ya van mil contratistas muertos
[Bernd Debusmann] En las guerras por encargo de Estados Unidos, los contratistas muertos ya llegan a mil.
Washington, Estados Unidos. El número de muertes de contratistas privados en las guerras de Estados Unidos y Afganistán ha superado la cifra de mil, un duro recordatorio de los riesgos que corren los civiles que trabajan en funciones militares que eran realizadas previamente por soldados.
Otros trece mil contratistas han sido heridos en las dos guerras separadas iniciadas por Estados Unidos contra enemigos que comparten creencias islámicas fundamentalistas y las tácticas de ataques sorpresivos que desgastan a los ejércitos convencionales.
El número de bajas se basa en cifras del ministerio norteamericano del Trabajo proporcionadas a Reuters en respuesta a una petición bajo la Ley de Libertad de Información y en datos recogidos localmente.
El ministerio informó que, para fines de marzo, se habían registrado 990 muertes -917 en Iraq y 73 en Afganistán. Desde entonces, de acuerdo a boletines reunidos por Reuters en Bagdad y Kabul, en Iraq han muerto al menos dieciséis contratistas, y dos en Afganistán.
Aquellos muertos en Iraq entre el 31 de marzo y hoy incluyen a cuatro contratistas de Filipinas que murieron en un ataque de proyectiles contra la fortificada Zona Verde de Bagdad, un blanco frecuente de ataques.
Las estadísticas del ministerio del Trabajo colocan el número de heridos en Iraq entre el 1 de marzo de 2003 y el 31 de marzo de 2007 en 10.569. La cifra correspondiente para Afganistán, de septiembre de 2001 a marzo de 2007, es de 2.428.
Los muertos y heridos entre las crecientes filas de civiles que trabajan en zonas de guerra son contados sobre la base de reclamaciones de pólizas de seguro, la Ley de Base de la Defensa, que todas las compañías contratistas y subcontratistas norteamericanas deben subscribir para civiles que empleen fuera de Estados Unidos.
En Iraq, su número se calcula en cerca de 130 mil -no mucho menos que las 157 tropas norteamericanas desplegadas en la actualidad en el país. Sus trabajos van desde conducir camiones cisterna, cocinar y asear hasta manejar avanzados sistemas de armas y proteger a oficiales norteamericanos.
El número de bajas de contratistas contrasta con las 3.577 bajas militares estadounidense en Iraq. Eso significa que en promedio, desde que empezaran los dos conflictos en 2001 y 2003 respectivamente, muere un contratista civil por cada cuatro soldado de las fuerzas armadas norteamericanas.
Hay Más Solicitantes que Trabajos
Pese a los riesgos, no hay escasez de los que quieren trabajar en zonas de guerra, seducidos por los altos salarios y, en algunos casos, la aventura.
"Hay más solicitantes que trabajos", dijo Doug Brooks, presidente de la Asociación Internacional de Operaciones de Paz, una asociación gremial de más de treinta compañías de seguridad privadas.
"Ha sido así desde el principio y sigue siendo así, incluso aunque los salarios han disminuido por la competencia".
Ni el Pentágono ni ninguna agencia oficial norteamericana lleva estadísticas precisas del número de compañías de seguridad privadas activas en zonas de guerra, un hecho que ha provocado crecientes quejas entre críticos en el Congreso que dicen que no hay suficiente control y poca rendición de cuentas.
Según algunas estimaciones, el número de compañías privadas de seguridad en Iraq y Afganistán ha subido a casi trescientas, tantos estadounidenses como extranjeras. Uno de los contratos más abultados desde que Estados Unidos invadiera Iraq fue otorgado a Aegis, una firma británica que trabaja en la recolección de informaciones.
Al contrario de lo que se cree habitualmente, a medida que Estados Unidos destina a personal externo funciones que eran antes realizadas por soldados, la mayoría de los contratistas civiles en zonas de guerra no son estadounidenses, y la mayoría de los que mueren son extranjeros.
El ministerio del Trabajo se negó a dar detalles sobre las nacionalidades de los contratistas muertos o heridos, diciendo que hacerlo "constituiría un invasión injustificada de la privacidad" según la Ley de Privacidad.
Pero en una audiencia en el Congreso en mayo, Joseph McDermott, Subinspector General para Iraq, citó estadísticas del ministerio del Trabajo según las cuales de los algo más de novecientos contratistas muertos para fines de abril, 224 eran ciudadanos estadounidenses.
La mayoría de los contratistas son iraquíes y gente de países en desarrollo tan distantes como Chile y Nepal, Colombia e India, Fuji y El Salvador. Los filipinos conforman uno de los grupos más numerosos.
Otros trece mil contratistas han sido heridos en las dos guerras separadas iniciadas por Estados Unidos contra enemigos que comparten creencias islámicas fundamentalistas y las tácticas de ataques sorpresivos que desgastan a los ejércitos convencionales.
El número de bajas se basa en cifras del ministerio norteamericano del Trabajo proporcionadas a Reuters en respuesta a una petición bajo la Ley de Libertad de Información y en datos recogidos localmente.
El ministerio informó que, para fines de marzo, se habían registrado 990 muertes -917 en Iraq y 73 en Afganistán. Desde entonces, de acuerdo a boletines reunidos por Reuters en Bagdad y Kabul, en Iraq han muerto al menos dieciséis contratistas, y dos en Afganistán.
Aquellos muertos en Iraq entre el 31 de marzo y hoy incluyen a cuatro contratistas de Filipinas que murieron en un ataque de proyectiles contra la fortificada Zona Verde de Bagdad, un blanco frecuente de ataques.
Las estadísticas del ministerio del Trabajo colocan el número de heridos en Iraq entre el 1 de marzo de 2003 y el 31 de marzo de 2007 en 10.569. La cifra correspondiente para Afganistán, de septiembre de 2001 a marzo de 2007, es de 2.428.
Los muertos y heridos entre las crecientes filas de civiles que trabajan en zonas de guerra son contados sobre la base de reclamaciones de pólizas de seguro, la Ley de Base de la Defensa, que todas las compañías contratistas y subcontratistas norteamericanas deben subscribir para civiles que empleen fuera de Estados Unidos.
En Iraq, su número se calcula en cerca de 130 mil -no mucho menos que las 157 tropas norteamericanas desplegadas en la actualidad en el país. Sus trabajos van desde conducir camiones cisterna, cocinar y asear hasta manejar avanzados sistemas de armas y proteger a oficiales norteamericanos.
El número de bajas de contratistas contrasta con las 3.577 bajas militares estadounidense en Iraq. Eso significa que en promedio, desde que empezaran los dos conflictos en 2001 y 2003 respectivamente, muere un contratista civil por cada cuatro soldado de las fuerzas armadas norteamericanas.
Hay Más Solicitantes que Trabajos
Pese a los riesgos, no hay escasez de los que quieren trabajar en zonas de guerra, seducidos por los altos salarios y, en algunos casos, la aventura.
"Hay más solicitantes que trabajos", dijo Doug Brooks, presidente de la Asociación Internacional de Operaciones de Paz, una asociación gremial de más de treinta compañías de seguridad privadas.
"Ha sido así desde el principio y sigue siendo así, incluso aunque los salarios han disminuido por la competencia".
Ni el Pentágono ni ninguna agencia oficial norteamericana lleva estadísticas precisas del número de compañías de seguridad privadas activas en zonas de guerra, un hecho que ha provocado crecientes quejas entre críticos en el Congreso que dicen que no hay suficiente control y poca rendición de cuentas.
Según algunas estimaciones, el número de compañías privadas de seguridad en Iraq y Afganistán ha subido a casi trescientas, tantos estadounidenses como extranjeras. Uno de los contratos más abultados desde que Estados Unidos invadiera Iraq fue otorgado a Aegis, una firma británica que trabaja en la recolección de informaciones.
Al contrario de lo que se cree habitualmente, a medida que Estados Unidos destina a personal externo funciones que eran antes realizadas por soldados, la mayoría de los contratistas civiles en zonas de guerra no son estadounidenses, y la mayoría de los que mueren son extranjeros.
El ministerio del Trabajo se negó a dar detalles sobre las nacionalidades de los contratistas muertos o heridos, diciendo que hacerlo "constituiría un invasión injustificada de la privacidad" según la Ley de Privacidad.
Pero en una audiencia en el Congreso en mayo, Joseph McDermott, Subinspector General para Iraq, citó estadísticas del ministerio del Trabajo según las cuales de los algo más de novecientos contratistas muertos para fines de abril, 224 eran ciudadanos estadounidenses.
La mayoría de los contratistas son iraquíes y gente de países en desarrollo tan distantes como Chile y Nepal, Colombia e India, Fuji y El Salvador. Los filipinos conforman uno de los grupos más numerosos.
21 de agosto de 2007
3 de julio de 2007
©reuters
©traducción mQh
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