reacciones ante lapidación
[Tina Susman] Las reacciones ante la lapidación de una joven personifican la discordia iraquí. La indignación tras el asesinato subraya la hostilidad étnica y religiosa que aquí impregna prácticamente todo.
Bagdad, Iraq. El video es tembloroso, pero la brutalidad es clara. Una niña delgada, de pelo negro, es arrastrada con una llave de cabeza a través de una vociferante turba. En segundos se encuentra en el suelo en posición fetal, se cubre la cabeza con sus brazos en un inútil intento de protegerse de una lluvia de piedras.
Alguien la golpea en la nuca con un pedazo de cemento. Un río de sangre corre desde su pelo largo y enredado. La niña deja de moverse, pero las patadas y las piedras siguen lloviendo, así como siguen creciendo los gritos victoriosos de los hombres que las lanzan.
A los ojos de muchos en su comunidad en el norte de Iraq, el delito de Duaa Khalil Aswad, de diecisiete, fue amar a un chico de otra religión. Ella era yazidi, miembro de una secta religiosa insular. Él, musulmán sunní. El mes pasado, para el tío y primos de Duaa, esa fue una razón suficiente para matarla en la aldea de Bashiqa.
Grupos de mujeres dicen que el video muestra el retroceso de Iraq en cuanto a la tolerancia étnica y religiosa.
"Hay un nuevo talibán controlando la vida de las mujeres en Iraq", dice Hanaa Edwar, una activista de los derechos de las mujeres. "Creo que esta historia se volverá a repetir. Creo que si no se controla la seguridad, estas historias se harán muy comunes".
Pero el caso tiene dimensiones mucho más amplias en Iraq, donde la indignación que causó subraya la discordia étnica y religiosa que impregna aquí prácticamente todo, incluso el asesinato de una adolescente.
Esa indignación se ha nutrido de las imágenes del video, captadas con un celular, que fue subido a internet y fue el tema de un reportaje en CNN este fin de semana.
Los kurdos, que incluyen a los yazidis, sospechan que los árabes sunníes hacen circular esas terribles imágenes para encender la rabia contra los yazidis y socavar la comunidad kurda, que goza de cierto grado de autonomía en el norte de Iraq, y quiere todavía más.
"Creo que están tratando de difundirlo por razones políticas", dice Mohsen Gargari, miembro kurdo del parlamento.
En una entrevista, él y otros dos legisladores kurdos condenaron el asesinato de Duaa. Pero observaron que en febrero una mujer sunní fue asesinada por sus familiares por tener una relación con un hombre yazidi. "Nadie dijo nada sobre el caso. Nadie lo filmó ni lo convirtió en un gran tema", dijo.
En un informe dado a conocer el mes pasado, Naciones Unidas dijo que los llamados asesinatos de mujeres por honor estaban aumentando en Iraq. En enero y febrero, según el informe, al menos cuarenta mujeres fueron ultimadas por presuntas ‘conductas inmorales', tales como estar sentada en un coche con un hombre que no sea un familiar o tener una relación adúltera.
A diferencia de la muerte de Duaa, ninguna de las otras provocó ataques en represalia, y mucho menos coletazos políticos.
Dos semanas después de la lapidación del 17 de abril, un grupo de hombres armados sacó a empellones de un bus a más de veinte hombres yazidi, los ordenaron contra una muralla y los ejecutaron. Al día siguiente, un grupo rebelde vinculado a al Qaeda reclamó la responsabilidad de un atentado con bomba contra las oficinas de un partido político en el norte de Iraq, diciendo que era para vengar la muerte de Duaa.
"Esperamos que se produzca más violencia, pero ya hemos pagado el precio", dijo Mahama Shangali, un miembro yazidi del parlamento.
Shangali dijo que tres de sus primos habían sido asesinados en Mosul hace poco, el territorio de una enorme comunidad yazidi. Edan Ashaik, un yazidi que vive en Mosul, dijo que en los últimos meses los seguidores de la secta han estado amenazando a los árabes para que abandonen la ciudad. Estudiantes universitarios yazidi han escapado de la universidad en Mosul por temor a ser atacados.
"Tendré que repetir mis clases el próximo año, o iré disfrazada", dijo Amal Jibor, 23, que quiere estudiar en la universidad, que dijo que ella y su familia habían abandonado Mosul y estaban viviendo con familiares en una hacinada casa en Bashiqa. Jibor dijo que la mayoría de los yazidis se oponen a la muerte por lapidación, pero hizo suyo el punto de vista de los políticos de que el caso estaba siendo utilizado.
"Era un problema de todos los días, pero se lo manipuló y convirtió en una causa política", dijo Jibor.
Shangali y muchos otros yazidis así como kurdos no-yazidi, están convencidos de que la circulación del video es parte de una conspiración para introducir una cuña en la comunidad kurda del norte Iraq. Dicen que eso estropearía la posibilidad de los kurdos de aprobar un referendo convocado este año sobre la autonomía de las zonas norteñas, incluyendo la ciudad de Kirkuk.
Algunos árabes se oponen a la autonomía kurda y se oponen a la convocatoria de referendo, cuya fecha sigue siendo cuestionada.
"Para impedir que ocurra, han utilizado este suceso para oponerse en bloque a los yazidis", dijo Shangali. Interrogado sobre quiénes son "ellos", Shangali mencionó a partidarios fanáticos del depuesto presidente iraquí Saddam Hussein, un sunní cuya campaña para ‘arabizar' gran parte del norte de Iraq provocó el desplazamiento de cientos de miles de kurdos.
Gargari y Adil Barwari, otro legislador kurdo, estuvo de acuerdo.
Desde el derrocamiento de Hussein en abril de 2003, los kurdos han empezado a volver a sus pueblos natales en el norte, y las tensiones entre kurdos y árabes en la región han empezado a subir. Este mes pasado zonas antes apacibles han empezado a conocer los atentados con coches bomba y otros actos violentos, de la que los líderes kurdos acusan a los insurgentes árabes sunníes que son leales a al Qaeda.
Los yazidis dicen que han sido perseguidos por toda una sucesión de gobernantes, empezando con los otomanos y que duró hasta Hussein, debido a sus creencias religiosas. No son ni cristianos ni musulmanes y adoran al arcángel Malak Taus, que es descrito como un pavo real azul. Se calcula que la población yazidi en Iraq se ubica entre 350 mil y medio millón de habitantes.
Son furiosamente insulares, se oponen al matrimonio con no-yazidi y hacen prácticamente imposible que un no-yazidi se pueda convertir a su religión. Shangali dijo que el objetivo es parte de sus intentos por preservar la pureza de esta diminuto grupo, pero no excluir a otros.
Las versiones sobre lo que le pasó a Duaa no coinciden en todo, pero algunas cosas están claras. Había empezado una relación con un joven árabe sunní. En un intento por separarlos y aparentemente para proteger a Duaa de sus enfurecidos tío y primos, su padre la llevó a casa de un clérigo yazidi en Bashiqa. Duaa permaneció ahí durante una semana, hasta el 17 de abril, cuando su tío y al menos dos primos la secuestraron.
Luego, mientras varios agentes de la policía iraquí se limitaban a mirar, llevaron a cientos de otros a la lapidación. En el video del ataque, se puede ver a agentes de seguridad uniformados parados en las cercanías, y varios hombres se dedican, con sus celulares, a tomar fotos de la niña. En un momento, Duaa logra sentarse en el suelo, pero una fuerte patada la arroja nuevamente al suelo.
Nadie trata de intervenir, aunque una voz grita: "¡Deténganse!"
Un miembro de la familia que pidió no ser identificado, dijo que el padre de Duaa, Khalil Aswad, trató de impedir el asesinato, y acusó a su hermano, Saleem, de haberlo orquestado. El general Wathig Hamdani, de la policía local, dijo que Saleem Aswad era una de las varias personas que está siendo buscada en relación con la lapidación. Dijo que los policías que no socorrieron a la niña serán probablemente arrestados.
Sin embargo, el sábado Hamdani dijo que no se había detenido a nadie.
La historia de la lapidación ha recibido poca atención en Iraq, pese a la circulación del video. La noticia del asesinato de hombres yazidi dos semanas después en aparente represalia por la muerte de Duaa, sólo llamó la atención de la prensa local.
Algunas mujeres iraquíes dicen que es un signo de la obsesión con las implicaciones sectarias y políticas de la violencia, a expensas de las preocupaciones por los derechos de las mujeres.
"Lamento mucho que resolvamos problemas de este modo", dijo Ghasan Alyas, una maestra yazidi que vive en Bashiqa.
"Algunos dicen que hay fuerzas externas detrás de lo que ocurrió", dijo, refiriéndose a las acusaciones de intervención árabe. "Pero creo que es una fábula. La idea de una tercera parte implicada secretamente en todo lo que pasa es un modo de excusarnos y librar a nuestro ignorante cultura de sus responsabilidades".
Alguien la golpea en la nuca con un pedazo de cemento. Un río de sangre corre desde su pelo largo y enredado. La niña deja de moverse, pero las patadas y las piedras siguen lloviendo, así como siguen creciendo los gritos victoriosos de los hombres que las lanzan.
A los ojos de muchos en su comunidad en el norte de Iraq, el delito de Duaa Khalil Aswad, de diecisiete, fue amar a un chico de otra religión. Ella era yazidi, miembro de una secta religiosa insular. Él, musulmán sunní. El mes pasado, para el tío y primos de Duaa, esa fue una razón suficiente para matarla en la aldea de Bashiqa.
Grupos de mujeres dicen que el video muestra el retroceso de Iraq en cuanto a la tolerancia étnica y religiosa.
"Hay un nuevo talibán controlando la vida de las mujeres en Iraq", dice Hanaa Edwar, una activista de los derechos de las mujeres. "Creo que esta historia se volverá a repetir. Creo que si no se controla la seguridad, estas historias se harán muy comunes".
Pero el caso tiene dimensiones mucho más amplias en Iraq, donde la indignación que causó subraya la discordia étnica y religiosa que impregna aquí prácticamente todo, incluso el asesinato de una adolescente.
Esa indignación se ha nutrido de las imágenes del video, captadas con un celular, que fue subido a internet y fue el tema de un reportaje en CNN este fin de semana.
Los kurdos, que incluyen a los yazidis, sospechan que los árabes sunníes hacen circular esas terribles imágenes para encender la rabia contra los yazidis y socavar la comunidad kurda, que goza de cierto grado de autonomía en el norte de Iraq, y quiere todavía más.
"Creo que están tratando de difundirlo por razones políticas", dice Mohsen Gargari, miembro kurdo del parlamento.
En una entrevista, él y otros dos legisladores kurdos condenaron el asesinato de Duaa. Pero observaron que en febrero una mujer sunní fue asesinada por sus familiares por tener una relación con un hombre yazidi. "Nadie dijo nada sobre el caso. Nadie lo filmó ni lo convirtió en un gran tema", dijo.
En un informe dado a conocer el mes pasado, Naciones Unidas dijo que los llamados asesinatos de mujeres por honor estaban aumentando en Iraq. En enero y febrero, según el informe, al menos cuarenta mujeres fueron ultimadas por presuntas ‘conductas inmorales', tales como estar sentada en un coche con un hombre que no sea un familiar o tener una relación adúltera.
A diferencia de la muerte de Duaa, ninguna de las otras provocó ataques en represalia, y mucho menos coletazos políticos.
Dos semanas después de la lapidación del 17 de abril, un grupo de hombres armados sacó a empellones de un bus a más de veinte hombres yazidi, los ordenaron contra una muralla y los ejecutaron. Al día siguiente, un grupo rebelde vinculado a al Qaeda reclamó la responsabilidad de un atentado con bomba contra las oficinas de un partido político en el norte de Iraq, diciendo que era para vengar la muerte de Duaa.
"Esperamos que se produzca más violencia, pero ya hemos pagado el precio", dijo Mahama Shangali, un miembro yazidi del parlamento.
Shangali dijo que tres de sus primos habían sido asesinados en Mosul hace poco, el territorio de una enorme comunidad yazidi. Edan Ashaik, un yazidi que vive en Mosul, dijo que en los últimos meses los seguidores de la secta han estado amenazando a los árabes para que abandonen la ciudad. Estudiantes universitarios yazidi han escapado de la universidad en Mosul por temor a ser atacados.
"Tendré que repetir mis clases el próximo año, o iré disfrazada", dijo Amal Jibor, 23, que quiere estudiar en la universidad, que dijo que ella y su familia habían abandonado Mosul y estaban viviendo con familiares en una hacinada casa en Bashiqa. Jibor dijo que la mayoría de los yazidis se oponen a la muerte por lapidación, pero hizo suyo el punto de vista de los políticos de que el caso estaba siendo utilizado.
"Era un problema de todos los días, pero se lo manipuló y convirtió en una causa política", dijo Jibor.
Shangali y muchos otros yazidis así como kurdos no-yazidi, están convencidos de que la circulación del video es parte de una conspiración para introducir una cuña en la comunidad kurda del norte Iraq. Dicen que eso estropearía la posibilidad de los kurdos de aprobar un referendo convocado este año sobre la autonomía de las zonas norteñas, incluyendo la ciudad de Kirkuk.
Algunos árabes se oponen a la autonomía kurda y se oponen a la convocatoria de referendo, cuya fecha sigue siendo cuestionada.
"Para impedir que ocurra, han utilizado este suceso para oponerse en bloque a los yazidis", dijo Shangali. Interrogado sobre quiénes son "ellos", Shangali mencionó a partidarios fanáticos del depuesto presidente iraquí Saddam Hussein, un sunní cuya campaña para ‘arabizar' gran parte del norte de Iraq provocó el desplazamiento de cientos de miles de kurdos.
Gargari y Adil Barwari, otro legislador kurdo, estuvo de acuerdo.
Desde el derrocamiento de Hussein en abril de 2003, los kurdos han empezado a volver a sus pueblos natales en el norte, y las tensiones entre kurdos y árabes en la región han empezado a subir. Este mes pasado zonas antes apacibles han empezado a conocer los atentados con coches bomba y otros actos violentos, de la que los líderes kurdos acusan a los insurgentes árabes sunníes que son leales a al Qaeda.
Los yazidis dicen que han sido perseguidos por toda una sucesión de gobernantes, empezando con los otomanos y que duró hasta Hussein, debido a sus creencias religiosas. No son ni cristianos ni musulmanes y adoran al arcángel Malak Taus, que es descrito como un pavo real azul. Se calcula que la población yazidi en Iraq se ubica entre 350 mil y medio millón de habitantes.
Son furiosamente insulares, se oponen al matrimonio con no-yazidi y hacen prácticamente imposible que un no-yazidi se pueda convertir a su religión. Shangali dijo que el objetivo es parte de sus intentos por preservar la pureza de esta diminuto grupo, pero no excluir a otros.
Las versiones sobre lo que le pasó a Duaa no coinciden en todo, pero algunas cosas están claras. Había empezado una relación con un joven árabe sunní. En un intento por separarlos y aparentemente para proteger a Duaa de sus enfurecidos tío y primos, su padre la llevó a casa de un clérigo yazidi en Bashiqa. Duaa permaneció ahí durante una semana, hasta el 17 de abril, cuando su tío y al menos dos primos la secuestraron.
Luego, mientras varios agentes de la policía iraquí se limitaban a mirar, llevaron a cientos de otros a la lapidación. En el video del ataque, se puede ver a agentes de seguridad uniformados parados en las cercanías, y varios hombres se dedican, con sus celulares, a tomar fotos de la niña. En un momento, Duaa logra sentarse en el suelo, pero una fuerte patada la arroja nuevamente al suelo.
Nadie trata de intervenir, aunque una voz grita: "¡Deténganse!"
Un miembro de la familia que pidió no ser identificado, dijo que el padre de Duaa, Khalil Aswad, trató de impedir el asesinato, y acusó a su hermano, Saleem, de haberlo orquestado. El general Wathig Hamdani, de la policía local, dijo que Saleem Aswad era una de las varias personas que está siendo buscada en relación con la lapidación. Dijo que los policías que no socorrieron a la niña serán probablemente arrestados.
Sin embargo, el sábado Hamdani dijo que no se había detenido a nadie.
La historia de la lapidación ha recibido poca atención en Iraq, pese a la circulación del video. La noticia del asesinato de hombres yazidi dos semanas después en aparente represalia por la muerte de Duaa, sólo llamó la atención de la prensa local.
Algunas mujeres iraquíes dicen que es un signo de la obsesión con las implicaciones sectarias y políticas de la violencia, a expensas de las preocupaciones por los derechos de las mujeres.
"Lamento mucho que resolvamos problemas de este modo", dijo Ghasan Alyas, una maestra yazidi que vive en Bashiqa.
"Algunos dicen que hay fuerzas externas detrás de lo que ocurrió", dijo, refiriéndose a las acusaciones de intervención árabe. "Pero creo que es una fábula. La idea de una tercera parte implicada secretamente en todo lo que pasa es un modo de excusarnos y librar a nuestro ignorante cultura de sus responsabilidades".
susman@latimes.com
Zeena Kareem y Salar Jaff en Baghdad y Ruaa Al-Zarary en Mosul contribuyeron a este reportaje.
22 de mayo de 2007
21 de mayo de 2007
©los angeles times
©traducción mQh
1 comentario
Humberto -
¿Quien tendría el valor y la GRANDEZA, la majestuosidad para mostrar alguna verdad absoluta para todas las religiones sin el uso de la fuerza?¿Puede algun dia acabar esto? Es simplemente el acabose, creer, ser... tal vez lo mas sano seria el que TODO el mundo fuera agnostico...al final nadie sabe La Verdad...NADIE, quizas Dios, Dios... que infortunio seria para un niño musulman, haber nacido alla en el caso de que la unica religion verdadera fuera el cristianismo...no hay escapatoria