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el peligroso negocio del alcohol


[Bassem Mroue] El negocio del alcohol es peligroso en la caótica Bagdad.
Bagdad, Iraq. Los tres hombres miraron a uno y otro lado antes de entrar sigilosamente en una tienda de licores en la calle de Saadoun, una de las dos áreas de la capital iraquí donde se vende alcohol públicamente. Una vez dentro, mostraron una botella de champaña.
"Déme una caja de esas", dijo uno.
En Iraq vender alcohol, o beberlo, todavía es ilegal, pero desde el surgimiento de los partidos religiosos en este país predominantemente musulmán, el comercio ha estado bajo una fuerte presión. Aparte de las restricciones legales, muchas tiendas de licores han sido blanco de atentados con bomba en los últimos cuatro años.
Algunos que se atrevieron a vender alcohol en sus casas han sido asesinados por milicias religiosas, que utilizan el miedo y las amenazas para mantener el alcohol fuera de las zonas que controlan.
Sin embargo, eso no ha disuadido a los comerciantes ni a los clientes.
"En estos días tenemos trabajo", dijo Yasser, un dependiente de la tienda de la calle Saadoun que se negó a decir su nombre completo por razones de seguridad. "La gente está comprando grandes cantidades de alcohol debido a la cercanía del Ramadán", dijo refiriéndose al mes santo musulmán que se caracteriza por el ayuno que empezó esta semana.
Durante Ramadán cierran todas las tiendas de licores, una medida que se viene implementando desde antes del derrocamiento del régimen de Saddam Hussein en abril de 2003.
"Usualmente los clientes se llevan botellas, pero ahora están comprando cajas", dijo Naim, un dependiente que no quiso decir su nombre completo por miedo por su seguridad. "Quieren asegurarse de que tendrán suficiente alcohol hasta fin de mes. Estamos vendiendo un montón de cerveza y whiskey".
La industria del alcohol en Iraq se enfrenta a varias presiones desde antes de la invasión norteamericana.
Durante décadas los clubes nocturnos y bares a orillas del río Tigris fueron famosos en todo Oriente Medio por su pescado a la plancha, alcohol y bailarinas de vientre ligeramente vestidas.
Clubes similares en la sureña ciudad de Basora también atraían a miles de kuwaitíes que llegaban a la ciudad iraquí buscando diversión y bebidas.
Pero en 1993 Saddam, debilitado por sus pérdidas en la Guerra del Golfo en 1991, lanzó una campaña religiosa que incluía la prohibición del consumo público de alcohol, y cerró los clubes nocturnos, prohibió la prostitución y empezó a dar lecciones de religión en público, incluyendo a los militantes del partido laico Baaz.
Saddam restringió y reguló estrictamente la venta de alcohol. Los clubes nocturnos se convirtieron en restaurantes, aunque algunos siguieron vendiendo alcohol clandestinamente a sus clientes.
Poco después del derrocamiento de Saddam, la industria del licor empezó a prosperar. Las tiendas empezaron a vender alcohol abiertamente, y en las calles de Bagdad se empezaron a ver vendedores ofreciendo cerveza y whiskey importados.
Todo eso terminó cuando los partidos religiosos consolidaron su poder.
Hoy existen sólo dos áreas en Bagdad donde se vende alcohol legalmente: cerca del Hotel Bagdad en el centro de la ciudad en la calle Saadoun y en la zona de Karradit Mariam, justo fuera de la Zona Verde, donde sitan las oficinas del primer ministro y presidente iraquíes y la embajada norteamericana.
La mayoría de las tiendas las llevan las minorías cristianas y yazidi de Iraq, que cultivan una antigua religión que no prohíbe el alcohol.
Naim, que es yazidi, dijo que la bebida más popular es el arak, un anís o un licor con aroma de dátiles que se produce en Iraq y que se vende por unos 2.40 dólares la botella.
La marca más cara que vende es el whisky Johnny Walker Black Label, por 28 dólares la botella.
En otra tienda, un empleado cristiano que también se negó a mencionar su nombre, diciendo que ha estado recibiendo amenazas desde hace meses, dijo que la marca más barata es un whiskey hecho en India que se vende a dos dólares el cuarto.
"Normalmente lo compra la gente sin casa que vive en la calle", dijo.
Dijo que la mayoría de sus clientes son musulmanes.
"Los cristianos y los yazidi lo venden, y los musulmanes lo beben", dijo.

18 de septiembre de 2007
©associated press
©traducción mQh
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