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china anuncia reformas en el campo


[Edward Cody] Para hacer frente al descontento de los campesinos.
Pekín, China. Enfrentado a un firme y creciente descontento campesinos, el Partido Comunista ha decretado extensos cambios para mejorar las condiciones de vida de los campesinos e impedir que el rápido crecimiento económico siga invadiendo sus tierras.
El partido declaró que la reforma rural era un importante objetivo de su nuevo plan económico quinquenal, que empezó este mes. El gobierno también anunció la abolición del impuesto agrícola que tiene más de mil años de antigüedad, educación pública gratuita para los niños campesinos y nuevos seguros rurales para subsidiar el cuidado médico entre los 800 millones de campesinos del país que no pueden pagar seguros médicos.
La rápida secuencia de decisiones reflejaron la profundidad de la preocupación en el partido y el gobierno a medida que los campesinos, indignados por las confiscaciones de tierra y la polución, se levantan en violentas protestas que funcionarios de alto rango dijeron que representan una amenaza para la estabilidad y la continuidad del crecimiento económico.
El ministerio de Seguridad Pública calculó el número de protestas y manifestaciones en 87 mil en 2005, un aumento del 6 por ciento con respecto a 2004, y cuatro veces más que hace una década.
La violencia es en parte una reacción al auge económico que ha producido un 9 por ciento de crecimiento anual en China, pero que beneficia principalmente a los habitantes de las ciudades.
Algunos funcionarios chinos han sugerido que la represión severa es la mejor respuesta. Wu Shuangzhan, comandante de la Policía Popular Armada paramilitar, y Sui Mingtai, comisario político de la fuerza, escribieron un artículo conjunto a comienzos de mes instando a reforzar el adiestramiento y preparación para reprimir el descontento. Pero la capa directiva del partido, aunque no repudia el uso de la fuerza, ha enfatizado la solución de los problemas de los campesinos como la solución a largo término.
El premier Wen Jiabao advirtió el mes pasado a burócratas rurales no cometer el "error histórico" de fallar a la hora de proteger a los campesinos y sus tierras, que predijo que conduciría a más violencia. En particular, amonestó, las ciudades no deberían violar las leyes para hacerse con más tierras ni vender tierras confiscadas, a empresarios privados como un modo de reunir fondos públicos.
"Este es un problema clave que afecta la estabilidad del campo y de la sociedad, y debe ser claramente reconocido por todos los niveles de gobierno y los comités del partido", dijo, según un texto de su discurso publicado la semana pasada por el órgano oficial del partido, el Diario del Pueblo.
El presidente Hu Jintao llevó el mensaje a casa el viernes en un discurso al Politburó, instando a resolver las "principales contradicciones y problemas a que nos enfrentamos" en el campo. "Si no tenemos éxito en desarrollar la agricultura y las áreas rurales ayudando a los campesinos a mejorar sus condiciones de vidas notablemente, fracasaremos en la consecución de la meta de construir una sociedad comparativamente próspera", dijo, de acuerdo a la oficial Agencia de Prensa Nueva China.
Pero los intentos del partido de manejar mejor la tensión entre el crecimiento urbano y las estrujadas tierras agrícolas han repetidas veces tropezado en el híbrido de socialismo y capitalismo que se ha desarrollado aquí en 30 años de liberalización económica. En la nueva era, la principal ideología del Partido Comunista ha sido el crecimiento, creando una alianza natural y a menudo corrupta entre funcionarios y hombres de negocios que deja a los campesinos sin defensores.
Como resultado, algunos analistas chinos han señalado que una determinación genuina por proteger a los campesinos y sus tierras requeriría la persecución inquebrantable de los funcionarios de las ciudades, condados y aldeas implicados en confiscaciones y ventas ilegales de terrenos. No ha habido ningún signo de que Wen y Hu tengan eso en mente. En su discurso, que fue saludado como una discusión inusualmente franca de los problemas rurales de China, Wen no se refirió al papel de la corrupción en las confiscaciones de tierras, aunque los campesinos la mencionan rutinariamente como una de las razones de sus protestas violentas.
También en otros lugares la solidaridad del partido parece haber superado el deseo de mejorar la administración del campo. El mes pasado, por ejemplo, un secretario de partido de un condado, que en agosto de 2004 denunció la corrupción sistemática en los asuntos de tierras en la provincia de Zheijiang fue condenado a cadena perpetua; el martes, un amigo periodista que le ayudó a escribir sus denuncias fue enviado a prisión por tres años.
Después de una serie de levantamientos campesinos, incluyendo uno en el que la Policía Popular Armada abrió el fuego y mató a varias personas, el secretario del partido de la provincia de Guangdong, Zhang Dejiang, emitió el mes pasado lo que llamó las "tres directivas estrictas" amenazando con despedir a los funcionarios si confiscaban tierra impropiamente. Después de otro levantamiento este mes, volvió a emitir su advertencia. Pero no se ha anunciado ningún despido.
Zhang, uno de los 24 miembros del Politburó, fue regañado recientemente por otros líderes por el fatal enfrentamiento del 6 de diciembre entre manifestantes y la policía en Dongzhou, a unos 200 kilómetros al nordeste de Hong Kong, de acuerdo a periodistas chinos. Su informe oficial de los disparos, presentados durante una larga comparecencia en Pekín, fue rechazada, dijeron, y se formó un equipo del gobierno central que fue enviado a investigar y escribir su propio informe.
Sin embargo, a pesar de las especulaciones entre analistas de Pekín, Zhang no ha perdido su posición como líder del partido en Guangdong, la capital de la industria de cadenas de montaje de China, ni en el Politburó. Se considera que su destino es particularmente sensible porque fue el anterior presidente, Jiang Zemin, y no Hu, el responsable de su ascensión al cuerpo de políticos de elite.
Wang Yukai, director de la prestigiosa Escuela Nacional de Administración y experto en problemas rurales, dijo que la decisión de Hu de concentrarse ahora en mejorar las condiciones de vida de los campesinos representa un giro en la ideología del partido. Anteriormente, recordó, la política fue fijada para avanzar con rapidez en el desarrollo económico con la esperanza de que, a medida que creciera el desarrollo, los campesinos eventualmente tendrían mayores beneficios, junto con sus primos de las ciudades.
"Ese es el gran objetivo", dijo. "No es solamente un lema para un día. Es un proceso largo’‘.
Eliminar el impuesto agrícola ha sido especialmente bien recibido entre los campesinos, que tenían que entregar desde tiempos inmemoriales un porcentaje de sus cosechas o ganancias a funcionarios locales. Hu, en visitas televisiadas a campesinos en todo el país, ha sido mostrado recordando a los campesinos su decisión, y generando inevitablemente sonrisas de felicidad.
Pero Wang advirtió que esas decisiones anunciadas en Pekín frecuentemente no se aplican completamente en las ciudades, comunas y aldeas donde viven más de los 1.3 millones de habitantes de China.
Por ejemplo, un cuarto de los ingresos fiscales del año pasado en Chinafueron destinados al mantenimiento de los seis millones de funcionarios del país en todos los niveles, observó, incluyendo banquetes, coches con chofer y viajes al extranjero, así como salarios. La vista de esos funcionarios disfrutando de esos beneficios con dineros fiscales ha contribuido frecuentemente a provocar la indignación de los campesinos y la sensación de que han sido dejados de lado.
En una reunión informativa para funcionarios de alto nivel en el despacho de Hu, dijo Wang, ofreció un programa de 14 puntos para mejorar la vida en el campo. "Estricta disciplina para los funcionarios" se leía arriba en la lista.

28 de enero de 2006

©washington post
©traducción mQh

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