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otra vez nazis en alemania


[Jeffrey Fleishman] Alemanes del Este descontentos se vuelven hacia la extrema derecha. El desempleo y programas sociales suprimidos aumentan el apoyo de políticos extremistas.
Koenigstein, Alemania. Al otro lado del camino del aserradero cerrado un hombre con la cabeza rapada se sentó detrás del mostrador de Crime Store, una boutique neo-nazi que vende ropa interior de cuero y cedés con títulos como ‘It's Our Europe, Not Theirs' y ‘Rockin' the Reich Volume II'.
El hombre dijo que los negocios marchaban bien. En esta ciudad alemana del este en apuros, las perspectivas son buenas para el Partido Nacional Democrático de extrema derecha NPD, que emergió hace décadas de las ruinas ideológicas del régimen nazi. Con muchos en esta parte del estado de Sajonia sintiéndose traicionados por los principales partidos políticos del país, el NPD ha casi duplicado sus partidarios en las elecciones locales de junio último, obteniendo un 21 por ciento de los votos en Koenigstein.
Gran parte del éxito de la extrema derecha se deriva de los errores en la reunificación de Alemania desde el fin de la Guerra Fría. Empezando a mediados de los años noventa, el NPD se concentró en las ciudades pobres del este, exhibiendo una retórica xenófoba al mismo tiempo que trataba de domar a los grupos radicales de cabezas rapadas. Aunque todavía anhelan una "patria" étnicamente pura, el partido se ha hecho más populista, trabajando en problemas locales como escuelas y calles para ganar más influencia.
Pocos miembros sugieren un renacimiento del entusiasmo político de la extrema derecha, pero el alto desempleo, programas sociales recortados y la pérdida de orgullo de los trabajadores despedidos están reforzando el apoyo a los políticos extremistas. En septiembre el NPD sacó un 9.2 por ciento de los votos en Sajonia, logrando 12 escaños en el parlamento del estado. El partido no significa nada a nivel nacional, pero sus miembros están siendo elegidos en consejos municipales y regionales. El NPD y otros partidos radicales de extrema derecha tienen 313 políticos en gobiernos municipales en toda Alemania.
Uwe Leichsenring personifica el giro del NPD en personalidad y tácticas. El regordete propietario de una autoescuela que fue investigado en el pasado por el servicio secreto alemán por su asociación con las SSS, un grupo radical prohibido conocido por su violencia hacia los inmigrantes. Hoy es el portavoz del NPD en el consejo de Koenigstein y en el parlamento sajón, donde lleva camisas abotonadas y habla de los males de la globalización y de "reconstruir la identidad nacional" de los alemanes.
"El NPD es un partido que quiere ganar gente, no asustarlos", dijo Leichsenring, cuyo despacho en la capital sajona de Dresden da a los ennegrecidos edificios que fueron restaurados después de los bombardeos aliados en la Segunda Guerra Mundial. "Mucha gente simpatiza discretamente con nosotros porque no pueden apoyarnos públicamente. Recibimos un montón de faxes de apoyo. Si tuviéramos libertad de opinión en nuestro país, y la clase política no estuviera tratando de destruirnos, las filas de nuestro partido se hincharían".
Frieder Haase, el alcalde independiente de Koenigstein y vigilante opositor del NPD, conoce a Leichsenring de años. Atribuye el creciente apoyo a la extrema derecha a la imagen popular, de marginal, de algunos miembros. "Miembros del NPD como Uwe Leichsenring llevan ropas normales y parecen cualquier hijo de vecino", dijo. "Es de aquí y es agradable y la gente no lo ve como un peligro nazi".
Es difícil medir el mayor atractivo del NPD. La presencia del partido en el paisaje político es ampliamente rechazada y considerada como una persistente aparición que representa lo peor de las tendencia de un pueblo. Pero para algunos alemanes del este, el NPD es una de las pocas veces que exalta el orgullo nacional, una pasión que ha sido suprimida desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
Los detractores del NPD e incluso algunos miembros reconocen que el partido tiene limitada resonancia y que su victoria en Sajonia derivó de un voto de protesta de los alemanes del este contra los social-demócratas del canciller alemán Gerhard Schroeder y la oposición de la Unión Demócrata-Cristiana. Schroeder ha sido criticado y a veces demonizado por no lograr reducir la tasa de desempleo de 18% de Alemania del este.
"La gente está deprimida. Las cosas no han mejorado en Alemania del este desde la caída del Muro de Berlín", dijo Anke Moede, cortando carne en la carnicería de su marido en Koenigstein. "No pasamos por una revolución para terminar con el caos. A veces me gustaría volver a la época de los comunistas. No tengo para qué fumar Marlboros".
La rabia y la desilusión cristalizó en la más grande manifestación de extrema derecha en años cuando 5.000 neo-nazis marcharon en febrero a través de Dresden para conmemorar el 60 aniversario de los bombardeos aliados, que mataron al menos al 25.000 alemanes. El presidente del NPD de Sajonia, Holger Apfel, se refirió a los bombardeos como un "holocausto". Él y su partido se retiraron una vez del parlamento durante un minuto de silencio para recordar a los judíos y otros pueblos perseguidos por el Tercer Reich.
"Es natural que los partidos políticos grandes se asusten con nosotros", dijo Leichsenring. "Queremos que los alemanes vuelvan a mandar en su casa... Si hablas del orgullo alemán, te encasillan inmediatamente como de extrema derecha. Los partidos políticos quieren impedir que surja algo que ha estado burbujeando desde hace 70 años. Quieren eliminar todo vestigio de emoción nacional".
Esos sentimientos han llevado a los infructuosos esfuerzos del gobierno nacional por prohibir al NPD como racista y antisemita. Schroeder ha denunciado al NPD, diciendo: "Alemania es un país libre y democrático. Y todo lo que nos conecta con la cloaca nazi nos perjudica, perjudica a Alemania y perjudica nuestra posición ante los inversores internacionales".
Las ambiciones políticas del NPD son más hipérbole que cosas concretas. El amplio programa del partido incluye la reorientación del gobierno alemán hacia ideales nacionalistas, la limitación de la inmigración, retirar a Berlín de organizaciones internacionales como la OTAN y resistir la globalización y la expansión de la Unión Europea, los que de acuerdo al NPD, están dañando la economía del país.
Sin embargo, los extremistas de derecha no han logrado entrar en los pulidos pasillos y antecámaras del parlamento alemán. En lugar de eso, el NPD se instala en villorrios y ciudades a lo largo del Río Danubio, donde kilómetros de fábricas destartaladas revelan la fragilidad del este. En lugares como Koenigstein, con su fortaleza medieval sobresaliendo por la colina por encima de cruz dorada de la iglesia del pueblo, la gente se siente indignada y atrapada entre el comunismo y el capitalismo.
"Yo trabajaba en ferrocarriles e hice lo que el estado quería que hiciera", dijo Erich Quaschnuk, con una gorra azul sobre su cabello blanco. "Pero ahora no tengo una pensión completa como las del occidente. Los políticos nos están ordeñando. ¿Qué puedes hacer? Si votas al NPD, la gente dice que los nazis están volviendo. El NPD es demasiado pequeño y el capitalismo muy grande. Pero la gente necesita algo diferente".
Se acomodó el borde de su gorra, se pasó su bolsa de las compras a la otra manos. "Cuando cayó el Muro de Berlín la alegría era verdadera", dijo. "Pero las promesas de paisajes en flor nunca se concretaron".
Más allá en la calle, pasando un ventanal manchado que muestra polvorientas herramientas de un cerrajero en quiebra, los niños salen corriendo de la escuela, metiéndose por callejones y en la parte turística de este pueblo de 3.000 habitantes. Los restaurantes sirven jabalí y bola de masa de harina, el humo de madera se enrosca en las chimeneas, un escudo de armas de un barón bohemio brilla en la plaza, y un ferry cruza el río.
Más allá de los adoquines y hacia la montaña, las cosas no están pintadas y no son bonitas. Parras marchitas tapan una casa. El aserradero está cerrado. Las compañías de construcción han desaparecido. A uno de los tres inmigrantes del área, un tendero vietnamita, le rompieron el año pasado las vitrinas. Una agencia de turismo, preocupada de que la región se ganara la reputación de ser un bastión de la extrema derecha, publicitaba en su página en la red las virtudes de tolerancia y democracia.
Un hombre pragmático de sonrisa amplia, el alcalde Haase consideraba en su despacho las complejidades de contrarrestar el extremismo. Los intentos de prohibir al NPD, dijo, aumenta su credibilidad, especialmente entre los jóvenes con oportunidades limitadas que se inspiran en los llamados a fortalecer el patriotismo. Mientras los partidos políticos no arreglen la economía, agregó el alcalde, el NPD tiene un tema que explotar: El número de miembros del NPD con sillas en los gobiernos locales en Sajonia saltó de 10 en 1999 a 42 en 2004.
"El NPD es peligroso porque lo que quiere es destruir la democracia, y eso ya ha ocurrido una vez en la historia alemana", dijo Haase. "Nosotros podemos contener a gente Leichsenring a nivel local, pero es la filosofía reinante la que inquieta".
Dirk Hohlfeld anda a horcajadas en su motocicleta cerca de la iglesia. Padre de dos niños, conduce un bus para niños incapacitados. Dice que su esposa no puede encontrar trabajo, ni como secretaria ni como camionera. La pareja no tiene demasiado dinero y las reformas de Schroeder están haciendo difícil que los Hohlfeld se compren una casa.
Los diarios le dicen que los checos y polacos, nuevos miembros de la Unión Europea, están emigrando hacia sitios de construcción en Dresden y Berlín por la mitad del salario que los alemanes. Hohlfeld dice que está siendo torpedeado de todos lados. No cuenta con el apoyo del NPD, pero entiende la atracción del partido.
"El NPD dio en el clavo en cuanto a limitar la inmigración", dijo Hohfeld. "Y ellos se preocupan de la ley y el orden. En la época de la Alemania del Este, había respeto por la autoridad. Eso ya no se ve en estos días". Se pone el casco, aprieta el acelerador y desaparece en el camino hacia el río.

11 de mayo de 2005
©los angeles times
©traducción mQh

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