arqueólogo afgano despierta a buda
[Marc Kaufman] La historia de los Budas gigantes del Valle de Bamiyán puede no haber terminado con su destrucción por los talibanes.
Hace cuatro años el mundo miró cómo fanáticos musulmanes destruían dos enormes estatuas de pie de Buda que miraban el Valle de Bamiyán, en Afganistán, pero recientes exploraciones en el antiguo sitio han llevado a los investigadores a concluir que no todo está perdido. Una tercera estatua, mucho más grande -un Buda dormido de 300 metros-, puede estar enterrada en las cercanías. Inspirado por los escritos de un peregrino chino de hace unos 1.400 años, un importante arqueólogo de Afganistán está conduciendo una excavación junto a las dos murallas del acantilado donde estuvieron antes las estatuas de Buda. La meta inicial es encontrar el antiguo monasterio que describió el viajero chino Xuanzang hacia el año 639 después de Cristo, y luego el gigantesco Buda reclinado que dijo que se encontraba entre sus murallas.
Aunque en los últimos dos años se han hecho hallazgos importantes, los arqueólogos no saben realmente qué pueden encontrar a los pies del acantilado. Pero el jefe de la excavación, Zemaryalai Tarzi, cree que importantes hallazgos se encuentran en la tierra, y volverá a Bamiyán este verano para continuar la excavación.
Si está ahí, dicen Tarzi y otros, la estatua será un importante tesoro arqueológico y ayudará a restaurar el Valle de Bamiyán a su lugar entre los más importantes sitios arqueológicos del mundo.
"Si las historias de Xuanzang son verídicas", dice Tarzi, él está excavando "la más grande estatua reclinada esculpida alguna vez en el mundo del arte". Debido a que el peregrino fue extraordinariamente preciso en su descripción del tamaño gigantesco y ubicación de las dos estatuas de pie de Buda, Tarzi dice que hay buenas razones para creer que su descripción del Buda reclinado también es correcta.
Para algunos, la búsqueda es quijotesca. Si hay que creer al antiguo peregrino chino, el Buda durmiente es casi tan alto como la Torre Eiffel. ¿Cómo pudo, se preguntan algunos, una estructura monumental semejante desaparecer debajo de la tierra, y cómo podemos rescatarla si aún existe?
Tarzi tiene algunas respuestas: La estatua puede haber sido enterrada deliberadamente por los fieles para protegerla de los ejércitos musulmanes invasores, o pudo haber quedado enterrada después de algún terremoto importante. Pero más significativamente, su cuadrilla ha comenzado a extraer del sitio figuras de arcilla y sofisticadas estructuras que apoyan su teoría más grande.
El verano pasado, la cuadrilla reveló una muralla que Tarzi está convencido que formaba parte del antiguo monasterio que albergaba la gigantesca estatua. Los excavadores también descubrieron varias docenas de esculturas de cabezas de Buda y otros fragmentos de estatuas, algunos de los cuales se remontan al siglo tres -cuando Bamiyán era un importante centro budista. Al término de la temporada de excavación, Tarzi encontró evidencias de lo que cree que puede ser una parte del pie de la estatua.
Está consciente del escepticismo profesional que rodea su búsqueda -algunos han dicho que el tamaño reportado de la estructura ha sido mal comprendido, y otros sugieren que la estatua' reclinada puede ser un afloramiento de la roca que hacía evocar a los fieles un Buda durmiente-, pero él insiste en que las evidencias son claras.
"Sé que algunos de mis colegas dudan al considerar el largo de la estatua reclinada de Buda", dijo Tarzi en un e-mail. "Nuestra única fuente de información proviene del testimonio del peregrino chino Xuanzang... En todas las versiones y copias de sus diarios de viaje, el tamaño de la estatua reclinada es de 300 metros".
La obra es suficientemente tentadora como para que el gobierno de Francia y la National Geographic Society financiaran los esfuerzos de Tarzi, y la excavación será un especial del canal de National Geographic más tarde este año.
Tras problemas con un señor de la guerra local hace algunos veranos, el presidente afgano Hamid Karzai autorizó formalmente la excavación y ha ayudado a proporcionar guardias de seguridad 24 horas al día del sitio. Una organización fundada por la hija de Tarzi, Nadia, la Asociación para la Protección de la Arqueología Afgana (www.apaa.info), de San Francisco, también está reuniendo dinero para la excavación afgano-francesa.
Ahora Afganistán es abrumadoramente musulmana, pero durante siglos conoció una floreciente cultura budista, y una de sus expresiones más importantes fue Bamiyán, un fértil valle en el Hindu Kush.
En el pasado una parada a lo largo de la Ruta de la Seda entre China y Oriente Medio, los investigadores creen que Bamiyán fue el hogar de monasterios que llegaron a albergar en su momento cúspide entre los años 500 y 600 después de Cristo hasta 5.000 monjes. También creen que Bamiyán fue el emplazamiento de algunas de las primeras estatuas que llevaron por primera vez la cara de Buda, que antes era representado como una huella o un paraguas. La influencia griega introducida antes por Alejandro el Grande se encontró la creciente popularidad del budismo y floreció en las monumentales estatuas de Buda en Bamiyán.
Hacia el siglo 10, el área se había convertido al islam, que considera generalmente la representación de los hombres una idolatría, pero durante siglos después los Budas de Bamiyán siguieron siendo centrales y ampliamente aceptadas como parte del legado y arte afganos. Mientras que varios gobernantes anteriores consideraron las estatuas sacrílegas y les ocasionaron daños menores, sólo los talibanes y Al Qaeda tomaron medidas concretas para destruirlas.
En marzo de 2001, usaron artillería, bombas y finalmente dinamita durante varios días para derribar las estatuas.
Tarzi en realidad empezó su búsqueda del Buda durmiente mucho antes de que surgieran los talibanes, incluso antes de que su país se hundiera en la guerra y el caos a fines de los setenta. Supervisó los primeros esfuerzos para reparar y estabilizar a los Budas de a pie -que eran de 50 y 36 metros de alto respectivamente- y conocía el diario del monje chino Xuanzang sobre el Buda reclinado. Pero entonces no sentía la urgencia de su investigación, porque pensaba que le tomaría décadas estudiar las antiguas maravillas de Bamiyán.
En lugar de eso, en 1979 huyó de Afganistán con su familia y vivió, estudió y enseñó arqueología en Francia durante más de 20 años. No volvió a su país sino en 2002, después de que los enormes nichos cortados en las rocas que dan a la ciudad de Bamiyán hubieran sido vaciados de sus antiguos tesoros. Menos conocido es que los talibanes y los saqueadores también destruyeron los antiguos frescos y otras obras de arte de cientos de habitaciones y corredores excavados en los acantilados junto a los Budas gigantes.
Tarzi no se hace ilusiones sobre las condiciones en que puede estar el Buda reclinado cuando lo encuentren. Los Budas reclinados o durmientes -creados para representar a Buda cuando se preparaba para entrar al nirvana- están generalmente en estrecho contacto con la tierra y el fango. Además, fue probablemente hecho de barro y yeso, y bajo tierra probablemente se ha degradado.
Pero descubrir una estatua cubierta de oro y prístina no fue nunca su objetivo. Más bien, la meta de Tarzi es rescatar y destacar la importancia arqueológica de un sitio que muchos pensaron que había sido destruido para siempre.
"El Valle de Bamiyán es uno de los lugares más importantes en la Ruta de la Seda y está lleno de hallazgos", dijo el arqueólogo Fredrik Hiebert, un asociado del National Geographic y experto en la zona. "Si Tarzi descubre esta estatua es importante, pero hay otros valiosos descubrimientos por hacer en Bamiyán".
7 de febrero de 2005
12 de febrero de 2005
©washington post
©traducción mQh
Aunque en los últimos dos años se han hecho hallazgos importantes, los arqueólogos no saben realmente qué pueden encontrar a los pies del acantilado. Pero el jefe de la excavación, Zemaryalai Tarzi, cree que importantes hallazgos se encuentran en la tierra, y volverá a Bamiyán este verano para continuar la excavación.
Si está ahí, dicen Tarzi y otros, la estatua será un importante tesoro arqueológico y ayudará a restaurar el Valle de Bamiyán a su lugar entre los más importantes sitios arqueológicos del mundo.
"Si las historias de Xuanzang son verídicas", dice Tarzi, él está excavando "la más grande estatua reclinada esculpida alguna vez en el mundo del arte". Debido a que el peregrino fue extraordinariamente preciso en su descripción del tamaño gigantesco y ubicación de las dos estatuas de pie de Buda, Tarzi dice que hay buenas razones para creer que su descripción del Buda reclinado también es correcta.
Para algunos, la búsqueda es quijotesca. Si hay que creer al antiguo peregrino chino, el Buda durmiente es casi tan alto como la Torre Eiffel. ¿Cómo pudo, se preguntan algunos, una estructura monumental semejante desaparecer debajo de la tierra, y cómo podemos rescatarla si aún existe?
Tarzi tiene algunas respuestas: La estatua puede haber sido enterrada deliberadamente por los fieles para protegerla de los ejércitos musulmanes invasores, o pudo haber quedado enterrada después de algún terremoto importante. Pero más significativamente, su cuadrilla ha comenzado a extraer del sitio figuras de arcilla y sofisticadas estructuras que apoyan su teoría más grande.
El verano pasado, la cuadrilla reveló una muralla que Tarzi está convencido que formaba parte del antiguo monasterio que albergaba la gigantesca estatua. Los excavadores también descubrieron varias docenas de esculturas de cabezas de Buda y otros fragmentos de estatuas, algunos de los cuales se remontan al siglo tres -cuando Bamiyán era un importante centro budista. Al término de la temporada de excavación, Tarzi encontró evidencias de lo que cree que puede ser una parte del pie de la estatua.
Está consciente del escepticismo profesional que rodea su búsqueda -algunos han dicho que el tamaño reportado de la estructura ha sido mal comprendido, y otros sugieren que la estatua' reclinada puede ser un afloramiento de la roca que hacía evocar a los fieles un Buda durmiente-, pero él insiste en que las evidencias son claras.
"Sé que algunos de mis colegas dudan al considerar el largo de la estatua reclinada de Buda", dijo Tarzi en un e-mail. "Nuestra única fuente de información proviene del testimonio del peregrino chino Xuanzang... En todas las versiones y copias de sus diarios de viaje, el tamaño de la estatua reclinada es de 300 metros".
La obra es suficientemente tentadora como para que el gobierno de Francia y la National Geographic Society financiaran los esfuerzos de Tarzi, y la excavación será un especial del canal de National Geographic más tarde este año.
Tras problemas con un señor de la guerra local hace algunos veranos, el presidente afgano Hamid Karzai autorizó formalmente la excavación y ha ayudado a proporcionar guardias de seguridad 24 horas al día del sitio. Una organización fundada por la hija de Tarzi, Nadia, la Asociación para la Protección de la Arqueología Afgana (www.apaa.info), de San Francisco, también está reuniendo dinero para la excavación afgano-francesa.
Ahora Afganistán es abrumadoramente musulmana, pero durante siglos conoció una floreciente cultura budista, y una de sus expresiones más importantes fue Bamiyán, un fértil valle en el Hindu Kush.
En el pasado una parada a lo largo de la Ruta de la Seda entre China y Oriente Medio, los investigadores creen que Bamiyán fue el hogar de monasterios que llegaron a albergar en su momento cúspide entre los años 500 y 600 después de Cristo hasta 5.000 monjes. También creen que Bamiyán fue el emplazamiento de algunas de las primeras estatuas que llevaron por primera vez la cara de Buda, que antes era representado como una huella o un paraguas. La influencia griega introducida antes por Alejandro el Grande se encontró la creciente popularidad del budismo y floreció en las monumentales estatuas de Buda en Bamiyán.
Hacia el siglo 10, el área se había convertido al islam, que considera generalmente la representación de los hombres una idolatría, pero durante siglos después los Budas de Bamiyán siguieron siendo centrales y ampliamente aceptadas como parte del legado y arte afganos. Mientras que varios gobernantes anteriores consideraron las estatuas sacrílegas y les ocasionaron daños menores, sólo los talibanes y Al Qaeda tomaron medidas concretas para destruirlas.
En marzo de 2001, usaron artillería, bombas y finalmente dinamita durante varios días para derribar las estatuas.
Tarzi en realidad empezó su búsqueda del Buda durmiente mucho antes de que surgieran los talibanes, incluso antes de que su país se hundiera en la guerra y el caos a fines de los setenta. Supervisó los primeros esfuerzos para reparar y estabilizar a los Budas de a pie -que eran de 50 y 36 metros de alto respectivamente- y conocía el diario del monje chino Xuanzang sobre el Buda reclinado. Pero entonces no sentía la urgencia de su investigación, porque pensaba que le tomaría décadas estudiar las antiguas maravillas de Bamiyán.
En lugar de eso, en 1979 huyó de Afganistán con su familia y vivió, estudió y enseñó arqueología en Francia durante más de 20 años. No volvió a su país sino en 2002, después de que los enormes nichos cortados en las rocas que dan a la ciudad de Bamiyán hubieran sido vaciados de sus antiguos tesoros. Menos conocido es que los talibanes y los saqueadores también destruyeron los antiguos frescos y otras obras de arte de cientos de habitaciones y corredores excavados en los acantilados junto a los Budas gigantes.
Tarzi no se hace ilusiones sobre las condiciones en que puede estar el Buda reclinado cuando lo encuentren. Los Budas reclinados o durmientes -creados para representar a Buda cuando se preparaba para entrar al nirvana- están generalmente en estrecho contacto con la tierra y el fango. Además, fue probablemente hecho de barro y yeso, y bajo tierra probablemente se ha degradado.
Pero descubrir una estatua cubierta de oro y prístina no fue nunca su objetivo. Más bien, la meta de Tarzi es rescatar y destacar la importancia arqueológica de un sitio que muchos pensaron que había sido destruido para siempre.
"El Valle de Bamiyán es uno de los lugares más importantes en la Ruta de la Seda y está lleno de hallazgos", dijo el arqueólogo Fredrik Hiebert, un asociado del National Geographic y experto en la zona. "Si Tarzi descubre esta estatua es importante, pero hay otros valiosos descubrimientos por hacer en Bamiyán".
7 de febrero de 2005
12 de febrero de 2005
©washington post
©traducción mQh
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