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acusadas de narcotráfico


[Eugenio Martínez Ruhl] Reclamo por dos modelos argentinas acusadas de narcotráfico en España.
Las dos jóvenes, de 21 años, están presas desde octubre en Barcelona. Al manager que las llevaba le encontraron 18 kilos de cocaína. Y a ellas las consideran cómplices. La familia insiste en que son inocentes, pide que las liberen y se queja de la actuación del Consulado.
Dicen que viajaron a España con toda la ilusión. Según cuentan sus padres, Belén y Jésica, de 21 años, creían que se trataba del comienzo de sus carreras en el modelaje. Pero el 29 de octubre del año pasado, a la ciudad de Barcelona sólo la pudieron observar desde el avión en el que aterrizaban, ya que al bajar fueron detenidas por la policía. Al representante de la agencia de modelos que les había propuesto el viaje y las acompañaba le encontraron 18 kilos de cocaína en sus valijas, y ellas quedaron implicadas como posibles cómplices.
Tras más de dos meses de esperar en silencio la liberación que los abogados en España prometían "inminente", la familia de las chicas denunció ayer la situación por la que atraviesan. Alicia Hermann, madre de Jésica Almada, contó a Página/12 que su hija "viajó porque este hombre le había prometido que iba a hacer una producción de fotos para una importante tienda de ropa de allá. Era el segundo viaje que hacía con él y estaba reembalada con el proyecto".
El directivo de la agencia de modelos, al que las familias de las chicas conocían como Fernando Pano, fue detenido cuando transitaba con Belén y Jésica por el Aeropuerto de Barcelona. Según los padres y la defensa de las modelos, ellas no sólo desconocían que el hombre llevaba droga en las valijas sino que en las maletas de ellas no se halló nada sospechoso. Sin embargo, la Guardia Civil también se las llevó y las alojó en la Penitenciaría de Mujeres de Barcelona, a disposición de la Justicia.
El abogado de Belén, Pablo Mandirola, sostuvo ayer desde Barcelona que sobre las chicas pesa un pedido de procesamiento, que ellos recurrieron porque "consideramos que no han cometido ningún delito. La droga se le incautó a Pano, que era subdirector de la agencia de modelos. Las chicas no tenían nada en su equipaje ni sabían nada de la historia".
"Ellas no llevaban nada, viajaban con una valija cada una y este señor, con cuatro. Además, él declaró que ellas no tienen nada que ver. Por eso creemos que mañana (por hoy) se puede dictar el sobreseimiento", afirmó el letrado.
El cónsul argentino en Barcelona, Eduardo Leoni Patrón Costa, calificó como "terrible" la situación que viven las modelos, y aseguró que fue a visitarlas a la cárcel "algunas veces". "El Consulado tiene que esperar la resolución que tome el juez. Por supuesto nos interesa que todo salga adecuadamente, que puedan recuperar la libertad y demás, pero hay tiempos y no es fácil...", explicó, antes de excusarse: "Mucho más no puedo decir".
Sin embargo, la familia de Belén se mostró disconforme con la actuación del Consulado. Claudia Tellez, la mamá, se quejó de que "se ocuparon del caso sólo al principio, cuando fueron a visitar a las chicas a la prisión. Pero ahora hace varias semanas que no hablan con nosotros, no nos llaman", dijo a este diario.
Lo cierto es que tanto la familia de Jésica como la de Belén viven una pesadilla, que se extendió mucho más de lo que todo parecía indicar. El pasado 28 de octubre las fueron a despedir a Ezeiza, con la certeza de que pocos días después las irían a buscar al mismo lugar.
"Lo único que nos hace seguir adelante son las conversaciones diarias que podemos tener con Belén. Eso nos da la fuerza todos los días, porque nosotros sentimos que desde acá, en Argentina, estamos atados de pies y manos. Ya no sabemos qué hacer. Si tuviéramos medios ya hubiéramos ido a España, pero no los tenemos y desde el Gobierno nadie nos ofreció ayuda en ese sentido", relató angustiada la mamá de Belén.
Ambas chicas habían comenzado a trabajar en la agencia Webmodels el año pasado, y Jésica ya había realizado un viaje anterior hacia España con Pano, donde realizó una sesión de fotos como parte de una supuesta preselección. En esa primera experiencia, Pano había cumplido con todas las promesas: pago en tiempo y forma y soporte de viaje y estadía.
"Hasta el viaje de octubre, esta persona no había faltado a su palabra. De hecho, algunas fotos que le habían sacado a Jésica durante un viaje a Salta organizado por la agencia salieron publicadas en las revistas Quién y Saber Vivir. Todo eso nos llevó a confiar en él", explicó Alicia.
Apenas ocurrida la detención, el Estado español le asignó un abogado de oficio a cada una de las jóvenes. Tras algunos días sin novedades, los Tellez decidieron contratar a Mandirola para que se hiciera cargo de la defensa de Belén, mientras que la familia de Jésica mantuvo al oficial. Sin embargo, ahora enviaron un pedido por carta para que la Justicia ibérica asigne otro. "Ella nos dice que, teniendo en cuenta la situación, está bien, la tratan bien. Pero nos pide que la traigamos rápido. Está convencida de que va a quedar libre pronto, pero en la cárcel escuchó que el abogado que le asignaron no es bueno, por eso nos pidió que solicitáramos el cambio", manifestó su madre.
Primero siguieron los consejos del Consulado, donde les explicaron que no era conveniente hacer público el caso, y después el de las defensas, que aseguraban que lograrían un rápido sobreseimiento. Ahora, las familias Tellez y Almada, a dos meses y medio de la detención de las chicas, decidieron romper el silencio.

10 de enero de 2007
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no abandones a tu vieja


Nunca abandones a tu vieja. A juicio por dejar a su madre en estado calamitoso.
La madre, de 64 años, no recibía ayuda de su hijo. La internaron, murió y ahora el hijo fue detenido y va a juicio oral.
A los vecinos de Dorrego 663 todavía les queda en la memoria la imagen de la Beti, así la conocían, un año y medio después de que la mujer –por entonces de 64 años– abandonara la vivienda de un modo crítico, aunque no inesperado: en una ambulancia del SAME y escoltada por un patrullero de la 29ª. Ese día, 20 de mayo de 2005, una vecina llamó a la policía después de escuchar sus gritos. Los uniformados debieron apelar a un cerrajero para ingresar al 3º F donde vivía la Beti. Pero nada de esto resultó inesperado porque no fue la primera vez que los vecinos denunciaban al Rolo Vicenti, único hijo de la Beti, por abandonar a su madre en el peor de los estados. La Beti fue internada en el Tornú, donde al ingresar le diagnosticaron cáncer, diabetes, presión arterial, deterioro cognitivo e infección urinaria. El 19 de noviembre de ese año, Elsa Beatriz Castellano, Beti, falleció en el Tornú. La Justicia detuvo a Rolando Vicenti, y ahora la Sala 7 de la Cámara Correccional confirmó su prisión preventiva y lo mandó a juicio oral acusado de abandono de persona seguido de muerte y agravado por el vínculo.
El edificio es de planta baja y tres pisos, con frente de ladrillos y piedra, y seis departamentos por piso. En el tercero, al fondo, está el F, un ambiente, donde vivía Elsa Castellano. "Pobre Beti –dijo Claudia, una de las vecinas que la ayudaba a soportar el abandono–. Vivía en un ambiente con un perro, un montón de gatos, y durante muchos años también con el hijo, y una mugre difícil de soportar. Cuando pasábamos por ahí teníamos que taparnos la nariz porque se sentía un olor horrible, nadie limpiaba nunca. Se los escuchaba pelear a los gritos y así nos enterábamos de que él se quedaba con la jubilación y no le pasaba ni un peso, ni la ayudaba a pagar la hipoteca del departamento."
Cada dos por tres, Beti se caía y estallaba en gritos, hasta que Claudia y algún otro vecino del edificio acudían a ayudarla. "Estaba muy enferma", agregó la vecina. "Varias veces llamamos a la policía, que iba a buscar al hijo y lo traía. Los policías le decían: ‘Dale de comer a tu vieja'. Pero él nunca le daba. Nosotros, con mi marido, y otra vecina, le llevábamos algo de comida y la ayudábamos. Pobre Beti."
Ese 20 de mayo fue la última vez que los vecinos vieron a la mujer. Trasladada al Tornú, y con intervención policial, se inició una causa penal por abandono de persona en el Juzgado de Instrucción Nº 37. Los uniformados labraron un acta que consta en el expediente, donde describieron el estado calamitoso en que vivía la mujer, con los servicios cortados por falta de pago, con gatos y un perro también muerto de hambre. Los médicos forenses además realizaron un informe en el que detallaban que Castellano no había recibido previo a la internación la medicación indicada para la diabetes que padecía y que las patologías diagnosticadas al momento del ingreso al hospital podían provocarle la muerte.
Mientras su madre permanecía internada, el Rolo se presentó ante el juez a cargo de la causa para informar que una vez que le dieran el alta la internaría en un geriátrico. Incluso dio los datos correspondientes al juzgado. Aunque, según consta en el expediente, el geriátrico negó que existiera ningún pedido de su parte. En cambio, pocos días después de la intervención policial, el 3 de junio de 2005, el Rolo Vicenti pasó a visitar a su madre al Tornú y ahí mismo intentó sacarle la firma a su madre para habilitarle la escritura del departamento.
Los camaristas de la Sala 7, Juan Cicciaro y Abel Peró, consideraron que el Rolo, "pese a ser el único hijo de la víctima y al notorio estado físico de deterioro de Castellano, debido a las enfermedades que padecía, la habría abandonado a su suerte, lo que incrementó las propias dolencias y provocó otros graves daños a su salud". El 19 de noviembre de ese año, la Beti murió y la causa pasó a ser abandono agravado seguido de muerte. Tras la orden de detención, el Rolo se declaró inocente. Ahora, la Cámara ratificó el procesamiento y la preventiva porque tuvo la posibilidad de evitar la muerte de la Beti "porque vivía en la ciudad y cobraba la jubilación de su madre". Al Rolo lo acusan de un delito con una pena que va de 5 a 15 años más el agravante por ser hijo, que lo puede llevar a 20 años de prisión, pero atendido por expertos.

9 de enero de 2007
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hacían sacrificios humanos


[Gilles Bertin] El martirio de los chachapoyas. Expedición descubre sacrificios humanos entre estos indios prehispánicos.
Conocidos por la impresionante fortaleza de Kuélap y sus extrañas sepulturas, hasta hoy nadie daba certezas que practicaran ejecuciones espirituales. Pero un puñado de científicos, picota en mano, se encargó de corroborar esta dramática práctica.
Un equipo de espeleólogos franceses y peruanos, acompañado de un arqueólogo, descubrió por primera vez, en grutas al nordeste en los Andes del Perú, pruebas de que los indios chachapoyas practicaban sacrificios humanos en la época prehispánica.
Cerca de las ruinas de Chaquil, abajo de un pozo de doce metros "se descubrieron al menos tres cráneos de individuos adultos al igual que un esqueleto humano con un esqueleto de perro en el pecho", dijo el arqueólogo francés Olivier Fabre.
Para este arqueólogo, especialista en esta civilización, "es la primera vez que hay pruebas del sacrificio humano entre los chachapoyas".
Conocidos sobre todo por la impresionante fortaleza de Kuélap y sus extrañas sepulturas antropomorfas hechas en flanco de montaña, los chachapoyas vivieron entre 800 y 1.470 d.C en el nordeste de los Andes, en una región conquistada por los incas bajo el reinado de Tupac Yupanqui.
"Los individuos habrían sido depositados y matados. Hay varios cráneos con un mismo golpe, a la izquierda y en el mismo lugar, debajo de la oreja izquierda. Ese golpe habría sido provocado por un golpe dado con un objeto puntudo, tal vez una pieza en forma de estrella", explicó el científico que acompañaba a la expedición espeleológica.
Los investigadores descubrieron también cerámicas prehispánicas y un plato de piedra que estaban asociados a las osamentas.

No Es Casualidad
El sitio arqueológico de Chaquil, situado a 3.000 metros de altura cerca de la población de Soloco (2.400 metros), data aproximadamente del siglo XIV. Actualmente cubierto de selva tropical y de pastizales, Chaquil habría albergado entre 1.500 y 2.000 habitantes.
Para Fabre, los cráneos no llegaron ahí por casualidad al fondo de varios pozos. Entre los chachapoyas "hay un lazo entre el mundo subterráneo y la verticalidad" del mundo aéreo, los dos están ligados a la muerte, explicó, recordando que "ciertos esqueletos están colocados en vertical en acantilados".
En la misma caverna, dos paleontólogos de la Universidad San Marcos de Lima también encontraron un oso fósil, en perfecto estado, y huellas de garras en la pared. Sin embargo el estudio de la fecha no ha sido todavía realizado para sacar conclusiones, señalan los científicos.
Los nueve miembros del Grupo Espeleológico Bagnols Marcoule (GSBM) y del equipo espeleológico Andino de Lima (ECA) están en su cuarta expedición en Perú. Deportistas aguerridos, debieron afrontar condiciones climáticas difíciles: "llueve un día sobre tres", comentó Jean-Loup Guyot, espeleólogo y también hidrólogo.
Los exploradores deben luchar también contra la altura, pues trabajan a 3.000 metros, donde el déficit de oxígeno obliga a realizar mayores esfuerzos.
Benoit Lefalher, jefe de la expedición, está contento de esta gran aventura subterránea: "en Perú cada hueco es una novedad... como al comienzo de la espeleología hacia 1900, se trata de exploración pura".
"Sobre el macizo de Soloco hay una red de grutas con arroyos que comunican; nuestro sueño es explorarla", agrega Lefalher.
"Perú es un país que atrae cada vez más espeleólogos y han encontrado (a más de 300 metros de profundidad) la red de grutas más grande del país", señala.
Durante tres semanas, entre septiembre y octubre pasado, los exploradores recorrieron a más de 300 metros de profundidad toda una red de cavernas unidas entre ellas y estiman que la red debería alcanzar entre 8 y 10 kilómetros.
"Debimos detenernos pues había agua en la mañana y podíamos penetrar, pero en la tarde no". "No somos temerarios", subraya uno de los espeleólogos que indica que en Perú no hay un servicio de meteorología y que uno de ellos debía vigilar permanentemente desde el exterior.

24 de octubre de 2006
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madre la criaba como animal


La policía rescató a una niña deficiente mental a quien su madre criaba como a un animal.
Rio de Janeiro, Brasil. Ana Carla da Silva, de 30 años, madre de la niña, que al parecer tiene 10 años, está prófuga desde que la policía llegó el martes a su casa por denuncias de vecinos.
La víctima rescatada vivía en un cubículo en el fondo del patio, junto con una gallina y un gato. Fue hallada completamente sucia, desnutrida, con sarna, piojos, garrapatas y heridas en todo el cuerpo. No habla ni camina, y apenas abre los ojos.
"No podemos creer que haya vivido así por lo menos cuatro años", dijo al diario O Globo Silvana Vitorino, del consejo tutelar de menores de Maricá.
Las autoridades llegaron hasta la casa por una denuncia anónima, que sostenía que la niña había sido vista arrastrándose e imitando el sonido de una gallina para alimentarse. "Fuimos entrando sin creer lo que veíamos. En medio de la inmundicia, había un colchón con una niña, junto a una gallina y un gato. Cuando nos acercamos se puso nerviosa, como si no estuviera acostumbrada a tratar con humanos", dijo Vitorino.
"El local era tan sucio, pero tan sucio, que me dolió la nariz por el mal olor. Había plumas de aves, pelo de animales y heces por todos lados", dijo uno de los policías. La niña fue llevada a un hospital de la ciudad, donde está siendo sometida a una serie de exámenes neurológicos y psicológicos y, según los médicos, su estado de salud es estable.

18 de octubre de 2006
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restaurante hitler's cross cafe


Lo rebautizan como The Cross Cafe.
Bombay, India. Un restaurante llamado Hitler's Cross Cafe, que enfureció a la pequeña comunidad judía de India ha sido rebautizado The Cross Cafe, dijo su dueño el martes.
Puneet Sablok dijo que las svásticas nazis que adornaban los letreros de publicidad de la cocinería y sus cartas de menús serán retiradas y el nuevo nombre aparecerá en carteleras y menúes.
El restaurante abrió sus puertas el 18 de agosto pasado, provocando de inmediato la ira de la pequeña comunidad judía de India y líderes judíos se reunieron con Sablok para exigir que cambiara el nombre. Hay unos 5.500 judíos en India, y unos 4.500 viven en Bombay.
"Tuve una reunión con los judíos y me dijeron que el nombre les ofendía, así que decidí cambiarlo", dijo Sablok, cuyo restaurante está en Navi Mumbai, un suburbio de Bombay. "Nunca quise herir a nadie. Sólo quiero hacer negocios".
Cuando estalló la controversia, Sablok dijo que el nombre y la enorme fotografía de Hitler en el frontis del restaurante los había elegido solamente con el fin de llamar la atención.
Sablok accedió a rebautizar el restaurante la semana pasada, pero no buscó un nuevo nombre de inmediato. Dijo que durante la transición había tachado la palabra ‘Hitler' de las carteleras.
Algunos indios ven a Hitler como una figura histórica más y no saben nada sobre el Holocausto, en el que durante la Segunda Guerra Mundial se exterminó sistemáticamente a seis millones de judíos europeos.
El símbolo de la svástica, que fue apropiado por los nazis, era originalmente un antiguo símbolo hindú, y se exhibe en toda India para atraer la buena suerte.

29 de agosto de 2006
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pasado nazi de günter grass


El escritor de 80 años relata este hecho en su autobiografía. Confiesa que sirvió a las SS de Hitler a los 17 años.
El escritor alemán Günter Grass confesó, a punto de cumplir los 80 años, haber servido en las Waffen-SS de Hitler a los 17 años y abrió la caja de las preguntas no tanto sobre qué pasó entonces, sino más bien por qué tan largo silencio.
Se trata de "una mancha", un "último resto" que "tenía que soltar" y así lo hace, en su autobiografía Beim Haeuten der Zwiebel -Con la piel de la cebolla, en traducción libre-, que el Premio Nobel de Literatura 1999 publicará en septiembre.
Fueron apenas unos meses, tenía 17 años, no se enroló voluntario y hasta los procesos de Nuremberg no tomó consciencia de los crímenes nazis, avanza hoy en una larga entrevista en el Frankfurter Allgemeine Zeitung, acerca de su paso por la División Acorazada Frundsberg de las Waffen-SS, brazo de combate de las SS.
No disparó un solo tiro, no estuvo implicado ni asistió a crímenes de guerra de ese cuerpo, especialmente activo en el Holocausto. Dos cuestiones que, por otro lado, no se han puesto en duda en Alemania, pese al revuelo causado por esa confesión.
De la misma forma que sonó ridículo el recordatorio lanzado desde el Reino Unido, al ser elegido Joseph Ratzinger como Benedicto XVI, de que el nuevo Papa sirvió en el ejército de Hitler, a los 17 años, se da por hecho que Grass no tiene crímenes que ocultar.
La pregunta no es qué hizo entre 1944 y 1945, sino por qué calló hasta ahora alguien a quien se considera una especie de instancia moral o conciencia de Alemania, que ha hablado mil veces de su vida y ha plasmado tantos aspectos autobiográficos en sus libros.
Hasta ahora, constaba en las biografías que Grass sirvió como auxiliar de artillería. Entre un mero soldado y un miembro de las Waffen-SS hay más que un matiz y eso lo sabe el escritor, gran buceador del pasado alemán, mejor incluso que muchos compatriotas.
Grass no reivindica para sí ese papel de "conciencia del país", pero sí es cierto que, como recuerda hoy el diario Der Tagesspiegel, ha sido azote constante de la clase política alemana, sean de la República Federal o la extinta Alemania comunista.

Escritor Incómodo
Nacido en Gdanks en 1927, ha sido desde siempre un "escritor incómodo", tanto para las filas conservadoras y los denominados "viejos nazis", como para su partido del alma, la socialdemocracia de Willy Brandt y Gerhard Schroeder, sus amigos y correligionarios.
Der Tagesspiegel se pregunta cómo se leerán ahora recientes pronunciamientos de Grass en defensa de colegas de profesión que ingresaron en su juventud en el partido nazi o a favor de una edición comentada del Mein Kampf de Hitler.
La entrevista de Grass en el Frankfurter Allgemeine brinda algunas de esas respuestas. Explica el título de su libro: "Al quitarle la piel a la cebolla, o sea, al escribir, sale piel a piel, frase a frase, y vuelve a la vida aquello que estaba oculto".
En su último libro también están, junto a sus últimas semanas como soldado, los recuerdos de su infancia y su nacimiento como escritor.
También hay un capítulo en el que coquetea con su supuesta coincidencia, en el campo de prisioneros de Bad Aibling, con su "amigo y colega Joseph", supuestamente Ratzinger.
"Había ahí unos 100.000 prisioneros de guerra. Uno de ellos se llamaba Joseph, era extremadamente católico y a veces hacía citas en latín", cuenta en la entrevista. Con él jugaba a los dados y, aunque le parecía "un poco rígido, era un buen tipo".
"Una historia bonita", concluye, mientras en los medios se cruzan los por qué de la "otra historia", la menos bonita.

12 de agosto de 2006
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ratas fanfarronas de nueva york


[Emily Vásquez] Y gatos que andan en manadas.
Las ratas ni siquiera tratan de ocultarse cuando José Sosa abre el taller mecánico de su suegro en la calle 109 en Harlem del Este. Todas las mañanas, cuando el señor Sosa enciende la luz del oscuro garaje, las ratas simplemente se le quedan mirando como si él fuera el intruso.
"Antes las esquivaba", dice, mirando mosqueado en la dirección de una pila de cartones donde las ratas suelen reunirse. Pero ahora, dice, se ha acostumbrado a ellas, siempre y cuando no corran hacia él.
Como otras muchas manzanas en la Ciudad de Nueva York, la calle donde trabaja Sosa en Harlem del Este, entre las calles 109 y 110 y las avenidas Tercera y Lexington, también tiene ratas. Este vecindario en particular tiene más ratas que la mayoría de los otros barrios.
Una auditoría dada a conocer el lunes por el despacho del contralor del ayuntamiento, William C. Thompson Jr., constató que el departamento sanitario de la ciudad respondía con demasiada lentitud a las quejas sobre las ratas. Aunque la auditoría indica que los intentos del Departamento de Salud e Higiene Mental de combatir a las ratas han mejorado, Harlem del Este está arriba en la lista como una fuente de quejas relacionadas con las ratas. La gente que vive, trabaja y hace las compras allá, tienen todos historias sobre ratas.
Sosa dice que, como la mayoría de los neoyorquinos, él sabe que las ratas son parte de la vida de la ciudad y que siempre lo serán. Trató de envenenarlas alguna vez, pero fue en vano. "Son demasiado listas para eso", dice.
Así que a eso de las ocho de la mañana, lo saludan cada día en su tienda.
Sin embargo, Sosa apaga todas las noches el merengue y la salsa que toca en su tienda, y deja atrás el olor de los bacalaítos y chicharrones del restaurante El Coquí a la vuelta de la esquina, y se marcha a casa en el Bronx, dejando a las ratas solas.
Otros neoyorquinos -especialmente en Harlem del Este- las encuentran en casa.
Cosas como el sitio en obras en la calle 110, desechos de comidas de las tiendas de alimentación de la cuadra y tachos de basura de metal abiertos ponen contentas a las ratas.
Gema Romero, estilista de la Barbería Unisex Xochitl, en la calle 110 cerca de la Avenida de Lexington, dijo que hace unos tres meses tuvo un encuentro con una rata en un apartamento en que vivió en la calle 117.
Allá, tenía que mantener la puerta de la cocina cerrada durante la noche por miedo a que las ratas entraran a su dormitorio. Pero una noche esta primavera, lo lograron.
De vuelta a la cama desde los servicios, dijo Romero, se olvidó de cerrar la puerta, y tres ratas se metieron en su cama. Les dio guerra, armada con una escoba, y finalmente logró expulsarlas.
Bruce Gee, co-propietario de Mr. G Sneakers, una tienda de ropa deportiva en la Tercera Avenida con la calle 110, dijo que él es menos violento. Espolvorea un producto de limpieza mezclado con lejía.
Gee sacó una lata de 99 centavos Ajax de detrás de su caja, buscó un lugar vistoso en el mostrador y proclamó que en su tienda no había ratas.
Revisando un par de vaqueros en exhibición en el escaparate, Jeffrey Ramos, 27, dijo que las cosas marchaban mejor en el apartamento que comparte con sus padres en la calle 110, entre la Tercera y la Segunda avenidas, desde que renovaran el edificio. Pero cuando era adolescente, las cosas eran diferentes.
"Entonces había ratas muy grandes", dijo. "Arrastrándome en la litera más alta, las podía oír. No recuerdo cómo lo soportaba. Gracias a Dios, me dormía".
Cleotilde Martínez dijo que después de 20 años en su apartamento en la Segunda Avenida, su hijo vio su primer ratón ayer por la mañana. Dijo que en su casa no había visto nunca a una rata.
Vitrineando en la Tercera Avenida con la calle 109, a la vuelta de la esquina del garaje de Sosa, Martínez apretaba una bolsa de plástico con una caja de cuatro nuevas trampas para ratones.
"Sé que tiene una madre", dijo. "O un hermano".
Carlos Caravallo, 66, que gestiona un club social en el apartamento de un sótano en la calle 109, dijo que un solo ratón sería suficiente para causarle terror. Su club, donde se reúnen jubilados a jugar dominó, está al otro lado de un edificio vacío -un semillero de ratas- con una rebosante bolsa de basura arrojada cerca de su puerta clausurada.
Caravallo adoptó gatos para mantener a raya a las ratas. Alimenta a ocho gatos callejeros con latas de alimento para gatos Friskies, y los gatos pasan sus tardes en el patio trasero. La última vez que vio ahí a una rata fue hace siete años.
Caravallo no está seguro del destino que corrió una rata después de que un miembro del club azuzara contra él a un gato llamado Demonio.
"Se echó a correr", dijo Caravallo.
Eddie Hernandez, que está detrás de la hoja de cristal de la caja de una botillería, dice que la tienda en la calle 110 no tiene todo lo que quisieran las ratas.
"Las ratas no beben", dice. "Eso lo explica todo".

29 de junio de 2006
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comiendo con tu mejor amigo


[P.J. Huffstutter] Los chuchos de Chicago podrán sentarse a la mesa en restaurantes, con sus mejores amigos.
Chicago, Estados Unidos. El chef Didier Durand ha pasado meses probando el nuevo menú de su restaurante con su clienta más melindrosa: Princess, su caniche francés de dos años.
¿Paté de campo de avestruz? De babear. ¿Pastel de médula de hueso? Deliciosamente crujiente. ¿Un bife de carne molida a la parrilla? Desaparece en un tarascón.
Durand y otros chefs en la ciudad están preparándose para atender a una clientela canina ahora que el ayuntamiento de Chicago considera aprobar una ordenanza, este mes, que permitirá que los perros puedan comer junto a humanos en las terrazas de restaurantes.
"Cuando llegue la primavera, todo el mundo querrá salir con sus mascotas", dijo el edil Walter Burnett Jr., que es dueño de Star, un shuh tzu, y de un pit bull llamado Shadow. "Me parece ridículo que la gente no pueda parar a comerse un bocadillo en un café y pedir agua para su mascota o algo para picar".
Es bueno ser perro en Estados Unidos, donde ninguna indulgencia parece demasiado. Los perros reciben alimentos orgánicos, son dejados en guarderías caninas y mimados en exclusivos balnearios para perros con terapias aromáticas y masajes profundos de tejido. Cada vez más, los amantes de las mascotas acarrean por las aceras y parques y otros espacios públicos de la ciudad, sus bolsitas para perros.
"Yo no tengo patio, así que cada vez que salgo sin mi perra, Mitzie se queda encerrada en el condominio", dice Rachel Baker, 28, una abogado que vive en el centro de Chicago. "He entrado a restaurantes con Mitzie en el bolso. Si ladra, pretendo que he estornudado. Algunos amigos se han avergonzado cuando me han visto hacer esto, pero nunca nos han echado de ningún restaurante".
Pero la ordenanza propuesta en Chicago ha provocado la hostilidad de gente del otro lado de la división cultural canina.
"Ya es bastante molesto que, cuando vas a un restaurante, te pregunten si quieres sentarte en el área de fumadores o de no fumadores. ¿Ahora también te van a preguntar si quieres el área con o sin perros?", pregunta Terrence Lee, 37, un estudiante que vive a unas cuadras del restaurante de Durand en el centro, Cyrano's Bistrot & Wine Bar. "No quiero que ningún chucho me olisquee los zapatos mientras estoy gastando dinero tratando de impresionar a mi ligue".
Además, dijo Lee, "me gustan los gatos".
De aprobarse la ordenanza, Chicago se uniría a un pequeño, pero creciente número de ciudades dispuestas a adaptarse o hacer la vista gorda con los códigos de higiene, para apaciguar al público hambriento que quiere incluir a sus mascotas en la experiencia culinaria.
En Alexandria, Virginia, los dueños de restaurantes ofrecen normalmente bizcochos Milk-Bone a los perros que pasan el tiempo a los pies de sus dueños. En el centro de Long Beach, los cachorros jadeantes a menudo se refrescan, los veranos, sorbeteando en cuencos de agua colocados a la entrada de las tiendas y de las cocinerías. Y en Florida, este mes, el gobernador Jeb Bush firmó un proyecto de ley que creó un programa piloto de tres años que permite a los restaurantes decidir si admitir o no a perros, con sus dueños, a las áreas de comedores al aire libre.
"No hay motivo para que Chicago no lo haga", dijo Ken Sawyer, director de relaciones gubernamentales de la Asociación de Restaurantes de Illinois, que ha presionado a los políticos del ayuntamiento para introducir la ordenanza que modificaría los códigos de sanidad de la ciudad. "Las leyes deben ser cambiadas, a medida que cambian las ideas de la gente sobre el comer fuera".

Las leyes federales exigen que los restaurantes admitan dentro a los perros de ciegos, y en Illinois, como en la mayoría de los demás estados, se prohíbe que los animales, excepto los de servicio, se sienten juntos a humanos en establecimientos gastronómicos. California y Nueva York -consideradas durante largo tiempo como líderes gastronómicos de Estados Unidos- tienen códigos de sanidad que obligan a los comensales a mantener a sus mascotas no trabajadoras fuera de los recintos de restaurantes -estén o no al aire libre.
"Olvídese de las preocupaciones obvias sobre temas de salud e higiene', dijo Rick Sampson, presidente y director ejecutivo de la Asociación de Restaurantes del Estado de Nueva York. "Todo lo que tiene que ocurrir es que un perro muerda a alguien y ya tendremos un litigio en tribunales".
Pero en Chicago -calificada el año pasado como la ciudad estadounidense más amistosa hacia los chuchos por la revista Dog Fancy, que mencionaba el alto número de negocios y espacio públicos accesibles para perros-, esas normas son a menudo ignoradas.
Después de todo, dicen los dueños de mascotas, la temporada de actividades al aire libre va de abril a principios de octubre. Y quieren pasar todo momento posible al sol con sus perros.
Michelle Schwartz, una dentista de 36 años, dijo que ella y Prada, su mezcla de caniche con lhasa apso, son visitantes tan frecuentes de la elegante Gibsons Steakhouse que la anfitriona "nos conoce por el nombre".
En A Taste of Heaven, un restaurante del Lado Norte conocido por su letrero que dice "niños de todas las edades deben comportarse y hablar normalmente", los perros, si se mantienen a los pies de sus amos, son mejor bienvenidos que los niñitos bulliciosos.
"Todo el mundo quiere a los perros", dijo el amo Dan McCauley. "No todo el mundo quiere a los niños gritones".
Esas actitudes exasperan a los funcionarios del ayuntamiento, que explican a clientes y a hosteleros pro-perros que los perros son, en realidad, animales y que algunos "pueden contaminar el área de comedor", dice Frances Guichard, director del programa de protección de los alimentos del Departamento de Salud Pública de Chicago. "La ley dice que no se supone que sean admitidos".
Sin embargo, la Asociación de Restaurantes de Illinois insiste en que los clientes quieren que sus mascotas tengan sus propias bolsitas.
La asociación profesional empezó a cabildear sobre el tema con ediles hace algunos meses, después de que varios restaurantes elegantes de Chicago fueran multados por participar en un evento de beneficencia llamado Saca A Comer A Tu Perro.
El recaudador de fondos reunió cerca de diez mil dólares para una organización sin fines de lucro que aparea a mascotas con pacientes de terapias físicas. También llamó la atención de funcionarios del departamento de salud, que tiraron las orejas a varios de los restaurantes -incluyendo el Cyrano's Bistrot- con una multa de 250 dólares.
Mientras el ayuntamiento considera el asunto, Durand está dando los retoques finales a su menú canino fijo de cuatro platos, de cinco dólares -y esperando que los rumores sobre su lujosa comida den un empujón a su negocio.
Los cuencos de cerámica, con agua mineral, están en la parte trasera. También hay diminutos jarrones de capullo.
"Yo veo esto como una ocasión muy especial, una noche para salir con tus mejores amigos", dice Durand, que veía montones de perros en restaurantes en su nativa Francia. "La gente puede venir aquí y reunirse con una amiga o amigo. Los perros podrían encontrarse con alguien para ir jugar a recoger el hueso al parque".
Pero los nutricionistas de perros advierten que existen los mimos excesivos.
"Comer fuera significa normalmente comer comida cargadas de calorías", dijo George C. Fahey Jr., profesor de ciencias animales y nutricionales de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. "La gente piensa que están complaciendo a sus perros, pero en realidad los están engordando".

12 de junio de 2006
©los angeles times
©traducción mQh
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