motivos de los insurgentes
[Amit R. Paley] Algunos iraquíes se unen a la resistencia más por el dinero que por la causa.
Mosul, Iraq. Abu Nawall, un líder capturado de al-Qaeda en Iraq, dijo que no se unió al grupo insurgente sunní para matar a norteamericanos o formar un califato musulmán, sino por el dinero.
"Estaba sin trabajo y necesitaba el dinero", dijo Aby Nawall, el nom de guerre de un obrero metalúrgico desempleado que llegó a ganar hasta mil trescientos dólares al mes como insurgente. Habló en una entrevista telefónica desde una base militar iraquí donde está detenido. "¿De qué otro modo podía alimentar a mi familia?"
Comandantes norteamericanos dicen que los insurgentes en el país están cada vez más motivados por el dinero que por ideología y que un número creciente de células insurgentes, que deben pagar a los reclutas, están recurriendo a operaciones de extorsión al estilo de la mafia.
Oficiales norteamericanos han respondido lanzando una importante campaña para desbaratar las redes financieras de al-Qaeda en Iraq y difundir propaganda que retrata a los líderes de la organización como matones codiciosos, una campaña que los oficiales describen como un factor clave en sus recientes éxitos en la represión de la resistencia.
"Yo les digo a mis soldados que una buena manera de prepararse para las operaciones en Iraq es mirar la sexta temporada de ‘Los Soprano'", dijo el general de división Rick Lynch, comandante de las tropas norteamericanas en el centro de Iraq, refiriéndose a la exitosa serie de la HBO sobre la mafia. "Ahora estamos viendo un montón de actividades más típicas de la mafia".
En Mosul, una ciudad en el norte del país con dos millones de habitantes a orillas del río Tigris, los oficiales norteamericanos también están gastando dinero para reanimar la economía iraquí -incluyendo el reparto de micro-préstamos de hasta varios cientos de dólares- para reducir el impresionante desempleo que puede convertir a los jóvenes iraquíes en insurgentes a sueldo.
El coronel Stephen Twitty, comandante de las tropas norteamericanas en Mosul y la adyacente provincia de Nineveh, dijo que el desmantelamiento de las redes financieras de los insurgentes es la principal razón que explica la disminución de los violentos atentados en la región, de dieciocho a ocho al día.
"Estamos empezando a oír rumores de que los insurgentes se están quedando sin dinero", dijo Twitty, del Equipo de Combate de la 4ª Brigada, de la Primera División de Caballería. "No logran que la gente pague para mantener las operaciones".
En una entrevista de treinta minutos, Abu Nawall describió su trabajo en la gestión de los cerca seis millones de dólares que eran el presupuesto anual de la sección en Mosul del Estado Islámico de Iraq, un grupo insurgente que se cree que fue formado por al-Qaeda en Iraq. Las fuerzas armadas iraquíes, que todavía están interrogando a Abu Nawall, accedieron a que un periodista del Washington Post se reuniera en persona con él después de repetidas peticiones. La entrevista fue cancelada a última hora, pero los militares permitieron más tarde que el Post hablara por teléfono con Abu Nawall cuando él se encontraba en la oficina de un general iraquí.
Abu Nawall dijo que se unió al grupo durante el verano debido a que su trabajo en la metalurgia había terminado. El militante de 28 años dijo que era responsable de la administración y estaba encargado de los pagos a los cerca de quinientos miembros del grupo en la ciudad, que según dijo podían cometer hasta treinta atentados al día.
"La mayor parte del dinero proviene de pagos que recibimos de lugares como Siria, y de secuestros", dijo Abu Nawall, agregando que las extorsiones pueden llegar hasta cincuenta mil dólares por persona. Pero negó las afirmaciones norteamericanas de que los atentados en la ciudad se habían reducido o que el grupo ya no tuviera financiamiento. "Todavía tenemos dinero", dijo.
Gran parte de la versión de Abu Nawall no pudo ser verificada independientemente, aunque dijo que estaba hablando voluntariamente y no estaba siendo obligado por sus guardias. Su descripción de la viabilidad de la resistencia fue en algunos casos significativamente más optimista que las de oficiales iraquíes y norteamericanos.
Pero Abu Nawall y sus secuestradores admitieron que los iraquíes se estaban uniendo a la resistencia por necesidad económica. "Por supuesto, odiamos a los norteamericanos y queremos que se marchen de inmediato", dijo Abu Nawall. "Pero la razón por la que yo y muchos otros nos unimos al Estado Islámico de Iraq es que tenemos que mantener a nuestras familias".
Abu Nawall se describió a sí mismo como contable de la resistencia, pero reconoció haber matado a cuatro agentes de la policía iraquí porque consideraba que colaboraban con el ejército norteamericano. Pero dijo que organizar atentados terroristas no era una de sus tareas principales.
El general de brigada Moutaa Habeeb Jassim, comandante de la Segunda División del ejército iraquí, que mantiene en su poder a Abu Nawall desde que este fuera capturado a principios del otoño, dijo que sospechaba que el detenido era responsable de muchas más muertes y que habían estado participando en la resistencia desde el año pasado. "Abu Nawall no siempre dice la verdad", Habeeb.
Las fuerzas armadas norteamericanas han lanzado una campaña publicitaria para describir a Abu Nawall y otros insurgentes como personas codiciosas para socavar el apoyo a al-Qaeda en Iraq y crear conflictos entre grupos insurgentes.
En una circular al jefe de la policía provincial, oficiales norteamericanos le entregaron una lista de ‘puntos de conversación' que le pidieron que repitiera en la televisión local. "Queremos que estos puntos hagan despertar sospechas de que los jefes de alto nivel de al-Qaeda en Iraq son gente codiciosa que tienen más interés en los beneficios económicos que en la causa", dice la circular.
La circular dice también que Abu Nawall admitió que el líder del grupo en el norte de Iraq, conocido como Mohammed al Nada o Abu Basha'ir, dijo a los combatientes que atacaran a civiles "para que aprendieran a temer" a al-Qaeda en Iraq. La circular dice que también confesó que el grupo "obtiene un montón de dinero con extorsiones y secuestros de iraquíes".
"Dijo que la mayor parte del dinero se lo quedan los jefes de alto nivel mientras que los combatientes en la calle sólo reciben una pequeña parte", dice la circular. Dos líderes, identificados como Mohammed Bazouna y Fuad, "se están haciendo ricos con estas actividades sin pagar salarios a sus combatientes y sin proveerles de los recursos necesarios para montar ataques efectivos".
Sin embargo, en la entrevista Abu Nawall negó haber hecho las declaraciones que se le atribuyen en la circular. El documento también se refiere a Abu Nawall como el emir del grupo, o líder, en Mosul, aunque oficiales norteamericanos e iraquíes dijeron en entrevistas que él era el segundo emir de la ciudad.
Oficiales norteamericanos dijeron que Abu Nawall es sólo el último financista sunní detenido este año en el marco de una campaña para desbaratar las redes financieras de la organización. Twitty, el comandante de brigada de Mosul, dijo que la campaña empezó en abril, cuando se dieron cuenta de que los allanamientos a personas de bajo nivel no eran tan efectivos como habían esperado.
"Estamos matando montones de insurgentes y capturando a otros, pero no hemos podido cortar la cabeza de la serpiente", dijo. "Nos preguntamos cómo podíamos realizar mejores operaciones para cortar la cabeza de la serpiente. Así que examinamos las finanzas. Y empezamos a perseguirlas".
Las operaciones de extorsión afectan a casi todos los tipos de negocio en la ciudad, incluyendo la planta de Pepsi-Cola, una fábrica de cemento y una compañía de telefonía celular, que pagaban a los insurgentes doscientos mil dólares al mes, dijo Twitty.
Una de las principales fuentes de ingreso era una estada en propiedades inmobiliarias, con la que los insurgentes robaron veintiséis libros de contabilidad que contenían las escrituras de propiedades por un valor de al menos 88 millones de dólares y que fueron revendidas, de acuerdo al teniente coronel Eric Welsh, comandante del batallón responsable en Mosul.
Mosul es el centro en Iraq para girar dinero a la resistencia desde Siria y otros países, dijo Welsch, con tres de los principales bancos en el país con oficinas de transferencias de dinero en la ciudad. Dijo que las fuerzas norteamericanas han cerrado varias oficinas de cambio en Mosul.
Tropas norteamericanas detuvieron a un importante financista de al-Qaeda en Iraq el 25 de septiembre pasado con un pasaporte que mostraba que había estado treinta veces en Siria, de acuerdo a un informe militar sobre su captura.
De otro detenido, capturado por el ejército iraquí el 3 de septiembre, se sospecha que es el financista número 1 de al-Qaeda en Iraq en la provincia de Nineveh, responsable de las negociaciones para la liberación de las víctimas de secuestro, de acuerdo a otro comunicado de los militares. Dice que fue capturado con cheques por un total de 775 millones de dinares -unos seiscientos mil dólares.
Welsch dijo que piensa que el dinero que llega a la red de al-Qaeda en Iraq corrompió a algunos de sus jefes y los alejó todavía más del modesto estilo de vida que promueve su ideología religiosa.
"Si lo que están haciendo es hacer dinero, dinero, dinero", dijo, "entonces es que se han alejado de la causa de al-Qaeda y lo que queda es una organización ineficiente y corrupta".
Para las tropas norteamericanas el reto es quebrar las operaciones de extorsión controladas por al-Qaeda en Iraq sin destruir los negocios legítimos que se necesitan para reconstruir el país. "Es como la jardinería", dijo Welsch. "Puedes echar herbicidas en todas partes y matar fácilmente todos los matorrales. Pero ¿cuál sería el punto si también mataras todas las flores?"
"Estaba sin trabajo y necesitaba el dinero", dijo Aby Nawall, el nom de guerre de un obrero metalúrgico desempleado que llegó a ganar hasta mil trescientos dólares al mes como insurgente. Habló en una entrevista telefónica desde una base militar iraquí donde está detenido. "¿De qué otro modo podía alimentar a mi familia?"
Comandantes norteamericanos dicen que los insurgentes en el país están cada vez más motivados por el dinero que por ideología y que un número creciente de células insurgentes, que deben pagar a los reclutas, están recurriendo a operaciones de extorsión al estilo de la mafia.
Oficiales norteamericanos han respondido lanzando una importante campaña para desbaratar las redes financieras de al-Qaeda en Iraq y difundir propaganda que retrata a los líderes de la organización como matones codiciosos, una campaña que los oficiales describen como un factor clave en sus recientes éxitos en la represión de la resistencia.
"Yo les digo a mis soldados que una buena manera de prepararse para las operaciones en Iraq es mirar la sexta temporada de ‘Los Soprano'", dijo el general de división Rick Lynch, comandante de las tropas norteamericanas en el centro de Iraq, refiriéndose a la exitosa serie de la HBO sobre la mafia. "Ahora estamos viendo un montón de actividades más típicas de la mafia".
En Mosul, una ciudad en el norte del país con dos millones de habitantes a orillas del río Tigris, los oficiales norteamericanos también están gastando dinero para reanimar la economía iraquí -incluyendo el reparto de micro-préstamos de hasta varios cientos de dólares- para reducir el impresionante desempleo que puede convertir a los jóvenes iraquíes en insurgentes a sueldo.
El coronel Stephen Twitty, comandante de las tropas norteamericanas en Mosul y la adyacente provincia de Nineveh, dijo que el desmantelamiento de las redes financieras de los insurgentes es la principal razón que explica la disminución de los violentos atentados en la región, de dieciocho a ocho al día.
"Estamos empezando a oír rumores de que los insurgentes se están quedando sin dinero", dijo Twitty, del Equipo de Combate de la 4ª Brigada, de la Primera División de Caballería. "No logran que la gente pague para mantener las operaciones".
En una entrevista de treinta minutos, Abu Nawall describió su trabajo en la gestión de los cerca seis millones de dólares que eran el presupuesto anual de la sección en Mosul del Estado Islámico de Iraq, un grupo insurgente que se cree que fue formado por al-Qaeda en Iraq. Las fuerzas armadas iraquíes, que todavía están interrogando a Abu Nawall, accedieron a que un periodista del Washington Post se reuniera en persona con él después de repetidas peticiones. La entrevista fue cancelada a última hora, pero los militares permitieron más tarde que el Post hablara por teléfono con Abu Nawall cuando él se encontraba en la oficina de un general iraquí.
Abu Nawall dijo que se unió al grupo durante el verano debido a que su trabajo en la metalurgia había terminado. El militante de 28 años dijo que era responsable de la administración y estaba encargado de los pagos a los cerca de quinientos miembros del grupo en la ciudad, que según dijo podían cometer hasta treinta atentados al día.
"La mayor parte del dinero proviene de pagos que recibimos de lugares como Siria, y de secuestros", dijo Abu Nawall, agregando que las extorsiones pueden llegar hasta cincuenta mil dólares por persona. Pero negó las afirmaciones norteamericanas de que los atentados en la ciudad se habían reducido o que el grupo ya no tuviera financiamiento. "Todavía tenemos dinero", dijo.
Gran parte de la versión de Abu Nawall no pudo ser verificada independientemente, aunque dijo que estaba hablando voluntariamente y no estaba siendo obligado por sus guardias. Su descripción de la viabilidad de la resistencia fue en algunos casos significativamente más optimista que las de oficiales iraquíes y norteamericanos.
Pero Abu Nawall y sus secuestradores admitieron que los iraquíes se estaban uniendo a la resistencia por necesidad económica. "Por supuesto, odiamos a los norteamericanos y queremos que se marchen de inmediato", dijo Abu Nawall. "Pero la razón por la que yo y muchos otros nos unimos al Estado Islámico de Iraq es que tenemos que mantener a nuestras familias".
Abu Nawall se describió a sí mismo como contable de la resistencia, pero reconoció haber matado a cuatro agentes de la policía iraquí porque consideraba que colaboraban con el ejército norteamericano. Pero dijo que organizar atentados terroristas no era una de sus tareas principales.
El general de brigada Moutaa Habeeb Jassim, comandante de la Segunda División del ejército iraquí, que mantiene en su poder a Abu Nawall desde que este fuera capturado a principios del otoño, dijo que sospechaba que el detenido era responsable de muchas más muertes y que habían estado participando en la resistencia desde el año pasado. "Abu Nawall no siempre dice la verdad", Habeeb.
Las fuerzas armadas norteamericanas han lanzado una campaña publicitaria para describir a Abu Nawall y otros insurgentes como personas codiciosas para socavar el apoyo a al-Qaeda en Iraq y crear conflictos entre grupos insurgentes.
En una circular al jefe de la policía provincial, oficiales norteamericanos le entregaron una lista de ‘puntos de conversación' que le pidieron que repitiera en la televisión local. "Queremos que estos puntos hagan despertar sospechas de que los jefes de alto nivel de al-Qaeda en Iraq son gente codiciosa que tienen más interés en los beneficios económicos que en la causa", dice la circular.
La circular dice también que Abu Nawall admitió que el líder del grupo en el norte de Iraq, conocido como Mohammed al Nada o Abu Basha'ir, dijo a los combatientes que atacaran a civiles "para que aprendieran a temer" a al-Qaeda en Iraq. La circular dice que también confesó que el grupo "obtiene un montón de dinero con extorsiones y secuestros de iraquíes".
"Dijo que la mayor parte del dinero se lo quedan los jefes de alto nivel mientras que los combatientes en la calle sólo reciben una pequeña parte", dice la circular. Dos líderes, identificados como Mohammed Bazouna y Fuad, "se están haciendo ricos con estas actividades sin pagar salarios a sus combatientes y sin proveerles de los recursos necesarios para montar ataques efectivos".
Sin embargo, en la entrevista Abu Nawall negó haber hecho las declaraciones que se le atribuyen en la circular. El documento también se refiere a Abu Nawall como el emir del grupo, o líder, en Mosul, aunque oficiales norteamericanos e iraquíes dijeron en entrevistas que él era el segundo emir de la ciudad.
Oficiales norteamericanos dijeron que Abu Nawall es sólo el último financista sunní detenido este año en el marco de una campaña para desbaratar las redes financieras de la organización. Twitty, el comandante de brigada de Mosul, dijo que la campaña empezó en abril, cuando se dieron cuenta de que los allanamientos a personas de bajo nivel no eran tan efectivos como habían esperado.
"Estamos matando montones de insurgentes y capturando a otros, pero no hemos podido cortar la cabeza de la serpiente", dijo. "Nos preguntamos cómo podíamos realizar mejores operaciones para cortar la cabeza de la serpiente. Así que examinamos las finanzas. Y empezamos a perseguirlas".
Las operaciones de extorsión afectan a casi todos los tipos de negocio en la ciudad, incluyendo la planta de Pepsi-Cola, una fábrica de cemento y una compañía de telefonía celular, que pagaban a los insurgentes doscientos mil dólares al mes, dijo Twitty.
Una de las principales fuentes de ingreso era una estada en propiedades inmobiliarias, con la que los insurgentes robaron veintiséis libros de contabilidad que contenían las escrituras de propiedades por un valor de al menos 88 millones de dólares y que fueron revendidas, de acuerdo al teniente coronel Eric Welsh, comandante del batallón responsable en Mosul.
Mosul es el centro en Iraq para girar dinero a la resistencia desde Siria y otros países, dijo Welsch, con tres de los principales bancos en el país con oficinas de transferencias de dinero en la ciudad. Dijo que las fuerzas norteamericanas han cerrado varias oficinas de cambio en Mosul.
Tropas norteamericanas detuvieron a un importante financista de al-Qaeda en Iraq el 25 de septiembre pasado con un pasaporte que mostraba que había estado treinta veces en Siria, de acuerdo a un informe militar sobre su captura.
De otro detenido, capturado por el ejército iraquí el 3 de septiembre, se sospecha que es el financista número 1 de al-Qaeda en Iraq en la provincia de Nineveh, responsable de las negociaciones para la liberación de las víctimas de secuestro, de acuerdo a otro comunicado de los militares. Dice que fue capturado con cheques por un total de 775 millones de dinares -unos seiscientos mil dólares.
Welsch dijo que piensa que el dinero que llega a la red de al-Qaeda en Iraq corrompió a algunos de sus jefes y los alejó todavía más del modesto estilo de vida que promueve su ideología religiosa.
"Si lo que están haciendo es hacer dinero, dinero, dinero", dijo, "entonces es que se han alejado de la causa de al-Qaeda y lo que queda es una organización ineficiente y corrupta".
Para las tropas norteamericanas el reto es quebrar las operaciones de extorsión controladas por al-Qaeda en Iraq sin destruir los negocios legítimos que se necesitan para reconstruir el país. "Es como la jardinería", dijo Welsch. "Puedes echar herbicidas en todas partes y matar fácilmente todos los matorrales. Pero ¿cuál sería el punto si también mataras todas las flores?"
6 de marzo de 2008
©washington post
cc traducción mQh
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