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barak obama, presidente


Editorial del New York Times toma partido por Obama. La hipérbole es la moneda de las campañas presidenciales, pero este año el futuro del país realmente pende de un hilo.
Estados Unidos está a mal traer y a la deriva después de ocho años con la fracasada dirección del presidente Bush. Le está endilgando a su sucesor dos guerras, una imagen deteriorada y un gobierno despojado sistemáticamente de su capacidad de proteger y ayudar a sus ciudadanos, sea que huyan de las inundaciones causadas por huracanes, que busquen seguros médicos asequibles o luchen por conservar sus casas, trabajos, ahorros y pensiones en medio de una crisis financiera que se veía venir y se podía prevenir.
Tan difícil como los tiempos, la selección de un nuevo presidente es fácil. Después de casi dos años de una agotadora y fea campaña, el senador Barack Obama, de Illinois, ha demostrado que es la elección correcta para ser el presidente número 44 de Estados Unidos.
Obama ha superado todos los retos, consolidándose como líder y dando cuerpo a sus primeras promesas de esperanza y cambio. Ha mostrado tener cabeza fría y sentido común. Creemos que tiene la voluntad y la capacidad de forjar el amplio consenso político que es esencial para encontrar soluciones a los problemas del país.
Al mismo tiempo, el senador John McCain, de Arizona, se ha replegado cada vez más en los márgenes de la política estadounidense, dirigiendo una campaña basada en divisiones partidistas, la guerra de clases e incluso atisbos de racismo. Sus programas y visión del mundo están atascadas en el pasado. Su elección de una candidata a la vicepresidencia tan evidentemente inadecuada para el cargo fue la demostración final del oportunismo y falta de sensatez que eclipsaron sus logros de veintiséis años en el Congreso.
Dada la naturaleza particularmente violenta de la campaña de McCain, el impulso de votar sobre la base de emociones no superadas es fuerte. Pero hay mayor valor en el examen meticuloso de los hechos de la vida hoy en Estados Unidos y de las recetas que ofrecen los candidatos. Las diferencias son profundas.
McCain ofrece más de la individualista ideología republicana, cuyos fragmentos yacen ahora desparramados en Wall Street y en las cuentas bancarias estadounidenses. Obama tiene otra visión sobre el papel y la responsabilidad del gobierno.
En su discurso en la convención en Denver, Obama dijo: "El gobierno no puede resolver todos nuestros problemas, pero debe hacer lo que nosotros no podemos hacer por nosotros mismos, que es protegernos y proporcionar a los niños una educación decente; mantener limpia nuestro agua y nuestros juguetes; invertir en nuevas escuelas y nuevas carreteras y nuevas tecnologías y ciencia".
Desde la crisis financiera, ha identificado correctamente el abyecto fracaso de la regulación oficial que ha llevado a los mercados al borde del colapso.

La Economía
El sistema financiero estadounidense es la víctima de décadas de políticas anti-regulatorias y anti-impuestos de los republicanos. Esas ideas han demostrado ser erróneas a un precio inconmensurable, pero McCain -auto-proclamado
"soldado de la revolución de Reagan"- sigue siendo un fanático.
Obama entiende que se necesitarán profundas reformas para proteger a los estadounidenses y a las empresas del país.
McCain habla a menudo de reformas, pero su visión está abollada. Su respuesta a cualquier pregunta sobre economía es que hay que eliminar los gastos de tipo clientelista [pork-barrel spending -cerca de dieciocho mil millones de dólares de un presupuesto de tres trillones de dólares-, reducir los impuestos y esperar a que el libre mercado resuelva el problema.
Obama tiene claro que se debe cambiar la estructura fiscal del país para hacerlo más justo. Eso significa que los estadounidenses acomodados que se han beneficiado desproporcionadamente de las reducciones de impuestos de Bush tendrán que pagar un poco más. Los trabajadores estadounidenses que viven una caída en su nivel de vida y la reducción de las opciones de sus hijos serán sus beneficiarios. Obama quiere elevar el salario mínimo y vincularlo a la inflación, restaurar las condiciones en que los trabajadores puedan formar sindicatos si así lo desean y extender las oportunidades de educación.
McCain, que en el pasado se opuso a las reducciones fiscales para los ricos del presidente Bush por considerarlas fiscalmente irresponsables, ahora quiere hacerlas permanente. Y aunque habla de mantener los impuestos bajos para todo el mundo, propone reducciones que beneficiarán abrumadoramente al uno por ciento de mayores ingresos mientras el país se hunde cada vez más en un hoyo fiscal sin fondo.

Seguridad Nacional
Las fuerzas armadas estadounidenses -su gente y sus equipos- están peligrosamente estiradas. Bush ha dejado de lado la necesaria guerra en Afganistán, que ahora amenaza con convertirse en una derrota. La innecesaria y costosa guerra en Iraq debe terminar tan pronto como sea responsablemente posible.
Mientras que los líderes iraquíes insisten en una retirada rápida de las tropas americanas y una fecha límite para el fin de la ocupación, McCain todavía está hablando sobre una "victoria" mal definida. Como resultado, no ha ofrecido ningún plan real para retirar a las tropas estadounidenses y limitar más daños a Iraq y sus vecinos.
Obama fue un temprano y reflexivo opositor a la guerra en Iraq y ha presentado un plan militar y diplomático para la retirada de las fuerzas estadounidenses. Obama también ha advertido correctamente que si el Pentágono no empieza a retirar tropas de Iraq, no habrá suficientes tropas para derrotar a los talibanes y a al_Qaeda en Afganistán.
McCain, como Bush, se ha concentrado sólo tardíamente en la peligrosa situación de Afganistán y el peligro de que el vecino Pakistán pueda caer en la misma situación.
Obama puede no tener una gran experiencia en relaciones exteriores, pero en estos temas cruciales ya ha demostrado tener un juicio más sólido que su oponente. Su elección del senador Joseph Biden -que posee una larga experiencia en política exterior- como su candidato a la vicepresidencia es otro signo de esa sensatez. El permanente interés de McCain en política exterior y los numerosas peligros a los que hace frente el país ahora hacen que su elección de la gobernadora Sarah Palin, de Alaska, como su vicepresidenta, sea una decisión irresponsable.
Los dos candidatos presidenciales hablan sobre el fortalecimiento de las alianzas en Europa y Asia, incluyendo la OTAN, y apoyan firmemente a Israel. Los dos candidatos hablan sobre la reparación de la imagen del Estados Unidos en el mundo. Pero está claro que es mucho más probable que Obama haga todo eso, y no solamente porque el primer presidente negro presentaría al mundo una nueva cara americana.
Obama quiere reformar Naciones Unidas, mientras que McCain quiere crear una nueva entidad, la Liga de las Democracias -un proyecto que incitará todavía más la furia antinorteamericana en el mundo.
Desgraciadamente, McCain, como Bush, ve el mundo como dividido en amigos (como Georgia) y rivales (como Rusia). Propuso expulsar a Rusia de la organización de países industrializados Grupo 8 incluso antes de la invasión de Georgia. No simpatizamos con las bravuconadas rusas, pero tampoco tenemos ganas de repetir la guerra fría. Estados Unidos debe encontrar el modo de refrenar los peores impulsos rusos, al mismo tiempo que preserva la capacidad de trabajar con ellos en el control de armas y otras importantes iniciativas.
Los dos candidatos se muestran duros sobre el terrorismo, y ninguno de ellos ha excluido tomar medidas militares para poner fin al programa nuclear de Irán. Pero Obama ha pedido un esfuerzo más serio para tratar de reducir las ambiciones nucleares de Teherán con propuestas diplomáticas más creíbles y sanciones más severas. La disposición de McCain a bromear sobre un eventual bombardeo de Irán es aterradora.

La Constitución y el Imperio de la Ley
Con Bush y el vicepresidente Dick Cheney, la Constitución, la Declaración de Derechos, el poder judicial y la separación de poderes han sido atacados implacablemente. Bush prefirió explotar la tragedia del 11 de septiembre de 2001, el momento en que se vio como presidente de un país unido, para colocarse él mismo por encima de la ley.
Bush se ha arrogado el derecho de encarcelar a personas sin formulación de cargos e intimidó al Congreso para que le otorgara una autoridad ilimitada para espiar a los ciudadanos. Ha creado una cantidad increíble de programas ilegales, incluyendo cárceles secretas y torturas por encargo. El presidente ha emitido cientos, si no miles, de órdenes secretas. Tememos que tome años de investigación forense descubrir cómo se violaron tantos derechos básicos.
Los dos candidatos han denunciado la tortura y se han comprometido a cerrar el campo de prisioneros de Bahía Guantánamo, Cuba.
Pero Obama ha ido más allá de eso, prometiendo identificar y corregir los ataques de Bush contra el sistema democrático. McCain ha guardado silencio sobre el tema.
McCain mejoró las garantías de los detenidos. Pero luego ayudó a la Casa Blanca a aprobar la infame Ley de Comisiones Militares de 2006, que niega a los detenidos el derecho a ser enjuiciados por un tribunal real y puso a Washington de cabeza con las Convenciones de Ginebra, aumentando enormemente los riesgos de las tropas americanas.
El próximo presidente tendrá la oportunidad de nombrar a uno o más jueces en una Corte Suprema que está a punto de ser dominada por su ala de la extrema derecha. Obama podría nombrar a jueces menos liberales de lo que quisieran sus partidarios, pero McCain seguramente va a elegir a fanáticos. Ha dicho que nunca nombrará a un juez que crea en los derechos reproductivos de las mujeres.

Los Candidatos
Será un enorme reto recuperar el país tal como era antes de Bush, empezando por corregir su imagen en el mundo y recuperar la confianza en sí mismo y su dignidad. Haciendo todo eso, y llevando a Estados Unidos hacia adelante, requerirá tenacidad, carácter y astucia, sensatez y mano firme.
Obama posee en abundancia esas cualidades. Mirándolo superar las pruebas de la campaña ha anulado ya hace un tiempo las reservas que nos llevaron a respaldar  a la senadora Hillary Rodham Clinton en las primarias de los Demócratas. Se ha ganado legiones de nuevos votantes con un poderoso mensaje de esperanza y posibilidad y llamados al sacrificio compartido y a la responsabilidad social.
McCain, al que elegimos como el mejor nominado republicano en las primarias, ha gastado las últimas monedas de su reputación como un hombre de principios y juicios sensatos para aplacar las ilimitadas exigencias y miope visión de la extrema derecha. Su justa indignación por ser sacado de las primarias de 2000 por una oleada racista dirigida contra si hija adoptiva ha sido reemplazada por la celosa adopción de esas mismas tácticas y estrategias que predican la doctrina de que el fin justifica los medios.
Renunció a su reputación como un pensador independiente en su apresuramiento en aprobar las espúreas políticas tributarias y abandonar su posición de liderazgo sobre el cambio climático y la reforma de la inmigración.
McCain podría haberse mantenido consistente en cuanto a la energía y el medio-ambiente. Antes en su carrera, ofreció el primer proyecto de ley plausible para controlar la emisión de gases de invernadero. Ahora sus posiciones son una caricatura de ese pasado: pensad en las consignas de Palin, "Perfora, chica, perfora".
Obama ha respaldado algunas perforaciones, pero como parte de una estrategia comprehensiva que incluye grandes inversiones en tecnologías nuevas y limpias.
Obama ha resistido algunos de los ataques más duros montados contra un candidato en la historia de las elecciones. Han dicho que no es americano y lo han acusado de mantener una fe secreta en el islam. Los republicanos lo han asociado a terroristas domésticos y cuestionado el amor de su mujer por su país. Palin también ha cuestionado el patriotismo de millones de estadounidenses, llamando "pro Estados Unidos" a los estados de inclinación republicana.
Esta estrategia de miedo, discordia y difamación ayudaron a Bush a sacar a McCain de las primarias republicanas de 2000 y a derrotar al senador John Kerry en 2004. Ha sido un tema dominante en su presidencia fracasada.
"Simplemente los problemas del país son demasiado graves como para ser reducidos a fulminantes campañas telefónicas y publicidad negativa. El país necesita un liderazgo sensible, compasivo, honesto y fuerte. Barak Osama ha demostrado que posee todas esas cualidades.

25 de octubre de 2008
©new york times
cc traducción mQh
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Is it the "change"?

Barack Obama’s national security team includes two veteran cold warriors and a political rival whose records are all more hawkish than that of the new president

Carlos Menéndez
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