putin rechaza críticas
[C.J. Chivers]Compara fraude electoral en Ucrania son las intimidaciones en las presidenciales norteamericanas. "Bush es un hombre decente".
Moscú, Rusia. El jueves el presidente Vladimir V. Putin defendió firmemente la compra en Rusia de la principal filial de la compañía petrolera Yukos por una compañía estatal. También expresó su profunda irritación por el apoyo occidental a las protestas populares en los antiguos países de la Unión Soviética y lo que describió como el doble rasero occidental en torno a las elecciones.
Las observaciones de Putin, hechas en la rueda de prensa anual de la temporada festiva en el Kremlin, son una resuelta reafirmación de posiciones ampliamente conocidas y una explicación por capas de los puntos de vista que empujan a Rusia cada vez más en una dirección autocrática. Pero incluso si Putin mantuvo un porte tranquilo, a veces hablando suavemente, sus declaraciones fueron extraordinarias por su agudo tono.
El destino de Yukos fue un claro ejemplo. La principal subsidiaria de Yukos, en el pasado la compañía más grande y rentable de Rusia, fue subastada el domingo por una fracción de su valor estimado a una compañía petrolera previamente desconocida y más tarde revendida a Rosneft, una compañía de propiedad estatal. No se reveló el precio final, y el proceso sigue rodeado de misterios. Analistas industriales han definido las transferencias como farsas amañadas por el Kremlin.
Putin dijo que la venta era perfectamente justificada y sugirió que enderezaban perjuicios pasados. No mencionó que tan recientemente como en septiembre dijo que Rusia no tenía intenciones de nacionalizar al gigante petrolero y había jurado transparencia desde entonces.
"Todos sabéis muy bien cómo se llevó aquí a cabo la privatización a principios de los años noventa y cómo, usando varios trucos y a veces violando la ley de esa época, muchos participantes en el mercado se apoderaron de propiedad estatal de un valor de varios billones de dólares", dijo. "Hoy, el estado se asegura de sus intereses utilizando mecanismos de mercado absolutamente legales. Yo considero esto algo muy normal".
Pero más tarde Washington criticó la subasta del gigante petrolero.
"Ciertamente no creemos que se haya realizado de una manera transparente o abierta", dijo un portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, Adam Ereli, de acuerdo a la agencia France Press. "Creemos que envía señales erróneas a los inversores extranjeros y podría tener un impacto negativo sobre el papel de Rusia en la economía global".
Agregó que el caso "hace surgir serias preocupaciones sobre el sistema legal tal como ha sido aplicado en Rusia y sobre el modo en que la justicia es aplicada quizás selectiva o políticamente".
Putin también hizo ataques personales en sus comentarios. Hablando de una juez del Tribunal de Bancarrota de Tejas, que emitió una orden la semana pasada tratando de bloquear la subasta de Yuganskneftegaz, la subsidiaria de Yukos que pertenece ahora a Rosneft, dejó todo tacto de lado.
"No estoy seguro de que el juez sepa dónde está Rusia", dijo. Luego, tras insultar a la juez, agregó que su trabajo "no se corresponde con la cortesía internacional".
Putin también mostró desdén por el presidente Aleksander Kwasniewski, de Polonia, que ayudó a mediar el impasse en Ucrania tras el fraude electoral en las elecciones allá el 21 de noviembre y que dijo hace poco en una entrevista que una Ucrania libre del dominio ruso era mejor para los países dominantes del mundo.
Adoptando un tono irónico, sugirió que Kwasniewski era un oportunista que hacía el juego de Occidente. Observó que el líder polaco en su juventud había trabajado para los soviéticos cuando era miembro de la juventud del Partido Comunista, el Komsomol.
"Nosotros en Rusia, aunque no yo personalmente, le conocemos desde la época en que trabajaba con nosotros en el Konsomol", dijo Putin, que fue miembro del servicio secreto KGB. "Tengo la impresión de que esa no es una declaración que deba hacer un presidente, sino una declaración de un individuo que anda buscando trabajo ahora que se acerca el término de su mandato".
Kwasniewski entregó más tarde una declaración en la que calificaba de "injustas" las observaciones de Putin. "Este es el precio que Polonia y yo personalmente tenemos que pagar por solucionar la crisis política en Ucrania", dice la declaración.
Fue, en resumen, una velada de un ensayado reto a los críticos occidentales. Putin expresó irritación sobre lo que llamó el doble rasero en los análisis occidentales de las elecciones en países con problemas -con críticos que indican, por ejemplo, que las recientes elecciones presidenciales en Chechenia eran defectuosas debido en parte al continuado conflicto allá, y sin embargo Estados Unidos quiere seguir adelante con las elecciones en un Iraq ocupado.
También criticó la prolongación de la revolución en países post-soviéticos, como ocurrió en Georgia en 2003 y en Ucrania esta primavera. "Lo más peligroso es crear un sistema de revoluciones permanentes", dijo. "Uno debería acostumbrarse a vivir conforme a la ley".
Sin embargo, por momentos su actuación pareció cuidadosamente calibrada, mostrando indicios de que había decido a quiénes no atacaría derechamente. Muchos políticos rusos, incluyendo a varios cercanos a él, han acusado a Estados Unidos de financiar y alentar las manifestaciones masivas en Ucrania. Pero Putin indicó una general satisfacción de la relación de Rusia con Estados Unidos, diciendo que los dos países están colaborando en la lucha contra el terrorismo y en la no-proliferación nuclear.
"Yo diría, sin ninguna exageración, de que nuestras relaciones no son de socios, sino de aliados", dijo. "Detrás de todas las cosas que están ocurriendo aquí y ahora, cosas semi escandalosas o simplemente cosas que atraen la atención del público debido a razones tácticas, yo les instaría a no olvidar esas cosas fundamentales que yacen en la base de nuestras relaciones con Estados Unidos".
Y expresó inequívocamente su propia satisfacción de su relación con el presidente Bush. "Bush mismo, en mi opinión, es una persona muy decente y consistente", dijo. "Hemos dicho públicamente que nuestras opiniones no coinciden, pero confío en él como socio".
Putin aparece rara vez en público por largos períodos de tiempo y el acceso a él de los periodistas es limitado; el jueves pareció disfrutar esta inusual sesión de intercambio. Incluso cuando expresaba irritación o malestar, trazando un paralelo entre el fraude electoral en Ucrania y lo que él llamó la intimidación de votantes en las elecciones presidenciales de Estados Unidos -pareció cómodo y relajado.
Tras una hora y 45 minutos un ayudante trató de terminar la rueda de prensa, pero Putin continuó, llamando él mismo a los periodistas. Después de dos horas y media, dijo que respondería las cinco últimas preguntas. Pero respondió once más.
Su lenguaje corporal lo retrató como alguien ansioso de un poco de ejercicio. Cuando se le hacían preguntas a menudo se echaba atrás en la silla y levantaba los hombros o acomodaba su espalda, un gesto atlético vagamente evocativo de un hombre levantando pesas, excepto que a veces se recomponía para sorber té de una fina taza china.
Al terminar una pregunta se echaba hacia adelante en el escritorio, colocaba todo el peso de sus antebrazos y ofreció largas y detalladas respuestas. Respondiendo sin apuntes, su manejo de los puntos más delicados de oscuras áreas de las políticas del gobierno -el salario mensual de un soldado raso en Chechenia, el porcentaje del cargo ferroviario en Alemania, las cláusulas de una declaración de 1956 entre la Unión Soviética y Japón sobre el destino de cuatro islas-, dieron la impresión de estar ante un ocupado gerente.
"He tratado de leer los documentos sobre los asuntos que tengo que tratar", dijo.
También hizo bromas. De acuerdo a la ley, Putin está limitado a sólo dos términos consecutivos, y está ahora en el primer año de su segundo. La posibilidad de un tercer mandato, sea a través de un cambio de la Constitución rusa para las elecciones de 2008 o por un retorno a la política en 2012, ha sido una fuente de firme especulación. Interrogado directamente sobre si se presentaría nuevamente en 2012, dijo: "¿Por qué no en el 2016? Espero que todavía esté en condiciones".
Agregó, crípticamente: "Estoy pensando en cómo negociaremos el hito de 2008".
24 de diciembre de 2004
©new york times
©traducción mQh
Las observaciones de Putin, hechas en la rueda de prensa anual de la temporada festiva en el Kremlin, son una resuelta reafirmación de posiciones ampliamente conocidas y una explicación por capas de los puntos de vista que empujan a Rusia cada vez más en una dirección autocrática. Pero incluso si Putin mantuvo un porte tranquilo, a veces hablando suavemente, sus declaraciones fueron extraordinarias por su agudo tono.
El destino de Yukos fue un claro ejemplo. La principal subsidiaria de Yukos, en el pasado la compañía más grande y rentable de Rusia, fue subastada el domingo por una fracción de su valor estimado a una compañía petrolera previamente desconocida y más tarde revendida a Rosneft, una compañía de propiedad estatal. No se reveló el precio final, y el proceso sigue rodeado de misterios. Analistas industriales han definido las transferencias como farsas amañadas por el Kremlin.
Putin dijo que la venta era perfectamente justificada y sugirió que enderezaban perjuicios pasados. No mencionó que tan recientemente como en septiembre dijo que Rusia no tenía intenciones de nacionalizar al gigante petrolero y había jurado transparencia desde entonces.
"Todos sabéis muy bien cómo se llevó aquí a cabo la privatización a principios de los años noventa y cómo, usando varios trucos y a veces violando la ley de esa época, muchos participantes en el mercado se apoderaron de propiedad estatal de un valor de varios billones de dólares", dijo. "Hoy, el estado se asegura de sus intereses utilizando mecanismos de mercado absolutamente legales. Yo considero esto algo muy normal".
Pero más tarde Washington criticó la subasta del gigante petrolero.
"Ciertamente no creemos que se haya realizado de una manera transparente o abierta", dijo un portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, Adam Ereli, de acuerdo a la agencia France Press. "Creemos que envía señales erróneas a los inversores extranjeros y podría tener un impacto negativo sobre el papel de Rusia en la economía global".
Agregó que el caso "hace surgir serias preocupaciones sobre el sistema legal tal como ha sido aplicado en Rusia y sobre el modo en que la justicia es aplicada quizás selectiva o políticamente".
Putin también hizo ataques personales en sus comentarios. Hablando de una juez del Tribunal de Bancarrota de Tejas, que emitió una orden la semana pasada tratando de bloquear la subasta de Yuganskneftegaz, la subsidiaria de Yukos que pertenece ahora a Rosneft, dejó todo tacto de lado.
"No estoy seguro de que el juez sepa dónde está Rusia", dijo. Luego, tras insultar a la juez, agregó que su trabajo "no se corresponde con la cortesía internacional".
Putin también mostró desdén por el presidente Aleksander Kwasniewski, de Polonia, que ayudó a mediar el impasse en Ucrania tras el fraude electoral en las elecciones allá el 21 de noviembre y que dijo hace poco en una entrevista que una Ucrania libre del dominio ruso era mejor para los países dominantes del mundo.
Adoptando un tono irónico, sugirió que Kwasniewski era un oportunista que hacía el juego de Occidente. Observó que el líder polaco en su juventud había trabajado para los soviéticos cuando era miembro de la juventud del Partido Comunista, el Komsomol.
"Nosotros en Rusia, aunque no yo personalmente, le conocemos desde la época en que trabajaba con nosotros en el Konsomol", dijo Putin, que fue miembro del servicio secreto KGB. "Tengo la impresión de que esa no es una declaración que deba hacer un presidente, sino una declaración de un individuo que anda buscando trabajo ahora que se acerca el término de su mandato".
Kwasniewski entregó más tarde una declaración en la que calificaba de "injustas" las observaciones de Putin. "Este es el precio que Polonia y yo personalmente tenemos que pagar por solucionar la crisis política en Ucrania", dice la declaración.
Fue, en resumen, una velada de un ensayado reto a los críticos occidentales. Putin expresó irritación sobre lo que llamó el doble rasero en los análisis occidentales de las elecciones en países con problemas -con críticos que indican, por ejemplo, que las recientes elecciones presidenciales en Chechenia eran defectuosas debido en parte al continuado conflicto allá, y sin embargo Estados Unidos quiere seguir adelante con las elecciones en un Iraq ocupado.
También criticó la prolongación de la revolución en países post-soviéticos, como ocurrió en Georgia en 2003 y en Ucrania esta primavera. "Lo más peligroso es crear un sistema de revoluciones permanentes", dijo. "Uno debería acostumbrarse a vivir conforme a la ley".
Sin embargo, por momentos su actuación pareció cuidadosamente calibrada, mostrando indicios de que había decido a quiénes no atacaría derechamente. Muchos políticos rusos, incluyendo a varios cercanos a él, han acusado a Estados Unidos de financiar y alentar las manifestaciones masivas en Ucrania. Pero Putin indicó una general satisfacción de la relación de Rusia con Estados Unidos, diciendo que los dos países están colaborando en la lucha contra el terrorismo y en la no-proliferación nuclear.
"Yo diría, sin ninguna exageración, de que nuestras relaciones no son de socios, sino de aliados", dijo. "Detrás de todas las cosas que están ocurriendo aquí y ahora, cosas semi escandalosas o simplemente cosas que atraen la atención del público debido a razones tácticas, yo les instaría a no olvidar esas cosas fundamentales que yacen en la base de nuestras relaciones con Estados Unidos".
Y expresó inequívocamente su propia satisfacción de su relación con el presidente Bush. "Bush mismo, en mi opinión, es una persona muy decente y consistente", dijo. "Hemos dicho públicamente que nuestras opiniones no coinciden, pero confío en él como socio".
Putin aparece rara vez en público por largos períodos de tiempo y el acceso a él de los periodistas es limitado; el jueves pareció disfrutar esta inusual sesión de intercambio. Incluso cuando expresaba irritación o malestar, trazando un paralelo entre el fraude electoral en Ucrania y lo que él llamó la intimidación de votantes en las elecciones presidenciales de Estados Unidos -pareció cómodo y relajado.
Tras una hora y 45 minutos un ayudante trató de terminar la rueda de prensa, pero Putin continuó, llamando él mismo a los periodistas. Después de dos horas y media, dijo que respondería las cinco últimas preguntas. Pero respondió once más.
Su lenguaje corporal lo retrató como alguien ansioso de un poco de ejercicio. Cuando se le hacían preguntas a menudo se echaba atrás en la silla y levantaba los hombros o acomodaba su espalda, un gesto atlético vagamente evocativo de un hombre levantando pesas, excepto que a veces se recomponía para sorber té de una fina taza china.
Al terminar una pregunta se echaba hacia adelante en el escritorio, colocaba todo el peso de sus antebrazos y ofreció largas y detalladas respuestas. Respondiendo sin apuntes, su manejo de los puntos más delicados de oscuras áreas de las políticas del gobierno -el salario mensual de un soldado raso en Chechenia, el porcentaje del cargo ferroviario en Alemania, las cláusulas de una declaración de 1956 entre la Unión Soviética y Japón sobre el destino de cuatro islas-, dieron la impresión de estar ante un ocupado gerente.
"He tratado de leer los documentos sobre los asuntos que tengo que tratar", dijo.
También hizo bromas. De acuerdo a la ley, Putin está limitado a sólo dos términos consecutivos, y está ahora en el primer año de su segundo. La posibilidad de un tercer mandato, sea a través de un cambio de la Constitución rusa para las elecciones de 2008 o por un retorno a la política en 2012, ha sido una fuente de firme especulación. Interrogado directamente sobre si se presentaría nuevamente en 2012, dijo: "¿Por qué no en el 2016? Espero que todavía esté en condiciones".
Agregó, crípticamente: "Estoy pensando en cómo negociaremos el hito de 2008".
24 de diciembre de 2004
©new york times
©traducción mQh
0 comentarios