SAUDÍES PROPONEN FUERZA ISLÁMICA EN IRAQ - robin wright
Hay movimiento en Oriente Medio. Arabia Saudí propone la formación de una fuerza multinacional árabe-musulmana para intervenir en Iraq y "facilitar" la retirada de las tropas norteamericanas y aliadas.
Jiddah, Arabia Saudí. En conversaciones con el secretario de estado Colin L. Powell, el príncipe heredero de Arabia Saudí, Abdullah, propuso la creación de una fuerza islámica para ayudar a estabilizar Iraq y acelerar potencialmente la retirada de las tropas de la coalición encabezada por Estados Unidos, de acuerdo diplomáticos árabes y norteamericanos.
Arabia Saudí ha gastado tres semanas explorando la posibilidad de una fuerza islámica con países árabes y musulmanes y Estados Unidos. El ministro de Asuntos Exteriores saudí, el príncipe Saud Faisal, discutió la idea en detalle con el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, en Viena la semana pasada, de acuerdo a un diplomático saudí.
Funcionarios saudíes dijeron que lanzaron la iniciativa para paliar las crecientes preocupaciones en el mundo islámico sobre el continuado despliegue de la coalición en Iraq así como por preocupaciones saudíes propias.
"Estamos proponiendo esta iniciativa porque a) queremos ayudar al pueblo iraquí a ponerse en pie y recuperar su soberanía tan pronto como posible; b) porque hay un enorme deseo en el mundo árabe y musulmán de ayudar a Iraq y al pueblo iraquí a ponerse de pie y c) porque la inestabilidad en Iraq tiene un impacto negativo sobre Arabia Saudí. Queremos estabilizar la situación en Iraq", dijo Adel Jubeir, asesor jefe de política exterior de Abdullah.
Un alto funcionario saudí dijo que ningún país se había comprometido, pero que Pakistán, Malasia, Argelia, Bangladesh y Marruecos se encuentran entre los posibles.
Los países con fronteras con Iraq, como Arabia Saudí y Jordania, no serán incluidos, dijo.
El departamento de estado, que ha estado a cargo de la política de Iraq desde el traspaso de poder político a un gobierno interino el 28 de junio, reaccionó positivamente ante la idea.
"Discutimos algunas ideas que los saudíes han estado discutiendo con otros acerca de cómo facilitar el despliegue de tropas de países musulmanes sin fronteras con Iraq", dijo el portavoz del departamento de estado, Richard Boucher, a periodistas que viajaban con Powell. "El objetivo es ayudar a los iraquíes a establecer
seguridad. Es el objetivo que apoyamos. Y seguiremos hablando con ellos sobre el asunto".
Un alto funcionario del departamento de estado que viaja con Powelll dijo que Estados Unidos estaba interesado en examinar detalles específicos del plan. Inicialmente describió la fuerza islámica como "suplementaria", pero más tarde se retractó y dijo que la fuerza podría ayudar a "bajar la demanda" de tropas de la coalición. La coalición no tiene miembros árabes.
El presidente Bush y el príncipe heredero han discutido la iniciativa saudí el miércoles durante una conversación telefónica de diez minutos, de acuerdo a fuentes familiares con la conversación, pero sin entregar detalles. En Washington, el portavoz de la Casa Blanca Trent Duffy dijo que Bush agradecía al líder saudí por recibir a Powell y considerar la situación en Iraq y los esfuerzos saudíes en la lucha contra el terrorismo en su territorio.
El gobierno saudí también habló con el primer ministro interino iraquí, Ayad Allawi, que tambíen está de visita en el reino, acerca de las perspectivas de una fuerza islámica. Funcionarios a nivel de gabinete que viajan con Allawi dijeron que el nuevo gobierno ya estaba presionando a países musulmanes de Oriente Medio, África del Norte y Asia para enviar tropas.
En la primera semana después de asumor el poder Allawi envió cartas pidiendo formalmente tropas a los gobiernos de Bangladesh, Bahrain, Egipto, Marruecos, Túnez, Omán y Pakistán, dijeron funcionarios iraquíes. Allawi sostendrá conversaciones con Powell sobre la propuesta así como sobre otros problemas de seguridad y reconstrucción de Iraq, dijeron funcionarios norteamericanos.
Funcionarios saudíes enfatizaron que su idea estaba todavía en una fase preliminar. Entre los muchos problemas que deben ser tratados es si la fuerza islámica sería o no parte de una fuerza multinacional de Naciones Unidas, o si estaría bajo un paraguas separado de Naciones Unidas. "Seguimos buscando ideas acerca de cómo avanzar", dijo un alto cargo saudí.
Estados Unidos está particularmente preocupado de problemas de mando y control. Durante las dos semanas de discusión entre el gobierno de Bush y el reino, que comparte una larga frontera con Iraq, Estados Unidos se mostró inicialmente escéptico debido a que sus propias peticiones han sido en gran parte rechazadas. Pero una invitación hecha por un país árabe, que responda a crecientes preocupaciones en el mundo islámico sobre Iraq, puede despertar más interés, especialmente si es vista como un modo de sacar a las tropas norteamericanas de Iraq, dijeron fuentes árabes. Arabia Saudí, el rico guardián de las dos ciudades más sacras del mundo islámico, Meca y Medina, tiene una importante influencia entre los musulmanes de todo el mundo.
Durante una parada anterior de Powell en Cairo, Egiptu rechazó el esfuerzo norteamericano de poner más presión sobre el gobierno sudanés para frenar a la milicia janjaweed de Darfur, una región en Sudán occidental donde decenas de miles de africanos han sido matados y más de un millón ha sido desplazados por una ola de ataque de los milicianos árabes que merodean la región. El gobierno del presidente Hosni Mubarak en lugar de eso pidió urgentemente a Powell dar más tiempo al gobierno de Sudán para cumplir la promesa de llevar seguridad a la región.
"Le hablé al secretario de estado sobre la importancia de dar tiempo al gobierno de Sudán para llevar a cabo sus compromisos. Le aseguré al secretario de estado que creemos que el gobierno sudanés lo está tratando seriamente y debemos ofrecer una mano", dijo el nuevo ministro de Asuntos Exteriores de Sudán, Ahmed Abul Gheit, durante una rueda de prensa con Powell.
Estados Unidos había esperado ganar el apoyo de Egipto, el vecino norteño de Sudán, para un borrador de una resolución de Naciones Unidas que amenazaba con sanciones económicas al gobierno del presidente Omar Hassan Bashir si Sudán no termina con los milicianos y facilita la entrega de ayuda internacional a los campamentos de gente desplazada. La resolución propuesta da a Sudán 30 días para actuar antes de que el Consejo de Seguridad considere medidas para demostrar su intención de castigar al gobierno.
En una entrevista con el diario egipcio Al-Akhbar, Powell expresó una creciente frustración. "El gobierno sudanés sabe lo que tiene que hacer. Y debe hacerlo ahora mismo", dijo. "Debe controlar a los janjaweed y no esperar a ver cuántos meses más le damos. Tiene que hacerlo ahora mismo".
29 de julio de 2004
©traducción mQh
©washingtonpost
Arabia Saudí ha gastado tres semanas explorando la posibilidad de una fuerza islámica con países árabes y musulmanes y Estados Unidos. El ministro de Asuntos Exteriores saudí, el príncipe Saud Faisal, discutió la idea en detalle con el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, en Viena la semana pasada, de acuerdo a un diplomático saudí.
Funcionarios saudíes dijeron que lanzaron la iniciativa para paliar las crecientes preocupaciones en el mundo islámico sobre el continuado despliegue de la coalición en Iraq así como por preocupaciones saudíes propias.
"Estamos proponiendo esta iniciativa porque a) queremos ayudar al pueblo iraquí a ponerse en pie y recuperar su soberanía tan pronto como posible; b) porque hay un enorme deseo en el mundo árabe y musulmán de ayudar a Iraq y al pueblo iraquí a ponerse de pie y c) porque la inestabilidad en Iraq tiene un impacto negativo sobre Arabia Saudí. Queremos estabilizar la situación en Iraq", dijo Adel Jubeir, asesor jefe de política exterior de Abdullah.
Un alto funcionario saudí dijo que ningún país se había comprometido, pero que Pakistán, Malasia, Argelia, Bangladesh y Marruecos se encuentran entre los posibles.
Los países con fronteras con Iraq, como Arabia Saudí y Jordania, no serán incluidos, dijo.
El departamento de estado, que ha estado a cargo de la política de Iraq desde el traspaso de poder político a un gobierno interino el 28 de junio, reaccionó positivamente ante la idea.
"Discutimos algunas ideas que los saudíes han estado discutiendo con otros acerca de cómo facilitar el despliegue de tropas de países musulmanes sin fronteras con Iraq", dijo el portavoz del departamento de estado, Richard Boucher, a periodistas que viajaban con Powell. "El objetivo es ayudar a los iraquíes a establecer
seguridad. Es el objetivo que apoyamos. Y seguiremos hablando con ellos sobre el asunto".
Un alto funcionario del departamento de estado que viaja con Powelll dijo que Estados Unidos estaba interesado en examinar detalles específicos del plan. Inicialmente describió la fuerza islámica como "suplementaria", pero más tarde se retractó y dijo que la fuerza podría ayudar a "bajar la demanda" de tropas de la coalición. La coalición no tiene miembros árabes.
El presidente Bush y el príncipe heredero han discutido la iniciativa saudí el miércoles durante una conversación telefónica de diez minutos, de acuerdo a fuentes familiares con la conversación, pero sin entregar detalles. En Washington, el portavoz de la Casa Blanca Trent Duffy dijo que Bush agradecía al líder saudí por recibir a Powell y considerar la situación en Iraq y los esfuerzos saudíes en la lucha contra el terrorismo en su territorio.
El gobierno saudí también habló con el primer ministro interino iraquí, Ayad Allawi, que tambíen está de visita en el reino, acerca de las perspectivas de una fuerza islámica. Funcionarios a nivel de gabinete que viajan con Allawi dijeron que el nuevo gobierno ya estaba presionando a países musulmanes de Oriente Medio, África del Norte y Asia para enviar tropas.
En la primera semana después de asumor el poder Allawi envió cartas pidiendo formalmente tropas a los gobiernos de Bangladesh, Bahrain, Egipto, Marruecos, Túnez, Omán y Pakistán, dijeron funcionarios iraquíes. Allawi sostendrá conversaciones con Powell sobre la propuesta así como sobre otros problemas de seguridad y reconstrucción de Iraq, dijeron funcionarios norteamericanos.
Funcionarios saudíes enfatizaron que su idea estaba todavía en una fase preliminar. Entre los muchos problemas que deben ser tratados es si la fuerza islámica sería o no parte de una fuerza multinacional de Naciones Unidas, o si estaría bajo un paraguas separado de Naciones Unidas. "Seguimos buscando ideas acerca de cómo avanzar", dijo un alto cargo saudí.
Estados Unidos está particularmente preocupado de problemas de mando y control. Durante las dos semanas de discusión entre el gobierno de Bush y el reino, que comparte una larga frontera con Iraq, Estados Unidos se mostró inicialmente escéptico debido a que sus propias peticiones han sido en gran parte rechazadas. Pero una invitación hecha por un país árabe, que responda a crecientes preocupaciones en el mundo islámico sobre Iraq, puede despertar más interés, especialmente si es vista como un modo de sacar a las tropas norteamericanas de Iraq, dijeron fuentes árabes. Arabia Saudí, el rico guardián de las dos ciudades más sacras del mundo islámico, Meca y Medina, tiene una importante influencia entre los musulmanes de todo el mundo.
Durante una parada anterior de Powell en Cairo, Egiptu rechazó el esfuerzo norteamericano de poner más presión sobre el gobierno sudanés para frenar a la milicia janjaweed de Darfur, una región en Sudán occidental donde decenas de miles de africanos han sido matados y más de un millón ha sido desplazados por una ola de ataque de los milicianos árabes que merodean la región. El gobierno del presidente Hosni Mubarak en lugar de eso pidió urgentemente a Powell dar más tiempo al gobierno de Sudán para cumplir la promesa de llevar seguridad a la región.
"Le hablé al secretario de estado sobre la importancia de dar tiempo al gobierno de Sudán para llevar a cabo sus compromisos. Le aseguré al secretario de estado que creemos que el gobierno sudanés lo está tratando seriamente y debemos ofrecer una mano", dijo el nuevo ministro de Asuntos Exteriores de Sudán, Ahmed Abul Gheit, durante una rueda de prensa con Powell.
Estados Unidos había esperado ganar el apoyo de Egipto, el vecino norteño de Sudán, para un borrador de una resolución de Naciones Unidas que amenazaba con sanciones económicas al gobierno del presidente Omar Hassan Bashir si Sudán no termina con los milicianos y facilita la entrega de ayuda internacional a los campamentos de gente desplazada. La resolución propuesta da a Sudán 30 días para actuar antes de que el Consejo de Seguridad considere medidas para demostrar su intención de castigar al gobierno.
En una entrevista con el diario egipcio Al-Akhbar, Powell expresó una creciente frustración. "El gobierno sudanés sabe lo que tiene que hacer. Y debe hacerlo ahora mismo", dijo. "Debe controlar a los janjaweed y no esperar a ver cuántos meses más le damos. Tiene que hacerlo ahora mismo".
29 de julio de 2004
©traducción mQh
©washingtonpost
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