activista chino condenado a 4 años
[Maureen Fan] Partidarios ven la sentencia como castigo por denunciar los abortos y esterilizaciones forzadas.
Pekín, China. Un activista rural chino que llamó la atención internacional al exponer los abortos y esterilizaciones forzadas en el este de China fue sentenciado a cuatro años y tres meses de cárcel tras ser acusado de haber causado daños a la propiedad e interrumpido el tráfico, informaron medios de prensa del estado el jueves tarde.
Partidarios del activista, Chen Guangcheng denunciaron inmediatamente el veredicto, que se dictó menos de una semana después de celebrado un juicio a puertas cerradas en el fue le fue negada la asistencia de su equipo de defensores.
Originalmente, Chen, 34, corría el riesgo de ser sentenciado a cinco años de cárcel por esas acusaciones, que se derivan de un incidente en su pueblo en febrero. Recibió una sentencia mucho más severa que los otros acusados en conexión con el caso, dijeron su esposa y abogados.
"No esperaba que lo castigaran tan severamente", dijo la esposa de Chen, Yuan Weijing, la que, como los abogados de Chen, se enteró del veredicto por las noticias en la prensa. "Toda esta operación apesta, es ilegal y fue realizada en secreto".
"No sé qué hacer ahora", dijo, con la voz rota. "Me gustaría visitarlo, pero no creo que me dejen".
Uno de los abogados de Chen, Xu Zhiyong, prometió recurrir la sentencia. Él y los otros abogados de Chen fueron acusados de robo y detenidos por la policía la noche previa al juicio; Xu fue dejado en libertad una hora después de concluido el juicio. Chen fue representado, a pesar de sus protestas, por abogados nombrados por el tribunal a los que no había visto nunca.
Sus partidarios dicen que los cargos fueron inventados para vengarse por preparar una demanda colectiva que puso en aprietos a los funcionarios de la planificación familiar el año pasado. Recogió testimonios de miles de vecinos que dijeron que los funcionarios habían allanado las casas de familias con dos hijos y exigido que al menos uno de los padres fuera esterilizado. También dijeron que las autoridades habían obligado a la mujeres embarazadas de un tercer hijo, a abortar.
Chen ha estado bajo arresto domiciliario o en la cárcel durante un año. Su juicio provocó la condena internacional del poder judicial chino y galvanizó a los abogados de derechos humanos, que dicen que están viviendo un agudo repunte de las presiones oficiales.
"Las autoridades siempre controlan a los abogados de derechos humanos, pero en los últimos dos meses se han puesto más estrictas", dijo Teng Biao, un partidario de Chen y docente en la Universidad China de Ciencias Políticas y Derecho.
Luo Gan, el miembro del politburó responsable de la seguridad interior de China, advirtió este verano contra la influencia desestabilizadora de los abogados y activistas de derechos humanos.
En un número de un diario del Partido Comunista, Luo llamó a la adopción de "medidas duras que prevengan efectivamente a fuerzas hostiles y gente con otros motivos de explotar los conflictos". Dijo que algunos chinos habían cometido sabotaje bajo "la pretensión de la protección de los derechos".
La semana pasada, Gao Zhisheng, un conocido abogado de derechos humanos que ha estado presionando por la libertad de Chen, fue abruptamente secuestrado en casa de su hermana por un grupo de hombres sin identificación, sin orden de detención y sin documentos legales. Gao, 42, ha sido detenido por "actividades criminales" no especificadas, informó más tarde la agencia de noticias Nueva China.
Hu Jia, activista y amigo de Gao que también está bajo arresto domiciliario, dijo que se había enterado de los detalles del incidente por la hermana de Gao.
"Más de diez personas irrumpieron en casa de la hermana de Gao y le pusieron a Gao una capucha negra en la cabeza. Había tantos hombres rodeándolo que sólo vi sus zapatillas" dijo Hu.
"Los hombres que empujaron en el sofá y me cubrieron la boca con las manos. Me quitaron mi celular y la llave del coche de mi hermano. Todo pasó en cuestión de minutos. No dijeron ni una palabra", dijo la hermana de Gao, de acuerdo a Hu. "Al día siguiente la policía llegó a mi casa, me devolvieron mi celular y me dijeron dos cosas. Una, que el grupo de gente que llegó a mi casa ayer eran de Pekín y, dos, que no le contara a nadie lo que había ocurrido, que pretendiera que no había visto nada".
Hu dijo que el partido había empezado una "guerra psicológica" para atemorizar a los abogados y defensores y obligarlos a "comportarse".
El jueves, abogados de derechos humanos extranjeros condenaron el veredicto en el caso de Chen.
"El Partido Comunista ha decidido burlarse del mundo permitiendo esta conclusión flagrantemente injusta, y Chen se convertirá en el chico del cartel para publicitarlo", dijo Jerome Cohen, profesor de derecho chino contratado por el New York Times para ayudar en la defensa de Zhao Yan, un investigador del diario en Pekín que ha sido acusado de filtrar secretos de estado. El viernes Zhao fue sentenciado a tres años, incluyendo los dos años que ya que ha cumplido en su casa, de modo que será liberado de aquí a un año. El tribunal dijo a la prensa extranjera que lo acusaban de filtrar secretos de estado, pero en realidad declaró a Zhao culpable de fraude por aceptar dos mil quinientos dólares de un hombre de la provincia de Jilin, en el norte de China. Los abogados de Zhao, sin embargo, piensan recurrir la sentencia, diciendo que es inocente de todos los cargos.
"Este es un punto decisivo en la severa represión de los abogados y otros defensores de derechos humanos y civiles", dijo Sharon Hom, directora ejecutiva de Derechos Humanos en China, con sede en Nueva York. "Empuja a los defensores de los derechos al ‘campo enemigo' de los activistas de Falun Gong, de los activistas tibetanos y de los activistas por la democracia".
Partidarios del activista, Chen Guangcheng denunciaron inmediatamente el veredicto, que se dictó menos de una semana después de celebrado un juicio a puertas cerradas en el fue le fue negada la asistencia de su equipo de defensores.
Originalmente, Chen, 34, corría el riesgo de ser sentenciado a cinco años de cárcel por esas acusaciones, que se derivan de un incidente en su pueblo en febrero. Recibió una sentencia mucho más severa que los otros acusados en conexión con el caso, dijeron su esposa y abogados.
"No esperaba que lo castigaran tan severamente", dijo la esposa de Chen, Yuan Weijing, la que, como los abogados de Chen, se enteró del veredicto por las noticias en la prensa. "Toda esta operación apesta, es ilegal y fue realizada en secreto".
"No sé qué hacer ahora", dijo, con la voz rota. "Me gustaría visitarlo, pero no creo que me dejen".
Uno de los abogados de Chen, Xu Zhiyong, prometió recurrir la sentencia. Él y los otros abogados de Chen fueron acusados de robo y detenidos por la policía la noche previa al juicio; Xu fue dejado en libertad una hora después de concluido el juicio. Chen fue representado, a pesar de sus protestas, por abogados nombrados por el tribunal a los que no había visto nunca.
Sus partidarios dicen que los cargos fueron inventados para vengarse por preparar una demanda colectiva que puso en aprietos a los funcionarios de la planificación familiar el año pasado. Recogió testimonios de miles de vecinos que dijeron que los funcionarios habían allanado las casas de familias con dos hijos y exigido que al menos uno de los padres fuera esterilizado. También dijeron que las autoridades habían obligado a la mujeres embarazadas de un tercer hijo, a abortar.
Chen ha estado bajo arresto domiciliario o en la cárcel durante un año. Su juicio provocó la condena internacional del poder judicial chino y galvanizó a los abogados de derechos humanos, que dicen que están viviendo un agudo repunte de las presiones oficiales.
"Las autoridades siempre controlan a los abogados de derechos humanos, pero en los últimos dos meses se han puesto más estrictas", dijo Teng Biao, un partidario de Chen y docente en la Universidad China de Ciencias Políticas y Derecho.
Luo Gan, el miembro del politburó responsable de la seguridad interior de China, advirtió este verano contra la influencia desestabilizadora de los abogados y activistas de derechos humanos.
En un número de un diario del Partido Comunista, Luo llamó a la adopción de "medidas duras que prevengan efectivamente a fuerzas hostiles y gente con otros motivos de explotar los conflictos". Dijo que algunos chinos habían cometido sabotaje bajo "la pretensión de la protección de los derechos".
La semana pasada, Gao Zhisheng, un conocido abogado de derechos humanos que ha estado presionando por la libertad de Chen, fue abruptamente secuestrado en casa de su hermana por un grupo de hombres sin identificación, sin orden de detención y sin documentos legales. Gao, 42, ha sido detenido por "actividades criminales" no especificadas, informó más tarde la agencia de noticias Nueva China.
Hu Jia, activista y amigo de Gao que también está bajo arresto domiciliario, dijo que se había enterado de los detalles del incidente por la hermana de Gao.
"Más de diez personas irrumpieron en casa de la hermana de Gao y le pusieron a Gao una capucha negra en la cabeza. Había tantos hombres rodeándolo que sólo vi sus zapatillas" dijo Hu.
"Los hombres que empujaron en el sofá y me cubrieron la boca con las manos. Me quitaron mi celular y la llave del coche de mi hermano. Todo pasó en cuestión de minutos. No dijeron ni una palabra", dijo la hermana de Gao, de acuerdo a Hu. "Al día siguiente la policía llegó a mi casa, me devolvieron mi celular y me dijeron dos cosas. Una, que el grupo de gente que llegó a mi casa ayer eran de Pekín y, dos, que no le contara a nadie lo que había ocurrido, que pretendiera que no había visto nada".
Hu dijo que el partido había empezado una "guerra psicológica" para atemorizar a los abogados y defensores y obligarlos a "comportarse".
El jueves, abogados de derechos humanos extranjeros condenaron el veredicto en el caso de Chen.
"El Partido Comunista ha decidido burlarse del mundo permitiendo esta conclusión flagrantemente injusta, y Chen se convertirá en el chico del cartel para publicitarlo", dijo Jerome Cohen, profesor de derecho chino contratado por el New York Times para ayudar en la defensa de Zhao Yan, un investigador del diario en Pekín que ha sido acusado de filtrar secretos de estado. El viernes Zhao fue sentenciado a tres años, incluyendo los dos años que ya que ha cumplido en su casa, de modo que será liberado de aquí a un año. El tribunal dijo a la prensa extranjera que lo acusaban de filtrar secretos de estado, pero en realidad declaró a Zhao culpable de fraude por aceptar dos mil quinientos dólares de un hombre de la provincia de Jilin, en el norte de China. Los abogados de Zhao, sin embargo, piensan recurrir la sentencia, diciendo que es inocente de todos los cargos.
"Este es un punto decisivo en la severa represión de los abogados y otros defensores de derechos humanos y civiles", dijo Sharon Hom, directora ejecutiva de Derechos Humanos en China, con sede en Nueva York. "Empuja a los defensores de los derechos al ‘campo enemigo' de los activistas de Falun Gong, de los activistas tibetanos y de los activistas por la democracia".
Jin Ling y Jiang Fei contribuyeron a este reportaje.
25 de agosto de 2006
©washington post
©traducción mQh
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