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votando por hamas


[Thanassis Cambanis] Muchos dicen que los palestinos eligieron a Hamas a pesar de su programa islamita. Conversaciones con votantes en Cisjordania, sin embargo, revelan que muchos votaron a Hamas justamente por eso.
Campamento de Refugiados Aroub, Cisjordania, Palestina. Aquí, en la base de la sociedad palestina, el imán de la mezquita local es inequívoco sobre el atractivo que ejerce Hamas: su estricta e inquebrantable fe musulmana.
Nizar Aweidat, 27, con su deshilachada camisa de botones a cuadros, que prefieren los palestinos laicos y, en lugar de una barba. una delgada tira de vellos color melocotón sobre su labio superior, no parece uno de esos clérigos típicos. Pero Aweidat ha dirigido un repentino aumento del apoyo de Hamas en este pequeño campamento de refugiados que, en el pasado, apoyaba unánimemente al partido secular, Fatah.
Fatah sufrió una contundente derrota en las elecciones legislativas palestinas del 25 de enero, en parte debido al éxito que hombres como Aweidat han tenido éxito en sus campañas para atraer votantes hacia Hamas. Cómo atrajo Aweidat a esos votantes es instructivo: Lo hizo no a través de la red de servicios sociales que se menciona normalmente como la fuente del atractivo de Hamas, o con charlas sobre las extravagancias de Fatah, sino a través de la religión.
"Fatah no dice a la gente que recen. Eso contradice los versículos del Corán que dicen que mis oraciones, mi devoción, mi vida, y mi muerte son para Dios", explicó Aweidat. "La vida debe ser coloreada por el islam. Hamas tiene una filosofía comprehensiva de la sociedad y la vida, y lo examina todo a través del prisma del islam".
Pero muchos dicen que es al revés, que los palestinos se volcaron a Hamas porque estaban tan hastiados de la corrupción y la inestabilidad, o tan desilusionados con el proceso de paz, que votaron a Hamas a pesar del programa musulmán del partido. Prácticamente todos los que han seguido de cerca las elecciones palestinas -universitarios palestinos, políticos aliados con Fatah, e inclusive militares israelíes y diplomáticos occidentales- estaban convencidos de este punto de vista. Se predecía que Hamas se haría en el mejor de los casos con un tercio de los escaños de la legislatura palestina.
¿Cómo se explica que todos estos analistas hayan cometido el mismo error? Parte de la explicación reside en la tendencia de la elite palestina, predominantemente laica, a subestimar la fuerza del islamismo. Influyentes analistas palestinos pronosticaron que Hamas no ganaría nunca una mayoría, debido a sus puntos de vista extremistas religiosos -y a su posición de guerra permanente con Israel- que no se corresponderían con la opinión pública palestina.
Khalil Shikaki, el encuestador palestino considerado el monitor de la opinión pública más fiable en Gaza y Cisjordania, fue pillado desprevenido por los resultados de las elecciones. Después de más de una década de encuestas de opinión, Shikaki todavía cree que la democracia liberal cuenta con un fuerte apoyo entre los palestinos y dice que Hamas "encontrará resistencia en el público si trata de imponer sus programas sociales", que se basan en una estricta adherencia al Corán y que prohibiría, entre otras cosas, el alcohol y limitaría los derechos de las mujeres palestinas. Pero incluso Shikaki admitió esta semana que cuando se trató de las elecciones, "nos equivocamos completamente".

En pequeños lugares como el campo de refugiados de Aroub y en ciudades grandes como Nablús y Ciudad de Gaza, Hamas interviene en las comunidades organizando clases de Corán y formando sus núcleos de militantes con aquellos que responden al llamado a practicar un islamismo más activo.
Aweidat, que creció en el campo de Aroub, dijo que él y sus padres rara vez asistían a las oraciones, excepto los viernes. En los tres años que lleva como imán del campamento, Aweidat ha observado aumentar la asistencia a las oraciones diarias de 30 a 150 personas.
Aweidat tuvo su primer encuentro con "el despertar islámico" en un seminario de Hamas en el campo. Devoró los panfletos y escritos sobre el islam y finalmente dejó el campamento para seguir estudios islámicos en la Universidad de Al-Najah en Nablús. Volvió al conjunto de bloques de apartamentos de cemento de dos pisos, a los pies de las colinas de Hebrón y hogar de diez mil habitantes, para poner a la gente "en contacto más estrecho con Dios".
"El papel de Hamas es difundir las enseñanzas musulmanas", dijo Aweidat. Los otros puntos populares en el programa de Hamas, como ayudar a los pobres y luchar contra la corrupción, son puntos secundarios en el programa religioso, dijo.
Entrevistas en Cisjordania y Gaza durante los últimos seis meses parecen sostener las afirmaciones de Aweidat. La mayoría de los votantes de Hamas se describieron a sí mismos como musulmanes comprometidos, religiosos, que apoyaban a Hamas en primer lugar debido a sus credenciales religiosas y en segundo lugar por sus promesas de entregar más servicios y terminar con la corrupción.
"Si Dios quiere, tendremos aquí una república islamita", dijo Hussein Ibrahim Hussein, 39, vendedor de fruta en Nablús. Hussein dijo que él no se considera musulmán, ni es oficialmente miembro de Hamas. Pero votó a Hamas porque cree que el partido se comportará con responsabilidad y distribuirá los recursos con más honestidad -debido a su adherencia a la doctrina musulmana.
En todo el territorio palestino el islam ha estado al alza. En la última década, a medida que Hamas se convertía en un poder indisputable en Gaza, empezaron a desaparecer los famosos cabarets de la ciudad. Esta Noche Vieja pasada, militantes de Hamas incendiaron el UN Club, el último local en Gaza que servía alcohol. La mayoría de las mujeres, incluyendo a las laicas, llevan ahora la hijab, o pañuelo de cabeza, lo que hace veinte años era muy raro de ver.
Las mujeres palestinas todavía se enorgullecen a sí mismas de jugar un papel más central en la vida política palestina que las mujeres en otros países árabes, y en realidad Hamas presentó más de una docena de candidatas. Pero incluso la presencia de estas mujeres en las filas de Hamas es un signo de naciente liberalismo. Las mujeres que participaron bajo las banderas de Hamas incluían no solamente a las tradicionales viudas de "mártires", sino también a mujeres profesionales con carreras como maestras, profesoras, y farmacéuticas -un signo de que la influencia de Hamas se extiende a todos los sectores de la sociedad palestina. Cada vez más, los más importantes activistas de Hamas son abogados, hombres de negocios y universitarios, como quedó de manifiesto en su lista llena de candidatos de cuello blanco y por el público que se ve diariamente en los sermones de los viernes en las mezquitas de Hamas.
En ciudades donde predominan los profesionales urbanos, Hamas obtuvo resultados excepcionalmente buenos, ganando inclusive la mayoría de los escaños en Jerusalén del Este. Sus candidatos incluían un montón de doctores, abogados, e ingenieros, que se presentaron consistentemente como los "nuevos musulmanes" -no imanes barbudos del campo, sino tecnócratas pulcros comprometidos también con su credo religioso.

La victoria de Hamas se produce en momentos en que los movimientos islámicos ganan ímpetu en toda la región, dominando a la oposición política en Egipto y Jordania y ganando terreno entre las comunidades kurdas y sunníes tradicionalmente laicas de Iraq.
"La gente se está volviendo más religiosa en toda la región", dijo Ali Jarbawi, politólogo en la Universidad de Birzeit en las afueras de Ramala. Se mostró más optimista sobre las perspectivas de Hamas que la mayoría de sus colegas, pero nunca esperó que el partido obtuviera tantos votos como lo hizo. "Se equivocó todo el mundo", dijo.
En parte debe ser porque los extranjeros que buscan opiniones sobre la vida política palestina normalmente se dirigen a un par de encuestadores palestinos -Shikaki y el director del Centro Palestino de la Opinión Pública, Nabil Kukali, y a los profesores de ciencias políticas de las universidades de Birzeit y Al-Quds, en Jerusalén, que hablan inglés. Esos universitarios trabajan estrechamente con universitarios extranjeros (y en realidad muchos de ellos obtuvieron sus diplomas en el extranjero) y se reúnen frecuentemente con colegas israelíes y ONGés internacionales. Quizás debido al medio cosmopolita y laico en que se mueven, muchos de ellos subestimaron la emergencia durante la última década de una potente tendencia musulmana que ganaba en popularidad entre el público que estudian.
Shikaki todavía interpreta la votación como una reacción contra Fatah, no una ola de apoyo a Hamas. "Creo que la mayoría de la gente no espera que Hamas implante un estado islámico", dijo Shikaki. La mayoría de los observadores no lo esperan, y, ciertamente, el laicismo es todavía alto en la sociedad palestina. Incluso entre los musulmanes hay un debate sobre cómo debe ser una Palestina islámica. Pero, nuevamente, Shikaki y los que dependen de sus informaciones no esperaban que Hamas obtuviera una victoria tan arrolladora.

5 de febrero de 2006

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mujeres en palestina


[Thanassis Cambanis] Mujeres musulmanas reinician debates sobre sus derechos en Palestina.
Nablús, Cisjordania, Palestina. Con su bolso de mano, pesado rímel y un velo que sólo revela sus ojos, Alaa Awdeh suena como una autoridad feminista. Las mujeres, cree, deben tener derechos iguales en la sociedad palestina, especialmente el derecho a morir en la lucha armada contra Israel.
"Eso es lo que estoy buscando, cómo sacrificarme", dice Awdeh, 18, especializada en estudios islámicos en la Universidad de Al Najah, en Nablús, y entusiasta miembro del brazo juvenil de Hamas, el grupo radical islámico.
Las mujeres como Awdeh han redefinido el debate sobre los derechos de la mujer en la sociedad palestina. En el pasado, la lucha era entre las feministas laicas y los hombres que buscaban proteger su monopolio del poder político y social. Ahora el debate es entre las feministas de estilo occidental y las mujeres religiosas que quieren compartir el poder político sin cambiar el papel tradicional de las mujeres en la familia.
La campaña de este mes para las elecciones legislativas en Palestina abrieron nuevamente el debate.
Hamas ha atraído a legiones de mujeres musulmanas, entregándoles el control de los programas educativos y de formación laboral financiados por Hamas, y alentándolas a terminar la escuela y seguir estudios en la universidad, pero al mismo tiempo restringiendo sus derechos legales a aquellos definidos en el Corán.
La candidata de Hamas, Muna Mansour, 44, es una ex profesora de física de una escuela secundaria cuyo marido, uno de los fundadores de Hamas, murió cuando un helicóptero israelí atacó en 2002 a militantes de Hamas considerados responsables de atentados contra Israel. Ella misma se considera una mujer moderna, apoyando a su familia y haciendo campaña por un cargo, pero también una musulmana devota para la que el Corán puede en última instancia resolver todos los problemas.
"Somos musulmanes", dice Mansour. "Si otros tratan de hacer aprobar una ley que contradiga al islam, nosotros diremos que el islam es la solución".
Por ejemplo, Mansour dice que el Corán dice que las niñas deben ir a la escuela y seguir carreras, pero también que las personas casadas que cometen adulterio deberían ser lapidadas hasta la muerte, una incongruente mezcla de valores aparentemente contradictorios.
El apoyo palestino de las facciones religiosas, en particular de Hamas, ha estallado en los últimos diez años, frustrando a las mujeres laicas que han trabajado en política durante décadas y que ahora encuentran que muchas mujeres se están volcando hacia una visión diferente del islam sobre la posición e igualdad de la mujer.
Las mujeres palestinas laicas han luchado por la paridad legal con los hombres, y han trabajado también con mujeres israelíes para fomentar el proceso de paz. Decenas de mujeres postularon a la legislatura como candidatas del secular partido Fatah y para varias coaliciones laicas independientes.
"No queremos que la religión domine nuestra vida", dijo Hania al-Bitar, directora de un grupo palestino laico que ayuda a los jóvenes. Bitar, 38, fue candidata para la legislatura palestina de una lista laica llamada "La Tercera Vía".
La creciente popularidad de los islamitas es una amarga píldora para activistas laicas como Bitar, que también propugna un sistema democrático, incluso si produce resultados que ella misma aborrece.
"Quizás no sea feliz en un sistema dominado por Hamas, pero tengo que aceptar los resultados de las elecciones y trabajar dentro del sistema para poder cambiarlo", dice Bitar.
Khalil Shikaki, una politóloga considerada la encuestadora más fiable de la opinión pública palestina, dijo que la lucha palestina contra Israel ha producido efectos contradictorios en la sociedad palestina.
Por un lado, dice, la sociedad palestina ha evolucionado hasta permitir a las mujeres un grado de igualdad política que es rara en el mundo árabe, porque todos -mujeres y niños, así como hombres- fueron involucrados en la lucha política y militar contra Israel.
Al mismo tiempo, las realidades de la ocupación y la violencia también han alentado a la sociedad a volver a sus redes sociales más tradicionales: la familia, la tribu y la mezquita.
"Necesitas valores sociales más conservadores para sobrevivir en la ocupación", dijo Shikaki. "No necesitas un gobierno que proteja tus derechos".
Tras los Acuerdos de Oslo de 1993, Fatah ganó el control de la nueva Autoridad Palestina, presidiendo durante un período de relativa calma en el conflicto con Israel hasta que la violencia volvió a irrumpir en 2000. Los críticos dicen que en lugar de fortalecer su base de apoyo durante la calma, los líderes de Fatah y otros intelectuales perdieron la conexión con el público.
Como resultado, los líderes seculares originales del movimiento nacionalista palestino dejaron el campo abierto para Hamas, con sus redes de mezquitas y grupos de servicios sociales que tienen un profundo impacto en la sociedad palestina.
Ahora las candidatas de Hamas dicen que han heredado el tema de los derechos de la mujer.
"Tu papel es luchar contra la corrupción, hacer reformas, vengar las humillaciones, como las mujeres que se vengan en las calles de Tel Aviv, Netanya y Jerusalén", exhortó la profesora universitaria Mariam Saleh, una candidata de Hamas en una manifestación femenina en Nablús, una semana antes de las elecciones, en una aparente referencia a las mujeres suicidas palestinas de esas ciudades.
En un incendiario discurso, Saleh dijo que las mujeres eran más indispensables que los hombres porque servían como doctores, científicas, yihadistas, y jefes de familia cuyos hombres están en cárceles israelíes.
Unas 400 mujeres, la mayoría de ellas profesionales, asistieron a una convención. Awdeh, la estudiante universitaria que anhela por un papel en el ala militar de Hamas, marchó en el vestíbulo del congreso con unas docenas de miembros del ala juvenil femenina.
Todas llevaban pañuelos de cabeza blancos y chalecos verde lima decorados con un par de puños y el lema: "Una mano construye, la otra lucha".
"Si me piden que sea una guerrera suicida, no lo dudaré. Respetará el llamado de Dios", dijo Awdeh antes de que una militante de Hamas la hiciera callar.
"Lamento el malentendido", dijo la directora de escuela Hutam Umm Mohammed Salameh, 41. "Algunas de las jóvenes no saben cómo expresarse a sí mismas y dan una versión distorsionada de lo que queremos".
Algunos temas unen a las mujeres candidatos más allá de la división laicas-religiosas. Todos los partidos que participan en las elecciones palestinas transformaron los temas de la mujer en una prioridad de sus plataformas, prometiendo mejorar las oportunidades educativas y laborales de las mujeres.
Las reglas electorales exigen que un 20 por ciento de los candidatos para los escaños distritales sean mujeres, y el sistema está diseñado para dar a las mujeres al menos un 10 por ciento de los 132 escaños de la legislatura palestina.
Pero las mujeres de Fatah, Tercera Vía, y otros partidos laicos tendrán que tender un puente entre las divisiones culturales para cooperar en el gobierno y los servicios sociales con mujeres religiosas de Hamas.
"El islam es la solución de todos los problemas de la vida", dice Saleh, que enseña religión en la Universidad de Al Quds, en Jerusalén.
Con el creciente influjo de Hamas, los políticos palestinos tendrán que incorporar en sus programas los derechos de la mujer.
Es probable que musulmanas independientes, como Majda Fadda, elegida recientemente para el consejo municipal de Nablús, sirvan de intermediarias entre las facciones femeninas religiosas y seculares en el próximo gobierno palestino.
Fadda, 45, farmacéutica, que habla árabe, ruso, y algo de inglés, nunca se unió a Hamas, aunque trabaja estrechamente con sus miembros y comparte muchos de sus puntos de vista.
Los palestinos, dijo Fadda, necesitan, para comenzar, mejores escuelas, más trabajo, y suministros de agua más fiables -problemas que pueden ser resueltos sólo si sus líderes cooperan por encima de las líneas de partido y trabajan con los israelíes a pesar de la plataforma oficial de Hamas, que llama a la destrucción de Israel.
"Si es por los intereses del pueblo y proporciona servicios, no es un problema para colaborar con los israelíes o cualquiera", dijo Fadda.

21 de enero de 2006

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de estudiante a terrorista


[Steven Erlanger] En el abismo de Cisjordania.
Nablús, Cisjordania. Un fotógrafo local fue el primero en contar a un espantado Samer Antar que su hermano menor, Sami, había muerto. Pronto se oyeron los lamentos de su madre, elevando el tono hasta llenar la oscura escalera, mientras familiares, deudos y periodistas empezaban a llegar, subiendo el empinado y roto pavimento.
Sami Antar, 21, que cursaba su segundo año de educación física en la Universidad de An Najah aquí, salió de su apartamento el jueves a las ocho de la mañana. En la tarde, se hizo volar a nombre del grupo militante Yihad Islámica en Tel Aviv, en una zona de tiendas y restaurantes, aunque sólo causó su propia muerte. Resultaron heridos unos 20 israelíes, uno de ellos gravemente, gente corriente en sus quehaceres diarios.
Sami Antar también hizo un enorme agujero en su círculo de familiares y amigos, que no anticiparon lo que ocurriría.
"Crecimos juntos, estudiamos juntos en la misma universidad, es por eso que estoy tan sorprendido", dijo Muhammad, 21, que, como otros amigos de Sami y algunos de sus familiares se negó a dar su nombre. "Lo conocíamos como una persona sencilla, con sentido del humor", agregó, limpiándose las lágrimas en su pelo engominado. "No sabíamos que tenía lazos con un movimiento político".
Otro amigo, Rami, dijo: "Lo vi ayer, inscribiéndose en los nuevos cursos, haciendo su horario para el próximo semestre".
Samer, hermano de Sami, se acercó fuera, con los ojos enrojecidos, para decir a los periodistas que la familia no diría nada sobre lo ocurrido, y dijo: "Es un honor, no solamente para la familia de Antar, sino para todo el vecindario".
Israel, Cisjordania y la Autoridad Palestina condenarán la acción de Sami Antar como terrorismo -el intento de matar a civiles inocentes. Sus vecinos y familiares lo ven como una tragedia, pero también como resistencia, lucha y martirio. El abismo en esto es tan escarpado como las colinas en torno a Nablús.
Junto a la puerta del apartamento de Antar, pegado a la pared, había un pequeño cartel, impreso pulcramente. "Confiados en la victoria de Dios", dice, y lleva el logo del Grupo Islámico, que describe como "la plataforma estudiantil del movimiento Yihad Islámica en Palestina". Nadie pudo recordar cuándo fue colocado. Algunos sugirieron que lo colocó Sami al salir de casa esa mañana; otros dicen que apareció más tarde. Ninguno de sus amigos parecía saber, o no lo reconocieron, que Sami era miembro del grupo.
"La familia está consternada", dijo un primo, que se identificó solamente como Abu Muhammad, o padre de Muhammad. "Incluso sus hermanos están transtornados. No pueden creer esta historia".
Interrogado sobre qué le habría dicho a Sami, de conocer sus planes, Abu Muhammad dijo: "No soy político. Sólo vivo para alimentar a mi familia".
Assem, otro amigo y pariente, tenía su cara de bebé inundada de lágrimas. Abrazaba a una mujer de negro.
"Es un mártir", decía ella.
"Pero nos ha dejado", dijo Assem. Empezó a sonar su celular. Respondió en inglés: "Lo lamento, ahora no puedo. Uno de mis amigos se ha convertido en mártir".
El apartamento de Antar está en un edificio en un cerro por arriba del centro de Nablús, en un barrio llamado Alto Dahieh. A unos 150 metros por arriba de la casa hay un puesto de avanzada del ejército israelí, iluminado por brillantes luces amarillas.
Muhammad empezó a debatir con un periodista el tema de los atentados suicidas, describiendo la ocupación israelí, los puestos de control, la imposibilidad de viajar, los allanamientos nocturnos, el desempleo. "Todo eso lleva a esto", insistió. "Ellos empujan a la gente a pensar en esa dirección, que este es el único camino".
Pero estaba haciendo un discurso. Pocos minutos después, mostró al periodista su celular con el último mensaje de texto que había recibido de Sami, el miércoles a las 9:02 de la noche.
El mensaje era florido. "Te perdimos", dice. "Si fuera por nosotros, pasaríamos a recogerte en medio del sueño. Te echamos de menos. No sabemos si tú nos extrañarás".
Estaba aturdido. "No respondí ese mensaje", dijo. "Pensé que no importaba". ¿Y ahora? "Ahora lo entiendo", dijo, tranquilo. "Era una despedida".

20 de enero de 2006

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cristianos sin dinero


Partido religioso holandés pierde subsidios por su actitud hacia las mujeres.
Amsterdam, Holanda. El SGP no debería recibir el subsidio del estado de 800.000 euros al año debido a que el pequeño partido religioso discrimina a las mujeres, resolvió un tribunal de La Haya.
El fondo de campaña Clara Wichmann y otras siete organizaciones también pidieron al tribunal que declare nulos e inválidos los estatutos del partido en relación con las limitaciones para la participación de las mujeres.
El tribunal se negó a hacerlo, debido a que no hay mujeres en el SGP que apoyen la medida.
Al decidir que el Partido Reformado [Staatkundig Gereformeerde Partij] debería perder los subsidios, el tribunal observó que Holanda ratificó la Convención contra la Discriminación de la Mujer de Naciones Unidas a fines de los años ochenta.
"Holanda se comprometió a tomar las medidas apropiadas para impedir la discriminación de las mujeres en la vida política y en la vida pública. Holanda no ha respetado las obligaciones que se derivan del tratado", dijo el tribunal.
"El gobierno ha no ha tomado ninguna medida para terminar con la discriminación de las mujeres en el SGP, y al contrario a apoyado al SGP otorgándole un subsidio", dijo el tribunal.
El juez determinó que el SGP no debe recibir fondos del estado mientras el partido no otorgue a las mujeres la misma posición que a los hombres en cuanto a su participación.
El SGP no permite que las mujeres se presenten a elecciones.
La directiva del partido emitió una declaración expresando "asombro y desilusión" sobre la resolución. Dijo que la pérdida del subsidio afectaría los recursos, pero no podía calcular todo el impacto.
El partido tiene dos parlamentarios en la Cámara Baja y dos senadores.

9 de septiembre de 2005
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termina ocupación de gaza


[Scott Wilson] Los colonos se han marchado después de 38 años.
Netzarim, Franja de Gaza, Palestina. Después de las últimas oraciones en una sinagoga aquí, los militares israelíes evacuaron el lunes el último asentamiento judío en Gaza mientras cientos de vecinos se echaron a la calle y avanzaron lentamente a través del vecindario debajo de un agobiante sol, arrastrando los pies, cantando y acarreando los adornados rollos de pergamino de la Tora y una enorme candelabro menorah que estuvo antes en el tejado de la sinagoga.
Las tropas israelíes no encontraron resistencia cuando guiaban a las 120 familias hacia los buses que los llevarían a Jerusalén para rezar en la Muralla Occidental, el sitio más sagrado del judaísmo. Los miembros de la última comunidad en dejar Gaza vivirán temporalmente en un dormitorio universitario en el asentamiento de Ariel en Cisjordania.
"No estoy desesperado, no he perdido la esperanza", dijo Shlomit Ziv, 35, profesor de la secundaria que ha estado enseñando a niños de 8 años. "El pueblo inmortal, el pueblo judío, ha pasado por épocas muy, muy malas. Pero aquí tenemos ahora un estado, un bello país que a veces comete errores".
La evacuación de Netzarim concluyó la fase más difícil de la retirada de Israel de 21 asentamientos en Gaza. Hablando con periodistas, el mayor Dan Harel, jefe del Comando Sur de Israel, dijo: "Ahora mismo, no quedan asentamientos israelíes en la Franja de Gaza. Los únicos ciudadanos israelíes son las fuerzas de seguridad".
Al amanecer del martes en el remoto y pequeño asentamiento en las colinas de Sanur en Cisjordania, que ya había sido abandonado por sus residentes, entraron 6.000 policías y soldados israelíes en lo que los comandantes describieron como una fuerza abrumadora para expulsar a cientos de manifestantes.
Fuerzas israelíes debieron hacer frente a menos resistencia que la anticipada. Un manifestante utilizaba un megáfono para instar a los soldados a no ejecutar las órdenes, mientras otros ocuparon la sinagoga del asentamiento.
Oficiales israelíes advirtieron que serían más agresivos que en las evacuaciones de Gaza porque Sanur estaba completamente ocupado por manifestantes que se habían congregado para resistir a las fuerzas de seguridad israelíes.
"Queremos terminar lo antes posible", dijo el mayor del ejército Ran Zur, comandante de la compañía cuyo batallón ha debido hacer frente la semana pasada a la resistencia más resuelta de los colonos de Gaza.
"Esa gente no es de aquí", dijo el teniente del ejército Gregory Asmolov. "Vinieron solamente a protestar. Algunos de ellos son incluso delincuentes".
En Gaza, la operación progresó rápidamente después del primer día, y fue por lo general pacífica. Soldados israelíes seguirán probablemente en los asentamientos unas cinco semanas más, desmantelando casas, instalaciones militares y otros restos de casi cuatro décadas de presencia. La Autoridad Palestina tomará control del territorio, un 20 por ciento del territorio de Gaza.
La retirada puso a la orden del día las profundas diferencias entre el movimiento religioso nacional israelí, cuyos adherentes creen que la colonización de territorios es un imperativo religioso, y los partidos políticos más seculares que consideran la presencia de Israel allá como una amenaza a la seguridad y a la viabilidad de su mayoría judía.
Oficiales dijeron que 1.500 israelíes, la mayoría de ellos de Cisjordania, se introdujeron en Gaza en las últimas semanas para servir como reclutas de la resistencia. En los próximos días, los soldados israelíes detendrán a cualquiera que se oculte en los asentamientos evacuados.
Una comunidad de cómodas casas estucadas a lo largo de calles de estilo suburbano, Netzarim era el asentamiento judío más aislado de Gaza, donde han vivido más de 8.500 colonos en los últimos años entre 1.3 millones de palestinos.
El primer ministro Ariel Sharon dijo al comité de asuntos exteriores del parlamento israelí en abril de 2002, que "el destino de Netzarim es el destino de Tel Aviv", sugiriendo que la supervivencia del diminuto asentamiento era tan importante para el futuro de Israel como su metrópolis más grande.
Pero la decisión de Sharon de abandonar Netzarim, así como el resto de Gaza, subrayó el impacto que han tenido casi cinco años de insurrección palestina en las fuerzas de seguridad israelíes. Es también central en el intento de Sharon de definir fronteras nacionales más protegidas sin negociar las condiciones con los palestinos.
Búnkers fortificados pintados con murales de patio de colores pasteles salpican el complejo, que estuvo envuelto el lunes en pancartas que decían "Netzarim Para Siempre" en inglés y hebreo. Pero oficiales israelíes dijeron que defender Netzarim requería un batallón de tropas, o 450 soldados, para una comunidad cuya población es ligeramente mayor que eso. A menos 17 soldados han muerto mientras estaban asignados para proteger el asentamiento en los últimos años, dijeron oficiales militares israelíes, y varios monumentos conmemorativos de ellos se encuentran en numerosos y verdes parques y jardines de juego.
"Han necesitado tantas tropas para ampararlos, para protegerlos durante tanto tiempo", dijo Hagai Dotan, oficial de policía a cargo de la evacuación aquí.
Antes de que empezara la operación hacia las 9 de la mañana, las excavadoras levantaron nuevas bermas de tierra entre las aldeas palestinas y el asentamiento para protegerlo de ataques con armas de fuego. A lo largo del perímetro se apostaron tanques adicionales y vehículos blindados de transporte de personal. Un aeroplano no tripulado zumbaba en el cielo.
Al menos dos colonos israelíes, ambos abuelos, fueron asesinados aquí en los últimos años. Pero de los palestinos que viven a lo largo de sus vallas fortificadas han muerto muchos más, a menudo en tiroteos en el traicionero cruce de caminos cercano.
"El gobierno fundó este asentamiento, y en esa época alguien pensó que era una buena idea", dijo el coronel Cobi Moise, 45, un oficial de la reserva que ha servido frecuentemente en Gaza. "Las cosas han cambiado con los años, y ahora el mismo gobierno democrático quiere retirarse. Es difícil vivir en este lugar, es difícil de proteger -para nosotros y para los palestinos. Si quisiéramos, el ejército podría proteger este lugar durante años. Pero eso no proporciona tanto alivio como la retirada".
A diferencia de las vitriólicas provocaciones observadas en otros asentamientos, aquí los niños repartían helados a las tropas mientras esperaban las evacuaciones. En otras ocasiones, los vecinos apagaron fogatas que habían sido encendidas por los niños y los reprendieron por arrojar piedras contra los vehículos militares. Los niños obedecieron.
Gideon Ehrlich, 66, es un asistente social voluntario en el asentamiento. Profesor jubilado de la Universidad de Bar-Ilan en Cisjordania, Ehrlich es matemático de formación. Su esposa es psicóloga, y la pareja ha estado viajando acá dos veces a la semana durante el año pasado desde el asentamiento de Cisjordania donde viven, para ayudar a los residentes durante la evacuación. Erhlich dijo que había visto un aumento de la ansiedad entre los niños del asentamiento y más discusiones entre los adultos.
"Es una derrota", dijo. "Este es el resultado de la negligencia del gobierno".
Pero Erhlich dijo que la gente de Netzarim no se había enfrentado nunca a los militares. Para esta misión, señaló Erhlich, los soldados desarmados que formaron la primera línea de la evacuación llevaban chalecos y gorras de béisbol azules, los dos adornados con la bandera israelí.
"Sabían que no estábamos peleando contra ellos, pero de todos modos es un uso cínico de los soldados", dijo Erhlich. Los colonos "admiran al estado y la bandera y creen que el ejército es sagrado. Ahora no se pueden convencer de pelear contra ellos".

Karl Vick en Cisjordania contribuyó a este reportaje.

23 de agosto de 2005
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el último palestino


[Hussein Agha y Robert Malley] Abu Mazen es quizás la última esperanza de los palestinos.
Del mismo modo que su ascenso político dio forma al paisaje palestino contemporáneo, la muerte de Yasser Arafat lo transformará fundamentalmente. Arafat era único y se ajustaba particularmente a las condiciones de su pueblo tras la guerra de 1948: derrotado, desposeído, y disperso, sin un estado que lo defendiera, un territorio que lo contuviera o una estrategia política que lo uniera. Los palestinos estaban divididos por familia, clases y clan, dispersos en toda la región y más allá todavía, explotados por los objetivos contradictorios de muchos y presa de las ambiciones de todos. A fuerza de historia y personalidad, carisma y astucia, engatusando y amenazando, suerte y mera perseverancia, Arafat llegó a representarlos igualmente y a emerger como el rostro del pueblo palestino, ante ellos y ante el mundo.
El principal objetivo de Arafat era la unidad nacional, sin la cual creía que no se podría alcanzar nada. Era el puente entre los palestinos en la diáspora y los de dentro, entre los que fueron desposeídos en 1948 y los que fueron ocupados en 1967, palestinos de Cisjordania y de la Franja de Gaza, jóvenes y viejos, ricos y pobres, estafadores y trabajadores honestos, modernistas y tradicionalistas, militaristas y pacifistas, musulmanes y laicos. Era un líder nacional, hombre de tribu, patriarca de la familia, empleador, samaritano, jefe de un movimiento nacionalista laico, y profundamente dedicado a todo ellos a la vez, aspirando a ser su personificación más destacada de cada uno de esos grupos disparatados, incluso cuando tenían ideas opuestas. Su estilo fue a menudo criticado y menospreciado, pero su preeminente posición fue rara vez cuestionada. No es probable que algún dirigente palestino pueda reproducir su clase de política, ciertamente no bajo las condiciones de la ocupación, e incuestionablemente, no ahora.
El hombre elegido para sucederlo es diferente en casi todo, excepto en un crítico aspecto. Abu Mazen es, como Arafat, una rareza: un personaje palestino genuinamente nacional. Pero lo es de una manera radicalmente diferente. Donde Arafat alcanzó prestigio nacional identificándose y perteneciendo a cada simple electorado e interés faccional, Abu Mazen lo consigue sin identificarse con nadie. Arafat se sumergía en la política local; Abu Mazen flota sobre ella, sirviendo sólo al movimiento nacional como un todo. El Viejo, con infatigables bravatas, gobernó por medio de una arrolladora y abrumadora presencia retórica y física. Modesto y sobrio, hombre de pocas palabras pero muchos hechos, el nuevo presidente ha construido su carrera huyendo de los focos. Nació en lo que hoy es Israel en 1935 y lo abandonó en 1948. Miembro fundador de Fatah, secretario general del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina OLP, asesor de Arafat y principal negociador entre bastidores en la Conferencia de Madrid en 1991 para los Acuerdos de Oslo en 1993, tuvo a menudo influencia, pero fue rara vez visible. Hasta ahora, su único roce con el cargo público fue su breve nombramiento como primer ministro en 2003. Con la muerte de Arafat, la política de las pesas ha terminado, para dejar entrar la política del toque ligero.
Arafat vivía en un mundo borgesiano donde una cosa y su opuesto podían cohabitar en el mismo punto del espacio y el tiempo, donde lo que importaba era el impacto del lenguaje, no el significado real de las palabras y donde los mitos se combinaban con los hechos para producir realidad. El mundo de Abu Mazen está más enraizado en lo que es familiar y reconocido por la mayoría de la gente como el orden de las cosas. Su lenguaje pertenece a la variedad aceptable y cotidiana, su realidad está mucho menos animada por los fantasmas del pasado. En lugar de la política de lo ambiguo y la intensidad creativa, él representa la política de una clara y fría racionalidad.

2
Abu Mazen es un político por convicción, lo que hasta hace poco no quería decir mucho sobre un político. Su conducta es rara vez intrigante; es, si algo, una pura extensión de su compostura emocional y temperamental, un rasgo que da cuenta de sus muchos éxitos y no pocos reveses. Guiado por un profundo sentido de lo ético, la repugnancia por la mera conveniencia política y una exagerada confianza en el poder de la razón, rara vez se da por vencido o ataca cuando es rechazado o desdeñado. Convencido de que tiene la lógica y la razón de su lado, e igualmente convencido de que la lógica y la razón son las facultades que guían a los demás, esperaría más bien pacientemente hasta que la gente, a su debido tiempo, viera las cosas como él. Tiene poco de manipulador, embustero o conspirador, lo que quizás explica por qué es implacable con las manipulaciones, engaños y conspiraciones de otros. Esa fue la clave que hizo bascular su relación con Arafat: porque él no dudaba en oponerse al Viejo, prefería la reclusión al enfrentamiento o al compromiso; porque incluso cuando se enfadaba, Arafat sabía que, a diferencia de muchos de sus colegas, los motivos de Abu Mazen eran sinceros antes que oportunistas, y por eso nunca perdió la confianza en él y lo perdonó casi siempre.
Abu Mazen es también un musulmán profundamente devoto. Inspirado por el islam, pero alérgico a su papel en la política, reza diariamente y ayuna para Ramadán, pero no fomenta ninguna de las dos, creyendo que la religión es un asunto de creencias privadas, no de exhibición pública, menos todavía de regulación pública. En sus tratos ahora regulares con líderes de Hamas o la Yihad Islámica, esto le da un inconfundible filo; está convencido de que no es menos musulmán que ellos, y cuando se reúne con un político auto-proclamado islámico, lo ve como político, no como musulmán.
Todavía más importante, conserva un núcleo de principios de los que no le gusta apartarse y sobre los cuales no hace compromisos. En el otoño de 1999, en las secuelas de la elección de Ehud Barak como primer ministro israelí, presentó a los funcionarios estadounidenses una propuesta directa para un acuerdo final: un estado palestino dentro de las fronteras al 4 de junio de 1967; Jerusalén Este como su capital; y el reconocimiento del principio del derecho de los refugiados a retornar. Dentro de esos ‘parámetros' y en conformidad con la legalidad internacional, no dejó espacio para discusión. Habría canjes menores y equitativos de tierra para tomar en cuenta a algunos asentamientos israelíes; disposiciones para permitir a los judíos un acceso libre de obstáculos a sus sitios sagrados; y el derecho a retornar sería implementado de una manera que no amenazara los intereses demográficos de Israel. Pero la aceptación previa de la propuesta básica era lo más importante, porque sin ello no habría ni legitimidad internacional ni una paz justa. Estados Unidos e Israel ignoraron su propuesta. Las negociaciones avanzaron como a lo largo del pasillo de un mercado de posturas y tratos, indiferente ante cualquier principio fundamental: los porcentajes de territorios de Cisjordania que debían ser devueltos por Israel variaron furiosamente, así como la propuesta asignación de soberanía sobre Jerusalén Este y el número de refugiados que podrían reasentarse en Israel.
Este modo de negociación era anatema para Abu Mazen, que creía que nada bueno saldría de las negociaciones, pensando que era contraproducente para los palestinos y, en la medida en que despertaba expectativas falsas sobre el alcance de posibles compromisos palestinos, deshonesto con los israelíes. Además, cuando su sugerencia en la primavera de 2000 de negociaciones secretas entre no funcionarios de cada lado fuera rechazada por Barak y otros menos convenientes funcionarios palestinos fueron elegidos para llevar las negociaciones, él esencialmente se excluyó a sí mismo.

Descontento con la marcha de las negociaciones hasta la cumbre de Camp David, Abu Mazen se opuso vehemente al estallido de violencia que siguió. La violencia le sorprendía como inútil y poco razonable, equivalente a usar la más frágil arma palestina para atacar el flanco más fuerte de Israel. Abu Mazen miraba la violencia en términos de costes y beneficios, y mientras los costes eran altos, los beneficios eran pocos: los israelíes cerraban filas, Estados Unidos tomaba partido, la comunidad internacional volvía la espalda, y la Autoridad Palestina se desmoronaba. En lugar de eso, creía que el objetivo debía ser iniciar conversaciones con varios grupos políticos israelíes, usar un lenguaje que Washington pudiera entender, y atraer al mundo a la causa palestina. Para ese fin, los palestinos deben estabilizar la situación, restaurar la ley y el orden, contener a todas las milicias armadas, construir instituciones centralizadas transparentes y legítimas y, sobre todo, cesar los ataques armados contra Israel. En su visión, los medios y los fines se entrelazan si los palestinos presentan un caso justo, tendrán una audiencia justa. De la moderación palestina saldrá tanto un mayor apoyo internacional como una mayor receptividad de la opinión pública israelí a demandas lógicas.
Su creencia en la persuasión y los principios por sobre la presión violenta es una posición arriesgada y, para muchos palestinos, imprudente. Según lo ven, los palestinos no militarizaron el conflicto, sino Israel; cuando se alcanzaron treguas tentativas e informales, Israel las violó; y si los palestinos dejaban de pelear, se desarmarían unilateralmente, eliminando toda presión para que Israel hiciera compromisos.
La opinión diferente de Abu Mazen se ha formado durante su larga experiencia con Israel. Como parte del triunvirato de la OLP, junto con Yasser Arafat y Khalil El-Wazir (Abu Jihad), supervisó los contactos con los israelíes desde mediados de los años setenta. Aunque estos contactos empezaron con activistas anti-sionistas marginales, gradualmente llegaron a incluir a árabes-israelíes, la izquierda sionista, antiguos oficiales moderados, y miembros del Partido Laborista. Tras los Acuerdos de Oslo, Abu Mazen extendió su alcance para incluir a fuerza menos obvias pero, a sus ojos, más relevantes: el Likud y los judíos ortodoxos. De esos intercambios concluyó que la sociedad israelí era tanto intrigantemente compleja en sus divisiones y cautivantemente simple en sus aspiraciones, que eran volver a la normalidad y a la seguridad. Si se les ofrecía ese resultado, los israelíes, en su opinión, estarían dispuestos a hacer las concesiones necesarias para una paz estable y justa -una convicción que pareció a algunos palestinos como el colmo de la ingenuidad, a otros el pináculo del pragmatismo.

3
Abu Mazen, un hombre sin un apoyo genuino, se ha transformado en un hombre sin una oposición efectiva. Esto, en gran parte, explica su ruta fluida e incontestada hacia el poder. Cuatro años de un agotador y devastador enfrentamiento con Israel y con la pérdida del único líder que han conocido, los palestinos se encuentran consternados, con miedo y cansados. Ni la opinión pública ni ningún grupo significativo del electorado está de ánimos para pelear; Abu Mazen, que no fue la primera opción de ningún electorado en particular, fue la opción natural de todos. Hoy es el último palestino con estatura nacional y credenciales históricas, el único que puede hablar auténticamente a nombre de todos. Cualquier otro líder habría sin duda provocado una prolongada, costosa y divisiva lucha por la sucesión. En resumen, su elección fue menos un ejercicio en conferir legitimidad que en confirmarla.
A su alrededor se ha reunido una multitud de intereses divergentes. Los palestinos que temían que la muerte de Arafat acarreara más caos, ven en Abu Mazen el reconfortante símbolo de la seguridad personal y la estabilidad colectiva. Para los muchos que están simplemente agotados por la intifada, es visto como el que con más probabilidad traerá calma y quizás incluso alguna mejora de su situación. Para los militantes perseguidos por Israel, podría ser el líder con el que negociar una amnistía que les permitiría volver a llevar vidas normales. Miembros de la comunidad empresarial y la elite social creen que él entiende sus necesidades y puede crear un clima más comprensivo de sus intereses comerciales. Miembros de la atrincherada burocracia que creció junto con la Autoridad Palestina, resentidos de las pérdidas sufridas desde la insurrección, tienen esperanzas de que Abu Mazen los vuelva a la posición de que disfrutaban después de 1993. Para los refugiados palestinos y miembros de la diáspora, preocupados de que sus intereses sean descartados una vez se reinicien las negociaciones, sus orígenes en lo que hoy es la ciudad israelí de Safad, su pasado de lucha política fuera de los territorios, y su largo apoyo del derecho a retornar les ofrece alguna confianza. Luego están los que han cerrado filas en torno a la persona considerada ungida por la única potencia de verdad, Estados Unidos, aunque su preferencia es de hecho el reflejo de las imaginadas preferencias de otros.

Las circunstancias procuran extraños compañeros de ruta. Con la planeada retirada de Israel de la Franja de Gaza, la desconfianza entre los palestinos de Cisjordania (que temen que Gaza siga su propio camino) y los de Gaza (que temen que sus contrapartes traten de estorbar la retirada) ha alcanzado nuevas alturas. Sin embargo, los dos lados se han reunido en torno a Abu Mazen, que es visto como no estando comprometido con nadie y por eso ninguno lo considera una amenaza. Algunos pensaban que los jóvenes miembros de Fatah lo rechazarían, pero la sucesión llegó demasiado pronto y rechazar la dirigencia establecida de un movimiento ya profundamente dividido habría sido demasiado oneroso. En lugar de eso, los supuestos futuros líderes vieron en Abu Mazen a alguien no afiliado con ninguna facción en particular, garante de la continuidad y, sobre todo, un personaje de transición óptimo durante cuyo gobierno se podrían preparar otros para sucederle. Entretanto, los leales al viejo Arafat, preocupados por sus posiciones -como miembros del Comité Central de Fatah- se aferran a él como un seguro contra las sospechadas ambiciones de estos recién llegados.
Hamas y Yihad Islámica están conscientes de que el programa de Abu Mazen es incompatible con los suyos, que él rechaza la violencia y la existencia de milicias armadas. Pero han vivido con él antes, y tienen confianza en que lo pueden hacer de nuevo. Creen que conocen sus maneras: co-optar, no aplastar. Convencidos de que Israel no le dará una posibilidad justa y que por eso fracasará, pueden permitirse esperar hasta la siguiente ronda, al mismo tiempo que sacan ventaja de un merecido descanso. En lo que se refiere a Estados Unidos, Israel, Europa y los países árabes, Abu Mazen no sólo cree en los programas que dice que llevará a cabo -terminar los ataques armados, construir instituciones palestinas, reafirmar el imperio de la ley- sino, todavía más importante, es visto como el único palestino remotamente capaz de lograrlo.
Entre esta amplia gama de electorados domésticos e internacionales, los que apoyan completamente su visión política son pocos y los que creen que él finalmente verá las cosas como ellos, muchos. Pero de momento, Abu Mazen puede hablar y actuar con relativa libertad, sin duda con más libertad de la que él mismo y otros esperaban. Debido a que ellos se han acercado a él antes que él a ellos, se encuentra sorprendentemente bajo poca presión de los mismos grupos a los que Arafat trataba perpetuamente de apaciguar y que, a su vez, trataban de atarlo de manos. Los centros de poder concurrentes que han existido alguna vez, están ahora durmientes, incapaces o no dispuestos a formar un oposición organizada y efectiva. Quizás más importante, ha alcanzado esta posición porque sus inclinaciones políticas, más que las de cualquier otro líder palestino hoy, están en armonía con las prioridades inmediatas de su pueblo: la seguridad y la aspiración a llevar vidas normales, libres del temor a ataques israelíes y bandas palestinas; progreso material y reinicio de actividades económicas básicas; y libertad de movimiento, la capacidad de circular nuevamente sin constantes puestos de control, toque de queda y humillaciones. Irónicamente, los palestinos ahora aspiran a muchas de las condiciones que prevalecían antes de la intifada, condiciones que en gran parte la provocaron, y que, en sus mentes, Abu Mazen está mejor equipado para restaurarlas.

4
Ariel Sharon ha ganado la actual ronda del conflicto palestino-israelí. Su objetivo de toda la vida era que los palestinos se cansaran de su lucha nacional. Provocar el empobrecimiento y la desesperación del pueblo palestino no fue nunca su propósito, pero veía ese resultado como un pre-requisito para desviar la atención de los palestinos de los temas políticos hacia asuntos mundanos de interés más inmediato y cotidiano. Parece haber logrado esta ambición, un resultado Abu Mazen largo tiempo pronosticado, que explica por qué al principio mismo de la intifada armada en 2000, llamó a ponerle fin. La insurrección, advirtió, perjudicaría más a los palestinos que a los israelíes; en última instancia, volverían al punto de partida, terminar con la insurrección y reconstruir sus vidas, sólo más divididos, aporreados y aislados que antes.
El exhausto palestino convenía los propósitos de los dos hombres, aunque difieren fuertemente en lo que quieren hacer con él. A ojos de Sharon, proporciona un bienvenido medio de despolitizar el movimiento nacional palestino; a los de Abu Mazen, es una fase necesaria antes de que la nación palestina pueda ser re-politizada sobre nuevas bases.
El presidente palestino tiene pocas esperanzas de que se pueda lograr un acuerdo total con Ariel Sharon. Hay demasiadas cosas que los separan, y no es la menor la preferencia del primer ministro por un acuerdo interino de largo término en el que los temas difíciles, como las fronteras definitivas, la jurisdicción de Jerusalén y el destino de los refugiados, sean pospuestos indefinidamente. Con nociones tan diferentes, el período inmediato no es propicio para un acuerdo bilateral, sino para medidas unilaterales, en el que Israel se retire de Gaza y del norte de Cisjordania y los palestinos pongan orden en su casa. Las negociaciones para un acuerdo permanente sigue siendo su objetivo, pero no piensa que el otro lado esté preparado para eso. Reconstruyendo las instituciones palestinas y el movimiento nacional mismo, renunciando genuinamente a la violencia, remozando los lazos internacionales y articulando claramente exigencias palestinas inalterables y básicas, cree que el período post-Sharon puede estar preparado para eso o incluso más y que, en el entretanto, su pueblo cosechará los beneficios de una tranquilidad recobrada y largo tiempo esperada.

Incuestionablemente, es una apuesta. El apoyo de Abu Mazen es tan amplio como variable, un reflejo de las circunstancias mucho más que de adherencia a su persona o programa. El estado de conmoción actual de los palestinos probablemente pasará, sus temores se apaciguarán y su terminará su fatiga, momento en el que es probable que se hagan oír exigencias más políticas -que Israel deje en libertad a los prisioneros palestinos, ponga fin a la construcción de asentamientos o termine la ocupación. A medida que pase el tiempo, inevitablemente habrá que optar, y hacerse de enemigos. Algunos que lo apoyan tibiamente, romperán filas, surgirá el fantasma de una oposición efectiva y organizada, y se oirán renovados llamados a la violencia. Abu Mazen espera que para entonces habrá producido beneficios tangibles bajo la forma de estabilidad, orden, mejores condiciones de vida, y libertad de movimiento, acumulando un capital político más rápidamente de lo que lo gasta y compensando la pérdida de apoyo de algunos electorados con la consolidación del apoyo de otros.
Para lograrlo, Abu Mazen está descansando pesadamente en el apoyo de la comunidad internacional, principalmente de Estados Unidos, para ir más allá de un mejoramiento material e inmediato de las condiciones de vida de los palestinos. Terminar con la violencia e implementar reformas institucionales son causas en las que cree profundamente y que llevará a cabo por el bien del pueblo palestino, no importa qué ocurra. Pero también ve un importante beneficio secundario, que es poner a prueba al presidente Bush y confrontarlo con sus propias palabras. Bush ha dicho más de una vez que la contención de los grupos militantes y la democratización de la sociedad palestina conduciría a la solución de los dos-estados. Si los palestinos abandonan sus objetivos, espera Abu Mazen, Estados Unidos tendrá que cumplir con su palabra, ejerciendo presión sobre Israel para que haga las concesiones políticas que necesitará urgentemente hacer.
Abu Mazen también depende de cambios en Israel, y espera que la situación más tranquila que creará puede conducir a presiones internas para un acuerdo comprehensivo, en oposición a la satisfacción popular con el status quo. Si se puede lograr eso con suficiente rapidez, la impaciencia palestina puede ser manejada, y se podrá evitar un retorno al conflicto armado. En resumen, debe lograr de Israel y de la comunidad internacional suficiente movimiento lo suficientemente pronto si no se quiere que los palestinos finalmente se cansen también de él. Sabe que esta es precisamente la maniobra que intentó en vano durante su poco exitoso período como primer ministro, si bien con tres cruciales diferencias: Arafat ya no está, los palestinos están más dispuestos a dar una posibilidad a Abu Mazen, e Israel y Estados Unidos han tenido tiempo de aprender de ese desafortunado precedente.
También en esto la diferencia con Arafat es palpable. Mientras Abu Mazen está donde está hoy debido a que el ánimo popular sintoniza con el suyo, Arafat estuvo donde estuvo tanto tiempo debido que trabajaba infatigablemente para seguir sintonizado con los ánimos populares. Al participar activamente en cada electorado palestino interno, Arafat se aseguraba que su prestigio fuera independiente de las circunstancias; situándose encima de las riñas, Abu Mazen se asegura que su status quede ligado inextricablemente a ellos. Abu Mazen goza de un poder que es a la vez casi absoluto y más probablemente temporal. Aliviado de la necesidad de satisfacer las exigencias de cada electorado, su margen de maniobra es considerablemente amplio. Pero si cambia la opinión prevaleciente, si Estados Unidos no presiona a Israel, o si Israel no responde, el consenso que se ha formado tan rápidamente en torno a él se evaporará con la misma rapidez.

Tiene que hacer frente a dos retos adicionales y paradójicos. Primero, porque su principal capital es el crédito internacional más que la credibilidad interna, y porque los palestinos están convencidos de que Estados Unidos pueden obtener de Israel lo que ellos mismos no pueden, finalmente se esperará más de él que de Arafat. Segundo, en la medida en que su poder es sobre todo el resultado de la fatiga popular, mientras más éxito tenga en mejorar la situación, más riesgos corre de que su plataforma de apoyo se resquebraje.
Entre las potenciales minas, hay dos que están a la vuelta de la esquina. La primera es la retirada de Israel de Gaza. Esto no es algo a lo que él se pueda oponer: la tierra está siendo devuelta a los palestinos y, por primera vez en la historia del conflicto, los asentamientos serán evacuados. Gaza, libre de la presencia de Israel, puede ser reconstruido y servir como modelo para el resto de los territorios ocupados. Pero es también algo que no puede permitirse acoger con entusiasmo: muchos palestinos temen que con todos los ojos volcados sobre Gaza, la retirada sea acompañada por un mayor fortalecimient de los bloques de asentamientos dentro de Cisjordania, más construcciones israelíes en la estratégica área de Jerusalén y la continuada construcción del muro de separación, todo parte de un sospechado plan más amplio para imponer fronteras de largo plazo de facto que dividirá a Cisjordania en cantones. Guardando el equilibrio entre esas dos consideraciones, es probable que Abu Mazen elogie la retirada de Gaza como un logro que es parte de la hoja de ruta y mantenga cualquier coordinación con los israelíes a un mínimo, conservando el interés internacional en Cisjordania.

La segunda mina es una que sabe que está a la vista: una propuesta israelí para fundar un estado palestino con fronteras provisionales en Gaza y partes de Cisjordania. Ansioso de un logro político, y obsesionado con el imperativo de la construcción de instituciones, Estados Unidos y Europa probablemente exigirán su aprobación; incluso se espera que algunos países árabes, desesperados por la estabilidad y cualquier signo de progreso, se unan al coro. Pero lo que algunos ven como una concesión israelí, Abu Mazen lo ve como una trampa, un intento de aminorar el conflicto, de privarlo de su poder emocional, reducirlo a una disputa de fronteras simple y controlable, y retrasar un acuerdo comprehensivo. Luchará por encontrar un modo que no aleje a importantes auspiciadores internacionales ni lo aleje de profunda convicción de que la propuesta es una treta -aunque cómo puede hacer las dos cosas en este momento no lo sabe ni él.

5
Indudablemente, el poder lo afectará, como afecta a todos los que prueban. Desde ya, tiene que adquirir, o simular, un gusto por la oratoria y el contacto físico por los que Arafat era famoso. Más ampliamente, su supervivencia política requerirá el tipo de peligroso acto de equilibrio que siempre desdeñó y dejó en general al Viejo: concentrándose sen mejoras materiales sin dejar de lado los temas políticos; conservar la confianza israelí y americana sin perder la de Hamas o de la Yihad Islámica; disciplinar las milicias armadas, sin aplastarlas; acercarse a la vieja generación, sin enajenar a las nuevas; mantener la unidad de Fatah sin ser paralizado por ella; poner fin a la violencia sin que parezca sumisión ante Israel -y, por supuesto, alejarse del legado de Arafat, sin romper con él. Con el tiempo, el principal reto será si puede reconciliar las numerosas expectativas que personifica y canalizar el tibio apoyo del que disfruta de otros grupos concurrentes en apoyo activo de sí mismo y sus medidas. En este sentido, los resultados de las elecciones sobreestiman y subestiman a la vez su fortaleza: más de 60 por ciento que lo votó, no comparte su plataforma, y más del 30 por ciento no le votó, no constituyen una oposición unificada, coherente o efectiva.
También hay una serie de preguntas sin respuesta. ¿Qué pasará si Abu Mazen no puede proporcionar lo que exigen Israel y Estados Unidos? ¿Qué pasaría si Abu Mazen no es capaz de llegar a un acuerdo con Hamas, la Yihad Islámica y los militantes de Fatah, o si alcanza un acuerdo, pero no se mantiene, o si se mantiene pero Israel continúa los ataques bélicos? ¿Qué pasaría si se rompe el frágil consenso político a su alrededor o si estallan conflictos internos?
Durante su efímero mandato como primer ministro en 2003, en una época en que gozaba del apoyo de Estados Unidos, la ayuda de Naciones Unidas, Europa y de gran parte del mundo árabe, preguntamos en estas páginas por qué, en medio de semejante multitud, se sentía tan solo.* Operaba entonces son apoyo popular, con una importante oposición, y a la sombra de un padre fundador y posesivo. Un año y medio más tarde, el padre ya no está y los electorados palestinos se vuelcan ahora hacia Abu Mazen y confían en él. Se ha transformado en el objeto de numerosos reivindicaciones, a menudo incompatibles. Un protector y salvador, una figura de transición y la última esperanza de una generación, el diablo para algunos y el menor de los males para otros: para los palestinos, Abu Mazem es todo esto a la vez. Hay mucha gente ahora, y ciertamente ya no está solo. Cuando piensa en lo que queda por hacer, a veces se pregunta de dónde vendrán sus electores, cuánto tiempo lo apoyarán, y qué ha hecho para merecer su abundante y a menudo molesta compañía.

Notas
[*] ‘Three Men in a Boat' The New York Review, 14 Agosto 2003.

12 de enero de 2005
12 de marzo de 2005
©new york review of books
©traducción mQh

suspenden expropiaciones en jerusalén


[Joan Cañete Bayle] Derogación de una iniciativa polémica. La fiscalía israelí dice que la ley de los ausentes no puede aplicarse en la ciudad. El gobierno de Sharon retrasa el traspaso de cuatro ciudades cisjordanas.
Jerusalén, Palestina. El fiscal general israelí, Menachem Mazuz, ordenó ayer al Gobierno de Ariel Sharon que suspenda la aplicación en Jerusalén Este de la ley de los ausentes, una legislación de 1950 por la cual el estado hebreo confisca, sin el pago de indemnización, tierras e inmuebles en la ciudad santa propiedad de miles de palestinos que no residen en ella. En un informe de cuatro páginas, Mazuz afirma que la aplicación de la ley podría tener "graves consecuencias diplomáticas" para Israel.
De esta forma, Mazuz revoca la polémica decisión de la comisión ministerial de Jerusalén, dependiente del ministerio de Finanzas de Binyamin Netanyahu, de aplicar en la parte árabe de la ciudad la legislación con la que el Estado hebreo se apropió de los inmuebles de los árabes expulsados tras la guerra de 1948. En virtud de la ley, los palestinos que viven en Cisjordania y ya no pueden acceder sin permisos a sus bienes en Jerusalén se habían convertido en ausentes técnicos.
Mazuz afirma que la aplicación de la ley en Jerusalén habría sido prohibida por el Tribunal Supremo y que viola la legislación internacional "en un asunto en el que el interés de Israel es, claramente, evitar abrir nuevos frentes en el mundo". Mazuz se hace eco de la irritación que la ley había generado en la Casa Blanca, que la consideró un obstáculo innecesario en momentos en los que el proceso de paz parece estar reviviendo, a pesar del rebrote de la violencia que se ha dado en Gaza.

Morteros
Ayer, los milicianos palestinos volvieron a disparar morteros contra los asentamientos, como respuesta a la muerte, el lunes, de una niña de 10 años que falleció de un tiro en la cabeza en el campo de refugiados de Rafah. A pesar de que fuentes palestinas anunciaron ayer la detención de un palestino acusado del disparo a la menor, Hamás y el resto de milicias no se creen ni ésa ni la versión israelí de que la pequeña murió de una bala perdida que disparaban los peregrinos para celebrar su regreso de La Meca. Las facciones armadas emitieron un comunicado conjunto en el que se arrogaron el derecho a responder a los actos de violencia israelís. Una variante del ojo por ojo que, aseguran las milicias, no rompe el alto el fuego de facto que acordaron con el presidente de la ANP, Abú Mazen.
No lo ve igual el ministro de Defensa israelí, Shaul Mofaz, que el lunes por la noche comunicó a Mohammed Dahlán --el representante de Abú Mazen en materia de seguridad-- el retraso del traspaso de la seguridad de cuatro ciudades de Cisjordania, previsto para esta semana. Mofaz exigió a Dahlán que la policía palestina use métodos más expeditivos para evitar los ataques en Gaza. Entretanto, en Hebrón las autoridades israelís volvieron a reprimir una manifestación contra el muro.

La Cumbre
A pesar de ello, la ANP ya está trabajando para la cumbre del próximo día 8 entre Abú Mazen y Sharon. Según fuentes palestinas, Abú Mazen planteará cuatro exigencias básicas: liberación de los prisioneros palestinos, un alto el fuego mutuo, retirada de las tropas israelís a las fronteras anteriores a la Intifada y coordinación de la evacuación de los asentamientos de Gaza.

2 de febrero de 2005
©periódico
©traducción mQh

alcaldes contra elecciones


[Tom Kreling y Guus Valk] Alcades rechazan folleto de ministerio.
Rotterdam, Holanda. Un folleto del ministerio del Interior enviado a los 483 alcaldes esta semana, ha provocado la irritación de la asociación de alcaldes. Según la organización profesional y laboral Asociación Holandesa de Alcaldes NGB, en el folleto el ministro De Graaf (de Renovación Administrativa, D66) causa erróneamente la impresión de que el sistema de alcaldes elegidos ya es un hecho.
En el folleto ‘El nuevo alcalde', el ministerio explica por qué se debe implementar el cargo de alcalde elegido y cómo se elegirá a los nuevos en 2006. El ministro De Graaf quiere que los alcaldes sean elegidos en todos los ayuntamientos. Según el proyecto de ley presentado en noviembre del año pasado, los alcaldes actuales serán despedidos. Pero sí pueden presentarse de candidatos para un nuevo mandato.
En la introducción del folleto, De Graaf escribe que "un alcalde con más atribuciones pero sin un mandato de los ciudadanos" no satisface "las exigencias de la democracia local moderna. Los ciudadanos quieren determinar ellos mismos quién será su presidente local". En el folleto se detallan también a qué reglas de integridad y campaña los candidatos deben satisfacer.
Según el presidente J.J.H. Pop, de la AHB (y alcalde de Haarlem), el folleto ha sido mal recibido por los miembros de su asociación. "El ministerio hace como si el alcalde elegido ya fuese un hecho, pero aún falta mucho para eso".
La Cámara Baja no ha tomado todavía una decisión sobre la introducción del alcalde elegido. Los partidos de oposición se oponen el plan. El PvdA quiere que el alcalde sea elegido por la junta del ayuntamiento. También los partidos de la coalición de gobierno CDA y VVD tienen algunas objeciones con el alcalde elegido. El CDA opina, siguiendo a la asociación de alcaldes y a la Federación de Ayuntamientos Holandesa VNG que su introducción brusca en 2006 va demasiado rápido.
El presidente Pop dice tener "hace un tiempo la impresión de que las objeciones de los gobiernos locales contra la introducción del alcalde por elección de momento no es oído por el gobierno".
Entretanto dos alcaldes han decidido no esperar hasta la posible introducción del alcalde elegido. Los alcaldes Meijers, de Onderbanken, y Van der Hurt, de Oud-Beijerland, renunciarán dentro de poco a sus funciones por cuestión de principios. "Tenemos que adaptarnos a la ligereza que domina la sociedad. Yo no quiero".

1 de febrero de 2005
©nrc-handelsblad
©traducción mQh