papa acusa a los ricos
[John Hooper] En su primer libro como cabeza de la iglesia católica, Benedicto XVI cita nada menos que a Karl Marx.
El Papa acusa a los países ricos de despojar a sus hermanos pobres. El Pontífice muestra su lado antimaterialista y anticapitalista en un escrito donde analiza, entre otras cosas, la parábola del buen samaritano.
El Papa Benedicto XVI parece acercarse al movimiento antiglobalización al atacar a las naciones ricas por haber "expoliado y saqueado" al África y otras regiones pobres del mundo.
En un extracto del primer libro que escribe desde que fue elegido Papa, publicado el 4 de abril por el diario italiano 'Corriere Della Sera', se destacan los aspectos apasionadamente antimaterialistas y anticapitalistas de su pensamiento.
Inesperadamente, el Papa cita también, en términos aprobatorios, a Karl Marx y su análisis del hombre contemporáneo como víctima de la alienación. El libro del Papa, de 400 páginas, titulado 'Jesús de Nazaret', será publicado el 16 de abril, para que coincida con su cumpleaños número 80.
En el extracto publicado por el diario romano se incluyen los pensamientos de Benedicto XVI acerca de la parábola del buen samaritano, que fue en ayuda de un viajero que era repudiado por otros transeúntes tras haber sido desnudado y golpeado por ladrones.
Mientras muchos comentaristas acusan a las naciones ricas de no actuar como el samaritano, el Papa va más allá y los compara a ladrones. "Si aplicamos (la historia) a las dimensiones de la sociedad globalizada, vemos cómo nos miran los pueblos del África, que han sido expoliados y saqueados", escribió. "Nuestro estilo de vida (y) la historia en que estamos inmersos los han desnudado y siguen desnudándolos", agrega.
Según el Pontífice no es sólo material. "Los hemos herido también espiritualmente", dijo. "En lugar de ofrecerles a Dios (y con ello acoger todo lo precioso y grande de sus tradiciones), les hemos traído el cinismo de un mundo sin Dios en donde sólo cuentan el poder y la ganancia".
Sus juicios pueden ser vistos como una condena al colonialismo. Pero también podrían leerse como una confesión del fracaso de la actividad misionera de la propia Iglesia Católica Romana, que a menudo se hacía presente tras la conquista y la colonización.
Muchas Manos Sucias
El Papa Benedicto XVI dice en seguida que los pobres del mundo en desarrollo no son las únicas personas que pueden ser consideradas víctimas que necesitan ayuda de un buen samaritano. Dice que los narcóticos, el tráfico de personas y el turismo sexual han "desnudado y atormentado" a muchos, dejándoles "vacíos, incluso en un mundo de abundancia material".
Al describir la alienación humana, Marx "entregó una clara imagen del hombre que ha caído víctima de los malhechores". Pero el Papa escribió que Marx no logró llegar al nudo del tema "porque sólo desarrolló sus pensamientos en la esfera material".
La vacuidad de la vida moderna es un tema que conmueve al Papa. Dijo a una congregación, durante un servicio de Domingo de Ramos, que "los ingresos, los éxitos y la carrera no deben ser la visión final de la vida". Empleó el mismo sermón para advertir sobre la condenación de quienes se ensucian las manos en los negocios o en la política, diciendo que sólo aquellos cuyas manos no estén "manchadas de corrupción" pueden esperar llegar hasta Dios.
El Papa Benedicto XVI parece acercarse al movimiento antiglobalización al atacar a las naciones ricas por haber "expoliado y saqueado" al África y otras regiones pobres del mundo.
En un extracto del primer libro que escribe desde que fue elegido Papa, publicado el 4 de abril por el diario italiano 'Corriere Della Sera', se destacan los aspectos apasionadamente antimaterialistas y anticapitalistas de su pensamiento.
Inesperadamente, el Papa cita también, en términos aprobatorios, a Karl Marx y su análisis del hombre contemporáneo como víctima de la alienación. El libro del Papa, de 400 páginas, titulado 'Jesús de Nazaret', será publicado el 16 de abril, para que coincida con su cumpleaños número 80.
En el extracto publicado por el diario romano se incluyen los pensamientos de Benedicto XVI acerca de la parábola del buen samaritano, que fue en ayuda de un viajero que era repudiado por otros transeúntes tras haber sido desnudado y golpeado por ladrones.
Mientras muchos comentaristas acusan a las naciones ricas de no actuar como el samaritano, el Papa va más allá y los compara a ladrones. "Si aplicamos (la historia) a las dimensiones de la sociedad globalizada, vemos cómo nos miran los pueblos del África, que han sido expoliados y saqueados", escribió. "Nuestro estilo de vida (y) la historia en que estamos inmersos los han desnudado y siguen desnudándolos", agrega.
Según el Pontífice no es sólo material. "Los hemos herido también espiritualmente", dijo. "En lugar de ofrecerles a Dios (y con ello acoger todo lo precioso y grande de sus tradiciones), les hemos traído el cinismo de un mundo sin Dios en donde sólo cuentan el poder y la ganancia".
Sus juicios pueden ser vistos como una condena al colonialismo. Pero también podrían leerse como una confesión del fracaso de la actividad misionera de la propia Iglesia Católica Romana, que a menudo se hacía presente tras la conquista y la colonización.
Muchas Manos Sucias
El Papa Benedicto XVI dice en seguida que los pobres del mundo en desarrollo no son las únicas personas que pueden ser consideradas víctimas que necesitan ayuda de un buen samaritano. Dice que los narcóticos, el tráfico de personas y el turismo sexual han "desnudado y atormentado" a muchos, dejándoles "vacíos, incluso en un mundo de abundancia material".
Al describir la alienación humana, Marx "entregó una clara imagen del hombre que ha caído víctima de los malhechores". Pero el Papa escribió que Marx no logró llegar al nudo del tema "porque sólo desarrolló sus pensamientos en la esfera material".
La vacuidad de la vida moderna es un tema que conmueve al Papa. Dijo a una congregación, durante un servicio de Domingo de Ramos, que "los ingresos, los éxitos y la carrera no deben ser la visión final de la vida". Empleó el mismo sermón para advertir sobre la condenación de quienes se ensucian las manos en los negocios o en la política, diciendo que sólo aquellos cuyas manos no estén "manchadas de corrupción" pueden esperar llegar hasta Dios.
6 de abril de 2007
©la nación
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