a tres personas que habían sido supuestamente secuestradas por los rebeldes. Nueve policías resultaron heridos y 16 rebeldes fueron capturados en el ataque, pero no se encontró a ningún rehén, dijo.
Independientemente del fallo en el juicio de Hussein, funcionarios de seguridad y analistas políticos dicen que podría ser un catalizador de renovados enfrentamientos entre musulmanes chiíes, que conforman el 60 por ciento de la población de Iraq, y árabes sunníes, que constituyen el 20 por ciento. Hussein es un árabe sunní, y durante su gobierno de 24 horas, el Partido Baaz, dominado por los sunníes, oprimió a la mayoría chií.
Otros expresaron la esperanza de que el resultado conduzca al cierre y reconciliación.
"Cualquiera sea el fallo del tribunal, será aceptado por algunos y rechazado por otros, pero esta es la democracia con la que habíamos soñado", dijo Sheik Ismael al-Hadeedy, jefe de una tribu árabe sunní del norte de Iraq.
"Pero la pregunta persiste: ¿coincidirá con la tendencia hacia la reconciliación y el logro de la seguridad y estabilidad en Iraq?", preguntó. "En este contexto, el juicio y el fallo son una prueba para todos nosotros".
"Esperamos que el fallo de a este hombre lo que se merece por los crímenes que cometió contra el pueblo iraquí", dijo el primer ministro iraquí Nouri al-Maliki en observaciones transmitidas por la televisión estatal. Diciendo que el fallo en el juicio de doce meses sería anunciado el domingo, Maliki llamó a los iraquíes "a conservar la calma y expresar su felicidad de modo apropiado para la situación actual, de modo que sus vidas no corran peligro".
La declaración del toque de queda la anunció el ministerio del Interior de Iraq cuando daba a conocer la muerte de 53 sospechosos de ser miembros de al-Qaeda en una encarnizada batalla de cuatro horas el sábado tarde con la policía en Tuwaitha, justo al sur de Bagdad.
Un portavoz del ministerio del Interior, el brigadier Abdul Kareem Khalef al-Kinani, dijo que cuatro policías murieron en esa operación, sobre la que dijo que fue lanzada para liberar a tres personas que habían sido supuestamente secuestradas por los rebeldes. Nueve policías resultaron heridos y 16 rebeldes fueron capturados en el ataque, pero no se encontró a ningún rehén, dijo.
Independientemente del fallo en el juicio de Hussein, funcionarios de seguridad y analistas políticos dicen que podría ser un catalizador de renovados enfrentamientos entre musulmanes chiíes, que conforman el 60 por ciento de la población de Iraq, y árabes sunníes, que constituyen el 20 por ciento. Hussein es un árabe sunní, y durante su gobierno de 24 horas, el Partido Baaz, dominado por los sunníes, oprimió a la mayoría chií.
Otros expresaron la esperanza de que el resultado conduzca al cierre y reconciliación.
"Cualquiera sea el fallo del tribunal, será aceptado por algunos y rechazado por otros, pero esta es la democracia con la que habíamos soñado", dijo Sheik Ismael al-Hadeedy, jefe de una tribu árabe sunní del norte de Iraq.
"Pero la pregunta persiste: ¿coincidirá con la tendencia hacia la reconciliación y el logro de la seguridad y estabilidad en Iraq?", preguntó. "En este contexto, el juicio y el fallo son una prueba para todos nosotros".
En los últimos meses, tras la caída de Hussein en 2003 y los subsecuentes esfuerzos de forjar una democracia multiétnica y multireligiosa, el odio y la desconfianza entre chiíes y sunníes han alcanzado un punto álgido. Los atentados suicidas, los secuestros y otros enfrentamientos entre grupos religiosos se han convertido en cosa de todos los días, dejando miles de muertos y empujando a Iraq al borde de una guerra civil abierta.
El sábado Bagdad ofrecía un conteo típicamente espeluznante. Al menos 26 muertos y 57 heridos en un atentado con cuatro coches bomba, dos explosiones de bombas improvisadas, dos ataques con morteros, una balacera y otros incidentes violentos, de acuerdo a un funcionario del ministerio del Interior e informes de prensa. Al menos 12 personas fueron matadas y 52 resultaron heridas en ataques en otros lugares en el país, además de la batalla al sur de Bagdad.
El derramamiento de sangre se produjo tras el descubrimiento de al menos 63 cuerpos en la capital en un lapso de 24 horas que terminó el viernes, de acuerdo a un funcionario del ministerio del Interior, que no estaba autorizado para entregar información y habló a condición de conservar el anonimato. Dijo que todas las víctimas, que fueron encontradas en 12 diferentes partes de la ciudad, habían sido torturadas, una había sido decapitada, y una tenía las dos manos cercenadas.
Con el fin de impedir las venganzas y una carnicería celebratoria el domingo, el primer ministro anunció que no se permitirán ni vehículos ni personas fuera de sus casas en la capital y en las provincias cercanas de Salahuddin y Diyala desde las seis de la mañana del domingo hasta nuevo aviso, de acuerdo a Kinani, el portavoz del ministerio del Interior. Bagdad ha tenido toque de queda nocturno durante más de un año, así que el anuncio del gobierno en realidad impone el toque de queda en la capital a partir de las nueve de la noche del sábado. El Aeropuerto Internacional de Bagdad también será cerrado.
Colectivamente, las áreas con toque de queda son bastiones de los insurgentes sunníes, especialmente de al-Qaeda en Iraq y antiguos partidarios de Hussein, cuya región natal es la provincia de Salahuddin. Por separado, los gobernadores de la provincia de Babil, al sur de Bagdad, y de la provincia de Ninevah, en el norte, que incluye a la ciudad de Mosul, también anunciaron toques de queda de todo el día.
El ministerio de Defensa iraquí canceló el viernes todos los permisos de personal militar y llamó a los soldados de vacaciones a reintegrarse al servicio activo en anticipación del fallo.
Hussein y otros siete co-acusados, incluyendo a su hermanastro y ex jefe de seguridad, Barzan Ibrahim, fueron procesados por el asesinato de 148 hombres y niños en el pueblo de Dujail, a unos 56 kilómetros al norte de Bagdad, después de un intento frustrado de asesinato de Hussein allá en 1982.
Si lo encuentran culpable, Hussein, de 69 años, podría ser sentenciado a muerte en la horca. Las apelaciones podrían tomar meses o incluso años.
El abogado de Hussein, Khalil al-Dulaimi, dijo en una entrevista con la Associated Press la semana pasada que había enviado una carta al presidente Bush advirtiéndole que un veredicto de culpabilidad y la pena de muerte "inflamarían la guerra civil en Iraq y envolverían en llamas a toda la región".
Otros abogados en el caso han acusado a los gobiernos de Estados Unidos e Iraq de programar el fallo dos días antes de las elecciones parlamentarias en Estados Unidos para dar un empujón electoral a los republicanos. Funcionarios iraquíes han negado la acusación, afirmando que el poder judicial es independiente.
El sábado Bagdad ofrecía un conteo típicamente espeluznante. Al menos 26 muertos y 57 heridos en un atentado con cuatro coches bomba, dos explosiones de bombas improvisadas, dos ataques con morteros, una balacera y otros incidentes violentos, de acuerdo a un funcionario del ministerio del Interior e informes de prensa. Al menos 12 personas fueron matadas y 52 resultaron heridas en ataques en otros lugares en el país, además de la batalla al sur de Bagdad.
El derramamiento de sangre se produjo tras el descubrimiento de al menos 63 cuerpos en la capital en un lapso de 24 horas que terminó el viernes, de acuerdo a un funcionario del ministerio del Interior, que no estaba autorizado para entregar información y habló a condición de conservar el anonimato. Dijo que todas las víctimas, que fueron encontradas en 12 diferentes partes de la ciudad, habían sido torturadas, una había sido decapitada, y una tenía las dos manos cercenadas.
Con el fin de impedir las venganzas y una carnicería celebratoria el domingo, el primer ministro anunció que no se permitirán ni vehículos ni personas fuera de sus casas en la capital y en las provincias cercanas de Salahuddin y Diyala desde las seis de la mañana del domingo hasta nuevo aviso, de acuerdo a Kinani, el portavoz del ministerio del Interior. Bagdad ha tenido toque de queda nocturno durante más de un año, así que el anuncio del gobierno en realidad impone el toque de queda en la capital a partir de las nueve de la noche del sábado. El Aeropuerto Internacional de Bagdad también será cerrado.
Colectivamente, las áreas con toque de queda son bastiones de los insurgentes sunníes, especialmente de al-Qaeda en Iraq y antiguos partidarios de Hussein, cuya región natal es la provincia de Salahuddin. Por separado, los gobernadores de la provincia de Babil, al sur de Bagdad, y de la provincia de Ninevah, en el norte, que incluye a la ciudad de Mosul, también anunciaron toques de queda de todo el día.
El ministerio de Defensa iraquí canceló el viernes todos los permisos de personal militar y llamó a los soldados de vacaciones a reintegrarse al servicio activo en anticipación del fallo.
Hussein y otros siete co-acusados, incluyendo a su hermanastro y ex jefe de seguridad, Barzan Ibrahim, fueron procesados por el asesinato de 148 hombres y niños en el pueblo de Dujail, a unos 56 kilómetros al norte de Bagdad, después de un intento frustrado de asesinato de Hussein allá en 1982.
Si lo encuentran culpable, Hussein, de 69 años, podría ser sentenciado a muerte en la horca. Las apelaciones podrían tomar meses o incluso años.
El abogado de Hussein, Khalil al-Dulaimi, dijo en una entrevista con la Associated Press la semana pasada que había enviado una carta al presidente Bush advirtiéndole que un veredicto de culpabilidad y la pena de muerte "inflamarían la guerra civil en Iraq y envolverían en llamas a toda la región".
Otros abogados en el caso han acusado a los gobiernos de Estados Unidos e Iraq de programar el fallo dos días antes de las elecciones parlamentarias en Estados Unidos para dar un empujón electoral a los republicanos. Funcionarios iraquíes han negado la acusación, afirmando que el poder judicial es independiente.
4 de noviembre de 2006
©washington post
©traducción mQh
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