orden de detención para líder sunní
[Bassem Mroue] Gobierno emite orden de detención de importante dirigente sunní.
Bagdad, Iraq. El Pentágono informó sobre el secuestro de un convoy de civiles que pasaba por las cercanías de Nasiriyah el jueves, mientras que antes ese día el ministro del Interior del gobierno chií emitió una orden de detención del máximo dirigente de la minoría sunní de Iraq. La medida ciertamente enardecerá la violencia sectaria que asola al país.
Bryan Whitman, portavoz del Pentágono, dijo que informes preliminares sugerían que habría unas catorce personas secuestradas y que el convoy estaba conformado por diecinueve vehículos.
Un oficial familiarizado con el incidente dijo que los informes preliminares que estaban siendo investigados por los militares indicaban que el ataque ocurrió en un puesto de control cerca de Nasiriyah y se cree que fueron capturados cuatro estadounidenses.
El oficial, que pidió conservar el anonimato debido a la situación de la seguridad en Iraq, dijo que parece que algunos de los conductores del convoy han sido liberados, y estaban siendo interrogados por los militares. Dijo que los informes iniciales sugerían que el ataque ocurrió en un puesto de control en un sitio que normalmente no se bloquea.
El convoy era operado por el Crescent Security Group. La compañía funciona fundamentalmente en Iraq, y tiene su sede en Kuwait.
El ministro del Interior, Jawad al-Bolani, un chií, anunció el jueves por televisión nacional que Harith al-Dhari era buscado por incitar al terrorismo y a la violencia entre el pueblo iraquí.
Al-Dhari, jefe de la influyente Asociación de Clérigos Musulmanes sunní, es un extremista de la línea dura que recientemente se burló de un ofrecimiento del gobierno de reconciliación a cambio de desistir de la resistencia. Pero la medida contra él amenaza con sacar del sistema político a muchos sunníes moderados.
Los sunníes moderados han estado amenazando durante semanas con dejar el gobierno y tomar las armas. Si eso ocurre, probablmente se produciría una guerra civil a toda escala y haría más difícil el retiro de las tropas norteamericanas de Iraq.
La orden de detención fue emitida el día en que al menos 49 iraquíes murieron en incidentes violentos y los militares norteamericanos anunciaron la muerte de cuatro soldados norteamericanos más. Sunníes y chiíes no se pusieron de acuerdo en cuanto a si los rehenes de un secuestro masivo en Bagdad dos días antes habían sido liberados o no. Un hombre dijo que había sido golpeado por los secuestradores.
Mohammed Bashar al-Faidi, portavoz de la asociación sunní, condenó la orden de detención de al-Dhari.
"Este gobierno debería renunciar antes de que el pueblo iraquí lo obligue", dijo al-Faidi al canal de televisión Al-Yazira, desde Jordania. "La asociación llama a su gente a mantener la calma".
Al-Faidi acusó al ministro del Interior de "apoyar al terrorismo protegiendo a las milicias chiíes que están matando a iraquíes".
Antes este año, la asociación sunní responsabilizó al ministerio del Interior por el asesinato de un sobrino y un primo de al-Dhari. Sus cuerpos fueron encontrados acribillados en un vehículo en Bagdad.
Al-Dhari viaja regularmente entre Iraq y los países del Golfo Pérsico, así como a Siria, Jordania y Egipto. Se cree que estaba en Jordania cuando, el jueves noche, se emitió la orden de detención.
Al-Dhari, que tiene unos 65 años, es un crítico declarado del gobierno chií del primer ministro Nouri al-Maliki y de la ocupación norteamericana. El martes, el presidente Jalal Talabani, un kurdo, lo acusó de ser un extremista "que no hace otra cosa que incitar al fanatismo y la sedición étnica".
Hay precedentes de que una orden de detención puede conducir a más violencia en Iraq.
En abril de 2004, una orden de detención norteamericana contra el clérigo chií antinorteamericano Muqtada al-Sáder provocó una insurrección de dos semanas de su milicia Ejército Mahdi. Cientos de hombres murieron en ese incidente.
Al-Maliki, a pesar de las fuertes presiones de Estados Unidos, no ha hecho nada para terminar con el Ejército Mahdi. Su benefactor, al-Sáder, es un partidario clave del primer ministro.
Se cree que el Ejército Mahdi es responsable del secuestro de decenas de personas del edificio del ministerio de la Educación Superior en Bagdad, el martes. Ese secuestro masivo se ha convertido en una guerra de propaganda.
El jueves, el ministro sunní de la Educación Superior dijo que el ministerio del Interior era "una farsa", por no prevenir el secuestro y aseguró que más de la mitad de las 150 víctimas todavía seguían en manos de sus secuestradores chiíes.
Pero Mouwafak al-Rubaie, chií y asesor de la Seguridad Nacional, dijo que todos habían sido liberados y acusó a los canales de televisión árabes y a la prensa occidental de publicar informes hostiles para incitar el odio sectario en Iraq.
Sin embargo, a las pocas horas el general de división Abdul-Karim Khalaf, portavoz del ministerio del Interior, modificó ese informe, diciendo que todos los empleados del ministerio del Interior habían sido liberados, pero que otros secuestrados en el edificio estaban todavía en manos de sus secuestradores. No entregó cifras.
Un sunní que dijo que era uno de los secuestrados liberados dijo que los secuestradores le rompieron el brazo. Dijo que los vio matar al menos a tres secuestrados después de llevarlos a casas vacías en el barrio chií de Ciudad Sáder en Bagdad, un bastión del Ejército Mahdi.
El hombre, que es conocido como Abu Kadhim, o padre de Kadhim, no permite el uso de su nombre completo por temor a las represalias del Ejército Mahdi, al que responsabilizó de las torturas que sufrió durante sus dos días y medio de cautiverio. Puso en duda la afirmación de Khalaf de que la policía había liberado a las víctimas del secuestro.
"El jueves, simplemente abrieron las puertas y nos hicieron subir a camiones. Luego nos echaron a la calle del Canal", dijo Abu Khadim. Esa calle es paralela al Canal del Ejército justo al oeste de Ciudad Sáder.
"Tuve suerte", dijo. "Solamente me golpearon con un palo. Otros fueron esposados y colgados al tejado por sus muñecas. Fueron golpeados con barras de hierro. A otros, a los guardias del edificio, les metieron algodón en la boca y cinta de pegar alrededor de sus cabezas. Se asfixiaron. A uno lo mataron de un balazo en la cabeza. Los jefes que había en el edificio, y la gente con estudios superiores, maestrías y doctorados, fueron encerrados en otro cuarto. Les podía oír gritar como mujeres. Luego no los oí más. Creo que los mataron".
La historia de Abu Khadim no pudo ser confirmada independientemente. Fue entrevistado por teléfono.
En un mortífero ataque el jueves en la capital, hombres armados dispararon contra una panadería, matando a nueve personas, dijo la policía. Esos ataques son normalmente realizados por militantes sunnies, ya que la mayoría de las panaderías en la capital están en manos de chiíes.
Los militares norteamericanos anunciaron que tres soldados de la Task Force Lightning asignados al Equipo de Combate de la Tercera Brigada, Primera División de Caballería, murieron el miércoles en la provincia de Diyala, al nordeste de Bagdad, uno por fuego de armas livianas y dos tras explotar una bomba improvisada. Un soldado del Cuerpo Multinacional Iraq del Ejército fue matado el martes por fuego de armas livianas en una operación en Bagdad.
Esas muertes aumentaron el número de bajas norteamericanas en la guerra a 2.862. Hasta el momento, este mes han muerto en Iraq 44 militares norteamericanos.
Bryan Whitman, portavoz del Pentágono, dijo que informes preliminares sugerían que habría unas catorce personas secuestradas y que el convoy estaba conformado por diecinueve vehículos.
Un oficial familiarizado con el incidente dijo que los informes preliminares que estaban siendo investigados por los militares indicaban que el ataque ocurrió en un puesto de control cerca de Nasiriyah y se cree que fueron capturados cuatro estadounidenses.
El oficial, que pidió conservar el anonimato debido a la situación de la seguridad en Iraq, dijo que parece que algunos de los conductores del convoy han sido liberados, y estaban siendo interrogados por los militares. Dijo que los informes iniciales sugerían que el ataque ocurrió en un puesto de control en un sitio que normalmente no se bloquea.
El convoy era operado por el Crescent Security Group. La compañía funciona fundamentalmente en Iraq, y tiene su sede en Kuwait.
El ministro del Interior, Jawad al-Bolani, un chií, anunció el jueves por televisión nacional que Harith al-Dhari era buscado por incitar al terrorismo y a la violencia entre el pueblo iraquí.
Al-Dhari, jefe de la influyente Asociación de Clérigos Musulmanes sunní, es un extremista de la línea dura que recientemente se burló de un ofrecimiento del gobierno de reconciliación a cambio de desistir de la resistencia. Pero la medida contra él amenaza con sacar del sistema político a muchos sunníes moderados.
Los sunníes moderados han estado amenazando durante semanas con dejar el gobierno y tomar las armas. Si eso ocurre, probablmente se produciría una guerra civil a toda escala y haría más difícil el retiro de las tropas norteamericanas de Iraq.
La orden de detención fue emitida el día en que al menos 49 iraquíes murieron en incidentes violentos y los militares norteamericanos anunciaron la muerte de cuatro soldados norteamericanos más. Sunníes y chiíes no se pusieron de acuerdo en cuanto a si los rehenes de un secuestro masivo en Bagdad dos días antes habían sido liberados o no. Un hombre dijo que había sido golpeado por los secuestradores.
Mohammed Bashar al-Faidi, portavoz de la asociación sunní, condenó la orden de detención de al-Dhari.
"Este gobierno debería renunciar antes de que el pueblo iraquí lo obligue", dijo al-Faidi al canal de televisión Al-Yazira, desde Jordania. "La asociación llama a su gente a mantener la calma".
Al-Faidi acusó al ministro del Interior de "apoyar al terrorismo protegiendo a las milicias chiíes que están matando a iraquíes".
Antes este año, la asociación sunní responsabilizó al ministerio del Interior por el asesinato de un sobrino y un primo de al-Dhari. Sus cuerpos fueron encontrados acribillados en un vehículo en Bagdad.
Al-Dhari viaja regularmente entre Iraq y los países del Golfo Pérsico, así como a Siria, Jordania y Egipto. Se cree que estaba en Jordania cuando, el jueves noche, se emitió la orden de detención.
Al-Dhari, que tiene unos 65 años, es un crítico declarado del gobierno chií del primer ministro Nouri al-Maliki y de la ocupación norteamericana. El martes, el presidente Jalal Talabani, un kurdo, lo acusó de ser un extremista "que no hace otra cosa que incitar al fanatismo y la sedición étnica".
Hay precedentes de que una orden de detención puede conducir a más violencia en Iraq.
En abril de 2004, una orden de detención norteamericana contra el clérigo chií antinorteamericano Muqtada al-Sáder provocó una insurrección de dos semanas de su milicia Ejército Mahdi. Cientos de hombres murieron en ese incidente.
Al-Maliki, a pesar de las fuertes presiones de Estados Unidos, no ha hecho nada para terminar con el Ejército Mahdi. Su benefactor, al-Sáder, es un partidario clave del primer ministro.
Se cree que el Ejército Mahdi es responsable del secuestro de decenas de personas del edificio del ministerio de la Educación Superior en Bagdad, el martes. Ese secuestro masivo se ha convertido en una guerra de propaganda.
El jueves, el ministro sunní de la Educación Superior dijo que el ministerio del Interior era "una farsa", por no prevenir el secuestro y aseguró que más de la mitad de las 150 víctimas todavía seguían en manos de sus secuestradores chiíes.
Pero Mouwafak al-Rubaie, chií y asesor de la Seguridad Nacional, dijo que todos habían sido liberados y acusó a los canales de televisión árabes y a la prensa occidental de publicar informes hostiles para incitar el odio sectario en Iraq.
Sin embargo, a las pocas horas el general de división Abdul-Karim Khalaf, portavoz del ministerio del Interior, modificó ese informe, diciendo que todos los empleados del ministerio del Interior habían sido liberados, pero que otros secuestrados en el edificio estaban todavía en manos de sus secuestradores. No entregó cifras.
Un sunní que dijo que era uno de los secuestrados liberados dijo que los secuestradores le rompieron el brazo. Dijo que los vio matar al menos a tres secuestrados después de llevarlos a casas vacías en el barrio chií de Ciudad Sáder en Bagdad, un bastión del Ejército Mahdi.
El hombre, que es conocido como Abu Kadhim, o padre de Kadhim, no permite el uso de su nombre completo por temor a las represalias del Ejército Mahdi, al que responsabilizó de las torturas que sufrió durante sus dos días y medio de cautiverio. Puso en duda la afirmación de Khalaf de que la policía había liberado a las víctimas del secuestro.
"El jueves, simplemente abrieron las puertas y nos hicieron subir a camiones. Luego nos echaron a la calle del Canal", dijo Abu Khadim. Esa calle es paralela al Canal del Ejército justo al oeste de Ciudad Sáder.
"Tuve suerte", dijo. "Solamente me golpearon con un palo. Otros fueron esposados y colgados al tejado por sus muñecas. Fueron golpeados con barras de hierro. A otros, a los guardias del edificio, les metieron algodón en la boca y cinta de pegar alrededor de sus cabezas. Se asfixiaron. A uno lo mataron de un balazo en la cabeza. Los jefes que había en el edificio, y la gente con estudios superiores, maestrías y doctorados, fueron encerrados en otro cuarto. Les podía oír gritar como mujeres. Luego no los oí más. Creo que los mataron".
La historia de Abu Khadim no pudo ser confirmada independientemente. Fue entrevistado por teléfono.
En un mortífero ataque el jueves en la capital, hombres armados dispararon contra una panadería, matando a nueve personas, dijo la policía. Esos ataques son normalmente realizados por militantes sunnies, ya que la mayoría de las panaderías en la capital están en manos de chiíes.
Los militares norteamericanos anunciaron que tres soldados de la Task Force Lightning asignados al Equipo de Combate de la Tercera Brigada, Primera División de Caballería, murieron el miércoles en la provincia de Diyala, al nordeste de Bagdad, uno por fuego de armas livianas y dos tras explotar una bomba improvisada. Un soldado del Cuerpo Multinacional Iraq del Ejército fue matado el martes por fuego de armas livianas en una operación en Bagdad.
Esas muertes aumentaron el número de bajas norteamericanas en la guerra a 2.862. Hasta el momento, este mes han muerto en Iraq 44 militares norteamericanos.
16 de noviembre de 2006
©los angeles times
©traducción mQh
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