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soldados a juicio por asesinatos


[Edmund Sanders, David Zucchino y Stephanie Simon] Seis acusaciones de asesinato en Iraq y Estados Unidos implican a siete soldados de una histórica unidad del ejército estadounidense.
Bagdad, Iraq. Los hombres de la Fuerza Operante 1-41 participaron en la batalla de Ciudad Sáder el verano pasado, persiguiendo a los milicianos de Al Mahdi a través de los suburbios en una operación de 120 grados. Un año antes, la unidad había participado en la marcha sobre Bagdad.
El Primer Batallón del Regimiento de Infantería Nº41 tiene una meritoria historia de combate, desde el Día D del desembarco hasta la campaña en el desierto de Iraq en la Guerra del Golfo Pérsico. Su lema: "Francos y firmes".
La semana pasada, en un tribunal militar improvisado la reputación de la unidad sufrió un revés. Soldados de la 1-41 describieron cómo un miembro de un pelotón de delincuentes apartó una calurosa mañana de agosto de su familia a un iraquí desarmado y le disparó despreocupadamente dos veces a la cabeza. Luego fotografió el cadáver.
Para los soldados de una orgullosa unidad, inquietante como es, el testimonio no era más que un episodio de una serie de impactantes asesinatos. En un período de 26 días en agosto y septiembre, siete soldados de la 1-41 fueron acusados de seis asesinatos en los dos continentes.
Soldados han dicho que los soldados de infantería renegados fanfarroneaban sobre sus asesinatos. En un caso, testificaron que soldados del pelotón 1-41 discutieron sobre quién se llevaba los créditos por el asesinato de un iraquí desarmado porque habían apostado sobre quién sería el primero.
Cuatro de las víctimas eran civiles iraquíes. Además de las dos supuestas ejecuciones, los soldados fueron acusados de disparar contra un adolescente iraquí herido en un "asesinato por compasión" y de disparar contra un iraquí desarmado, el que, de acuerdo a dos soldados, estaba agitando una bandera blanca. Dos reclutas de infantería fueron acusados del asesinato de dos soldados del pelotón 1-41 de Kansas.
Los testimonios en la corte sugieren que reinaba el caos en la unidad, que estaba dominada por un puñado de soldados incontrolables y carcomido por divisiones internas.
Los soldados dijeron que el jefe de un pelotón ordenó a sus hombres no hacer prisioneros, y al menos un soldado que se quejó de la mala conducta debió ser trasladado para garantizar su seguridad.
Otro soldado de la 1-41 fue castigado por patear el cadáver de un iraquí después de que orina del cuerpo le mojara las manos.
Expertos en historia militar dicen que no recuerdan otro caso en que tantos miembros de una sola unidad hayan sido acusados de tantos asesinatos en un período tan breve. En total, una docena de soldados estadounidenses en Iraq han sido acusados del asesinato de civiles. Durante la Guerra de Vietnam se condenó a 122 soldados por matar a no combatientes.
Algunos juristas militares dicen que el asesinato de civiles -accidental o intencionadamente- son probables en una guerra donde los insurgentes utilizan tácticas terroristas como coches-bomba y bombas improvisadas de calle, se funden con la población civil y disparan desde mezquitas, escuelas y hospitales.
"Las circunstancias en Iraq no son novedosas", dijo Eugene Fidell, un abogado que ha representado a los soldados y dirige el Instituto Nacional de Justicia Militar. "Hemos tenido guerras inusuales, asimétricas y una conducta realmente demencial de un enemigo que viola flagrantemente las leyes de la guerra".
Esos siete soldados del pelotón 1-41 de la infantería fueron acusados de los siguientes asesinatos:
-Los sargentos Johnny Horne Jr., 30, y Cárdenas J. Albán, 29, fueron acusados de disparar contra un adolescente gravemente herido en Ciudad Sáder, un barrio bajo de Bagdad, el 18 de agosto. Los sargentos dijeron luego a los investigadores que habían matado al chico "para terminar con sus sufrimientos". Los militares también acusaron al teniente segundo Erick J. Anderson, 25, el jefe del pelotón, de asesinato premeditado.
El chico era uno de siete adolescentes y jóvenes iraquíes que murieron luego de que la unidad disparara en la oscuridad contra un camión volquete. Los soldados los confundieron con insurgentes que colocaban bombas en la calle.El viernes, Horne se declaró culpable de asesinato y fue condenado a tres años de prisión.
El sargento Michael P. Williams, 25, fue acusado en el mismo incidente del asesinato de un iraquí que bajó del camión. Algunos soldados declararon que el hombre desarmado estaba agitando un trozo de tela blanca y uno oyó gritar al iraquí: "¡Niños! ¡Niños!", refiriéndose posiblemente a los más jóvenes en el camión, que habían sido contratados para recoger basura.
Williams dijo a su pelotón antes de dejar Ft. Riley en Kansas que ellos "no deben tomar prisioneros" en Iraq, de acuerdo a un testimonio.
-Diez días después, el 28 de agosto, un iraquí sonrió mientras Williams se esforzaba por desarmar un rifle AK-47 encontrado en la casa del hombre. Los soldados declararon que Williams llevó al hombre al interior de la casa, le quitó las esposas de plástico, puso el rifle cerca de él y dijo: "Creo que mi vida ha sido amenazada". Williams mató al hombre, declaró un soldado.
Otro soldado entonces supuestamente le dijo que el iraquí estaba todavía vivo. "Yo me ocuparé de eso", contestó Williams, que le volvió a disparar, según los fiscales.
Unos minutos más tarde, los soldados sacaron a un hombre de una casa cercana donde se habían encontrado dos armas. "Ya sabes lo que tienes que hacer", le dijo Williams al especialista Brent W. May, 22, que disparó dos veces a la cabeza del hombre, de acuerdo a los testimonios.
-El 13 de septiembre, de acuerdo a la policía de Kansas, los sargentos Aaron R. Stanley, 22, y Eric J. Colvin. 23, dispararon y mataron a dos compañeros soldados de la 1-41 en una casa alquilada por Stanley en el rural condado de Clay, a kilómetros del cuartel general de la unidad en Ft. Riley. Stanley y Colvin, ambos veteranos de Iraq, fueron también acusados de consumir y vender marihuana y anfetaminas. Una investigación sobre el uso de drogas en la unidad está actualmente en curso.
Los cinco soldados acusados en Iraq son del mismo pelotón dentro de la 1-41. Los dos acusados en Kansas son miembros de una compañía diferente dentro del batallón.
La unidad, con sede en Camp Liberty cerca del aeropuerto de Bagdad y asignada a la Primera División de Caballería, estuvo en Iraq desde febrero a julio de 2003. Volvió en junio.
Los soldados de la 1-41 han realizado peligrosas patrullas en estrechos callejones y abarrotados suburbios. Son soldados de infantería, que normalmente se enfrentan al enemigo en combate cara a cara y que históricamente sufren las mayores pérdidas. Cuatro soldados de la 1-41 han muerto en combate, y cerca de 50 han sido heridos.
Albán, Horne, Williams, May y Anderson sirvieron en ambos períodos de servicio en Iraq. La unidad no participó en ningún combate particularmente pesado en 2003, pero sí en intensos tiroteos después de haber sido desviados para ayudar a combatir la insurrección de las milicias en Ciudad Sáder el verano pasado. Para agosto la unidad formaba parte de un esfuerzo masivo -de las dimensiones de una brigada- para sacar del barrio a los militantes.
Los soldados fueron pronto expuestos a un intenso nivel de carnicería y violencia que la mayoría de ellos no había presenciado nunca. Lucharon contra milicianos resueltos pero sin disciplina que se vestían de paisano y se mezclaban con la gente.
El 18 de agosto los soldados no habían prácticamente dormido en los últimos cuatro días. Antes de que terminara el día los jóvenes soldados de infantería presenciaron un trauma masivo, incluyendo rótulas destrozadas, cráneos aplastados, intestinos desparramados y horribles quemaduras. Algunas de las víctimas eran niños.
"Esos chicos estaban en sus veinte años", dijo Keith Higgins, el abogado civil de May. "Era la primera vez que combatían. Se estaban enfrentando a la tensión y a la violencia por primera vez".
En un testimonio, los soldados de la 1-41 dijeron que habían recibido reglas de combate contradictorias o poco claras. Los abogados de la defensa alegaron que la confusión sobre las reglas causó confusión entre los soldados sobre cuándo disparar y contra qué objetivos.
Un soldado declaró que creía que era justificado disparar contra una persona que llevara un celular después de una explosión porque los teléfonos son a menudo usados para hacer detonar bombas de calle. Otros dijeron que disparar en esos casos no era justificado.
"En Kuwait se nos dijo que no debíamos dar disparos de advertencia", dijo el sargento Jack Jonhson, un miembro de la unidad. "En Iraq nos dijeron que sí debíamos hacerlo. Las reglas de combate eran vagas".
Higgins dijo en una entrevista que May estaba luchando en condiciones de combate estresantes de Ciudad Sáder.
Los abogados no han determinado una estrategia de defensa, pero abogados de soldados veteranos de la Tercera División de Infantería acusados de matar a un compañero en Georgia en julio de 2003 se refirieron a desórdenes de estrés post-traumáticos. Bajo el Código Uniforme de Justicia Militar, la "falta de responsabilidad mental" es una defensa aceptada.
El New England Journal of Medicine, en un estudio publicado en julio, dice que 15 a 17 por ciento de los soldados de infantería encuestados de cuatro unidades de combate en Iraq sufrieron de graves depresiones, ansiedad generalizada y desórdenes de estrés post-traumática. Sólo de un 23 a un 40 por ciento buscaron ayuda psicológica, dice el estudio, en gran parte debido al estigma que pesa sobre la búsqueda de ayuda psicológica.
Bajo un proyecto del ejército que comenzó en julio de 2003, todos los miembros del servicio que volvieron de Iraq deben reunirse con los capellanes y pasar por un chequeo psicológico.
Los abogados de Horne entregaron un testimonio escrito de un médico psiquiatra militar que dice que las acciones de Horne se derivaban probablemente del estrés del combate.
"Perdió la noción de distanciarse profesionalmente de las víctimas", escribe el psiquiatra. Williams, un jefe de pelotón, emergió como una figura central. Los hombres de Williams fueron los primeros en disparar contra el camión volquete el 18 de agosto, y los abogados dijeron que estuvo presente en tres de los asesinatos.
Conocido como ‘Sargento Will', caía bien a algunos soldados y era aborrecido por otros. Algunos dijeron que Williams era partidario de matar a todos los varones iraquíes en "edad de luchar" y de matar al hombre de más edad de cualquier casa donde se encontraran armas.
Williams, un joven alto y pelado al cepillo, era un dedicado jefe que exigía que sus hombre realizaran ejercicios militares durante su tiempo libre. "Era bastante estricto", declaró el especialista Joshua Sickels.
Los fiscales dijeron que los soldados trataron de encubrir los asesinatos del 28 de agosto diciendo que los iraquíes habían tratado de coger las armas. Williams ordenó a sus hombres "mantener la historia", declararon los soldados. Pero el soldado de primera clase Gary Romriell dijo que él deslizó una nota a sus oficiales superiores quejándose de los asesinatos. Romriell fue trasladado a otra unidad después de que Williams lo amenazara, dijeron testigos.
Expertos en leyes militares dicen que la responsabilidad del comando será probablemente uno de los temas centrales de las pesquisas militares de los incidentes.
El Manuel de Campo del Ejército dice que un comandante puede ser considerado legalmente responsable de crímenes de guerra cometidos por sus soldados "si tiene conocimiento o debería haber tenido conocimiento... de que las tropas u otras personas sujetas a su autoridad cometen o han cometido un crimen de guerra" y no intervienen.
"Un caso puede señalar a un individuo", dijo Higgins. "Pero cuando ves varios casos separados, tienes que empezar a buscar el denominador común. Tienes que examinar al comando".
El jefe de la La Fuerza Operativa -141, el teniente coronel David Bachelor, declaró que él había llegado poco después de que May presumiblemente asesinara al iraquí el 28 de agosto. Bachelor dijo que él sospechó que la víctima era un miliciano porque May le dijo que el hombre fue matado después de que tratara de coger un arma.
Bachelor, 39, no ha sido acusado. En una carta de julio a las esposas de los miembros de la unidad, Bachelor describe el intenso adiestramiento de la unidad "específicamente orientado a la guerra urbana" y agregó: "Nunca he tenido tanta gente buena alrededor como estos soldados".
Un oficial del ejército de alta jerarquía, que habló a condición de mantener el anonimato, defendió a los soldados del batallón. Unos pocos soldados perturbados, asignados aleatoriamente a la unidad, pueden crear un "evento imponente" aberrante, que no es la regla, dijo el funcionario.
Muchos soldados de Ft. Riley entrevistados al azar en la vecina Ciudad de Junction, Kansas, dijo que era un error que los militares acusaran a los soldados. Citaron el temor, la violencia y la estrés que habían vivido los soldados de infantería.
"Estás siempre en guardia. Te dicen que estés siempre alerta. Estás convertido en un montón de nervios", dijo el especialista Timmothy DeCroix, 21, que dijo que había servido junto con los soldados de la 1-41 en Iraq el año pasado.
El especialista Charles McMillan, 21, que dijo que había perdido a unos amigos en la explosión de un coche-bomba en Iraq, dijo que los cinco acusados en Iraq no debían haber sido acusados de asesinato. "Allá, tu cabeza no funciona bien. Son soldados con estrés", dijo.
McMillan describió a los soldados de la unidad 1-41 como "completamente en orden. Son sombrosos... Son siempre los primeros en reaccionar cuando pasa algo".
Algunos veteranos criticaron a los miembros de la unidad que habían avisado a sus superiores diciendo que los soldados en guerra debían apoyarse unos a otros, sin importar qué ocurriera.
"Te debes callar lo que sabes", dijo Rick Geike, 64, un veterano de la Guerra de Vietnam. Fred Meyer, un veterano de 69 años que ayudaba a Geike a colgar los adornos de Navidad en Base 45 de la Legión Americana, dijo que los soldados no debían ser castigados por lo que pasara en la guerra.
"A ti se te prepara para matar. Eso es todo", dijo. "No hay nada más que decir".

14 de diciembre de 2004
©los angeles times
©traducción mQh

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