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cautivos en la selvas colombianas


[Chris Kraul] Un prisionero que se escapó cuenta que vio a otros rehenes
Bogotá, Colombia. Durante tres años, la madre del rehén más importante de Colombia no había sabido prácticamente nada del destino de su hija. Ahora tiene al menos algo a que aferrarse: Un agente de policía que logró escapar de sus captores de la guerrilla izquierdista dijo que hace algunas semanas vio viva a Ingrid Betancourt.
Betancourt, que fue candidata a la presidencia de Colombia, fue secuestrada junto con su director de campaña en febrero de 2002. En una entrevista telefónica el jueves, la madre de Betancourt, Yolanda, dijo que había hablado con el agente de policía Jhon Frank Pinchao, que dijo que su hija se encontraba bien de salud y ánimo.
Pinchao, que escapó el mes pasado de los rebeldes que lo tuvieron prisionero durante más de ocho años, también dijo que vio hace poco a tres estadounidenses secuestrados y que uno de ellos estaba gravemente enfermo.
El relato de Pinchao es la primera indicación en casi cuatro años de que los tres contratistas de Defensa están vivos. Fueron capturados en febrero de 2003, después de que su avioneta se estrellara en la selva colombiana.
El demacrado agente dijo a periodistas en una rueda de prensa aquí el miércoles noche que uno de los estadounidenses, Marc Gonsalves, sufría de hepatitis.
Yolanda Betancourt dijo que hasta que habló con Pinchao, no había recibido ningún indicio de que su hija estuviera viva desde que le hicieran llegar un video de ella hace tres años. La versión de Pinchao es un consuelo para las familias de los rehenes, dijo.
"Ha pasado tanto tiempo desde que nos dejara, a su familia y sus dos hijos", dijo.
La causa de Betancourt, que tiene la doble nacionalidad colombiana y francesa, es una causa célebre en Francia, donde carteles con su retrato se han colgado frente al ayuntamiento de París y en otros lugares. El gobierno francés ha intentado mediar para conseguir su liberación.
Pinchao escapó el 28 de abril de un campo en la selva de las tierras bajas al este del país, donde son retenidos varios rehenes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia [FARC]. Pinchao dice que vio a los estadounidenses y a Betancourt el día que escapó.
Luego sobrevivió diecisiete días luchando contra los mosquitos y las serpientes mientras avanzaba junto a un río en la selva amazónica antes de tropezar con un amable agente de policía que lo condujo a la seguridad el miércoles. Horas después entregó a los colombianos un apasionante relato de su cautiverio.
Tenía poco que decir sobre los tres estadounidenses -Gonsalves, Tom Howes y Keith Stansell-, excepto que estaban todos vivos y que Gonsalves se encontraba mal de salud. Los tres trabajaban para la compañía de defensa Northtrop Grumman Corp., cuando se vieron obligados a efectuar un aterrizaje de emergencia durante una misión de reconocimiento relacionada con un programa de fumigación de plantaciones de coca financiadas por Estados Unidos.
Las FARC secuestraron a tres de ellos, pero mataron a un cuarto ciudadano norteamericano.
La fuga de Pinchao hacia la libertad se produce en momentos en que los rebeldes rechazaron un ofrecimiento del presidente Álvaro Uribe de ayudar a poner en marcha conversaciones para llegar a algún acuerdo humanitario. La semana pasada, Uribe dijo que estaba dispuesto a liberar a cientos de rebeldes de las FARC encarcelados si los insurgentes empezaban negociaciones con el fin de liberar a 56 rehenes ‘intercambiables'. Entre esos rehenes se encuentran 34 oficiales del ejército y agentes de la policía nacional y varios políticos.
Durante el gobierno de Uribe no ha habido intercambio de prisioneros, y el presidente ha sido presionado para que ablande su política. En los últimos meses, ha dicho que sólo intentaría rescates militares, en lugar de negociar con los rebeldes, sólo para corregirse a si mismo con ofrecimientos como el que hizo la semana pasada.
Uribe goza de enorme popularidad en Colombia en parte debido a la línea dura que ha adoptado hacia las FARC. Pero a medida que continúa la desmovilización de las milicias de extrema derecha y la persecución de sus cabecillas, la presión seguirá subiendo sobre el presidente para que llegue a algún acuerdo de paz con los rebeldes.
Además de esos 56 prisioneros políticos, se cree que las FARC y otros grupos retienen a más de tres mil rehenes a la espera de rescate, de acuerdo a la Fundación País Libre, un grupo que representa a las familias de las víctimas de secuestro.
"Las selvas de Colombia no pueden seguir siendo cárceles para de personas inocentes y refugio de los que violan los derechos humanos', dijo País Libre en una declaración. El jueves, las FARC fueron citadas en una página web afín, diciendo que el ofrecimiento de Uribe era una cortina de humano para desviar a la opinión pública de los escándalos de los paramilitares.
La afirmación de Pinchao de que estuvo cautivo con los estadounidenses y Betancourt sorprendió a un ex rehén.
Fernando Araujo, un político que escapó de las guerrillas en el norte de Colombia en vísperas de Noche Vieja y fue más tarde nombrado ministro de relaciones exteriores, dijo que los guerrilleros normalmente mantienen separados a los rehenes de alto nivel.

chris.kraul@latimes.com

19 de mayo de 2007
18 de mayo de 2007
©los angeles times
©traducción mQh
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