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menos influencia en iraq


[Farah Stockman] Disminuye influencia de Estados Unidos en medio de enfrentamientos por la constitución.
Washington, Estados Unidos. La tormenta de fuego sobre la constitución iraquí -y si será o no adoptada a pesar de las objeciones de la minoría sunní- ha subrayado el poco control que tiene Estados Unidos sobre la ahora rápidamente cambiante situación política en Iraq.
"Todavía tiene una gran influencia, pero ya no tienen un control significativo", dijo Anthony Cordesman, ex analista del ministerio de Defensa y ahora en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. El poder que tenía antes para determinar el resultado de las negociaciones, dijo, es "limitado y se está reduciendo".
Funcionarios estadounidenses dijeron ayer que todavía esperan que la constitución iraquí propuesta sea enmendada para satisfacer a los descontentos sunníes, que han jurado rechazarla en el referéndum del 15 de octubre.
"Puede cambiar y será cambiada", dijo un funcionario en Washington, que sigue estrechamente los desarrollos en Iraq y que habló a condición de conservar el anonimato, señalando que los sunníes todavía no han abandonado la mesa de negociaciones.
Pero los intentos del gobierno de Bush que guiar el proceso han producido, en el mejor de los casos, resultados tibios. Funcionarios norteamericanos presionaron a los iraquíes para que terminaran la constitución para el 15 de agosto y esperaban que su adopción sería un momento de celebración que unificaría al país y destacaría los compromisos políticos hechos por todas las partes.
En lugar de eso, el debate sobre la constitución ha dividido al país, al menos en el corto plazo, con muchos chiíes defendiendo la necesidad de su propia región semi-autónoma en el sur rico en petróleo, como los kurdos en el norte, y con muchos sunníes temen que el federalismo implique la desintegración del estado iraquí.
El funcionario del gobierno norteamericano dijo que una opción para el gobierno ahora es tratar de convencer a los sunníes de que ellos también obtendrán beneficios con el nuevo federalismo en la constitución, quizás creando su propia área semi-autónoma. Los sunníes están alarmados de que un enclave étnico sunní no tendría acceso a los recursos del petróleo en el norte y sur.
Pero reconoció que los americanos tienen limitadas posibilidades de modelar lo que pase luego, observando: "Podemos decir algo... y luego, 20 minutos después, tomar otra dirección".
El resultado del debate constitucional tendrá enormes consecuencias para Estados Unidos. Por ejemplo, si se adopta la constitución, su estructura federalista podría significar que Iraq tendrá poderosas fuerzas de seguridad regionales y un débil ejército nacional, aumentando el reto de adiestrar y apoyar a las fuerzas iraquíes para hacer posible reducciones de las tropas americanas.
"La idea de un ejército nacional no serviría para nada", dijo Kenneth Katzman, un especialista en Oriente Medio para el Servicio de Investigaciones del Congreso, que proporciona análisis para los miembros del congreso. "De hecho, en el contexto en que el federalismo será probablemente implementado, que es que las tres comunidades seguirán caminos separados y cooperarán en pocas cosas... la idea de un ejército nacional queda en el camino".
Cordesman dijo que los especialistas regionales están preocupados de que el ejército de Iraq está mostrando signos de "libanización" -o fracturado a lo largo de líneas religiosas o étnicas, como ocurrió en el Líbano antes de la devastadora guerra civil del país.
Si el próximo mes se rechaza resueltamente la constitución, obligará a los iraquíes a empezar de cero y eso significaría casi ciertamente un retraso de la retirada norteamericana.
"Sería tremendamente costoso para los americanos", dijo Daniel Serwer, vice-presidente para operaciones de paz y estabilidad en el Instituto de la Paz norteamericano, una organización no partidista del gobierno. "Lo asombroso es lo devastador que sería reclamar que las cosas están marchando".
Pero si los kurdos y chiíes de Iraq votan por la constitución contra las vociferantes objeciones de muchos sunníes, el resultado podría ser incluso peor, dejando potencialmente a los sunníes creyendo que unirse a la resistencia es el único modo de lograr que sean oídos, dijeron varios especialistas ayer.
Durante meses, el gobierno de Bush ha estado tratando de convencer a los sunníes, que constituyen la columna vertebral de la resistencia y dominaron el gobierno con Saddam Hussein, de que se incorporen al proceso político.
La semana pasada, el presidente Bush mismo llamó a Abdul Aziz al-Hakim, un clérigo chií que representa al bloque más grande en el parlamento, para pedirle que no alejara a los sunníes que han expresado preocupaciones sobre el borrador. Pero días después, kurdos y chiíes presentaron el borrador a la asamblea sin el respaldo sunní, y ahora esperan derrotar a los sunníes que lo rechazaron públicamente.
Zalmay Khalilzad, afgano-americano, el embajador norteamericano en Iraq, está trabajando "sin parar" para tratar de lograr un compromiso, y ha tratado de convencer a los sunníes de que el federalismo puede ser bueno para los sunníes, de acuerdo a Qubad Talabani, el representante del gobierno regional de Kurdistán en Washington.
"Ha habido esfuerzos informales para tratar de convencer a miembros del equipo negociador sunní sobre los beneficios del federalismo", dijo. "Gobierno local para ellos, una distribución más equitativa de la riqueza iraquí... antes que centralizar todo".
Pero reconoció que los sunníes no han expresado mayor interés en la idea. Ayer, el portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, Sean McCormack, dijo que el federalismo continúa siendo un "tópico de activo debate entre iraquíes, incluyendo a los sunníes" y que nada impide que los iraquíes opten por cambiar la constitución antes del referéndum de octubre para incluir cualquier cambio que quieran introducir.
McCormack subrayó, como lo ha hecho en las últimas dos semanas, que este es un proceso iraquí y los americanos no están llevando la voz cantante.
"El embajador Khalilzad está aquí, con su equipo, en la embajada de Bagdad", dijo McCormack. "Seguimos en contacto con todos los diferentes grupos iraquíes discutiendo los problemas políticos que enfrentan".

2 de septiembre de 2005
©boston globe
©traducción mQh


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