medalla de honor entre ladrones
[Bill Poovey] No es ilegal en Estados Unidos afirmar falsamente que se ha recibido una medalla de honor militar o que se ha sido prisionero de guerra.
Chattanooga, Tennessee, Estados Unidos. La Sociedad Medalla de Honor del Congreso informa que hay 113 militares que han recibido el más importante galardón militar del país. Pero un agente del FBI dice que los impostores superan a los verdaderos héroes.
"Cada vez hay más impostores, y están literalmente robando el valor y los actos de valor de los tipos de verdad", dice Tom Cottone, que persigue a esos impostores además de su trabajo en la brigada de crímenes violentos del FBI en West Paterson, Nueva Jersey.
Algunos falsificadores solamente fanfarronean que han recibido la medalla -y eso no es ilegal-, pero otros impostores llevan uniformes militares y medallas falsas. "Hay tipos que llevan la Medalla de Honor que no recibieron nunca", dice.
Es difícil conocer el número exacto de importantes, pero hay 25 investigaciones pendientes, dijo Cottone, que ha estado persiguiendo a falsificadores desde 1995.
A Charles Coolidge, de Signal Mountain, Tennessee, que recibió la Medalla de Honor en la Segunda Guerra Mundial, le robaron su medalla -en una reunión militar, nada menos- cuando alguien se ofreció a arreglarla y le devolvió una versión falsa del galardón.
Cottone recuperó la verdadera Medalla de Honor de Coolidge de un hombre que vendía y compraba medallas en Ohio.
"Para mí fue una gran sorpresa recuperarla", dijo Coolidge, 84.
Coolidge recibió la Medalla de Honor por dirigir una superada sección de artilleros de ametralladoras pesadas durante cuatro días de lucha contra la infantería y tanques alemanas en Francia en 1944.
En 1994 el Congreso aumentó el castigo por el uso fraudulento de la Medalla de Honor, a un año de prisión y una multa de cien mil dólares. Pero no existe una pena semejante para las otras medallas, y todavía es legal mentir sobre el origen de la Medalla de Honor.
"Hasta ahora no es ilegal que alguien salga en televisión nacional y diga: ‘Yo recibí la Medalla de Honor’, o que diga que es un ex prisionero de guerra", dijo Cottone.
La Fundación Medalla de Honor del Congreso y otros grupos de veteranos están tratando de cambiar las cosas. El diputado John T. Salazar (demócrata, Colorado) está auspiciando la Ley del Valor Usurpado para penalizar a los que vendan medallas falsas y a los que finjan ser veteranos galardonados.
La ley de Salazar haría ilegal el afirmar públicamente haber recibido una medalla al valor militar, tal como la Medalla de Honor, la Estrella de Plata o el Corazón Púrpura.
"Es más que solamente castigar a esa gente", dijo Salazar, que espera que el Comité Judicial de la Cámara estudie su proyecto de ley. "Se trata de preservar la historia y el honor de esas medallas".
Cottone dijo que había recuperado dos Medallas de Honor falsas en una feria de armas en Nueva Jersey. Las dos habían sido fabricadas por HLI Lordship Industries Inc., un ex contratista del gobierno para la Medalla de Honor.
La compañía, con sede en Hauppauge, Nueva York, fue multada en 80 mil dólares en 1996 y fue puesta a prueba después de confesar que a principio de los años noventa había vendido 300 medallas falsas por 75 dólares cada una.
En diciembre de 1995, el juez de Illinois, Michael O’Brien, renunció después de verse confrontado con preguntas sobre su afirmación de haber recibido una Medalla de Honor. O’Brien admitió que dos de las Medallas de Honor exhibidas en su oficina eran falsas. El juez murió.
Cottone dijo que los investigadores tienen que "sorprender a alguien luciendo la medalla". Dijo que O’Brien no pudo ser procesado porque no fue nunca visto con ella.
A veces la suplantación militar no involucra una Medalla de Honor. Lisa Jane Phillips, 34, de Apex, Carolina del Norte, se declaró culpable, en septiembre, de personificar a una capitana de la Fuerza Aérea durante casi tres años.
Phillips compraba uniformes y medallas online o en tiendas de ropa militar de segunda mano y convenció al Meredith College de Raleigh, Carolina del Norte, de que la eximieran del pago de matrícula debido a su servicio militar. Dijo que había servido en Afganistán y en Iraq y consolaba a otros estudiantes con familiares enviados.
Y los impostores no son solamente civiles.
En octubre de 2002, Cottone dijo que fue presentado a un capitán de la Marina que lucía al menos 12 hileras de cintas", una Medalla de Plata, una Legión del Mérito, una Cruz de Vuelo Distinguido y un Corazón Púrpura.
"Era demasiado de todo", dijo Cottone. "Llevaba 21 medallas no recibidas". El capitán fue llevado a corte marcial y condenado, dijo.
"Si no mantenemos la integridad de los galardones militares, los verdaderos no significarán nada", dijo Cottone.
Frances Doss, cuyo marido, Desmond T. Doss Sr., fue el único objetor de conciencia en recibir la Medalla de Honor en la Segunda Guerra Mundial, dijo que es difícil imaginar por qué alguien se pondría una medalla falsa. Su marido murió en marzo y fue enterrado en Chattanooga.
"Supongo que quieren tanto llamar la atención que están dispuestos a correr el riesgo de ser descubiertos".
"Cada vez hay más impostores, y están literalmente robando el valor y los actos de valor de los tipos de verdad", dice Tom Cottone, que persigue a esos impostores además de su trabajo en la brigada de crímenes violentos del FBI en West Paterson, Nueva Jersey.
Algunos falsificadores solamente fanfarronean que han recibido la medalla -y eso no es ilegal-, pero otros impostores llevan uniformes militares y medallas falsas. "Hay tipos que llevan la Medalla de Honor que no recibieron nunca", dice.
Es difícil conocer el número exacto de importantes, pero hay 25 investigaciones pendientes, dijo Cottone, que ha estado persiguiendo a falsificadores desde 1995.
A Charles Coolidge, de Signal Mountain, Tennessee, que recibió la Medalla de Honor en la Segunda Guerra Mundial, le robaron su medalla -en una reunión militar, nada menos- cuando alguien se ofreció a arreglarla y le devolvió una versión falsa del galardón.
Cottone recuperó la verdadera Medalla de Honor de Coolidge de un hombre que vendía y compraba medallas en Ohio.
"Para mí fue una gran sorpresa recuperarla", dijo Coolidge, 84.
Coolidge recibió la Medalla de Honor por dirigir una superada sección de artilleros de ametralladoras pesadas durante cuatro días de lucha contra la infantería y tanques alemanas en Francia en 1944.
En 1994 el Congreso aumentó el castigo por el uso fraudulento de la Medalla de Honor, a un año de prisión y una multa de cien mil dólares. Pero no existe una pena semejante para las otras medallas, y todavía es legal mentir sobre el origen de la Medalla de Honor.
"Hasta ahora no es ilegal que alguien salga en televisión nacional y diga: ‘Yo recibí la Medalla de Honor’, o que diga que es un ex prisionero de guerra", dijo Cottone.
La Fundación Medalla de Honor del Congreso y otros grupos de veteranos están tratando de cambiar las cosas. El diputado John T. Salazar (demócrata, Colorado) está auspiciando la Ley del Valor Usurpado para penalizar a los que vendan medallas falsas y a los que finjan ser veteranos galardonados.
La ley de Salazar haría ilegal el afirmar públicamente haber recibido una medalla al valor militar, tal como la Medalla de Honor, la Estrella de Plata o el Corazón Púrpura.
"Es más que solamente castigar a esa gente", dijo Salazar, que espera que el Comité Judicial de la Cámara estudie su proyecto de ley. "Se trata de preservar la historia y el honor de esas medallas".
Cottone dijo que había recuperado dos Medallas de Honor falsas en una feria de armas en Nueva Jersey. Las dos habían sido fabricadas por HLI Lordship Industries Inc., un ex contratista del gobierno para la Medalla de Honor.
La compañía, con sede en Hauppauge, Nueva York, fue multada en 80 mil dólares en 1996 y fue puesta a prueba después de confesar que a principio de los años noventa había vendido 300 medallas falsas por 75 dólares cada una.
En diciembre de 1995, el juez de Illinois, Michael O’Brien, renunció después de verse confrontado con preguntas sobre su afirmación de haber recibido una Medalla de Honor. O’Brien admitió que dos de las Medallas de Honor exhibidas en su oficina eran falsas. El juez murió.
Cottone dijo que los investigadores tienen que "sorprender a alguien luciendo la medalla". Dijo que O’Brien no pudo ser procesado porque no fue nunca visto con ella.
A veces la suplantación militar no involucra una Medalla de Honor. Lisa Jane Phillips, 34, de Apex, Carolina del Norte, se declaró culpable, en septiembre, de personificar a una capitana de la Fuerza Aérea durante casi tres años.
Phillips compraba uniformes y medallas online o en tiendas de ropa militar de segunda mano y convenció al Meredith College de Raleigh, Carolina del Norte, de que la eximieran del pago de matrícula debido a su servicio militar. Dijo que había servido en Afganistán y en Iraq y consolaba a otros estudiantes con familiares enviados.
Y los impostores no son solamente civiles.
En octubre de 2002, Cottone dijo que fue presentado a un capitán de la Marina que lucía al menos 12 hileras de cintas", una Medalla de Plata, una Legión del Mérito, una Cruz de Vuelo Distinguido y un Corazón Púrpura.
"Era demasiado de todo", dijo Cottone. "Llevaba 21 medallas no recibidas". El capitán fue llevado a corte marcial y condenado, dijo.
"Si no mantenemos la integridad de los galardones militares, los verdaderos no significarán nada", dijo Cottone.
Frances Doss, cuyo marido, Desmond T. Doss Sr., fue el único objetor de conciencia en recibir la Medalla de Honor en la Segunda Guerra Mundial, dijo que es difícil imaginar por qué alguien se pondría una medalla falsa. Su marido murió en marzo y fue enterrado en Chattanooga.
"Supongo que quieren tanto llamar la atención que están dispuestos a correr el riesgo de ser descubiertos".
30 de abril de 2006
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