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habeas corpus, se busca


La promesa de los demócratas.
El año pasado, los demócratas en el congreso permitieron que el gobierno de Bush impusiera una de las peores leyes en la historia del país: la Ley de Comisiones Militares de 2006. Este año, los demócratas prometieron usar su nueva mayoría para empezar a reparar el profundo daño que ha causado la ley al sistema judicial de nuestro país, y a su imagen en el mundo.
Pero hay inquietantes señales de que su promesa puede ser víctima de los mismas cálculos políticos tácticos y de la propaganda de Bush que permitió que se aprobara, en primer lugar, esta escandalosa ley.
Volver a redactar esa ley debería empezar con una simple medida: devolver a los prisioneros de la guerra contra el terrorismo el derecho fundamental a impugnar sus detenciones en un tribunal auténtico. De momento, las medidas prometidas para restaurar el habeas corpus todavía tienen que ver la luz del día, y seguirán enterradas a menos que los líderes demócratas las conviertan en prioridad y los miembros de ambos partidos voten por principios, y no por temor a los ataques.
El presidente Bush convirtió el habeas corpus en un tema partidista cuando declaró que los prisioneros de Bahía Guantánamo, incluso los inocentes, no merecían una audiencia. Los legisladores que se opusieron fueron retratados como amigos de los terroristas.
Pero seamos claros. No hay nada ‘conservador' o ‘duro con el terrorismo' cuando se despoja a la gente selectivamente de sus derechos. Suspender el habeas corpus es una noción extrema en los márgenes de la filosofía democrática. Como indicaron al congreso cuatro fiscales militares en retiro -de la Marina, los Marines y el Ejército-, negar a los prisioneros el acceso a los tribunales simplemente nutre la máquina propagandista de al Qaeda, aumenta los riesgos que deben correr los militares norteamericanos y sienta un precedente con el que otros gobiernos pueden justificar la detención de civiles norteamericanos sin cargos ni posibilidad de apelación.
Hay otros liberales consternados llamando al congreso a restaurar el habeas corpus: William Sessions, director del FBI durante el primer presidente Bush; David Keene, director de la Unión Conservadora Americana [American Conservative Union]; la Asociación Nacional de Evangélicos; David Neff, editor de Christianity Today, fundada por el Rev. Billy Graham; una larga lista de otros líderes evangélicos y casi dos docenas jueces federales activos y retirados.
Hay una media docena de proyectos de ley en la Cámara y el Senado para restaurar el habeas corpus. Pero los dirigentes demócratas no han hallado el modo de someterlos a votación. El primer vehículo es el proyecto de autorización del presupuesto del ministerio de Defensa. Pero el representante Ike Skelton, presidente del Comité de las Fuerzas Armadas de la Cámara, decidió no incluir el habeas corpus en su versión de la medida, que será debatida hoy por el comité.
Esperamos que el habeas corpus sea agregado al proyecto por el comité, o que otros de los patrocinadores de la restauración de ese antiguo derecho, incluyendo a los representantes John Conyers Jr., de Michigan, y Jerrold Nadler, de Nueva York, y los senadores Christopher Dodd, de Connecticut, y Patrick Leahy, de Vermont, encuentren el modo de hacer que se voten sus proyectos.
La mayoría demócrata tiene una larga lista de errores por enmendar que dejan los seis años de gobierno de Bush. Simpatizamos con sus intentos de encontrar un modo de restaurar el habeas corpus que no sea archivado en el comité ni quede sujeto al veto presidencial de un proyecto mayor. Pero a veces los legisladores tienen que actuar sobre la base de principios y confiar en que los votantes lo entenderán.
Esta es una de esas épocas.

9 de mayo de 2007
©new york times
©traducción mQh
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