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nueva campaña terrorista


[Alissa J. Rubin] Insurgentes sunníes inician nueva campaña de asesinato de funcionarios.
Bagdad, Iraq. Extremistas árabes sunníes han empezado una campaña sistemática de asesinatos de jefes de policía, agentes de policía, funcionarios del ministerio del Interior y líderes tribales en todo Iraq, montando al menos diez ataques en 48 horas.
Ocho agentes de policía, entre ellos el jefe de policía de Baquba, fueron asesinados en Baquba, la ciudad más grande de la provincia de Diyala. Otros dos jefes de policía sobrevivieron a ataques, aunque uno quedó grave, y unos treinta agentes de policía resultaron heridos, de acuerdo a informes de agentes de seguridad locales.
"Advertimos al gobierno hace unos días de que había un nuevo plan de los grupos terroristas de asesinar a altos funcionarios de gobierno, y especialmente a funcionarios del ministerio del Interior', dijo el general de división Hussein Kamal, viceministro del Interior para información e investigaciones nacionales. El ministerio del Interior es dominado por chiíes.
Un grupo, el Estado Islámico de Iraq, asumió el martes responsabilidad por el atentado en Diyala, que mató el lunes al menos a dieciocho personas. El grupo tiene lazos con al Qaeda en Mesopotamia, un grupo extremista local cuyos dirigentes tienen lazos con el extranjero, de acuerdo a funcionarios de la inteligencia estadounidense.
El último estallido de violencia sigue estrechamente los esfuerzos concertados del presidente Bush y del general David H. Petraeus en atribuir al aumento del nivel de tropas norteamericanas la mayor estabilidad de Iraq. Funcionarios iraquíes dijeron el martes que los atentados pueden haber sido cometidos para enturbiar ese mensaje.
"La principal razón de estos atentados son los indicios de mejoramiento de la situación de seguridad mencionado en el informe de Crocker-Petraeus", dijo Tahseen al-Sheikhly, el portavoz iraquí del plan de seguridad, en una referencia al reciente testimonio en el Congreso del general Petraeus y al embajador norteamericano en Iraq, Ryan C. Crocker. "Los grupos terroristas están tratando de decir al mundo que el informe no refleja la realidad de la situación de seguridad en Iraq".
Sheikhly quitó importancia a la violencia reciente, sin embargo, diciendo que los grupos estaban buscando publicidad para compensar su incapacidad de emprender operaciones ofensivas importantes, que se han reducido agudamente con el aumento de tropas.
En realidad, las enormes explosiones de coches y camiones bomba que han asolado Bagdad durante tanto tiempo, han estado ausentes en las últimas semanas. Pero la serie de ataques esta semana sirvieron como recordatorio de la persistencia de la resistencia, especialmente en áreas en las afueras de Bagdad y alrededores.
Además del atentado del lunes en Diyala, los insurgentes atacaron en Basora, Mosul, Kirkuk, Faluya, Kut y Samarra. Los ataques ocurrieron principalmente en áreas mixtas de chiíes y árabes sunníes o en áreas exclusivamente sunníes donde hay conflictos entre las tribus árabes sunníes y grupos extremistas como al Qaeda en Mesopotamia. Cada ataque sería por sí mismo notorio, ya que en Iraq hay tiroteos y estallidos de bombas improvisadas todos los días, pero tantos ataques contra víctimas similares sugieren una campaña más concertada.
La nueva campaña de asesinatos fue anunciada en una página islamita en la red el 15 de septiembre, apenas dos días después del asesinato de Abdul Sattar Buzaigh al-Rishawi, también conocido como Abu Risha, el líder árabe sunní de Consejo del Despertar de las tribus de la provincia de Anbar, que dirigía la lucha contra al Qaeda en Mesopotamia.
En una cinta grabada, los militantes anunciaron que empezarían una nueva serie de atentados para conmemorar el mes musulmán sagrado de Ramadán, y concentrarían sus esfuerzos en personalidades tribales rivales y colaboracionistas. Los grupos militantes árabes sunníes tienen una larga historia de asesinatos selectivos para sembrar terror en la opinión pública y desalentar a la gente que colabora con el gobierno.
Esa promesa parece haberse cumplido con los atentados de Baquba y Samarra. En ambos, los blancos fueron reuniones donde personalidades árabes tribales y funcionarios iraquíes diseñaban iniciativas para derrotar a al Qaeda en Mesopotamia.
Durante la guerra, el ejército y la policía iraquíes han sido blancos regulares de los insurgentes, que consideran a las fuerzas de seguridad como agentes del gobierno controlado por chiíes. Sin embargo, los ataques contra las fuerzas de seguridad iraquíes se han reducido últimamente; los últimos días han marcado el fin de esa tendencia.
En los incidentes recientes, varios de los atacantes eran terroristas suicidas -una característica de los extremistas sunníes-, sea conduciendo coches o llevando chalecos suicidas.
El ataque más mortífero ocurrió el lunes tarde en Baquba, cuando un hombre con un chaleco suicida entró a una reunión de reconciliación en una mezquita chií en Shifta, un suburbio de la capital provincial, para hacer explotar su artefacto mientras cientos de personas bebían té después del ayuno de Ramadán durante el día, de acuerdo a un informe militar norteamericano.
El jefe de policía, Ali Dlyan, fue asesinado junto a otros once agentes de policía, dos de los cuales eran comandantes de alto rango. Hubo informes divergentes sobre el número de bajas; los norteamericanos dicen que murieron 24, y 37 resultaron heridos, y funcionarios de salud en Diyala dijeron que habían recibido dieciocho cuerpos. El hospital de Baquba informó haber recibido 27 heridos.
El gobernador de la provincia de Diyala , que fue herido en el ataque, fue salvado de la muerte por sus guardaespaldas, que vieron al terrorista acercarse al gobernador y se arrojaron encima de él. Todos sus cinco guardaespaldas murieron y el gobernador tuvo que ser sacado de debajo de ellos, dijo un funcionario provincial en Diyala que corría al sitio del suceso. Pidió conservar su identidad por miedo a convertirse en un blanco.
El martes continuaron los ataques contra la policía, encontrándose en Diyala tres cuerpos más de agentes de policía.
El martes en Basora, un terrorista suicida atacó el cuartel de la policía en la mañana, matando a tres personas, incluyendo un agente de policía, y dejando heridos a 17 agentes de policía.
Entrada la tarde del martes en Mosul al norte del país, un terrorista con un chaleco suicida atacó al coronel Abid Hamid, jefe de policía de Abu Tamam, una zona de Mosul, dijo el brigadier Said al-Jubori, el agente encargado de la prensa en la provincia de Nineveh. Sobrevivió, pero está grave.
Una bomba improvisada estalló al alba en Faluya al paso de un patrullero policial. Murió un policía, quedando otro herido.
En Kirkuk el lunes una bomba improvisada fue detonada cerca del convoy del general de división Jamal Taher, el jefe de policía de la ciudad. No lo mató, pero dejó heridos a sus guardaespaldas.
En Samarra el lunes un grupo de vecinos que se había reunido en la casa del alcalde para organizar la oposición contra al Qaeda en Mesopotamia fue atacado por hombres armados. Cuatro personas quedaron gravemente heridas. En Kut, la capital provincial de la provincia de Wasit, el jefe de la policía provincial, Abudl Haneen al-Amara, que asumió el cargo el 9 de septiembre, sobrevivió un intento de asesinato el domingo por la noche. Hombres armados abrieron fuego contra su convoy mientras avanzada hacia la parte nordeste de la provincia donde operan tanto milicias sunníes como chiíes.
El martes se hallaron ocho cuerpos más en Bagdad.

Ali Hamdani contribuyó desde Bagdad.

27 de septiembre de 2007
©new york times
©traducción mQh
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