Blogia
mQh

brotes de cólera en iraq


[Katarina Kratovac] Estallidos de cólera destacan fracturas en el gobierno, y profundizan el sectarismo en Iraq.
Bagdad, Iraq. Majida Hamid Ibrahim no se veía diferente a otras víctimas en Iraq: su cuerpo había sido colocado en una bolsa de plástico y enviado a la morgue para que fuera recogido por sus familiares. Pero las autoridades ya estaban lamentando su muerte.
Apenas unos días antes, la mujer de cuarenta años de los suburbios al sur de Bagdad se convirtió en el primer caso confirmado de cólera en la capital iraquí provocado por un brote que se está propagando por todo el país. La Organización Mundial de la Salud ha confirmado más de 3.300 casos de cólera en Iraq y al menos catorce muertes debido a la aguda y rápida deshidratación que causa.
Sin embargo, los problemas también apuntan más allá de la lucha por controlar el mortífero avance.
Subrayan las crecientes fracturas en el gobierno del primer ministro Nuri al-Maliki, la brecha sectaria cada vez más profunda del país y una situación general de caos en la que incluso los suministros médicos son considerados como botín por los delincuentes.
El ministro de Salud, Ali al-Shemari, huyó del país después de que tropas norteamericanas allanaran sus oficinas en febrero y arrestaran a su subdirector acusado de desviar millones de dólares hacia la milicia chií más poderosa y de permitir que los escuadrones de la muerte usaran ambulaciones y hospitales para cometer secuestros y asesinatos.
El funcionario de gobierno que vigilaba a los iraquíes que vivían en el extranjero fue nombrado ministro de Salud suplente en el endeble gabinete de al-Maliki -que fue sacudido por la renuncia en agosto de seis ministros sunníes.
Los hospitales están divididos según la falla sectaria iraquí, y chiíes y sunníes están a menudo demasiado asustados como para aventurarse en instalaciones controladas por los otros. Para los trabajadores de la salud, esto deja inquietantes brechas en los casos de cólera, que ahora se multiplican por la mitad de las dieciocho provincias de Iraq.
El principal hospital de Baquba -la ciudad que a principios de mes al-Qaeda reclamaba como su base en la provincia de Diyala- fue ocupado dos veces por pistoleros sunníes que secuestraron a algunos pacientes chiíes, dijo un funcionario de la salud provincial que habló a condición de conservar el anonimato por temores por su seguridad.
Desde que los combates se intensificaran en Diyala antes este año, han muerto asesinados catorce médicos y cinco conductores de ambulancia de Baquba y otros doce médicos han sido secuestrados. Los pistoleros roban a menudo equipos médicos y medicinas de los centros de salud y obligan a los farmacéuticos a entregar sus suministros, dijo el funcionario.
Saeed al-Shimary contó que hace cuatro meses, mientras yacía enfermo en el Hospital de Baquba, un grupo de hombres armados dispararon y mataron al guardia del hospital y se llevaron a varios pacientes, incluyendo a su pariente.
"Tenía terror", dijo al-Shimary, maestro de escuela. El cuerpo del familiar fue encontrado días después, al borde de una calle.
La "mala situación de seguridad... está impidiendo que los equipos médicos lleguen a los vecinos", dijo Hom Suhail al-Khishali, director del departamento de Salud de Diyala.
La OMS ha confirmado al menos 3.315 casos de cólera y registrado más de 30 mil casos de diarrea aguda, lo que también demostraría que se trata de la versión más común y suave del cólera. La organización ha advertido también que -si el tiempo enfría y las temperaturas son más favorables para la transmisión- la bacteria podría propagarse todavía más.
La doctora Naeema al-Gasseer, representante de la OMS en Iraq, dice que las cifras alimentan el pánico, cuando de hecho la tasa de defunción ha sido "mucho menos que el uno por ciento de la epidemia total".
"No debemos obsesionarnos con las cifras, ese no es el modo de luchar contra el cólera", dijo. "Tenemos que buscar modos de contenerlo".
El cólera, que se transmite por el agua, causa normalmente una severa diarrea que en casos extremos puede provocar una deshidratación y insuficiencia renal fatales. Cada año se producen en Iraq unos treinta casos registrados de cólera. El principal estallido ocurrió en 1999, cuando en un día se constataron veinte casos.
El cólera puede controlarse mediante el tratamiento con cloro del agua potable. Pero las autoridades quieren mantener un estricto control de los suministros de cloro después de que, antes este año, un grupo de extremistas montara tanques de cloro en camiones suicidas, matando a unas dos docenas de personas en varios ataques y enviando nubes venenosas que dejaron a cientos de angustiadas personas luchando por respirar.
Un embarque de cien mil toneladas de cloro fue retenido durante una semana en la frontera jordana el mes pasado, en medio de temores por su transporte en Iraq.
Naeem al-Qabi, del ayuntamiento de Bagdad, dijo que ahora la ciudad cuenta con dos meses de suministro de cloro y que "se esperan más envíos".
Un informe de julio de la agencia de socorro Oxfam y la red del Comité de Coordinación de las ONG en Iraq, dice que cerca del setenta por ciento de los iraquíes no cuentan con agua potable -era un cincuenta por ciento en 2003.
Eso incluye a más de dos millones de personas que han sido desplazadas por la violencia en Iraq, que se han visto obligadas a vivir en condiciones nada higiénicas donde las aguas residuales pueden infectar los alimentos y el agua y propagar fácilmente el cólera.
Tom Timberman, jefe de un equipo de reconstrucción de la Cuarta Brigada, División de Infantería No. 25, dijo que los sistemas de purificación y limpieza de canales se han roto debido a la falta de mantención y de repuestos.
Muchos trabajadores de la planta de purificación han sido asesinados o han escapado de la violencia dejando el área sin empleados calificados, dijo Timberman. Las pruebas en una de las instalaciones de purificación de agua cerca de Iskandariyah, una ciudad a unos 48 kilómetros al sur de Bagdad, dejaron al descubierto que el sistema de filtración no funcionaba, de modo que las tuberías se habían llenado de aguas servidas.
En Mosul, a 362 kilómetros al noroeste de Bagdad, los funcionarios se quejan de que Bagdad le envió solamente veinte toneladas de cloro, mientras que la ciudad necesita sesenta.
"Ahora le tenemos más miedo al cólera que a la violencia", dijo Shawan Karim, 33, habitante de Kirkuk, la ciudad al norte del país, que da cuenta de más de dos tercios de los casos de cólera confirmados.

Sameer N. Yacoub, Kim Gamel, Saad Abdul-Kadir y Yahya Barzanji contribuyeron a esta historia.

21 de octubre de 2007
©fwdailynews

©traducción mQh
rss


0 comentarios