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en las entrañas de hollywood


[David M. Halbfinger y Allison Hope Weiner] Con el patrón de un estudio, estrella de una amarga pelea en Hollywood.
Temecula, California, Estados Unidos. El teléfono sonó en el rancho de Linda Doucett en el desierto, aquí en Temecula a fines de la primavera de 1998. Era su ex novio, el cómico Garry Shandling. Otra vez él.
Shandling había llamado varias veces ese año para hablar sobre su demanda acusando a Brad Grey, su agente y amigo de toda la vida, de enriquecerse a sí mismo a sus expensas. Ahora le estaba pidiendo a Doucett que testificara contra él.
Doucett recordó en una entrevista que Shandling le había contado algo que ella no sabía, sobre cómo había reaccionado Grey ante otra demanda, de Doucett contra Shandling y Grey por acoso sexual y terminación ilegal de contrato dos años antes.
"Pensaba contratar a Pellicano", dijo Shandling.
"¿Quién es?", preguntó ella.
"Es el tipo con el que trabajaba Brad", dijo Shandling, según Doucett.
Dijo que había agregado de Grey "iba a contratar a este tipo malo para decir cosas feas sobre ti, pero yo no quería que lo hiciera".
El tipo en cuestión es Anthony Pellicano, el célebre detective privado que está en el centro de una pesquisa federal cada vez más grande que ha consumido a Hollywood durante meses, y que el mes pasado fue acusado de interceptaciones ilegales y de conspiración. Y sus recuerdos sugieren que Grey, ahora presidente de Paramount Pictures, tenía tratos con Pellicano desde 1996 -al menos tres años antes de lo que se ha destilado públicamente.
Su versión es respaldada por otro testimonio ante el gran jurado, de acuerdo a alguien cercano a la investigación que insistió en mantener el anonimato por temor a causar el enfado de los fiscales. El testigo del gran jurado, dijo esta persona, ofreció una versión independiente que concuerda en lo esencial con la versión de Doucett.
Contratar a un detective privado es una práctica común entre gente adinerada que tiene líos de pleitos, y Pellicano, un arrogante transplante de Chicago que cultivaba una imagen de peligro, tenía muchos clientes. Muchos de los ricos y poderosos de Hollywood que utilizaron sus servicios dicen que no estaban conscientes de que él delinquía. Pero los fiscales se muestran escépticos, y están tratando de determinar qué clientes de Pellicano sabían sobre las acciones que provocaron su acusación.

Influencias
De cualquier modo, ningún caso ilustra mejor, quizás, cómo los poderosos de Hollywod usaron a Pellicano en disputas con aquellos todavía con menos influencia en la extensa saga de Shandling, Grey y Doucett.
Grey, uno de los participantes más influyentes como agente de televisión y talentos, se elevó a una de las perchas más altas de Hollywood hace un año, cuando fue nombrado director de Paramount. Ha sido entrevistado por el FBI, y ha declarado ante el gran jurado que investiga a Pellicano. Su abogado dijo que a Grey le han asegurado repetidas veces que él no está sujeto a ninguna investigación.
Grey ha rechazado numerosas peticiones de entrevistas para este artículo, ni ha querido que su abogado sea entrevistado sobre el caso. El domingo por la tarde su portavoz, Janet Hill, emitió una tersa respuesta de Grey a cinco preguntas escritas realizadas por el New York Times.
"Como he dicho en el pasado, conocí a Anthony Pellicano de casualidad", dijo Grey en su declaración. "No tenía ninguna ‘relación’ con Pellicano hasta que mi abogado, Bert Fields, lo contrató para la demanda de Garry Shandling. El hecho es que yo no tenía ningún conocimiento de ninguna actividad ilegal en la que hubiera incurrido".
Fields, uno de los abogados litigantes de más prestigio en Hollywood, también ha negado haber estado al tanto de las actividades ilegales de Pellicano.
El episodio Doucett-Shandling es sólo una de más de una docena de situaciones detalladas en la acusación federal de Pellicano en la que un influyente participante, representado por un prestigioso abogado de la farándula que a su vez contrató a Pellicano, trató de ejercer su voluntad sobre un personaje mucho más débil, y extraño a la industria. En todos los casos, dicen los fiscales, Pellicano trató de mantener el desequilibrio por medios extralegales.
Cuando Pellicano estaba trabajando para el ex superagente Michael Ovitz, dicen los abogados del caso, sus objetivos eran ex subalternos de Ovitz, participantes menores de la industria y periodistas inquisitivos. Cuando Pellicano trabajó para el magnate multimilloario de MGM, Kirk Kerkorian, trabajó contra una mujer con la que Kerkorian estuvo casado brevemente. Cuando trabajó para la heredera canadiense y aspirante a actriz Taylor Thomson, fue contra la ex niñera de Thomson.
El caso de Shandling-Grey puede leerse entre líneas en los cargos federales de interceptación y conspiración contra Pellicano. Los fiscales acusan que desde enero a marzo de 1999, Pellicano pidió a una fuente policial que hiciera un chequeo de antecedentes no autorizado o de otro modo obtener información ilegalmente sobre Shandling; Doucett; la asistente personal de Shandling, Mariana Grant; su agente comercial, Warren Grant; su amigo y colega cliente en Brillstein-Grey Entertainment, el actor Kevin Nealon; la esposa de Nealon; y su amigo Gavin de Becker, un consultor de seguridad. Los nombres de Doucett, Grant, de Becker y Mr. Grant eran todos testigos en la demanda de Shandling contra Grey en ese momento, según han confirmado abogados y gente involucrada en el caso.
Para Doucett, la investigación federal da de lleno en algo que ha infectado durante largo tiempo a Hollywood. "No se trata de diez millones de dólares entre esta estrella y la otra, y la interceptación", dijo en su primera entrevista extensa sobre el asunto. Se negó a comentar sobre asuntos sobre los que prometió confidencialidad, pero estuvo dispuesta a hacerlo sobre otros aspectos de su relación con Shandling y Grey.
"Se trata de gente que era intimidaba por matones", dijo.

Un Encuentro Afortunado
Linda Doucett era una ex modelo de 33 y estaba luchando por convertirse en actriz cuando conoció a Garry Shandling en la fiesta de cumpleaños de una amiga en la primavera de 1987. Él fue a ver su espectáculo en un teatro poco conocido de Burbank y poco después los dos estaban viviendo juntos.
Shandling tenía un programa en Showtime, y Doucett, desconocida en Hollywood, pronto se encontró viajando en limusinas y haciendo vida social con Robin Williams, Billy Crystal y el agente de toda la vida de Shandling, Brad Grey.
Para 1992, Shandling, que había sido cortejado para ser el anfitrión de un programa de televisión nocturno, empezó una nueva parodia del género para la HBO: ‘The Larry Sanders Show’. Grey era el productor ejecutivo del programa y accedió a compartir todas las ganancias en un 50 por ciento con Shandling. Doucett hizo de Darlene, la complaciente asistente de Jeffrey Tambor’s Hank, el compinche de Sanders.
Durante la segunda temporada del programa, Doucett resbaló en una plataforma recientemente encerada del escenario y se dislocó tres vértebras del cuello. Un amigo le sugirió que demandara al programa para que le pagaran sus cuentas médicas, pero Doucett no lo quiso hacer después de que Shandling le dijera que "Brad me pidió que le pidiera que no lo hicieras", dijo ella más tarde en una declaración jurada.
Pero eso, afirmó Doucett bajo juramento, "fue de algún modo lo que inició la desconfianza entre todos".
En 1993, Doucett, entonces de 39, empezó a presionar a Shandling, con el que estaba construyendo una mansión en el vecindario de Brentwood en Los Angeles, para que se casara con ella y empezaran una familia. Los dos fijaron, y rompieron, al menos dos fechas para la boda ese año, antes de mudarse a Brentwood en enero de 1994. Pocos meses después, dijo Doucett en la entrevista, concluyó que Shandling sólo accedería a casarse con ella y tener un hijo si ella lo amenazaba con dejarlo. Pero Shandling prefirió la ruptura y le pasó a Doucett "una rema de papeles" para que los firmara, dijo ella.
Según los términos de un acuerdo secreto del 31 de agosto de 1994, obtenido por Times, Doucett accedió a no demandar a Shandling o su empleador, Brillstein-Grey; a cambio, Shandling, entonces una estrella de la televisión por cable, accedió a comprar para Doucett un condominio de 365 mil dólares. Interrogada sobre porqué accedió a renunciar a sus derechos, dijo: "Quería conservar mi empleo".
Pero en enero de 1995, Doucett se enteró por su agente que ella no sería invitada a una cuarta temporada de ‘The Larry Sanders Show’. Cuando trató de llamar a Shandling, juró ella más tarde, se enteró de que él había cambiado el número de teléfono. Un año después, Doucett contrató a un abogado y demandó a Shandling, Brillstein-Grey, y a la sociedad Shandling-Grey que era propietaria del programa.
Poco después, Grey le pidió que pasara por su ofician, donde, dijo ella en la entrevista, él la "agredió emocionalmente".
"Me preguntó por qué lo había incluido en la demanda", dijo Doucett bajo juramento, y ella dijo que él era su empleador. Pero lo lamentó ante Grey, diciendo que "la situación es extremadamente incómoda y dolorosa". En la entrevista, agregó que creía entonces que Grey "estaba tratando de que ella admitiera algo" cuando ella estaba en la oficina.
Meses después de forcejeos legales, Shandling llamó a Doucett para ponerse de acuerdo. Ella se negó a discutir los términos, citando un acuerdo de confidencialidad, pero una copia de su pacto del 31 de enero de 1997, conseguida por el Times, muestra que a Doucett le pagaron 1 millón de dólares -675 mil dólares de entrada para que ella desistiera del pleito y dijera que nunca había sufrido acoso sexual, y 325 dólares en los siguientes tres años.
Para ese agosto empezaron las desavenencias entre Shandling y Grey, que era su agente desde 1980, cuando salían de la universidad, y que ahora estaba representando a artistas de Hollywood de la lista A, como Brad Pitt, Courteney Cox y Adam Sandler. Por primera vez, Shandling tuvo acceso a una revisión externa de sus acuerdos financieros con Grey y no le gustó lo que le dijeron: que Grey estaba cosechando millones de dólares a su espalda.
Grey, que recibía honorarios de un 10 por ciento sobre las ganancias de Shandling más 45 mil dólares por episodio del ‘The Larry Sanders Show’, también se había hecho con el 50 por ciento de las ganancias eventuales del programa -"echando mano tres veces", como dijeron los abogados de Shandling. Aunque Shandling había accedido a esas condiciones, Grey lo había desalentado a pedir una asesoría independiente de antemano, dijeron los abogados de Shandling.
Grey devolvió 1.2 millones de dólares por concepto de comisiones excesivas descubiertas por la revisión, dijeron los abogados de Shandling, pero Shandling dijo que le debía muchísimo más. A medida que la atmósfera se tornaba más agria entre los dos, Grey dejó de representar a Shandling en noviembre de 1997, y Shandling lo demandó en enero por daños de más de cien millones de dólares. La demanda cuestionaba si los agentes que también son productores tienen un conflicto inherente de intereses.
Grey y sus aliados devolvieron el fuego. Primero, Dan Klores, el publicista que compartían los dos, anunció que dejaría caer a Shandling y lo llamó "ilógico e irracional". Luego, en marzo de 1998, Grey atacó a Shandling con una contra-demanda que llegó a las primeras planas, afirmando que había actuado "de manera errática, irracional y a veces abusadora", todo con grandes pérdidas para la sociedad ‘Larry Sanders’.
A la sombra se encontraba ahora Doucett, que se había recién casado con otro hombre y estaba embarazada, pero que, a la luz de su relación de siete años con Shandling, podía ser de gran valor como testigo en la demanda. Entonces su teléfono empezó a sonar.
"De repente, Brad y Garry me querían", dijo Doucett. "Gente que no me había visto durante años".
Grey, declaró ella más tarde, llamó un día para decirle que ella podría ser llamada como testigo. Le hizo entonces una oferta que parecía pesada, recordó ella en la entrevista. "Me dijo: ‘¿Estás lista para empezar tu propia serie?’" Grey, que produciría ‘Los Soprano’ al año después, también le aseguró a Doucett: "Tú eres como familia para mí", recordó Doucett. La versión de Doucett de esta conversación fue corroborada por una persona próxima a la investigación que fue informada de la conversación en ese momento.
Pero Doucett dejó en claro qué pensaba ella, y le dijo a Grey que ella seguiría "protegiendo" a Shandling, dijo ella bajo juramento.
Doucett informó inmediatamente a Shandling de la llamada, declaró, y los dos dieron un largo paseo en el plató del programa. "Pensaba que había sido mal representado y tenía miedo de hablar sobre cualquier cosda", dijo Doucett más tarde, bajo juramento. Y Shandling dijo que él trataría de que ella no fuera involucrada en la demanda.
En su declaración escrita el domingo, Grey calificó de "ridícula" toda sugerencia de que él hubiera "tratado de influir en la declaración de un testigo" en su litigio con Shandling.
Poco después, Doucett apareció en el episodio final de ‘The Larry Sanders Show’, el 31 de mayo de 1998. Semanas después, dijo, recibió otra llamada de Shandling para discutir su testimonio futuro. Fue en esta conversación, dijo en la entrevista, que Shandling le reveló su conocimiento de la asociación de Grey con Pellicano.
Durante su embarazo ella y Shandling siguieron conversando -a menudo, de acuerdo a Doucett y a la persona próxima a la investigación, y se preguntaban si acaso sus teléfonos habían sido pinchados.

Habla un Testigo Clave
En la primavera de 1999, la demanda Shandling-Grey estaba inmersa en una conflictiva batalla de hallazgos, incluyendo las declaraciones de testigos claves, muchos de los cuales, dicen los fiscales, eran instruidos de antemano por Pellicano. Grey, cuyo abogado era Fields, soportaron cuatro días de interrogatorio de parte de los abogados de Shandling, dirigidos por el abogado de Washington, David Boies.
La siguiente en declarar fue Doucett. En un interrogatorio de más de cinco horas, rechazó firmemente muchas de las afirmaciones de Grey sobre Shandling: que él se marchaba habitualmente del plató, que llegaba tarde al trabajo, que fue la causa de que HBO no pudiera salir al aire, que desdeñaba las promociones del programa y que contrataba y despedía unilateralmente a guionistas.
"Brad y Garry eran quienes tomaban las decisiones en todo", declaró ella.
Finalmente, los abogados de Grey tocaron el corazón de la demanda de Grey y que había sido ampliamente sugerida: le preguntaron si ella había visto alguna vez tomar drogas a Shandling, y ella respondió que no, pero se corrijo inmediatamente: había visto una vez a Shandling tomar barbitúricos, que había recibido de Grey.
Doucett contó que Shandling había llamado a Grey, pidiéndole barbitúricos, y luego que fue con él a casa de Grey a recogerlos. "Los retiró del buzón y volvimos a casa", declaró.
Grey, preguntado por escrito si había alguna vez proporcionado tabletas para dormir a Shandling, dijo en su declaración del domingo que "sugerir que yo le daba medicinas regularmente o de algún modo inapropiado a Garry Shandling" era "ridículo".
Doucett, interrogada sobre su declaración, se negó a discutir su testimonio. Pero recordó que antes de que empezara, Grey la llevó aparte, sin que pudieran oírlos los abogados, y le susurró al oído: "¿Me puedes ayudar en esto?", de acuerdo a Doucett. "Pídeme lo que quieras. Podemos llegar a un acuerdo".
Tras la declaración, Shandling agradeció profusamente a Doucett. "Me habían dicho que eras una gran persona", le dijo, recordó ella orgullosamente.
En realidad, en una entrevista Boies dijo que el testimonio de Doucett había sido "muy favorable" para Shandling. "Después de esa declaración", dijo, "la reconvención de Grey había terminado".
El 2 de julio de 1999, en vísperas del juicio, y después de una sorpresiva decisión de un juez que había dado un enorme respaldo al caso de Shandling, Boies y Fields llegaron a un acuerdo en el que Grey accedía a pagar a Shandling más de diez millones de dólares, de acuerdo a Boies.
Doucett dijo que no había oído nada de Shandling durante años -hasta que llamó para decir que el FBI estaba haciendo preguntas sobre los tratos de Grey con Pellicano.
Fue en el otoño de 2003, dijo, un año después de la detención de Pellicano, del allanamiento de su oficina y el hallazgo de archivos en el ordenador e informes secretos requisados por agentes del FBI.
Después de que Shandling le contara que él había sido interrogado por un agente del FBI, Stan Ornellas, Doucett dijo que ella también había recibido una llamada de Ornellas.
De acuerdo a Doucett, el agente le contó: "En el allanamiento encontramos su nombre", y describió el hallazgo de un armario lleno de grabaciones e informes. Ornellas, el principal detective en la investigación de Pellicano, no devolvió repetidas llamadas para este artículo.
Shandling, que se negó a ser entrevistado, dijo al Times en noviembre de 2003, que un agente del FBI le había preguntado sobre el pinchazo de su teléfono. "El FBI estaba interesado en mi demanda con respecto a Brad Grey y otras circunstancias de la campaña de prensa que montó contra mí", dijo.
Menos de un mes después de su encuentro con el agente del FBI, dijo Doucett, recibió una llamada de un hombre que no se identificó, y cuya voz ella no reconoció. "Linda", le dijo, "si sigues hablando con tu amigo Stan, tu hijo" -el hombre mencionó el nombre del hijo de Linda-, "no podrá ir" a la escuela privada donde estaba matriculado.
Doucett trató de ignorar la amenaza y verla como una broma.
"No es una broma", dijo el hombre.
La investigación del FBI de la amenaza condujo a un sospechoso, pero no a una acusación, dijo Doucett. Hasta hoy, dijo, no sabe quién era el hombre ni quién le pagó para que la amenazara.

13 de marzo de 2006
©new york times
©traducción mQh
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